Archivo de julio, 2023

El algoritmo con premio Nobel que te ayuda a encontrar el amor

Hace unos días me decía un seguidor que la verdadera red flag de una persona era que utilizara aplicaciones para conocer gente.

Y además de aprovechar para contestarle con un vídeo reflexionando sobre el estigma que aún tiene cierto sector sobre esta forma de relacionarse, cada vez las apps se perfeccionan más en su trabajo como celestinas 2.0.

Cita romántica pareja

PEXELS

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Quienes las probamos no es que tengamos problemas de relacionarnos, puede ser que nuestro grupo ya esté todo emparejado, que nos acabemos de mudar o que no tengamos mucho tiempo, algunos de los motivos que llevan a estas aplicaciones.

Aunque también habría que añadir aquí, como decía antes, que el uso de algoritmos ha hecho que una inteligencia mejor que nosotros mismos sepa con quién va a haber compatibilidad.

El funcionamiento de estos sistemas de operaciones es algo que me explica Logan Ury, directora de Ciencia de las Relaciones en Hinge.

Si tenemos en cuenta que en su app se establece una cita cada tres segundos y además cuentan con un sistema de seguimiento posterior a la cita para saber cómo mejorar, se puede afirmar que son expertos en emparejamientos virtuales.

«El algoritmo de Hinge está diseñado específicamente para presentarte posibles parejas que creemos que te gustarán en función de tus preferencias (como la distancia, los planes familiares, los gustos, etc.) y de las preferencias de las personas con las que coincides», explica la experta.

«Combinado con nuestras opciones detalladas de personalización de los perfiles, nuestro algoritmo ayuda a las personas compatibles a conectar más rápidamente y tener una cita en la que puedan evaluar mejor la química en persona».

Un algoritmo con premio Nobel

Cada vez que me he puesto en manos de esos ‘cupidos’ digitales que son las aplicaciones, me he imaginado a un ordenador cruzando perfiles, día y noche sin descanso, hasta dar con los pretendientes con quienes tendría mayor compatibilidad.

Y, salvando las distancias, así es como funciona el algoritmo Gale Shapley que utiliza Hinge.

En 1962 los matemáticos David Gale y Lloyd Shapley buscaban la manera de crear un sistema que creara emparejamientos eficaces.

Es decir, parejas que fueran satisfactorias para los individuos que la creaban, en base a las preferencias de cada uno. Lo que ha hecho Hinge es añadir al revolucionario método una combinación de aprendizaje automático.

Lo que significa que se empareja a los usuarios con la persona con la que tienen más probabilidades de tener una buena primera cita, ya que es su pareja ‘más compatible’.

«Hinge es la única aplicación de citas que reúne a un equipo de científicos expertos en relaciones con el único propósito de proporcionar información basada en pruebas para ayudar a los usuarios a encontrar el amor», afirma Logan.

Esto se traduce en que «el equipo de Hinge Labs investiga cómo se comporta realmente la gente cuando utiliza la aplicación», así como «a las personas que han tenido buenas citas para ayudar a otras personas a tener más éxito».

Es ahí donde el seguimiento postcita se convierte en un factor clave, ya que recopilar esta información supone mejorar los matches.

«A través de nuestra encuesta We Met, se pregunta a los usuarios si su cita era el tipo de persona que les gustaría volver a ver. Estos datos nos permiten ofrecer mejores recomendaciones y ayudar a las personas a encontrar conexiones significativas», dice la experta.

 

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La intención es lo que cuenta

Teniendo en cuenta el algoritmo y el seguimiento, casi podríamos pensar que el lema de la empresa (la app diseñada para ser borrada) da lo que promete sin mucho esfuerzo por parte de los usuarios.

Pero el comportamiento es también clave: «La única forma de emparejarse con alguien a través de Hinge es dándole a ‘me gusta’ o comentando una foto o un Prompt, lo que facilita los emparejamientos basados en intereses compartidos para una experiencia más intencionada».

Es decir, como la propia experta sugiere, el dating se debe practicar de manera intencional, por lo que descargarse la app con el objetivo de formar vínculos que perduren sería el primer paso.

«Tener citas intencionales supone ser más honesto con tus sentimientos, lo que conduce a conexiones más significativas y ayuda a los usuarios a ahorrar tiempo y energía en conexiones que no están cumpliendo sus objetivos», explica Logan.

Para ello «animamos a los usuarios a poner sus objetivos de citas en primer plano y a tener muy claras sus expectativas desde el principio».

Porque por mucho que la compatibilidad esté ahí, ni los algoritmos, ni los científicos expertos en el amor, ni el aprendizaje automático de la app van a conseguir que esa conexión se convierta en una pareja si no pones voluntad por tu parte.

Mara Mariño

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¿Es buena idea volver a quedar con alguien que no sé si me gusta?

Las ocasiones en las que alguien me ha gustado desde el primer momento no han sido la norma, mas bien la excepción.

Según voy conociendo a la persona, es cuando voy notando que mi interés aumenta, en caso de que me guste lo que voy encontrando, o, por el contrario, disminuye hasta desaparecer.

Pero creo que la mayoría hemos pasado por ese momento de duda, cuando no se sabe muy bien qué hacer.

pareja cita

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Ya que en mi experiencia personal solo es con el tiempo con lo que me aclaro respecto a alguien, vengo a romper una lanza en favor de volver a quedar.

Sí, incluso si no te gusta lo suficiente como para tener muchas ganas de repetir, pero tampoco ha pasado nada que te haga pensar que mejor no volver a quedar.

Como digo, soy partidaria de pasar más tiempo en compañía, porque si todavía no has encontrado el ‘ick, para mí sigue habiendo potencial.

El ick, que en castellano se traduciría como puaj, serían esas cosas -negativas ante tus ojos- que hacen que de repente cambia tu percepción (como el hecho de que vote a cierto partido político o que no trate bien a las personas que le rodean).

Solo repitiendo podrás averiguar si ha podido ser tan solo una mala cita por las circunstancias o si la otra persona simplemente tenía un mal día.

Material para relación de pareja: las señales en las que fijarte

Quizá no tienes muy claro si seguir quedando o no, pero que los valores coincidan es un buen indicativo: hijos, compromiso, planes de futuro…

Cuando esas cosas, que suelen ser motivos de incompatibilidad lo bastante grandes como para ponerle fin a una relación, están alineadas hay muchas probabilidades de que la relación funcione.

«Escucha a tu corazón», decía Abuela Sauce en Pocahontas, pero yo te propongo que escuches su sentido del humor cuando os veáis.

Si la tónica son las risas, porque estar en su compañía es muy divertido, es otra buena señal.

Que en un primer momento se instaure un clima de amistad, no es una red flag: significa que has dado con una persona con la que te resulta fácil hablar y sientes que puedes ser tú.

Una buena ocasión de preguntarse si podrías tener algo más con esta persona. A veces haces clic y es cuando de repente empezáis a tener química.

Porque la atracción no es solo algo que llega como un relámpago (esta idea que siempre nos vendieron las películas). Puede ser un proceso de construcción lento que va apareciendo con el tiempo.

Dándole margen a las cosas, podrás responder de manera más clara a la pregunta de si te gusta o no y ya tendrás una serie de motivos y sentimientos certeros.

Pero que no quede en «No lo sé, porque no volvimos a vernos».

Mara Mariño

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Las mujeres nos masturbamos menos (y el mercado laboral tiene mucho que ver)

Cuando empecé a masturbarme, que lo hiciera con mayor o menor frecuencia solo dependía de una cosa: las ganas que pudiera tener. O si tenía ratos en los que estaba aburrida, no nos vamos a engañar.

Dejar la universidad y que la jornada laboral fuera lo que iba marcando los tiempos de mi vida adulta, cambió esto.

mujer masturbación femenina

WOMANIZER

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Hay momentos del año que tengo picos de trabajo tan intensos que de repente caigo en que a lo mejor llevo tres semanas sin tener un rato para mi propio placer -ni ganas de hacerlo-, y no me he dado ni cuenta.

¡Si no tengo tiempo ni para doblar esa pila de ropa interior que solo va creciendo según avanza la semana!

Sí, la rutina es mi mayor enemiga. Pero me consta que a amigos o parejas hombres les afecta en menor medida. Esto es lo que se puede definir como «brecha masturbatoria».

A diferencia de la brecha orgásmica, que se centra en esa desigualdad entre que nosotras llegamos menos veces al orgasmo, el caso de la brecha masturbatoria no se reduce tanto a la cuestión sobre la que no paramos de hacer bromas en redes sociales (de que es más fácil encontrar agua en otros planetas del Sistema Solar que el clítoris).

Por suerte, gracias a la tarea de divulgación que hacen profesionales del sector, esto ya no es un misterio. Las brechas ya no se deben tanto a dónde está o cómo estimular la zona. Nos distancian factores fuera del cuerpo.

Esa rutina a golpe de tareas que relataba al principio (trabaja, vete al gimnasio, haz algo de compra, llama a tus padres, riega las plantas…) es solo una de las culpables.

Porque aquí podríamos argumentar, con toda la razón del mundo, que ellos también van hasta el cuello y aún con todo, encuentran ratitos para disfrutarse. Así que es probable que nos encontremos ante un problema estructural de otro tipo.

¿Qué más hay detrás de la brecha masturbatoria?

Para responder a esta pregunta, es interesante acudir a la encuesta mundial sobre hábitos de masturbación que ha sacado Womanizer (womanizer.com/eu), la marca líder en la industria del bienestar sexual.

Más que nada porque el estudio realizado entre casi 15.000 personas de 11 países ha reconfirmado que nosotras nos damos placer con menor frecuencia que ellos.

Mientras que la tendencia de los países, incluso habiendo diferencias, ha sido la de ir aumentando en 2023, en España hemos caído en picado: las mujeres nos masturbamos menos que el año pasado.

Para la sexóloga Elisabeth Neumann, que además es directora de investigación de usuario de Womanizer, el factor clave está en la economía.

«La recesión económica puede tener un impacto significativo en el deseo de masturbarse de las mujeres», afirma la experta. «El estrés financiero y la incertidumbre pueden aumentar los niveles de ansiedad y fatiga, lo que a su vez puede afectar al deseo sexual y a la intimidad».

Ahora resulta que hasta la recesión económica nos va a robar los orgasmos.

«Cuando las personas están preocupadas por los problemas económicos, es menos probable que den prioridad al cuidado personal, incluida la autoexploración sexual. Esto puede conducir a un menor deseo de actividad sexual, incluida la masturbación», cuenta la sexóloga.

Con su testimonio, es difícil no pensar en el caso que nos encontramos en nuestro país según unos datos extraídos del INE: hay una diferencia del 3,4% en el desempleo entre hombres y mujeres. De las mujeres paradas, una de cada 3 lleva buscando trabajo más de dos años.

Y el sesgo según la actividad confirma que las mujeres hacemos más empleos que pertenecen a los que se identifican como sectores precarizados. Siendo la presencia femenina mucho mayor es algo que repercute también en la diferencia de salarios.

Si a eso añadimos la dificultad de conciliar la vida familiar y laboral, llegamos al dato de que 638.400 mujeres se han visto obligadas a renunciar a su empleo para asumir la mayor parte de los cuidados de mayores, menores y personas dependientes (frente a 55.000 hombres).

Con este panorama, ¿cómo tener ganas de tocarte el coño?

Además, la sexóloga añade que «la vuelta a los desplazamientos al trabajo también puede contribuir al estrés y la fatiga,
dificultando que las mujeres se sientan con energía e interesadas en la actividad sexual».

Personalmente, creo que el tema del empoderamiento sexual está genial para que la masturbación haya dejado de ser un tabú y podamos pedir abiertamente que nos gusta (así como reconocer el papel de los juguetes sexuales, que nos han ayudado a descubrirnos).

Pero para empoderarnos del todo, también tenemos que tener una situación económica segura, una estabilidad que combata el agobio que nos aleja del placer.

Necesitamos que el mercado laboral no secunde la brecha masturbatoria, sino que ayude a disminuirla.

Solo así podremos estar centradas en disfrutar y no pensando en si nos renovarán el contrato y podremos seguir pagando el piso desde el que nos masturbamos.

Mara Mariño

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La relación entre la ideología política y tu vida sexual

Ayer vivía el final de las elecciones con una expectación que solo las noches de Eurovisión consiguen. Y, por primera vez, con una pareja con una ideología política similar.

Por lo general, en mis otras relaciones, he tenido muchos puntos en común, pero no el de la política.

Algo que, en teoría, es un indicador de cómo se disfruta la vida íntima.

pareja cama

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Un estudio realizado hace unos años entre Match.com y la Universidad de Binghamton confirmaba este interesante dato, usando como muestra una población norteamericana de 5.000 personas.

A las mujeres que más fácil les resultaba llegar al orgasmo era a aquellas que se identificaban con una ideología de izquierdas.

No estamos en Estados Unidos, pero es fácil ver qué causas podrían llevar a que ese estudio tuviera los mismos resultados en España.

Según los investigadores, vivir la sexualidad como algo natural -y no convertirlo en un tabú-, es uno de los factores que hacen que las mujeres votantes de partidos progresistas puedan presumir de conocerse mejor sexualmente.

Tenemos que tener también en cuenta que en nuestro país los partidos progresistas son quienes tienen una postura más bienvenida ante la educación sexual.

Sumándole el empoderamiento femenino y la igualdad en todos los aspectos, queda claro por qué el sexo es mejor si simpatizas con esta ideología.

(De hecho, escribí un artículo hace tiempo de cómo ser feminista podía revolucionar positivamente tu vida sexual).

Lo curioso del estudio es que los participantes con ideología más conservadora, afirmaron tener una mayor satisfacción en su vida íntima.

La razón que dan los expertos detrás del estudio es que al ser conservadores, en cuanto daban con ‘lo que funciona’ en la cama, lo repiten una y otra vez, en vez de buscar nuevas vías o salirse de aquello que da buenos resultados.

Compatibilidad y política

Con estas visiones tan opuestas, podría parecer que tener diferencias políticas es un motivo de peso como para no ir más allá.

Como decía al principio, lo que tenían de nuevo estas elecciones era compartirlas con alguien cuya visión de cómo debería ser el Gobierno se asemeja mucho a la mía.

Y es la mejor prueba de que se puede estar (y muy feliz) incluso con alguien que piensa de manera distinta.

Es algo que también aparecía en el estudio, ya que apenas el 20% de los participantes votó que necesitaba que su pareja compartiera sus opiniones políticas.

Que la relación funcione a pesar de estas diferencias significa que hay muchos más puentes que fortalecen la unión y que se pueden trabajar las distancias ideológicas.

Pero, sobre todo, porque la política no debería ser lo que nos define y separa.

Hoy, mejor que ningún otro día, cabe recordar que merece mucho más la pena trabajar en lo que tenemos en común, que escuchar opiniones distintas puede enriquecernos y que además sienta las bases de discusiones sanas.

Si las relaciones de pareja funcionan pese a la política, porque hay algo más grande detrás que las une -que es el amor-, igual la política también puede funcionar pese a las diferencias.

Porque hay algo más grande detrás que une a los partidos, que debería ser la responsabilidad hacia los 47 millones de españoles.

Mara Mariño

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¿Conocías este ‘efecto secundario’ de usar juguetes sexuales?

Seguro que a estas alturas, los beneficios de usar juguetes sexuales (por tu cuenta o en compañía) te resultan más que familiares.

Son un estímulo distinto, te ayudan a lograr una gran sensación de placer, son perfectos para conocerte sexualmente…

Pero además, según una investigación reciente, serían clave para despertar tu interés sexual por otras prácticas.

mujer juguetes sexuales

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Si estás en un momento de estancamiento íntimo, probar juguetes sería la manera no solo de salir del ‘bache’, sino de estimular tu curiosidad más allá.

¿Te acuerdas del famoso eslogan de «Cuando haces pop ya no hay stop»? Con estos artículos pasa algo parecido.

En el momento en el que los pruebas es más que probable que te estimule a conocer qué otras cosas hay, algo que ha revelado el estudio que ha sacado la marca Diversual este mes de julio.

El 91,5% de las personas participantes -una muestra de más de 5.000 con una edad entre 18 y más de 60 años-, afirmaron que, tras haberlos usado, había aumentado el interés por prácticas sexuales nuevas.

Esta curiosidad se traduce en la motivación por innovar en la vida sexual, lo que debería ser una razón de peso de cara a vencer los miedos o reticencias que alguien pueda tener respecto a utilizarlos.

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Teniendo en cuenta que usar juguetes suele ir de la mano con el aumento del placer, la satisfacción al usarlos sería otra de las razones.

El 83,5% de los participantes en el estudio afirman sentirse más satisfechos en sus relaciones gracias al uso de juguetes sexuales y la lista de motivos que dieron lo explica a la perfección.

Motivaciones como descubrir nuevas sensaciones, tener orgasmos más intensos, alcanzar el orgasmo con más facilidad o romper con la rutina fueron algunas de las respuestas más votadas.

Lo que queda claro es que son un regalo estupendo. Casi el 91% de los encuestados han regalado o regalarían juguetes (ya tienes una idea para tu próximo cumpleaños).

Además, la gran mayoría coincidieron en que es un detalle que le gustaría recibir por parte de su pareja.

La investigación ha reafirmado la conclusión de que los juguetes son la mejor de las influencias para nuestra vida sexual.

Y, con toda la variedad de modelos que existen para estimular cualquier zona, ¿cómo no animarse a probarlos si tienen tan buenos ‘efectos secundarios’?

Mara Mariño

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El abogado viral de TikTok que da consejos para evitar divorcios

Es de Boston y, en tan solo unos días, Tyler Summers ha conseguido lo que muchos ansían en la red social de los vídeos cortos: volverse viral.

El abogado está especializado en divorcios y ha llegado al millón de visualizaciones con vídeos donde asegura qué profesiones se deberían evitar en una pareja (si el objetivo es que el matrimonio dure).

mujer anillo casada

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Una serie de consejos que, tras sus 10 años de experiencia, han conseguido que decenas de miles de seguidores quieran saber más sobre las relaciones fallidas que ha visto de cerca.

La causa más popular de ruptura de los matrimonios son las infidelidades y, en su trayectoria, las ha visto de manera más frecuente ligadas a ciertos trabajos.

Para el abogado, la mayor red flag en un hombre es que tenga una profesión en la que deba viajar. Por lo que en la sección de comentarios hay quien ha puesto como ejemplos a pilotos, deportistas, políticos

«Los hombres que están en hoteles múltiples veces al año. Están lejos, el mundo es suyo, piensan que pueden hacer lo que quieran y que no cuenta», explica el abogado en su vídeo.

@bostonfamilylawyer Beware of men who travel frequently for work and stay at hotels multiple times a year! 🧳✈️ From industry conferences to company retreats, the allure of the road can be tempting for some. I’ve seen it time and time again. A man starts traveling for work and suddenly he’s not as available as he used to be. He’s always on his phone and he’s always going out with «the guys.» And then, one day, you find out he’s been cheating on you. So if you’re dating a man who travels for work, be on guard. Don’t settle for anything less than loyalty and respect! 💔💪 #attorney #cheating #divorce #divorcesupport #divorcetips #divorcetok #familycourt #exhusband #exwife #familylaw #husband #infidelity #lawyer #lawyersoftiktok #marriage #wife ♬ original sound – Boston Prenup & Divorce Lawyer

En el caso de las mujeres, apunta como mayor riesgo de divorcio a aquellas que trabajan en gimnasios.

«Quizá hay hombres en buena forma, quizá en mejor forma que tú, quizá están teniendo un affair, lo he visto», sostiene.

Sin embargo, la comunidad de seguidores del norteamericano ha querido puntualizar: «No es por la profesión, es la persona«.

La edad perfecta para casarse

Si bien comparto que cada caso es un mundo -y que es más una cuestión de valores y voluntad que de tu carrera laboral-, hay otros vídeos del letrado que merecen una visita.

Por ejemplo, en otro de sus contenidos comenta que la queja que tienen la mayoría de clientas respecto a sus parejas es que sus maridos «no ayudan en casa».

La falta de equilibrio en el reparto de tareas domésticas es un problema en la relación del que me había hablado hace unos meses el psicólogo David Gómez.

O que muchas de las parejas que reclaman sus servicios para ponerle fin al matrimonio, son las que se han casado en la veintena.

Sí, según el abogado, la mejor edad para casarse es a partir de los 30.

Aunque personalmente el vídeo que más llamativo me ha resultado es en el que habla del destino de los anillos de compromiso.

Según el letrado, si no hay boda, el anillo de pedida se tiene que devolver a quien lo haya regalado, ya que es una promesa de que va a haber casamiento.

Y de no hacerlo, se pueden tomar medidas legales al respecto.

Mara Mariño

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Estuve con un entrenador y mi relación con la comida se volvió tóxica

Ayer me compré un paquete de galletas. Me apetecían. Y me las tomé dos días después de haber cenado hamburguesa con patatas.

Algo que no tendría por qué tener nada de especial con la diferencia de que, hace unos años, habría sido incapaz de hacerlo por lo que pudiera decirme mi novio de aquel entonces.

relación comida mujer

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Abracé el mundo del deporte gracias a la recomendación de una psicóloga y me aficioné más a él cuando empecé con mi ex, entrenador personal.

El ejercicio y la alimentación saludable eran los otros dos miembros de la relación.

Al ser su profesión, para mí se convirtió en lo más normal del mundo adaptar mis hábitos a su estilo de vida.

El cheat meal (la comida basura) solo podía ser el sábado, el destino vacacional preferiblemente con gimnasio, en la cesta de la compra no entraban snacks de ningún tipo y, cuando llegaba el verano, era el momento de pesar con báscula todo.

En varias ocasiones me encontraba pensando que tenía mucha suerte de tener una pareja tan preocupada por la salud.

En otras, solo sentía el enfado por la merienda: un sandwich de pavo cambiando el pan por hojas de lechuga, porque ya había consumido las calorías que me correspondían ese día.

Hace unos años, no me parecía extraño que me quitara la bandeja de frutos secos de la que estaba picoteando porque ya había «comido suficiente».

Tampoco que el día de mi cumpleaños, como estábamos en déficit calórico, solo pudiera tomarme un trocito de una versión más saludable de una tarta (ni una tarta ‘normal’ podría tomar…).

O que en Navidad solo tuviera la mañana del 25 de diciembre para tomar una porción de roscón y pasar el resto de las celebraciones sin tocar los polvorones o turrón, que son de las cosas que más me gustan.

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La culpabilidad que me producía escuchar algunos comentarios por su parte, me llevaba a que si comía algún dulce que por un casual había sobrado de un cheat meal anterior, me organizara para sustituirlo antes de que volviera a casa para que no se percatara.

Pero lo peor eran los 3 meses previos al verano, cuando con la cinta métrica tomaba medidas de nuestros cuerpos y llevábamos la cuenta de los centímetros que decrecían los contornos de la cintura o los muslos.

Cuanto más bajaran las cifras, más me motivaba él a seguir por mucho que mis niveles de ansiedad eran inversamente proporcionales.

Hace unos días, hablándolo con una amiga, me contó una experiencia parecida tras haber estado, como yo, varios años en una relación con un entrenador personal.

Lo que ambas teníamos en común era la liberación de comer, a día de hoy, como se nos viniera en gana sin ningún remordimiento ni un novio que vigilara con lupa nuestro menú.

Nuestra relación con la comida empezó a mejorar al poco de que las parejas terminaran y por eso hoy vivo con una curiosa satisfacción de que si algo me apetece -sea el día de la semana que sea, haya entrenado o no, sea verano o invierno-, pueda comerlo sin restricciones externas.

El policía de la nevera

La pregunta que me hice al conocer las similitudes con la historia de mi amiga fue si más mujeres en relaciones con entrenadores personales habrían terminado teniendo esa relación tan negativa con la comida (y sus cuerpos).

No hay datos como para poder hablar de un patrón que puede nutrirse inconscientemente de la violencia estética que sufrimos las mujeres.

Además, hay entrenadores que no tienen ningún problema en tener como parejas a personas que no comparten sus hábitos.

Pero sí que encontré foros donde mujeres denunciaban el control de sus novios (sin estar ligados al sector fitness) en la dieta y preguntaban cómo cambiar la situación.

Además hablamos de casos en los que además es claro el body shaming o incluso tácticas más radicales como que les tiren la comida más calórica o la escondan para que no se la coman, situaciones que sí podrían definirse como abuso.

En mi caso, siento que, sencillamente, lo tenía normalizado y no había caído en lo disfuncional que era.

Así como el efecto tan negativo que tenía en mi salud mental no poder disfrutar de alimentos en ciertos momentos de mi vida hasta salir de la relación.

Pienso que si volviera a ese momento, habiendo identificado el problema y la incomodidad que me generaba al respecto, lo hablaría con mi pareja y, quiero pensar, se habría solucionado.

Le diría que soy una adulta funcional que es libre de elegir lo que come, cuándo, cómo y dónde y él debe respetar esa decisión. Que no soy una modelo de fitness ni él un policía asignado a controlar mi dieta.

Que a veces solo quiero un Kinder Bueno.

Mara Mariño

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‘Green flags’ en las que deberías fijarte cuando uses apps de ligar

La ventaja de que las aplicaciones para ligar lleven existiendo desde hace más de 20 años es que, como la mayoría, sabría identificar al vuelo algunos de los detalles que dejan entrever que esa persona no es para mí.

Hablo de cosas como que en su biografía ponga que busca «fluir», que no quiere «una chica como las demás» o que «si estás aquí para conseguir seguidores en Instagram, swipe left».

Sí, la pasivoagresividad también es una red flag.

hombre teléfono móvil

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Pero de lo que no he hablado es de las señales positivas, las que desde mi punto de vista, significan que hay potencial en ese match.

Por lo pronto que la biografía esté elaborada. No necesito un desarrollo digno de ensayo periodístico, pero sí lo suficiente como para pensar que esa persona le ha dedicado su tiempo al ejercicio de pensar cómo se describe y no se ha conformado con la facilidad de cinco emojis o el «si quieres saber algo de mí, pregúntame».

Claro que voy a preguntar, pero el perfil es una oportunidad de presentarse y dar ideas de posibles temas de conversación, así que ¿por qué perder la ocasión de generar una buena primera impresión, hacer reír e intrigar? (Sí, todo eso puede conseguir una descripción).

En mi caso, que tenga buena ortografía, es un plus. Lo de «Ola bb» estaba bien para cuando los sms tenían límite de caracteres y no te quedaba otra que acortar.

Pensaba que era algo que, por mi pasión por la lectura y escritura, tenía sentido que me fijara en ello, pero lo cierto es que en cualquier parte encuentras a más personas alabando a quien sabe distinguir entre «hecho» y «echo».

En su día, hablé de la importante que era que una persona tuviera plantas. Es una señal de que estás ante quien puede ser una buena pareja, ya que tiene una responsabilidad de cuidado de seres vivos a los que dedica tiempo.

Aunque es extensivo a que aparezca con gatos, perros o cualquier otro animalito.

Es generalizar mucho, lo sé, pero quienes comparten su vida suelen ser personas que comparten su vida mirando más allá de sí mismos así como la paciencia de ver crecer a esos compañeros.

Aquí podría entrar en aficiones que busco cuando hago swipe como que le gusten los libros o disfrute de hacer deporte (el que sea), pero lo cierto es que podría resumirse en que es green flag que tenga aficiones compatibles a las tuyas o lo más parecidas posible.

Aún tenemos esa idea de que los opuestos se atraen, pero si vas a buscar a alguien con quien compartir tu día a día, la similitud es clave para el éxito.

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Otro mito que se ha desmentido con los estudios que han hecho en estos 20 años las empresas desarrolladoras de estas aplicaciones es que tienen más probabilidades de convertir el match en relación fuera de la pantalla las personas con sentido del humor.

Así que espero que esto anime a hacer bromas en la biografía, aparecer haciendo el tonto en una de las fotos del perfil o incluso poner un meme (mi lenguaje del amor).

Para ir terminando, y más allá de la carta de presentación que es el perfil, solo faltaría recordar la importancia de las primeras interacciones.

Ir contestando a los mensajes más allá de monosílabos, contar qué expectativas se tienen usando la app y, sobre todo, si apunta maneras, proponer pasarse al mundo real, son indicativos de que puede funcionar y hay un interés verdadero en avanzar.

Conoceros en persona siempre será mejor que en el plano virtual.

Mara Mariño

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No identificamos que nos manipula nuestra pareja por las siguientes razones

Una de las preguntas más difíciles que me encontré al contar que había estado en una relación de maltrato, era que cómo no me había dado cuenta, que con lo espabilada que soy por qué no había identificado las señales.

Yo misma me hacía la pregunta sin parar ni encontrar una respuesta que me satisficiera.

Hasta que la terapia puso las cosas en su sitio y me ayudó a entender que aquello que me había pasado no era ni por poco avispada ni porque él me diera varias vueltas, sino por una serie de factores externos.

pareja abuso emocional

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Si he recordado esta etapa es porque Sarah Brady, la exnovia del actor Jonah Hill (Infiltrados en Clase, El lobo de Wall Street…) ha compartido una serie de mensajes de cuando salía con el intérprete.

Conversaciones que ilustran a la perfección cómo, en el momento, somos incapaces de ver que estamos siendo víctimas del abuso emocional.

Visto desde fuera, parece hasta obvio el comportamiento manipulador de su anterior pareja, pero lo cierto es que la clave de que se dé es que es algo tan sutil que pasa desapercibido.

Sobre todo en el caso del actor, que empleaba lenguaje terapéutico para aislar, controlar y manipular a su novia en función de sus necesidades.

Parece de conocimiento universal que, si te pide la contraseña, que dejes de vestir de cierta manera o que hables con chicos (curiosamente nunca es con chicas), estamos de acuerdo en que es un comportamiento controlador y, por tanto, tóxico.

 

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Sin embargo, identificarlo desde dentro no es tan sencillo.

Al principio ignoramos las red flags. Con el cóctel de sentimientos que empiezan a florecer, pasas por alto actitudes que, sin esas emociones, te harían sospechar.

La propia sociedad normaliza estos comportamientos tóxicos a través de las series o películas románticas.

Los celos, sinónimo de amor, son el mejor ejemplo. Al no ver en ellos o en otras actitudes las señales de alarma que son, no se identifican como problemáticas.

Es decir: si no lo identificas, no buscas ayuda. Y cuando te das cuenta seguramente no tienes a quién acudir porque te han aislado de tu círculo.

También cabe recordar que estamos hablando del abuso más discreto, el abuso emocional, que es el que se vale del maltrato psicológico.

No habiendo violencia, un golpe es mucho más escandaloso que un comentario, no se activa el radar que nos dice que estamos siendo víctimas de una agresión porque no es física.

A eso hay que sumarle que recibes constantemente por parte de tu pareja el mensaje de que no encontrarás a nadie igual, así que no quieres dejarlo por la inseguridad que empieza a invadirte.

Crees que tu alternativa es estar el resto de tu vida en soledad y sintiéndote infeliz (cuando la infelicidad es esa relación).

Prefieres pensar que vuestra historia no es perfecta, que todas las parejas tienen problemas, pero no llegas a la conclusión de que estás en una relación de maltrato psicológico (y seguramente no lo descubras hasta mucho después de haber salido de ella).

Culpabilidad y dudas

Como la exnovia de Jonah Hill, surfista que competía en bañador muy a pesar del actor, crees que son tus acciones -aunque también extensible a palabras u otras cosas- las responsables de cómo reacciona tu pareja.

No sospechas que esté adoptando una actitud de apelar a tu cargo de conciencia para que cambies tu vida.

Además, durante todo este proceso de construcción de la tela de araña del abuso emocional, tiendes a dudar de ti por defecto.

No es que la otra persona se esté pasando de la raya: eres tú quién está exagerando, quien es demasiado sensible, la que está loca.

Si algo tienen en común el maltrato psicológico y el físico es que, en cuanto la víctima llega al límite, la persona que ejerce el abuso se disculpa y se esfuerza por enmendarlo, así que piensas que ha sido algo excepcional.

Que volverá a ser la romántica pareja que era al principio y de la que te enamoraste.

Porque esa es otra, que en la mayoría de ocasiones estás enamorada o al menos queriendo a esa persona. Y esos sentimientos te hacen pasar por alto cualquier cosa.

Mara Mariño

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En verano aumenta el deseo sexual, ¿mito o realidad?

Que el sexo va por épocas es algo que noto especialmente en invierno, cuando las temperaturas hacen que me dé frío tan solo la idea de quitarme un calcetín (y ya ni hablamos del resto de prendas).

Pero lejos de los meses más fríos del año, el verano tiene la fama contraria, la de ser la estación del año dorada para la vida sexual.

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Es algo que se podría achacar perfectamente a la subida en el termómetro, que hace que surjan más planes al aire libre, lo que se traduce en que seamos más sociales y nuevas personas despierten el deseo.

También está el crucial papel de las vacaciones: momento del año en el que la rutina no está marcando cada hora del día y permite improvisar un polvo en cualquier momento (¿mi favorito? El de postsiesta).

No me puedo olvidar del romanticismo de irte de festival y encontrarte con una mirada entre el gentío, cuando suena C. Tangana, el de coincidir todo el rato con esa persona en el bar del hotel o volver a tu pueblo a reencontrarte con tu crush de la infancia.

Sea como fuere, en verano es cuando, por fin, podemos desprendernos del estrés por la carga laboral, uno de los mayores terroristas de la libido.

Con todas estas razones, nadie pondría en duda que durante la etapa de desconectar se vea tan beneficiada nuestra vida íntima.

Pero estos no son los únicos factores, parece que además del factor social, hay una explicación biológica que también le daría la razón a esta teoría de que el verano es la época sexual del año.

Libido y vitamina D

Que Sonia y Selena cantaran la estrofa «cuando llega el calor los chicos se enamoran» podría haber sido inspirado por el efecto de la vitamina D en el cuerpo.

Esta vitamina, que la producimos cuando la piel se expone a la luz solar, está muy relacionada con la sexualidad según los estudios de la Universidad Médica de Graz, en Austria.

Los resultados de sus análisis les hicieron sostener que, en el caso de los hombres, esta vitamina ayuda a generar más nivel de testosterona y aumenta calidad y movilidad de los espermatozoides.

Que igual contado así no sientes que sea especialmente relevante, pero piensa que es la responsable de provocar y mantener las erecciones.

¿A que ahora te apetece tomar más el sol?

Por otro lado, en el caso de las mujeres, unos bajos niveles de vitamina D son los que se relacionan con bajo deseo sexual, poca excitación, escasa lubricación, dificultades a la hora de alcanzar el orgasmo y, en definitiva, baja satisfacción sexual.

Así que no solo el verano es la ocasión de reactivarse sexualmente, sino de aprovechar que los encuentros íntimos son, desde el punto de vista del placer, de tan buena calidad.

Mara Mariño

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