Archivo de la categoría ‘Próstata’

¿Cómo puedo aprender de sexualidad en la edad adulta?

Puede que tu educación sexual se limitara a una clase de dos horas en toda tu vida escolar o que no recibieras formación en absoluto.

Da igual, inexistente o insuficiente, en la edad adulta las lagunas en el terreno de la sexualidad, son imposibles de ignorar.

educación sexual

PEXELS

Las identificas enseguida, cuando no sabes cómo reaccionar -si algo no va como crees que debería-, o con cosas tan necesarias como aprender a identificar los síntomas de tu cuerpo si te has contagiado de una ITS.

Es curioso, ¿no? En la era de internet podría parecer que educarnos es más fácil que nunca.

Tenemos miles y miles de páginas de contenido gratuito donde llegar a ese aprendizaje que no hemos recibido.

Casi parecería de esperar que hubiéramos hecho la labor educativa por nuestra cuenta y viviéramos una vida íntima consciente y saludable. Sin embargo, la realidad es que seguimos sin hacer ‘los deberes’.

Así que el artículo de hoy es un pequeño recopilatorio de algunas herramientas para aprender de sexualidad en la edad adulta, aunque siéntete libre de contactarme en la sección de comentarios o a través de mis redes sociales para añadir más contenidos a la lista.

Empezaré con mi último descubrimiento: como resistencia a la (mala) educación de la pornografía está el Sex Education Film Festival.

Es, como imaginarás, un festival de cine que, aunque se celebra anualmente en Terrassa, bien merece la pena buscar los cortometrajes cuyo objetivo es el de terminar con esos mitos del cine X -mención especial al de No me dejes así-.

Siguiendo la línea cinematográfica, aunque en el extremo más humorístico está Peepoodo, una serie que se encuentra gratuita en internet y que vendría a ser Los Simpson de la educación sexual.

Ya te anticipo que no es lo que parece, empiezas viendo el episodio de las verduras y terminas aprendiendo cómo estimular la próstata.

Libros y podcast para disfrutar(se)

Aunque los episodios, películas o cortos nos transmiten la información de una manera más visual, soy partidaria de tenerla más a mano en los libros.

Los índices te permiten dar, en apenas unos segundos, con la duda que te está asaltando. En esa línea, son una buena fuente de información (y una reciente incorporación a mi biblioteca) la colección Saber es Placer publicada por la Editorial Cinco Tintas junto a Platanomelón.

Sus cuatro títulos –Clímax, Deseo, Clítoris y Diversidades-, recogen desde los conocimientos de sexólogas expertas en materia, a los últimos estudios científicos publicados para abordar la sexualidad desde la rigurosidad absoluta.

Pero también están escritos con un toque cercano que sea comprensible a cualquier edad y en cualquier momento de la vida.

Si se busca algo más gráfico todavía, los cómics Sex-¡oh!, de Lyona o El fruto prohibido de Liv Strömquist son ideales para quienes quieren informarse, pero prefieren hacerlo sin perderse en demasiado texto.

Y, otra de mis últimas lecturas, Yo menstrúo: Un manifiesto, de Erika Irusta es justo lo que necesitaba para entender mejor lo que me sucede una vez al mes y poder hablar de ello por aquí o en mi Instagram.

Sí, las divulgadoras que compartimos conocimientos a través de nuestras redes sociales estamos en constante formación. Por eso nuestras cuentas son también una manera de aprender mientras haces scroll con el móvil en el baño.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Mara Mariño (@meetingmara)


Algunas incluso hemos ido un paso más allá haciendo programas de podcast, como es el caso de Zorras y Lagartas, un formato que copresento con la sexóloga Sara Izquierdo (con el apoyo de la plataforma JOYClub) y donde, cada 15 días, hablamos de sexualidad sin cortarnos un pelo.

En ese sentido, Spotify es una gran fuente de información con otros programas como Nepe, de Álvaro Cobarro, El podcast de la sexualidad femenina, de Miriam Gómez Galocha o Nos tienen Contentas de Roenlared y Paula Álvarez.

Aunque seguro que hay muchísimos más que no conozco.

Por último, ya que hablamos de sexólogas, las hay que organizan talleres sobre educación sexual para adultos. Es el caso de Autocoñocimiento de Pitu Aparicio, uno de los más entretenidos que he hecho últimamente.

Pero si no te coincide por fechas o ciudades, recuerda que gracias a que muchas hacemos las sesiones online, siempre te queda la opción de coger una cita de asesoría.

Puedes pedirla a modo de clase intensiva sobre algún tema sobre el que quieras aprender o para resolver todas tus dudas al respecto de la mano de una experta.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en InstagramTikTokTwitter y Facebook).

‘El orgasmo producido por la estimulación directa de la próstata es mucho más placentero’

Son varias las ocasiones en las que he recibido mucha insistencia por practicar sexo anal (en mi ano, por supuesto).

Y, alguna que otra vez, le he propuesto al chico en cuestión probar también por el suyo y así experimentar juntos ese increíble placer que me vendía.

pareja sexo

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Sin embargo, su rechazo era tajante. Reaccionaba como si su ano fuera una especie de zona mística donde la entrada de cualquier artículo, o parte del cuerpo, fuera casi un sacrilegio hacia su persona.

Lo que era toda una sorpresa cuando, algo más tarde, aprendí que es precisamente por detrás por donde los hombres tienen un sinfín de terminaciones nerviosas que son vía directa al orgasmo (sin transbordo ni nada).

En el caso de las mujeres, el tema de los puntos es casi como un abecedario. Dime una letra y te diré con qué parte del cuerpo (supuestamente), vas a llegar al clímax.

Como dice Valérie Tasso, sexóloga y embajadora de Lelo.com, «aparecen puntos como champiñones. Que si el punto G, el U, el A, etc»

Hay tantos que, como ella misma sugiere, «cuando se acaben las letras, podemos hacer como las matrículas y poner números».

El de ellos, en cambio, es más sencillo, más directo y, aun con todo, menos conocido: el Punto P, que vendría a ser su equivalente.

Pero, ¿por qué esa zona en concreto con lo fácil que era llegar a los genitales? ¿Qué tiene el Punto P que da tanto placer, pero aun así cuesta tanto de disfrutar? La experta nos lo resuelve.

¿Qué se estimula exactamente?
La próstata, una glándula masculina ubicada en el interior de la zona pélvica bajo la vejiga y frente al recto y está entre unos 3 a 5 cm entrando por el ano. Su tamaño es similar al de una nuez y su forma anatómica recuerda a una castaña. Su función primordial es, como en las vías de los trenes, el ‘cambio de aguja’, decidir qué conducto de los que la atraviesan tiene preferencia de paso para la uretra; si el que permite al hombre orinar o el que permite expulsar el semen (prueben a que un hombre eyacule y haga pipí a la vez y verán a lo que me refiero…).

De ella depende también el que, con sus contracciones (que en este caso son orgásmicas), el semen se impulse hasta la uretra. Un buen suelo pélvico permite presionar a voluntad la próstata para mantener el control sobre la eyaculación. También cumple una función capital en la producción de líquido que contribuye, junto al esperma producido por los testículos (y que apenas es un 2% de lo eyaculado) y los otros fluidos seminales.

¿Por qué esa zona da placer?
Es el órgano que interviene primero en el orgasmo masculino. Y al estar recubierta de terminaciones nerviosas, la próstata proporciona sensaciones que van desde buenas a verdaderamente intensas cuando se la masajea o estimula. Cuando un hombre está a punto de tener un orgasmo, lo primero que ‘se pone en marcha’ es la próstata y, en cuestión de medio segundo, la eyección de semen. Es decir, los orgasmos de los hombres, aunque no lo sepan, se hacen en dos tiempos: 1) contracciones de la próstata y luego 2) eyaculación. La dificultad de notar estos dos tiempos es porque entre el momento 1 y el 2 existe muy poco tiempo. Y no son pocos los hombres que desconocen cómo funciona su proceso orgásmico.

¿Cómo estimularla?
La estimulación de la próstata se puede hacer de dos maneras posibles: o bien desde dentro entrando por el ano (con los dedos, o con un masajeador prostático o también directamente con sexo anal por parte de tu pareja) o bien presionando con los dedos o algún juguete erótico el periné (desde fuera) –el periné es aquella zona entre los testículos y el ano-.

Te puede interesar leer: ¿Conoces el ‘pegging’? Nosotras se la metemos a ellos por detrás

¿Cómo es el tipo de orgasmo que se puede alcanzar? ¿Es igual que el que se consigue mediante la estimulación del pene?
El orgasmo producido por la estimulación directa de la próstata es mucho más placentero e intenso que el que se consigue mediante la estimulación del pene. Y muchas veces, más rápida. Además, un hombre que sabe reconocer muy bien los dos tiempos que comentábamos más arriba puede bloquear la eyaculación (sin dejar de llegar al clímax. Es lo que solemos llamar ‘orgasmo seco’) con lo cual no necesita tiempo de recuperación porque no pierde ninguna energía (la famosa fase refractaria y de resolución), se recupera más fácilmente y es capaz de tener múltiples orgasmos.

Un hombre también puede tener un orgasmo estimulando la próstata y el pene al mismo tiempo o de manera sucesiva, ¡es la sensación más intensa de todas! Según estudios recientes, el 33% de los hombres afirman tener orgasmos más fuertes y prolongados cuando incorporan el masaje prostático.

¿A qué crees que se debe que muchos hombres heterosexuales se muestren reticentes a atreverse con las prácticas que implican su ano?
Por una serie de tópicos y creencias que, curiosamente, no existían en la Grecia clásica y la Roma Antigua (sí, hemos ido a peor…). Realmente todos estos tópicos se afianzan cuando se empieza, desde la Clínica, a acuñar una serie de prácticas sexuales ‘no reproductivas’ y a tratar a los sujetos sexuados bajo epígrafes de ‘desviados’, como fue el caso con las palabras ‘sodomita’, ‘homosexual’, etc. que no existían hasta que se hizo en el siglo XIX (Época victoriana) un decálogo de estas supuestas desviaciones.

Actualmente, todavía se asocia la estimulación de la próstata con el ser gay. O en el caso de hombres heterosexuales, se asocia con que han ‘cambiado’ de orientación. ¡Es absolutamente erróneo y ridículo! Otro cliché que existe es que si pruebas la estimulación prostática, ya no vas a querer practicar otras eróticas. ¡Estúpido! Además, todos y todas tenemos ano y recto. No tienen orientación sexual, entonces ¿por qué queremos atribuirles una?

¿Cómo conseguir que se familiaricen con esa zona y la vean como una fuente de placer?
La próstata, estimulada directamente o no, siempre interviene. Decir que algo no te gusta porque ‘dicen que…’ es tan estúpido como decir que un plato concreto no te gusta sin haberlo probado antes. Pueden empezar a experimentar poco a poco con probar el anilingus que es practicar sexo oral en el que entran en contacto el ano o el perineo de una persona y la boca o lengua de otra. Es muy placentero. E ir siguiendo con un dedo (de manera externa de momento).

En cuanto a la penetración, se debería practicar también con un dedo, de manera muy suave, con paciencia y solo cuando el hombre esté muy excitado. También está lo que llamamos el pegging. En parejas heteros, las mujeres se ponen un arnés y penetran a su pareja para estimularle la próstata de manera directa. Y no dejan de ser heteros… De todas formas, para que las cosas cambien de manera drástica, y siento mucho insistir nuevamente en ello, hace falta urgentemente una asignatura reglada de Educación Sexual.

¿Qué juguetes aconsejas para estimular esta zona?
Objetos de placer específicamente diseñados para esta zona, es decir que tengan un tope. No nos olvidemos que el ano y el recto suelen más bien expulsar y no al revés. Cuando se usa algún tipo de vibrador para esta parte, si no hay tope, automáticamente nuestro recto tendrá tendencia a “chupar” literalmente lo introducido. Así que este tope es imprescindible para evitar que el objeto introducido se quede dentro. Uno de los mejores masajeadores prostáticos de Lelo es HUGO, tanto para novatos como para hombres más experimentados porque estimula la próstata tanto por dentro como por fuera (a través del periné) gracias a su conformación y sus dos motores. LOKI Wave es otro best-seller de la marca. Lo recomendaría para hombres más experimentados, ya que la parte introductoria es más gruesa. Para los hombres que quieren algo más sencillo (pero no menos eficaz), Lelo acaba de desarrollar un masajeador prostático más fino llamado BILLY 2. Si bien todos ellos están recubiertos de una silicona biomédica, siempre recomiendo que se pongan a los juguetes un preservativo

Y si lo hacemos con los dedos, ¿recomiendas alguna técnica?
Para los novatos en penetración anal, recomiendo empezar por el dedo meñique. Es el más pequeño. Más que nada para no hacer daño y que el hombre se vaya acostumbrando a la introducción de los dedos. Lo ideal sería ir preparando poco a poco, posteriormente, esta zona de nuestra anatomía con algún plug-in muy pequeño (son dilatadores y hay de todos los tamaños). Pero solo si apetece. Y obviamente, usar un buen lubricante acuoso, como si no hubiera un mañana… Desde Lelo, tenemos uno de los mejores, nuestra llamada Hydratante Personal.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).