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Juguetes para adultos: de imitar partes del cuerpo a imitar prácticas sexuales

Hace unos días, hablaba con un amigo de lo mucho que me alegraba que la industria juguetera para adultos se hubiera ido alejando de las réplicas realistas.

Porque, y a los éxitos de ventas de las marcas me remito, la tendencia ya no son imitaciones de goma en color rosa claro que emulan a la perfección detalles como el glande o las venas del pene.

pareja cama

PEXELS

Al contrario, diseños minimalistas de colores vibrantes que casi parecen pequeñas esculturas de diseño, son las que la mayoría de nosotras tenemos en el cajón del dormitorio.

Además de ser igual de prácticos si lo que buscamos es darle rienda suelta a la fantasía -porque eso depende de la imaginación que le echemos-, si algo demuestran es que lo importante, por fin, es el placer.

La fisonomía de los juguetes ya no se centra en asemejarse a la realidad, sino en proporcionar la máxima cantidad de estimulación para desencadenar ese reflejo que es el orgasmo.

Y, teniendo pequeños dispositivos que nos hacen alcanzar el clímax en pocos minutos, ¿cómo no preguntarse cuál iba a ser el siguiente paso, si ya parecía todo inventado?

La nueva generación de sex toys ya no parece ir, ni siquiera, a perfeccionar lo existente. Ahora es el momento de tomar nota de las prácticas más placenteras.

O esa fue mi conclusión cuando descubrí que una de las novedades imitaba a una boca.

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Con unos enormes labios y una lengua entre medias, el juguete que tenía en mis manos era capaz de imitar el movimiento de succión y a la vez emitir vibración desde la ‘lengua’.

Marilyn (DIVERSUAL)

A diferencia de un beso o una caricia, no hay manera de que el cerebro pueda anticipar cuáles son las sensaciones que un juguete sexual va a proporcionarte.

De ahí que usarlos resulte tan agradable, la expectación estaba servida.

Lo que sí pude notar es que, a diferencia de los estimuladores de clítoris, el cunnilingus mecánico se tomaba sus tiempos, como en la propia práctica.

Mi amigo me decía, bromeando, que de cualquier manera nunca va a equipararse a un sujeto de carne y hueso, porque no puede darte cariño posteriormente a un encuentro íntimo.

Yo le contesté que el juguete tampoco podía mirarte a los ojos, quizás otro de los motivos por los que nos gusta tanto todo lo relativo a envolver una boca y unos genitales en la misma ecuación.

No, la conexión entre personas nunca va a verse reemplazada por contar con estos aliados en el dormitorio, de la misma manera que siempre vamos a preferir una respuesta humana que un contestador automático cuando hacemos una llamada.

Pero cumplen a la perfección su función de permitirnos experimentar, probar, descubrir nuestro propio cuerpo, variar (en solitario o en compañía) y dejarnos sorprender. Y cada vez lo hacen mejor.

Mara Mariño

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Los juguetes sexuales ya no son lo que eran (por suerte)

Cada pocos meses, los padres de mi novio paran con nosotros en casa y les dejamos la habitación.

En otro momento de mi vida, esa ocasión se habría visto precedida de una limpieza exhaustiva de juguetes sexuales, poniéndonos en algún escondrijo fuera del alcance.

Ahora estoy tranquila, si dan con el que tengo más a mano, difícilmente van a saber de qué se trata.

Iroha

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O eso me digo, aunque quizás no es tanto la preocupación por si dan o no con mi colección, que doy por hecho de que no andan buscando.

Más bien que no siento que deba esconderlos. Mis juguetes me encantan, son coloridos y multiformes. Casi parecen pequeñas esculturas recubiertas de silicona.

Poco o nada tienen que ver con los juguetes de hace 20 años, donde solo había o réplicas de penes -que imitaban hasta el detalle de las venas-, o varitas vibradoras comparables en tamaño (y en ruido) a una aspiradora de mano.

Pero, ¿son el minimalismo y el nuevo diseño los responsables de que nuestros compañeros de dormitorio ya no sean genitales de plástico, sino bonitos ornamentos inspirados en la cultura japonesa, como es el Iroha de la foto cuyo nombre «Ukidama» es literalmente «bola flotante» en japonés?

Sí y no. El cambio de estética, pero sobre todo los avances en funcionalidad, han hecho que los juguetes ya no sean algo de broma que se regala en una despedida, sino el paquete más esperado de una celebración navideña o un cumpleaños con tus amigas.

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Ya no son lo que eran, tan mal llamados «consoladores» que hasta hay una marca que está intentando hacer entrar en razón a la RAE para que cambie el apelativo.

Los juguetes no son sustitutivo de nada, ni una forma de recibir consuelo cuando las cosas van mal (de eso se encarga nuestra red de apoyo), son disfrute en privado o en compañía.

También son conocimiento, ya que han conseguido que muchas entiendan «ah, así que eso que me gusta tanto estaba ahí».

Y tranquilidad para la que no conseguía conectar consigo misma y al final se perdía tanto en sus pensamientos, que perdía el orgasmo por el camino.

Quizás por eso ahora no me agobia que los encuentren, porque hacen tanto por mi bienestar como guardar café molido de antemano en la despensa, para tener la mitad del trabajo hecho cuando me preparo el café de las mañanas.

Ya no son lo que eran, son mucho más. Han salido a la luz transformados, como una oruga que rompe la crisálida y se ha convertido en mariposa.

Solo que, quienes vuelan, somos nosotras.

Mara Mariño

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¿Los juguetes de cristal se rompen? ¿Son higiénicos? Una experta nos resuelve las dudas más comunes

Entre sus diseños futuristas, sus potentes motores en miniatura y la cantidad de sensaciones que son capaces de despertar, se podría pensar que los juguetes sexuales son tan recientes, que apenas nos llevan acompañando los últimos 30 años.

juguetes de cristal dildo

PEXELS

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Fue en aquel episodio de Sexo en Nueva York cuando el conejito vibrador fue el primer superventas de la industria, un exitazo que solo ha llegado a igualar, años más tarde, el mundialmente conocido Satisfyer.

Pero, teniendo en cuenta que la sexualidad está ligada a la propia historia del ser humano, estos ingenios automatizados no son el comienzo, en todo caso el resultado de miles de años de evolución.

Ya en la Prehistoria, madera, piedra o brea eran algunos de los materiales utilizados para explorar el placer. Aunque analizándolos a día de hoy, estos materiales no dan mucha confianza en cuanto a higiene se refiere.

No pasa lo mismo con el que empezó a utilizarse en el año 3500 a.C. en Egipto y Mesopotamia oriental: el cristal.

De gran atractivo estético, con la posibilidad de adoptar diferentes formas, no poroso y con capacidad de soportar variaciones de temperatura, los juguetes sexuales hechos de cristal se convirtieron desde sus comienzos en creaciones artísticas muy apreciadas. Especialmente a partir del siglo XX con la aparición del Pyrex.

Actualmente, contar con un dildo de cristal en la colección de juguetes, supone además de un objeto seguro, una puerta a nuevas posibilidades en lo que a explorar la intimidad se refiere.

Megwyn White, portavoz de Satisfyer, explica por qué ha llegado hasta nuestros días el tipo de juguetes que, según la experta, ya utilizaban monjas italianas en el siglo XVII para su propio disfrute.

A nivel sensaciones, ¿qué tiene de diferente este material?
Proporcionan una experiencia sensorial única en comparación con los juguetes fabricados con otros materiales. La superficie lisa y dura del cristal ofrece una sensación táctil distinta, lo que permite una presión y estimulación más precisas. Además, el cristal se puede calentar y enfriar, lo que añade un juego de temperatura que los juguetes de silicona no pueden ofrecer tan fácilmente. Ambos tienen sus puntos fuertes y pueden ofrecer experiencias diferentes, por lo que la elección entre uno y otro suele reducirse a las preferencias personales.

Y muy importante, ¿se puede esterilizar por completo?
Sí, una de las principales ventajas de los juguetes de cristal es que pueden esterilizarse completamente, a diferencia de los juguetes fabricados con otros materiales. El cristal no es poroso, lo que significa que no absorbe bacterias ni líquidos, por lo que es una opción higiénica. Esterilizar juguetes de cristal es bastante sencillo. Pueden limpiarse fácilmente con jabón y agua tibia y son aptos para el lavavajillas. Para un nivel extra de limpieza, también puede hervirlos en agua durante aproximadamente 10 minutos, colocarlos en la rejilla superior del lavavajillas sin detergente o limpiarlos con una solución de lejía al 10% seguida de un aclarado a fondo con agua caliente. Sin embargo, es fundamental dejar que el juguete se enfríe a temperatura ambiente antes de utilizarlo si se ha hervido o blanqueado. También es aconsejable comprobar si el juguete tiene grietas o astillas antes y después de limpiarlo para garantizar su seguridad durante el uso. Es importante guardar siempre los juguetes de cristal en un lugar seguro y limpio para mantener su longevidad.

¿Estaríamos hablando de que es un juguete ideal para compartir sin el riesgo de que sea una vía de contagio de ITS?
Pueden esterilizarse completamente, como ya he mencionado, lo que reduce el riesgo de infección y los hace más seguros para compartir entre parejas, siempre que se limpien a fondo entre usos.

¿Cuáles diríais que son las reticencias del público a la hora de apostar por un juguete de cristal en vez de por uno de un material como la silicona, por poner un ejemplo?
En primer lugar, existe la idea errónea de que los juguetes de cristal pueden romperse durante su uso, lo que supone un riesgo potencial para la seguridad. Nuestros juguetes de cristal son seguros para su uso interno, ya que están fabricados con vidrio de borosilicato, que es estable e inastillable. Este potente material también es muy resistente a los agentes externos: ácidos, productos químicos, calor y frío. Casi nada puede dañarlo, por lo que también es increíblemente duradero y constituye una gran inversión de placer a largo plazo.

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¿Qué ventajas tiene este material respecto a otros?
Los usuarios que prefieren una estimulación precisa suelen disfrutar de las sensaciones únicas que ofrece la dureza del material, que puede ser especialmente útil para la próstata u otras zonas sensibles. Los juguetes de cristal también son compatibles con todo tipo de lubricantes, lo que permite un juego anal más suave y placentero. Además, la superficie lisa de los juguetes de cristal garantiza una experiencia cómoda, reduciendo la fricción y facilitando la inserción y extracción. Los juguetes de cristal también pueden calentarse o enfriarse para jugar con la temperatura, lo que añade otra dimensión a la experiencia del usuario. Su peso también puede ayudar a activar y fortalecer de forma natural los músculos perivaginales y anorrectales. El fortalecimiento de estos músculos puede ayudar a mejorar el tono vaginal y el control muscular, lo que puede ayudar a aumentar la intensidad de los orgasmos.

Teniendo en cuenta que con este material no se pueden fabricar partes móviles, sino que es sólido, ¿qué consideraciones estéticas y ergonómicas influyen en el diseño?
Damos prioridad a la ergonomía y la funcionalidad en la medida de lo posible. Por ejemplo, muchos de nuestros juguetes de cristal están diseñados con opciones de doble cara, lo que permite manejarlos y utilizarlos de diversas maneras. También hemos tenido en cuenta la forma y el movimiento naturales del cuerpo humano. Nos hemos asegurado de que cada juguete tenga una forma que optimice el placer y, al mismo tiempo, resulte cómodo de sostener y usar. La superficie lisa del vidrio ofrece una amplia gama de acabados, que van del pulido al grabado, independientemente de la textura, cada pieza está elaborada por expertos para garantizar que no solo sea visualmente impresionante, sino que también ofrezca el máximo nivel de placer y comodidad.

Mara Mariño

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Hablamos con una experta en juguetes sexuales de cómo ya no son ‘ni ruidosos ni turbios’

El mundo de los juguetes sexuales me fascina.

No solo porque detrás haya un equipo de mentes pensantes, dedicadas mañana y noche a conocer a la perfección cómo funcionan los genitales, el sistema nervioso o el mismo cerebro.

También porque se plantean cómo nos aproximamos al disfrute. Hablando en plata, cómo follamos de cara a desarrollar productos diseñados única y exclusivamente para dar placer.

pareja juguete sexual

WeVibe

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Por eso el artículo de hoy cuenta con la participación de Elisabeth Neumann, cuya labor como User Research Manager en We-Vibe y Lovehoney Group me ha resuelto las dudas de lo que sucede tras esos objetos de colorines que vemos en los estantes.

Como adelantaba, la industria juguetera para adultos no va solo a la fisiología ni a la anatomía. Los usos y costumbres que ponemos en práctica en la intimidad van marcando el camino de lo que podemos necesitar.

Así es como los succionadores de clítoris han irrumpido en el mercado, dándole protagonismo a la zona femenina más erógena (y más olvidada).

Reflejo de esta manera de desarrollar los productos, es uno de sus superventas para parejas. El coitocentrismo se ha convertido en fuente de inspiración para el Sync O, uno de sus juguetes que consigue estimular la parte externa del clítoris a modo de pinza, quedando firmemente en el sitio gracias a la estructura flexible que va dentro de la vagina.

Y sí, es ese furor por el coito en las relaciones entre hombres y mujeres lo que hizo que se pusieran manos a la obra para potenciar el disfrute de una práctica que, a las mujeres, no nos entusiasma tanto.

Me refiero, puede gustarnos por otras razones -sensación de intimidad, conexión emocional, cercanía-, pero llegar al clímax no es una de ellas para la mayoría.

«Solo el 18% de las mujeres pueden llegar al orgasmo solo con la penetración. Sin embargo, la penetración forma parte de casi todos los encuentros sexuales en las relaciones heterosexuales», explica Elisabeth.

Esto explica por qué han apostado por un artículo que, según sus investigaciones «ambos miembros de la pareja obtienen mucho placer y excitación al utilizarlo».

Sí, veníamos necesitando algo que hiciera de la penetración una práctica más estimulante, no vamos a engañarnos.

Más allá de su último lanzamiento, con la opinión de la experta es fácil llegar a la conclusión de que el cambio que debe darse entre las sábanas pasaría no solo porque los juguetes no se vean solo como una forma de innovar en la cama, sino replantearse la manera en la que nos relacionamos íntimamente.

En el sector de la moda, las prendas llegan al armario tan solo unos meses después de aparecer en pasarela, ¿cómo funciona en el sector de los juguetes?
Los plazos pueden variar mucho de un juguete a otro, pero normalmente pasan varios años desde la idea inicial hasta el producto final. Todo el desarrollo de productos va acompañado de las opiniones de los usuarios, para asegurarnos de que creamos productos que la gente necesita y adora. Construimos prototipos, los compartimos con nuestros probadores y recogemos sus comentarios en entrevistas para mejorar el juguete. Solo cuando creemos que el producto es muy bueno, empezamos la siguiente fase de producción. Por eso siempre es una aventura empezar un nuevo proyecto de juguete, y nunca sabemos cuánto tiempo nos llevará, hasta que vemos la versión final de una idea.

Ya que no hay dos vulvas o dos penes iguales, ¿cómo superar el reto de crear productos que tienen que tener la misma utilidad para genitales diferentes?
Adaptarse a todo tipo de cuerpos y de placeres es uno de los principales retos. No solo no hay dos vulvas iguales, sino que además pueden necesitar una estimulación muy diferente para sentir placer. Trabajamos con muestras de gran tamaño para incluir una variedad de opiniones y necesidades en los comentarios y, especialmente en las entrevistas, trabajamos con personas que hablan mucho de su sexualidad. Es importante que la persona con la que hablamos conozca sus preferencias y necesidades individuales, para que nos explique y contextualice sus opiniones. Y luego es nuestro trabajo trasladar estas percepciones a un panorama más amplio. También nos basamos mucho en la investigación que hemos realizado en los últimos años, así como en la investigación académica, para contextualizar las respuestas.

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Mucho se bromea en redes sobre lo soñado que sería dedicarse a probar juguetes, ¿pero en qué consiste este trabajo realmente?
En el caso de Sync O, los prototipos se probaron en más de 500 relaciones sexuales de parejas reales durante los ciclos de prueba. Más de 80 personas lo probaron. En la fase inicial de desarrollo del producto, repartimos diferentes formas a un grupo más reducido de parejas y nos reunimos con ellas en entrevistas para recoger sus comentarios. En esta fase, no es tan importante cuántos prefieren una forma determinada, sino el porqué que hay detrás. Solo cuando entendemos el porqué, comprendemos las necesidades reales del usuario y continuamos el desarrollo a partir de ahí. En fases posteriores, tenemos grupos de prueba más grandes, con los que queremos verificar que nuestras hipótesis son ciertas y que el producto realmente satisface las necesidades.

¿Cómo se sigue innovando en el sector cuando parece que ya está todo inventado o es difícil superar productos como los estimuladores de clítoris?
No creo que todo esté inventado, al contrario. La gran mayoría de los juguetes eróticos que existen siguen muy influenciados por formas y tecnologías básicas. Durante muchos años, los fabricantes no hablaban en absoluto con los usuarios de sus productos y, por lo general, solo reproducían la penetración con sus productos. Eran demasiado grandes, demasiado ruidosos, demasiado turbios. Vemos muchos grandes cambios en los diseños de los juguetes, pero creo que en lo que respecta a la estimulación, aún queda mucho por descubrir. Para llegar ahí tenemos que pensar fuera de los guiones sexuales convencionales e intentar explorar.

Cada vez se ven menos juguetes rosas y más variedad de colores, ¿qué hay detrás de la elección de los tonos?
La elección de los colores para nuestro nuevo modelo de juguete erótico para parejas, en el que destacan el morado y el verde terciopelo, es el resultado de una cuidadosa reflexión e investigación. El morado se asocia a menudo con la sensualidad y el erotismo. Es un color que destila misterio y lujo, lo que encaja perfectamente con la naturaleza de este producto. El verde se asocia a menudo con sentimientos de armonía, relajación y equilibrio. En el contexto de un juguete erótico para parejas, este color puede ayudar a crear un entorno cómodo y libre de tensiones, lo que resulta esencial para potenciar la intimidad y la conexión. Se eligieron tras realizar una exhaustiva investigación entre los usuarios y recoger sus opiniones. Descubrimos que estos colores no solo tienen fuertes asociaciones emocionales y psicológicas con la sensualidad, la pasión y la relajación, sino que también se alinean con los valores premium e inclusivos de nuestra marca.

¿Diría que el hecho de que se sigan desarrollando juguetes para experimentar nuevas sensaciones en la penetración es una prueba de que las parejas son conscientes de la importancia de variar en la cama?
Creo que hoy en día las parejas son mucho más conscientes de la importancia de la estimulación del clítoris. Sabemos por las investigaciones que solo el 18% de las mujeres pueden llegar al orgasmo únicamente con la penetración. Sin embargo, la penetración forma parte de casi todos los encuentros sexuales en las relaciones heterosexuales. Un juguete como el Sync O permite a una pareja seguir su rutina favorita y disfrutar de la cercanía especial de la penetración, al tiempo que pone el placer de ambos en el centro. También observamos que las parejas son más conscientes de que es difícil mantener relaciones sexuales duraderas, y quieren cuidar su relación sexual de forma proactiva, por ejemplo, variando y explorando cosas nuevas juntos.

Mara Mariño

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¿Conocías este ‘efecto secundario’ de usar juguetes sexuales?

Seguro que a estas alturas, los beneficios de usar juguetes sexuales (por tu cuenta o en compañía) te resultan más que familiares.

Son un estímulo distinto, te ayudan a lograr una gran sensación de placer, son perfectos para conocerte sexualmente…

Pero además, según una investigación reciente, serían clave para despertar tu interés sexual por otras prácticas.

mujer juguetes sexuales

PEXELS

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Si estás en un momento de estancamiento íntimo, probar juguetes sería la manera no solo de salir del ‘bache’, sino de estimular tu curiosidad más allá.

¿Te acuerdas del famoso eslogan de «Cuando haces pop ya no hay stop»? Con estos artículos pasa algo parecido.

En el momento en el que los pruebas es más que probable que te estimule a conocer qué otras cosas hay, algo que ha revelado el estudio que ha sacado la marca Diversual este mes de julio.

El 91,5% de las personas participantes -una muestra de más de 5.000 con una edad entre 18 y más de 60 años-, afirmaron que, tras haberlos usado, había aumentado el interés por prácticas sexuales nuevas.

Esta curiosidad se traduce en la motivación por innovar en la vida sexual, lo que debería ser una razón de peso de cara a vencer los miedos o reticencias que alguien pueda tener respecto a utilizarlos.

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Teniendo en cuenta que usar juguetes suele ir de la mano con el aumento del placer, la satisfacción al usarlos sería otra de las razones.

El 83,5% de los participantes en el estudio afirman sentirse más satisfechos en sus relaciones gracias al uso de juguetes sexuales y la lista de motivos que dieron lo explica a la perfección.

Motivaciones como descubrir nuevas sensaciones, tener orgasmos más intensos, alcanzar el orgasmo con más facilidad o romper con la rutina fueron algunas de las respuestas más votadas.

Lo que queda claro es que son un regalo estupendo. Casi el 91% de los encuestados han regalado o regalarían juguetes (ya tienes una idea para tu próximo cumpleaños).

Además, la gran mayoría coincidieron en que es un detalle que le gustaría recibir por parte de su pareja.

La investigación ha reafirmado la conclusión de que los juguetes son la mejor de las influencias para nuestra vida sexual.

Y, con toda la variedad de modelos que existen para estimular cualquier zona, ¿cómo no animarse a probarlos si tienen tan buenos ‘efectos secundarios’?

Mara Mariño

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‘Mi novio se siente inseguro si uso juguetes, pero no hago nada malo’

Cada cierto tiempo, abro en Instagram mi ‘Consexionario’, un espacio en el que cualquiera puede mandarme mensajes anónimos, bien para que les guarde el secreto o para que tengan a quien contarle sus dudas de sexualidad (y recibir una respuesta).

Juguetes sexuales Lelo

LELO FACEBOOK

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Una de las que me llegó consiguió marcarme especialmente, ya que me sentí identificada: «Mi novio se siente inseguro si uso juguetes, pero no hago nada malo».

Lidiar con una pareja que se pone en alerta o incluso ve en nuestra colección privada una amenaza, es algo que nos ha pasado a muchas de nosotras.

En especial las primeras veces que tirábamos del primer cajón de la mesilla, cuando su uso no era tan popular como ahora.

Esa inseguridad vendría de que se nos ha dicho que la sexualidad son genitales, que no hace falta nada más y, en el caso de necesitar complementos, es porque alguien ‘no da la talla’ en ese aspecto.

Valérie Tasso, sexóloga, escritora y embajadora de LELO, tiene una teoría muy interesante que va más allá de la concepción mainstream que tenemos de los encuentros sexuales.

«Hablar de objetos de placer ha permitido visibilizar la sexualidad femenina», afirma.

Y es algo que «durante tantos siglos se nos ha negado, incluso se ha demonizado (acordaos de la “histeria” en la época victoriana) y ha sido sometida a un control férreo por parte de los hombres y de la Clínica (sobre todo, la psiquiatría)».

«Por otra parte, hablar de juguetes eróticos visibiliza la masturbación femenina en particular, algo impensable hace décadas atrás. El placer y la masturbación siempre eran cosas del hombre. Y nuestro propio placer siempre dependía del placer masculino».

«La masturbación femenina era, por lo tanto, impensable (siempre se ha pensado que las mujeres no nos masturbábamos), ya que nuestros orgasmos dependían de un modelo de sexualidad masculino: el coito».

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Así que la conclusión de la sexóloga es que «se está ‘culpando’ a los juguetes eróticos de sustituir a las personas, pero la verdadera lectura que tenemos que hacernos es la siguiente: es una manera retorcida de tener miedo a nuestra sexualidad (femenina) y nuestro propio placer, a través de la masturbación».

El problema, como la propia Valérie explica, radica en que «es algo que todavía está anclado en la mentalidad colectiva y deshacerse de esta creencia es complicado. Pero es mejor echarles la culpa a los vibradores que reconocer que la sexualidad femenina les/nos da miedo».

«Primero, porque es de una incorrección política inadmisible. Y, segundo, porque es seguir tratando nuestra sexualidad como dependiente de la sexualidad masculina. Hablando en claro: nuestro placer dependería de un pene (con un hombre pegado a él…)».

Sin embargo, por mucho que parecería lógico que esto estuviera normalizado, y los juguetes se vieran como un añadido y no rivales en la cama, la sexóloga confirma que todavía no se ha superado, ya que lo ve a diario en su consulta.

¿Me puede sustituir un juguete?

Cuando hace una década toda la variedad posible de juguetes, que encontrabas en una tienda erótica, se limitaba a reproducciones en silicona de penes (algunos incluso simulando las venas), podía tener algo de lógica ese rechazo por parte de algunos, al sentir que estaban siendo reemplazados.

Pero la industria de juguetes sexuales ha ido evolucionando hasta el punto de que no solo ofrecen productos de tecnología punta, sino que el diseño se ha ido perfeccionando hasta ser auténticos objetos de lujo que poco o nada se parecen a sus antecesores.

Como por ejemplo los estimuladores de clítoris, que los hay tan pequeños y discretos que podrían pasar como un dispositivo de limpieza facial, como es el Lily 3 de la marca de juguetes LELO.

Lo que es indudable es que la conexión física y emocional también se crea a través del sexo -entre otras cosas-, por lo que este miedo no debería aparecer.

Quien piense que un objeto puede sustituir a un humano, «no cree en la humanidad», sostiene Valérie Tasso.

Además la sexóloga opina que, en ese caso, se debería hacer un ejercicio de introspección mediante unas preguntas: «¿Por qué me siento ‘amenazado’ por este estimulador de clítoris tan pequeño pero muy potente? ¿Por qué estoy haciendo agravios comparativos entre mi ‘yo’ y un objeto de placer?»

Quiero pensar que, una vez llegado a la conclusión de que la diversión y variedad son características deseables que puede tener nuestra vida sexual, los juguetes representan ambas cualidades.

Por lo que es el momento de que quien piense que vienen a sustituirle, se aleje de esa idea y lo vea como un complemento (y hasta un aliado).

Cuando la pareja no lo entiende

Pero si no sucede y tenemos a una pareja que, como comentaba mi seguidora del principio, nos cohíbe en ese sentido, ¿qué podemos hacer? Valérie lo tiene claro.

«No deberíamos aceptar que una persona nos haga sentir mal por usar un juguete. Es hasta ridículo. Aquí, el problema no está en nosotras/o, sino en la otra persona (por problemas de autoestima, por no haber entendido bien que la sexualidad humana es un juego, etc.)».

«Aun así, siempre invito a que se dialogue sobre este asunto. No tengamos miedo a comunicar. Una pareja no es sinónimo de confrontación, sino de entendimiento», explica.

«Si después de eso, tu pareja no lo entiende, siento decirte lo siguiente: ¿qué haces con esta persona?»

Una de las consultas más frecuentes que recibe la sexóloga es la de cómo combatir la monotonía sexual, por lo que una de las primeras cosas que ‘prescribe’ es un juguete erótico para parejas.

Además de ser algo con lo que poder llegar por otro camino al orgasmo (o simplemente despertar sensaciones distintas en el cuerpo) «suelen fomentar una comunicación honesta, mucha complicidad y permiten hablar sin tapujos de lo que nos gusta y de lo que no».

Lo que, de paso, ayudaría a dejar de sentir cualquier posible amenaza. «Lo desconocido suele generar mucho discurso equivocado y un miedo irracional. Así que, lo mejor para ambas partes, es que lo desconocido se pueda palpar y compartir», afirma Valérie.

No hay nada más excitante que tu pareja se involucre en tu placer y coja un juguete involucrándolo en el juego: «Cuando un juguete se comparte, curiosamente se le suele perder el miedo».

Mara Mariño

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Ellos no contemplan ‘la idea de que un juguete erótico reemplace la mano’

Las mujeres hemos sido las primeras beneficiadas en el boom de los juguetes sexuales centrados en la estimulación del clítoris.

Pero esa fiebre por el placer más allá de la penetración no solo nos ha venido bien a nosotras, ya que ha derribado muchos tabúes de la sexualidad, incluyendo la masculina.

hombre juguete sexual

LELO

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Y sino, solo hay que ver como ahora la mayoría de hombres que rondan la treintena cuentan con un juguete sexual para su uso y disfrute o tienen interés por contar con uno que puedan compartir con su pareja.

«Cada vez más hombres se abren a experimentar», me confirma Adriana Di Ippolito, Marketing & Communications Manager de LELO.

Especialmente si hablamos del Punto P gracias al fin de muchos prejuicios.

«La normalización y visibilización de la conversación sobre el bienestar sexual es clave para que la sociedad comience a informarse y a saber más sobre su propia anatomía y puntos de placer», dice la portavoz de la marca sueca.

Ahora parece una cuestión de tiempo que aparezca el equivalente al famoso ‘succionador’ de clítoris para ellos. Aunque, por el momento, otros juguetes son los que convencen a un -cada vez más interesado- público masculino.

«Los juguetes eróticos para hombres más deseados de LELO son el masturbador masculino y el anillo para el pene», comenta Adriana.

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En otras palabras, todos aquellos que se centran más en la estimulación del pene, que, a diferencia de los que están más enfocados en el punto P, los que simulan la penetración o que estimulan el pene, son los que se buscan en mayor medida.

Pero, ¿significa eso que hay que ir al punto erógeno por excelencia de la anatomía masculina?

Adriana difiere a la hora de recomendar a un hombre qué juguete autorregalarse: «Le aconsejaría comenzar a escuchar a su propio cuerpo sin juzgarse y sin ningún tipo de prejuicio».

«Antes que nada, hay que pensar cuáles son nuestras preferencias o qué sensaciones nos apetece experimentar y así sabremos de qué manera podemos elevar los momentos íntimos con un juguete erótico», explica.

A aquellos más reticentes «Les recomendaría comenzar a informarse más sobre la sexualidad del hombre y los puntos de placer masculinos, porque es un mundo muy amplio y estimulante».

«E incluso que echen un vistazo a las increíbles reseñas de aquellos que ya utilizan juguetes sexuales, seguro que de esta forma se animan a dar el paso», comenta.

El estigma asociado a la masculinidad

La percepción que hay sobre quienes puedan usar este tipo de artículos es algo que le hace flaco favor a la libertad de disfrutar del cuerpo.

Porque por mucho que el placer a nivel personal está bastante aceptado, no pasa lo mismo con los juguetes cuando hablamos de hombres heterosexuales.

Algo que se debe al «factor estigma asociado», como explica Adriana.

«Los hombres son vistos, tanto por hombres como por mujeres, como siempre dispuestos a masturbarse rápidamente y de forma manual, por lo que la idea de que un juguete erótico reemplace la mano o mejore la experiencia es algo que generalmente no se contempla en la mente de los hombres heterosexuales».

«La masculinidad tóxica hará que los hombres piensen ‘¿Y si mis amigos se enteran?‘ o ‘la gente pensará que soy raro’, afirma.

«Curiosamente, y a pesar de los mitos y confusión que aún quedan por desmentir en torno a los juguetes eróticos, hemos observado que existe una tendencia creciente en las búsquedas de información sobre masajeadores prostáticos o masturbadores para pene».

Y es que una de las mayores excusas a la hora de probarlo es que parece que, con el uso de la mano, ya no es necesario utilizar un juguete porque ‘no hay competencia posible’.

Aunque, como explica Adriana: «No hay por qué elegir entre una cosa u otra. Son sensaciones distintas y en el terreno sexual, cada persona tiene sus propias preferencias».

«Utilizar juguetes sexuales no elimina de la ecuación la masturbación manual, son prácticas que funcionan muy bien juntas. Pueden combinarse y complementarse perfectamente e incluso utilizar juguetes sexuales en compañía. Las posibilidades para experimentar el placer son prácticamente infinitas».

Mara Mariño

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Juguetes sexuales de oro: ¿excentricidad o un nuevo nivel de placer?

Fue en 2018 cuando Gwyneth Paltrow puso a la venta sus cristales de cuarzo ‘sexuales’.

Unos huevos que, según ella, tenían increíbles propiedades si te los metías por la vagina (cosa que muchas expertas dijeron que era una bomba de relojería).

juguetes oro

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Además, costaban casi 61,50 euros, lo que hizo que muchas nos planteáramos un par de cositas.

La primera la de materiales curiosos éramos capaces de introducirnos por el cuerpo solo porque una celebridad lo sugiriera, sin preocuparnos por recomendaciones médicas.

Y lo segundo: ¿hacía falta esa extravagancia cuando se trataba de algo para la intimidad?

Especialmente cuando existen productos que cumplen la misma función, de ejercitar el suelo pélvico, mucho más asequibles.

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En el caso del huevo de Gwyneth quedó claro que no, sobre todo con la demanda que tuvo que pagar por publicidad engañosa sobre las propiedades mágicas de sus piedras vaginales.

Es una pregunta que yo también me hice cuando leí que hace unos días, se habían robado juguetes sexuales hechos de oro.

Una colección que estaría valorada en miles de euros. ¿Estamos locos?

Pues sí y no, porque por lo visto el oro sería mucho más higiénico que el cuarzo (si tan solo la actriz lo hubiera sabido…).

Mientras que el primero es una piedra porosa que puede llevar bacterias en los poros, lo de ir andando con ese peso puede provocar más problemas que ventajas según ginecólogas que en su día opinaron sobre el invento de la fundadora de Goop.

El tema de la higiene no sería un problema para el oro, ya que –como la silicona médica-, «es totalmente seguro», confirman desde LELO.

Portavoces de la firma de juguetes sueca también destacan que, además tiene propiedades antiinflamatorias (razón por la que fue usado por romanos, egipcios o japoneses).

Pero no son los únicos atractivos, sus propiedades en la cama lo convierten en un elemento muy interesante.

Y es que al transmitir sensación de calor o de frío -no olvidemos que el oro es un excelente conductor– permite llevar el juego a otro nivel de exploración.

Aunque, personalmente, esto de las cosas bañadas en metales preciosos (con precios entre 3.000, 4.000 o hasta 15.000 euros) me recuerda al chuletón cubierto de oro de Sergio Ramos y Pilar Rubio o al champán con pepitas dentro.

Lo que tengo claro es que, independientemente de la excentricidad que se compren las personas más ricas del planeta, hay una verdad universal.

Da igual que esos juguetes no sean para todos, el placer sí lo es.

Y a la vista está que nuestro primer juguete sexual se encuentra en la mano, por lo que no necesitamos que lleve oro para pasarlo bien.

Mara Mariño

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¿Conoces el curioso origen del conejito vibrador?

¿No te da la sensación de que los juguetes sexuales son algo como muy moderno?

Entre que ahora tienen la tecnología de un motor de avión en miniatura o los puedes manejar a distancia con aplicaciones, parecen salidos de una película futurista.

juguete sexual doble estimulación

WOMANIZER

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Especialmente cuando te remontas a un par de generaciones atrás en el tiempo y no te imaginas a tu abuela con algo de este estilo en el cajón de la mesilla del dormitorio.

Pero no, los juguetes no son un invento del siglo XXI, llevan aquí mucho, mucho más tiempo.

Y son también la prueba de que la concepción del placer, especialmente el femenino, ha ido cambiando.

No sé si lo recuerdas, pero antes de que nos arrollara el boom del estimulador de clítoris, ya había un juguete con el que nos temblaron las piernas.

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Te diré más, cuando alguna conocida me pregunta qué juguete considero un imprescindible, está reñido con el famoso succionador: el conejito vibrador.

El conejito vibrador es un invento maravilloso que, además de tener un dildo que se introduce por dentro y suele tener movimiento -para dar en los puntos claves de la vagina-, tiene un apéndice que estimula la parte exterior del clítoris.

Maravilla de los dioses. O de los ingenieros.

 

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Puede que las lectoras de mi quinta recuerden que ese juguete lo petó en la pantalla (y en ventas) gracias a Sexo en Nueva York, pero su origen se remontaría al año 710 d.c. en Japón (sí, has leído bien, 710, no 1710).

Según Lovehoney Group, la empresa de bienestar sexual, el primer juguete tenía el nombre de Harigata -búscalo en Google porque las fotos son curiosas-.

Este objeto estaba hecho de piedra, madera o carey, que se le daba forma fálica, y se utilizaba o bien para masturbación o como complemento en las relaciones sexuales acompañadas.

Algo que deja en evidencia que, ya hace más de mil años existieran estos objetos, faltaba mucho por averiguar del placer femenino.

Sí, la sexualidad se reducía solo a la penetración hasta con los juguetes de cuerno de búfalo.

Y que en cuanto a materiales, podemos sentirnos afortunadas de haber nacido en esta época y no estar masturbándonos con algo que te puede clavar astillas en la piel.

Quizás por eso el conejito vibrador fue incluso más revolucionario que el succionador, porque fue el primer juguete en decir: «Vale, la penetración está muy bien, pero que no se nos olvide esto que está aquí encima».

Fue así como el clítoris entró en escena.

Entonces por muy fan que soy del succionador y sus virtudes (como la de llegar al orgasmo en apenas unos segundos), sí que cuando tengo tiempo y busco mayor intensidad prefiero la estimulación simultánea.

Porque los japoneses sabrían mucho de tallar cualquier material que se les cruzara por el camino para darle forma fálica, pero en mi opinión, los juguetes que van a por ambas zonas, son invencibles.

Mara Mariño

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¿Quieres regalar un juguete sexual? Primero apunta estos consejos

Con este trabajo, la mitad de mis amigas quieren que les regale un juguete erótico. La otra mitad ya lo tienen.

Tampoco es que yo vaya dando vibradores a diestro y siniestro.

juguete sexual regalo

WOMANIZER

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Pero sí que, por parecerme un detalle que siempre es bien recibido, he ido mejorando mi habilidad de saber qué regalar a cada una de ellas con el tiempo.

No es que sea yo la más original del mundo -que además según el estudio de Amantis, el 60% de los participantes afirmaron haber regalado un juguete sexual-.

Así que, si te planteas obsequiar con algo en este estilo, es momento de que sepas qué debes tener en cuenta.

Por lo pronto, regálaselo solo a alguien con quien tengas confianza. Por lo general, no es un regalo suegra-friendly a no ser que tengas ese tipo de relación con ella (que si la tienes, bien por ti, ojo).

Y escoge bien la ocasión en la que dárselo, porque quizás si trabajáis en la misma empresa, seguramente prefiera abrirlo en la intimidad y no delante de todo el departamento de marketing.

Lo bueno de regalar algo para mejorar la vida sexual es que, si has tenido conversaciones con esa persona sobre el tema, ya sabes de qué pie cojea.

¿Quiere probar el mundo del BDSM? Regálale un collar, un flogger… Si está un poco atascada, con la libido por los suelos por la pereza que le da quitarse la ropa con el frío, es el momento de regalarle un suplemento que le reactive el deseo.

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Y, si se va a casar o ir a vivir con su pareja, algo para que jueguen juntos -como los estimuladores genderless-, son también una buena elección.

No falla nunca regalar algo que has probado, o descubierto recientemente, y se ha colado en la lista de tus aliados favoritos.

En mi caso, cuando salió el ‘succionador’ de clítoris se lo regalé hasta a 4 amigas.

Tenían que conocer esa maravilla. Y sus clítoris también.

Además, creo que es mejor si lo has probado antes por dos razones: sabes lo estupendo que es, la garantía de tu experiencia habla por sí sola, y puedes explicarle cómo funciona (o compartir impresiones después).

Lo que está asegurado es que, lo reciba quien lo reciba, va a disfrutarlo más que un jersey o una vela aromatizada.

¿Te animas a incluirlo en tu lista de regalos?

Mara Mariño

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