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Juguetes sexuales de oro: ¿excentricidad o un nuevo nivel de placer?

Fue en 2018 cuando Gwyneth Paltrow puso a la venta sus cristales de cuarzo ‘sexuales’.

Unos huevos que, según ella, tenían increíbles propiedades si te los metías por la vagina (cosa que muchas expertas dijeron que era una bomba de relojería).

juguetes oro

LELO

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Además, costaban casi 61,50 euros, lo que hizo que muchas nos planteáramos un par de cositas.

La primera la de materiales curiosos éramos capaces de introducirnos por el cuerpo solo porque una celebridad lo sugiriera, sin preocuparnos por recomendaciones médicas.

Y lo segundo: ¿hacía falta esa extravagancia cuando se trataba de algo para la intimidad?

Especialmente cuando existen productos que cumplen la misma función, de ejercitar el suelo pélvico, mucho más asequibles.

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En el caso del huevo de Gwyneth quedó claro que no, sobre todo con la demanda que tuvo que pagar por publicidad engañosa sobre las propiedades mágicas de sus piedras vaginales.

Es una pregunta que yo también me hice cuando leí que hace unos días, se habían robado juguetes sexuales hechos de oro.

Una colección que estaría valorada en miles de euros. ¿Estamos locos?

Pues sí y no, porque por lo visto el oro sería mucho más higiénico que el cuarzo (si tan solo la actriz lo hubiera sabido…).

Mientras que el primero es una piedra porosa que puede llevar bacterias en los poros, lo de ir andando con ese peso puede provocar más problemas que ventajas según ginecólogas que en su día opinaron sobre el invento de la fundadora de Goop.

El tema de la higiene no sería un problema para el oro, ya que –como la silicona médica-, «es totalmente seguro», confirman desde LELO.

Portavoces de la firma de juguetes sueca también destacan que, además tiene propiedades antiinflamatorias (razón por la que fue usado por romanos, egipcios o japoneses).

Pero no son los únicos atractivos, sus propiedades en la cama lo convierten en un elemento muy interesante.

Y es que al transmitir sensación de calor o de frío -no olvidemos que el oro es un excelente conductor– permite llevar el juego a otro nivel de exploración.

Aunque, personalmente, esto de las cosas bañadas en metales preciosos (con precios entre 3.000, 4.000 o hasta 15.000 euros) me recuerda al chuletón cubierto de oro de Sergio Ramos y Pilar Rubio o al champán con pepitas dentro.

Lo que tengo claro es que, independientemente de la excentricidad que se compren las personas más ricas del planeta, hay una verdad universal.

Da igual que esos juguetes no sean para todos, el placer sí lo es.

Y a la vista está que nuestro primer juguete sexual se encuentra en la mano, por lo que no necesitamos que lleve oro para pasarlo bien.

Mara Mariño

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¿Conoces el curioso origen del conejito vibrador?

¿No te da la sensación de que los juguetes sexuales son algo como muy moderno?

Entre que ahora tienen la tecnología de un motor de avión en miniatura o los puedes manejar a distancia con aplicaciones, parecen salidos de una película futurista.

juguete sexual doble estimulación

WOMANIZER

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Especialmente cuando te remontas a un par de generaciones atrás en el tiempo y no te imaginas a tu abuela con algo de este estilo en el cajón de la mesilla del dormitorio.

Pero no, los juguetes no son un invento del siglo XXI, llevan aquí mucho, mucho más tiempo.

Y son también la prueba de que la concepción del placer, especialmente el femenino, ha ido cambiando.

No sé si lo recuerdas, pero antes de que nos arrollara el boom del estimulador de clítoris, ya había un juguete con el que nos temblaron las piernas.

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Te diré más, cuando alguna conocida me pregunta qué juguete considero un imprescindible, está reñido con el famoso succionador: el conejito vibrador.

El conejito vibrador es un invento maravilloso que, además de tener un dildo que se introduce por dentro y suele tener movimiento -para dar en los puntos claves de la vagina-, tiene un apéndice que estimula la parte exterior del clítoris.

Maravilla de los dioses. O de los ingenieros.

 

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Puede que las lectoras de mi quinta recuerden que ese juguete lo petó en la pantalla (y en ventas) gracias a Sexo en Nueva York, pero su origen se remontaría al año 710 d.c. en Japón (sí, has leído bien, 710, no 1710).

Según Lovehoney Group, la empresa de bienestar sexual, el primer juguete tenía el nombre de Harigata -búscalo en Google porque las fotos son curiosas-.

Este objeto estaba hecho de piedra, madera o carey, que se le daba forma fálica, y se utilizaba o bien para masturbación o como complemento en las relaciones sexuales acompañadas.

Algo que deja en evidencia que, ya hace más de mil años existieran estos objetos, faltaba mucho por averiguar del placer femenino.

Sí, la sexualidad se reducía solo a la penetración hasta con los juguetes de cuerno de búfalo.

Y que en cuanto a materiales, podemos sentirnos afortunadas de haber nacido en esta época y no estar masturbándonos con algo que te puede clavar astillas en la piel.

Quizás por eso el conejito vibrador fue incluso más revolucionario que el succionador, porque fue el primer juguete en decir: «Vale, la penetración está muy bien, pero que no se nos olvide esto que está aquí encima».

Fue así como el clítoris entró en escena.

Entonces por muy fan que soy del succionador y sus virtudes (como la de llegar al orgasmo en apenas unos segundos), sí que cuando tengo tiempo y busco mayor intensidad prefiero la estimulación simultánea.

Porque los japoneses sabrían mucho de tallar cualquier material que se les cruzara por el camino para darle forma fálica, pero en mi opinión, los juguetes que van a por ambas zonas, son invencibles.

Mara Mariño

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¿Quieres regalar un juguete sexual? Primero apunta estos consejos

Con este trabajo, la mitad de mis amigas quieren que les regale un juguete erótico. La otra mitad ya lo tienen.

Tampoco es que yo vaya dando vibradores a diestro y siniestro.

juguete sexual regalo

WOMANIZER

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Pero sí que, por parecerme un detalle que siempre es bien recibido, he ido mejorando mi habilidad de saber qué regalar a cada una de ellas con el tiempo.

No es que sea yo la más original del mundo -que además según el estudio de Amantis, el 60% de los participantes afirmaron haber regalado un juguete sexual-.

Así que, si te planteas obsequiar con algo en este estilo, es momento de que sepas qué debes tener en cuenta.

Por lo pronto, regálaselo solo a alguien con quien tengas confianza. Por lo general, no es un regalo suegra-friendly a no ser que tengas ese tipo de relación con ella (que si la tienes, bien por ti, ojo).

Y escoge bien la ocasión en la que dárselo, porque quizás si trabajáis en la misma empresa, seguramente prefiera abrirlo en la intimidad y no delante de todo el departamento de marketing.

Lo bueno de regalar algo para mejorar la vida sexual es que, si has tenido conversaciones con esa persona sobre el tema, ya sabes de qué pie cojea.

¿Quiere probar el mundo del BDSM? Regálale un collar, un flogger… Si está un poco atascada, con la libido por los suelos por la pereza que le da quitarse la ropa con el frío, es el momento de regalarle un suplemento que le reactive el deseo.

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Y, si se va a casar o ir a vivir con su pareja, algo para que jueguen juntos -como los estimuladores genderless-, son también una buena elección.

No falla nunca regalar algo que has probado, o descubierto recientemente, y se ha colado en la lista de tus aliados favoritos.

En mi caso, cuando salió el ‘succionador’ de clítoris se lo regalé hasta a 4 amigas.

Tenían que conocer esa maravilla. Y sus clítoris también.

Además, creo que es mejor si lo has probado antes por dos razones: sabes lo estupendo que es, la garantía de tu experiencia habla por sí sola, y puedes explicarle cómo funciona (o compartir impresiones después).

Lo que está asegurado es que, lo reciba quien lo reciba, va a disfrutarlo más que un jersey o una vela aromatizada.

¿Te animas a incluirlo en tu lista de regalos?

Mara Mariño

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Los juguetes sexuales han cambiado de color por estos motivos (y ya no se lleva el rosa)

Aunque puede parecer que el boom de los juguetes sexuales ha venido con el succionador de clítoris, fue en los años 90 la primera vez que reventaron el mercado (y vaya si lo reventaron).

En concreto gracias a Sexo en Nueva York -¿quién no ha visto la serie a estas alturas?-, cuando Samantha les descubrió a sus amigas su vibrador conejito.

juguetes sexuales

WOMANIZER

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Aquel producto en color rosa semitranslúcido abrió la puerta a un sinfín de vibradores que vendrían detrás y se convirtió en el juguete más buscado.

El placer femenino salía a la luz por la puerta grande con un artilugio que penetraba la vagina y estimulaba el clítoris al mismo tiempo.

Y todas las variantes compartían que, además de buscar dar placer -en la intimidad o acompañadas, eso ya era decisión de cada una- venían en fucsia, rosa chicle, rosa pastel o rosa Barbie.

Si hubieran protagonizado una película habría sido 50 sombras de rosa.

Casi parecía que los empresarios se habían reunido alrededor de una mesa y habían dicho: «Bueno, es un juguete para mujeres, estamos todos pensando en el mismo color, ¿no?».

En los 90 y 2000 daba igual el tipo de producto, su función o por dónde querías introducirlo, solo parecían existir dos categorías, la rosa, la femenina y la negra, la masculina.

Los succionadores, encabezados por el Satisfyer, se hicieron aún más populares que sus predecesores precisamente por poner sobre la mesa lo que nosotras ya sabíamos: que la penetración no es imprescindible para llegar al orgasmo si hay estimulación del clítoris.

Y no solo eso, sino que además se alejaron -por fin- del rosa. Ya no es el color que parece exclusivo de lo femenino.

Los hay de diferentes colores (morados, verdes, lilas, azules, rojos, burdeos…) y con todo tipo de formas, desde los más aerodinámicos, que parecen una escultura moderna, al que tiene forma de rosa o de patito de goma.

Esta nueva generación de juguetes cada vez se parecen menos a las copias plásticas de pene por las que empezaron las empresas de juguetes y se adaptan más a la anatomía (y gustos) de las clientas a las que van destinados.

Entre tanto avance, el morado ha ido escalando posiciones hasta convertirse en el nuevo rosa.

Por un lado porque, al estar ligado con el feminismo, es sinónimo de empoderamiento femenino. También porque además representa riqueza, realeza, magia y espiritualidad.

Otra de las razones que ha hecho que las empresas de juguetes lo utilicen más frecuentemente se debe a que es el tono que resulta de la combinación entre rosa -más asociado a mujeres- y azul -asociado a hombres, por lo que sería un color de género neutro.

Sí, que todas, todos y todes nos sintamos representadas con lo que vemos en las estanterías, es una buena razón para teñir de nuevos colores lo que usamos en la intimidad.

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Aunque no me olvido de los patrones de consumo que hay detrás. Según un artículo de Gizmodo donde hablaban con compañías de juguetes en Norteamérica, verde y naranja tenían poco éxito.

Y el amarillo despertaba antipatía en cualquier producto -no solo juguetes-.

Los colores que escogemos vienen con distintas emociones que asociamos con ellos. Por eso, cuando se trata de diseñar un juguete sexual se buscan tonos relacionados con la diversión y un poco de excitación.

Si para animarte las estilistas recomiendan ponerte colores brillantes, lo mismo pasaría cuando se trata de ‘ponerte’ un juguete.

Mara Mariño

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Adiós ‘succionador’ de clítoris, hola ‘succionador’ de vagina

Aunque la traemos ‘de serie’, la vagina es esa gran conocida y desconocida al mismo tiempo.

Por un lado, sabemos que tenemos que revisarla cada cierto tiempo, pasar su ITV particular en el ginecólogo.

juguete sexual estimulador vagina

WOMANIZER

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Por otro, nuestra relación con ella se limita a tratarla como esta especie de bolsillo mágico donde salen y entran cosas como tampones, dedos, coágulos de sangre y, por supuesto, penes.

Sin embargo, desde que nos descubrimos el clítoris es casi como si nos ‘sobrara’.

¿Para qué vamos a dedicarle atención si lo que realmente nos gusta está fuera?

Ya lo dice Ana Lombardía, sexóloga y escritora en el evento de presentación de Womanizer: «Para el gatillo del orgasmo tiene que haber estimulación del clítoris».

Y no hay mejor ejemplo que si damos un paseo por tiendas de juguetes sexuales (o le preguntamos a nuestras amigas qué es lo que no falta en su casa -a lo que contestarán «un succionado de clítoris»).

Volviendo a la vagina -basta que diga que es la gran olvidada para que se me olvide mencionarla durante el resto del artículo- no es precisamente famosa por su sensibilidad.

Estamos hablando de que por ese tubo elástico tiene que salir un ser humano hecho y derecho con su cráneo, sus codos y rodillas.

Más vale que ni sienta ni padezca mucho, porque de otra manera parir se habría convertido en algo muy poco popular condenándonos a la extinción.

Aun así, ¿hacemos bien en dejarla relegada al olvido?

Claro que la penetración puede ser placentera por la conexión que se da con la otra persona y todo lo que rodea ese encuentro físico.

Pero lo cierto es que «no tenemos erotizada la parte interna de la vagina, solo con la penetración», explica Ana.

Y tiene toda la razón del mundo. Aunque recuerdo haber explicado cómo me gusta que me toquen el clítoris, lo de acariciarme por dentro es algo que nunca me he parado ni a investigar ni a disfrutar más allá de un movimiento ‘mete-saca’.

Curiosamente, si inspeccionáramos qué hay justo detrás de las paredes vaginales, de nuestros ‘tabiques’ encontraríamos que a unos pocos centímetros de la entrada, está la parte trasera del clítoris -eso que se conoce como ‘Punto G’-.

(Recordatorio amistoso de que lo que queda a la vista de nuestro órgano de placer es apenas el glande que está tapado por un capuchón)

Estimular esta zona, hasta lo que yo había probado hasta ahora, pasaba por introducir uno o dos dedos y hacer un movimiento ascendente, como si hicieras el gesto de «ven aquí» con el índice.

Y es justo lo que busca estimular el nuevo juguete de la marca, Womanizer OG con ondas y sensación de pulsión.

Vamos, la tecnología que tanto ha funcionado con el estimulador de clítoris de manera externa, pero para probar internamente.

Es más, sabes que tienes el juguete colocado donde debe estar cuando notas como si algo te estuviera tocando por fuera cuando en realidad solo recibes la vibración desde dentro.

Más familiarizada con todo lo que es sensaciones por fuera, probarlo por dentro ha sido darle la razón a la sexóloga.

No solo hay muchas zonas que aún quedan por descubrir del cuerpo a nivel sexual, sino que pueden formar parte del particular mapa erógeno y hacer del sexo algo aún más placentero (si cabe) y variado.

Porque, dicho sea de paso, ahora tengo curiosidad de saber cómo funcionará el juguete con la doble penetración.

Mara Mariño

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Estos son los juguetes sexuales que no pueden faltar en tus vacaciones

Alguna vez he viajado con juguetes sexuales en la maleta.

De hecho, una vez recuerdo que en un control de seguridad, el empleado de Barajas llamó a sus compañeros para que vieran el dildo de goma que aparecía en pantalla de infrarrojos.

juguetes sexuales

PEXELS

Es correcto, caballeros, me gusta pasármelo bien cuando viajo.

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Pero con los nuevos cambios en los equipajes, han terminado por quedarse en casa, dejando su hueco a más pares de calcetines.

Y es una pena, porque precisamente son las escapadas el mejor momento del año para reconectar con la pareja.

Pasan los días que ni nos enteramos, de una manera tan acelerada que hasta el sexo es algo rutinario y mecánico.

De ahí que los viajes sean casi terapéuticos, con esos polvos mañaneros cuando no tienes ninguna prisa por abandonar las sábanas, ya que la playa no se va a ir a ningún lado.

O uno de madrugada, bajo la luz de las estrellas -dejad que me ponga romántica- porque al día siguiente no va a sonar la alarma para ir a la oficina.

En resumen, que fortalecer el vínculo íntimo es algo que no solo va a amenizarnos las vacaciones, sino también cargarnos las pilas para lo que se viene por delante.

Por esa razón, poder contar con juguetes es siempre de ayuda, ya los traigas de casa o los adquieras por el camino.

Y es justo lo que han tenido en cuenta desde Diversual.com ya que han diseñado unas cajitas que se pueden encontrar a la venta en hoteles o casas rurales.

De esta forma te olvidas de tener que estar pendiente de llevarlo en la maleta. Incluso si por un casual se te ha olvidado, tienes todo lo necesario incluso estando fuera.

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Ya apuestes por el kit que han creado para esta ocasión o decidas montarte el tuyo propio, la empresa especializada en artículos eróticos tiene claro qué es lo que no puede faltar para pasar una noche inolvidable.

Para despertar sensaciones por todas las zonas del cuerpo, sin ocupar mucho espacio, el vibrador líquido es la mejor alternativa. Aunque también son perfectos en formato físico como una bala vibradora o un anillo vibrador, dos juguetes que nos lo ponen más fácil para llegar al orgasmo.

En su pack también se encuentra una pareja de dados con diferentes partes del cuerpo en uno, y acciones, en el otro.

Es un complemento que anima a que la experiencia quede en manos del azar (y si tienes un poco de suerte puede salirte la combinación «masaje» y «cuello»).

Pero si hay algo que no puede faltar este verano -ni en ningún otro momento del año-, son los preservativos.

Y es que por mucho que tendamos a desconectar o a dejarnos llevar, mirar por nuestra salud no puede tomarse ni un solo día de descanso.

Mara Mariño

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Sí, hay una forma correcta de guardar tus juguetes sexuales

Y no es teniéndolos al batiburrillo en el cajón de la mesilla de noche, me faltaría añadir.

juguetes sexuales

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Aunque es el sitio más práctico, es también en el que guardamos otras cosas.

Terminan por mezclarse los juguetes sexuales con los cables, el paquete de condones medio abierto, un gel de masajes pegajoso al que le falta la tapa y las velas, que ya llevan varios usos a sus espaldas.

La vagina y la vulva están preparadas para la exposición de agentes externos, pero al usar un juguete sucio, se introducen bacterias u otros patógenos.

Esto es algo que puede causar una irritación en la piel o derivar en una infección bacteriana o incluso del tracto urinario.

Además se acorta la vida útil de los juguetes, por lo que si quieres usarlos mucho tiempo (de manera segura), tienes que tener en cuenta tres factores.

Donde los coloques, deben estar protegidos del polvo -para que estén limpios cuando necesites volver a usarlos-, en un lugar donde no experimenten cambios de temperatura y con fácil acceso (porque si no quedan a mano, la pereza va a ser más fuerte que las ganas).

@meetingmara A lo mejor el de las bragas lo tienes hecho un desastre. Pero si ordenas así tus juguetes s3xuales, el visto bueno de Marie Kondo lo tienes 👍 #organizacion #organizar #sexualidad #pareja #sexualidadypareja #educacionsexual #tips #parati ♬ dance(256762) – TimTaj

Lo ideal sería que buscaras una caja del tamaño de tu colección. Una vez la tienes escogida, es el momento de dividir por categorías.

Los cables por un lado y, si puede ser en una bolsa de zip transparente, mucho mejor de cara a encontrar de un primer vistazo el que necesitas.

Todo lo que sea en textura líquida o gel debería ir también o en una bolsita o en una caja separada, para evitar esas fugas inesperadas que pueden manchar el resto de cosas.

A la hora de almacenar los juguetes, no tires de imaginación envolviéndolos en una bolsa de plástico o papel absorbente.

Lo mejor que puedes hacer es guardarlos en la bolsita de tela donde suelen venir (o hacerte con una a su medida).

Permiten que el juguete transpire y no proliferan las bacterias.

Una vez limpios y secos -algo que aprendiste a hacer en este artículo que te dejo debajo- lo ideal es que los guardes cargados para evitar que, la próxima vez que los vayas a usar, te lleves la sorpresa de que no tienen batería.

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En teoría, deberías ponerlos uno al lado de otro para que no se aplasten.

Pero como este sistema no tiene mucho sentido si tu colección es de mayor tamaño, yo los pongo unos sobre otros, dejando los más pesados abajo para que no aplasten a los más ligeros.

Respecto a otros artículos como esposas, fustas, cuerdas, pinzas o antifaces -o todo lo relacionado con el BDSM-, te resultará más fácil encontrarlos si los colocas también juntos.

Mara Mariño

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Primeras veces con juguetes no siempre son buenas (y por eso debes repetir)

Si me pongo a recordar qué tienen en común todas mis primeras veces en la cama con alguien, es que no son precisamente las mejores de mi historial.

Ni las más placenteras, no te voy a engañar.

juguete sexual gato

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Los nervios -de los que sean-, el primer contacto íntimo y no conocer de nada ese cuerpo nuevo (o qué le excita), hacen que pueda estar bien, sí, pero se convierte en un punto de partida.

Y de ahí hacia arriba (si es que se repite la experiencia).

Con los juguetes sexuales pasa un poco lo mismo. Hay algunos -los menos- que, nada más estrenarlos, te hacen darlo todo.

Pero para la mayoría se necesita un poco de rodaje. Y es el caso de Enigma Cruise de Lelo.

A primera vista parece sencillo: un estimulador de clítoris con vibración y un apéndice con la curvatura perfecta para estimular la parte interna (que llamamos malamente ‘punto G’).

Nada que no haya probado antes por separado.

Sin embargo, siendo algo tan distinto a lo que había probado por unir ambas cosas, no terminaba de pillarle el tranquillo.

Vamos, que hubo orgasmo pero sin fuegos artificiales.

En ese momento es fácil caer en el «A lo mejor este juguete no es para mí».  De la misma forma que te planteas que, si de primeras el sexo no es fabuloso, no tienes tantas ganas de repetir.

Pero eso es lo que tenemos que cambiar y volver a probar.

Porque la segunda vez, más relajada, cambiando la posición y modificando los patrones de vibración, fue increíble.

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Mi conclusión fue que, al igual que deberíamos darnos siempre un tiempo con alguien con quien empezamos a tener sexo, los juguetes deberían recibir el mismo tiempo de prueba.

Que a veces es tan fácil como seguir intentándolo hasta que se les coge el punto, pero nunca darnos por vencidas antes del rodaje.

Y, además en el caso de los que son para vagina, a veces no es ya la posición, sino usar lubricante o leer las instrucciones.

¿Mi consejo? Vuelve a tu mesilla de noche y recupera el que habías descartado.

Está hecho para ti, solo tienes que darle otra oportunidad (o las que sean) hasta que lo descubras.

Mara Mariño

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La unión hace el placer: cuando él es quien tiene una buena colección de juguetes

Es casi tan habitual ser yo quien pone el repertorio de juguetes sexuales en la cama, que rara vez me he encontrado a quien tuviera colección propia.

Y no ya porque dieran por hecho que tendría algún que otro artículo motorizado para la cama, sino porque, hasta hace nada, la mayoría de hombres no se planteaban tener algo así en casa.

juguete masturbacion

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Mientras que nosotras hemos recorrido un camino larguísimo, hasta el punto de que cuesta encontrar a quien no tenga un succionador de clítoris, la relación de los hombres con los juguetes sexuales no se ha fortalecido tanto.

Una de las razones puede ser porque, socialmente, la masturbación masculina nunca ha sido tabú.

La facilidad de la mano también hace parecer innecesario buscar fuentes alternativas de placer.

Entonces parece casi extraño que ellos puedan tener artículos sexuales para usar o bien por su cuenta o en pareja.

Quizás es más común en personas que practican el BDSM asumir que, seguramente, cada uno tenga un buen repertorio de cuerdas, esposas, pinzas, floggers o mordazas.

Pero cuando se trata de que él saca del cajón un succionador o un dildo, ¿debería cambiar la cosa?

Si somos las primeras que reivindicamos la importancia del clítoris en la cama y hasta hemos llegado a descubrir toda la intensidad que nos produce mediante juguetes, ¿por qué iba a resultarnos raro que él tuviera un producto sexual del estilo para dar el máximo placer a su pareja?

No se nos puede olvidar que los juguetes son aliados para todos, hay cosas que un pene, una lengua o unos dedos no pueden hacer.

Sobre todo si tenemos en cuenta que se contratan a ingenieros aeronáuticos para replicar -en miniatura- la potencia de un motor de avión en el interior de tu succionador.

Además, puede ser algo que tenga de otra relación o que simplemente le apeteciera comprar para tener como parte de su colección.

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¿Qué más da siempre y cuando esté perfectamente desinfectado (o se use un preservativo en su defecto para cubrirlo)?

Personalmente, dar con quien tenga juguetes propios me parece sexy. No solo es una green flag de que es curioso y está dispuesto a experimentar haciendo de nuestra vida sexual algo variado y entretenido.

También es consciente de cómo quiere hacerme disfrutar (y está preparado para ello).

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Al entrar a una tienda erótica, hacemos esto mal (según las dependientas)

En una de mis última visitas a la que era la tienda erótica de mi barrio, no fui con la intención de comprar nada.

Lo que quería hablar con las dependientas de eso que, desde el otro lado, se me escapaba: mis malos hábitos como clienta.

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Y es que este tipo de establecimientos cada vez son más populares y, dicho sea de paso, bonitos.

El lavado de cara de las sex shops dista mucho de ese sitio oscuro con el escaparate tapado que te hacía pensar que ibas a entrar para no volver a salir.

Quienes me atendieron de Lovesexing tenían muy claro qué era lo que, como clientes, se puede mejorar porque está en nuestras manos.

Lo primero que señalaron es que es bastante habitual comprar sin preguntar y luego no saber exactamente qué es lo que se ha llevado a casa.

De la misma manera que estar entre dos artículos parecidos y elegir el más barato por una cuestión de precio (cuando a lo mejor el material es peor o va a necesitar que se cambie antes de tiempo).

Si la idea es hacer un regalo de la tienda a una pareja, aconsejan venir con los deberes hechos.

Incluso si se trata de una sorpresa, saber qué es lo que disfruta más la pareja de cara a ayudar a recomendar uno u otro juguete.

En estas situaciones, ellas son conscientes de lo mucho que brilla por su ausencia una educación sexual que no hemos recibido, como cuando encuentran hombres que piden juguetes anales específicos para mujeres (y explican que son válidos para ambos).

Es otro error muy frecuente pensar que los lubricantes son un gasto innecesario.

Además de que no siempre la vulva y la vagina producen la misma cantidad de flujo, es perfecto para mejorar todo tipo de prácticas -y para que lo usen todos los integrantes-.

Otros vicios de clientes, como puede ser ir en grupito y toquetear todo dejándolo desordenado o pedir la devolución de un artículo  que tiene el precinto cerrado, son el común denominador en una tienda erótica o un negocio de cualquier estilo.

Lo que sí recomiendan para toda la clientela es dejar fuera el pudor. A diario le explican a las personas que entran por la puerta cosas sobre el placer y el autoconocimiento.

A fin de cuentas, se compra algo para disfrutar de manera personal o para hacer disfrutar a alguien más (y no tiene nada de malo ni vergonzoso).

Mara Mariño

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