Entradas etiquetadas como ‘cita’

La clave para que tu cita sea un éxito, está en vestirte así (o eso dice TikTok)

Mi proceso de preparación para una cita con una persona que me gusta suele durar entre una hora, hora y media.

El 25% del tiempo es para ducharme, el otro 25% para secarme el pelo y el 50% restante para enfrentarme a la crisis existencial de que no me gusta nada de lo que tengo en el armario y, por tanto, cambiarme varias veces de ropa.

Da igual dónde o con quién vaya a ser el plan: no termino de estar convencida con lo que ponerme.

cita romántica

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

El problema, como habrás imaginado, es mío, nace de las ganas de gustar, de dar en el clavo y asegurarme una posible segunda cita.

Y como eso algo que depende de mucho factores, toda la presión recae en lo único que puedo controlar, lo que llevo puesto.

Por eso la elección del conjunto suele incluir alguna prenda que me da seguridad (lo que se traduce en algo que siento que me hace lucir bien), pero también intentando impactar, dejar algún tipo de huella…

Al pensar sobre ello, me doy cuenta de que es algo generacional.

Te puede interesar leer: Quedar en la pausa del café o para hacer la compra, el ‘stack dating’ es la nueva forma de tener citas

Las películas románticas de los años 90 y 2000 siempre incluían una escena de la protagonista preparándose para su cita y entrando a cámara lenta al sitio de encuentro.

Sí, Bridget Jones, Alguien como tú o Cómo perder a un chico en 10 días son grandes ejemplos del efecto transformador del armario.

Citas cómodas literalmente

Ahora, es al contrario. En los últimos vídeos virales de TikTok varias chicas hablan del ‘efecto chándal’ o cómo triunfan mucho más en un bar yendo vestidas con ropa deportiva.

Por lo visto, según los comentarios, tiene una explicación sencilla: esos conjuntos cómodos e informales dan sensación de normalidad, al contrario que los looks elaborados que se considerarían ‘inalcanzables’.

Aunque para mí la clave está también en que un estilismo cómodo se aproxima más a lo que llevamos con frecuencia.

Bien para estar en casa, teletrabajando, haciendo un plan tranquilo familiar o dando una vuelta con amigas, la ropa que solemos escoger no es fruto de una preparación de horas, sino algo más informal.

Así que puede que la red social no ande desencaminada y, además de apostar por la comodidad -que eso siempre es más cómodo que un vestido ceñido-, nos brinde la excusa perfecta para dejar de agobiarnos tanto por la ropa que elegimos.

Porque si le gustamos a alguien a gustar, que gustemos independientemente de lo que llevemos puesto.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

Quedar en la pausa del café o para hacer la compra, el ‘stack dating’ es la nueva forma de tener citas

Me gustaría que alguien me hubiera contado lo complicado que iba a ser reconciliar la vida sentimental en algunos momentos de mi vida. Sobre todo a partir de terminar la universidad.

El punto álgido fue cuando había quedado con mi amiga en una famosa emisora de radio de Madrid para ver la retransmisión de un evento deportivo, pero tenía pendiente una cita.

Entre que estaba en plenos exámenes de la carrera, trabajando y estudiando un idioma, no me daba la vida para nada. Así que opté por la solución más práctica: llevarme al chico al plan (previa luz verde de mi amiga).

cita pausa café

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Aquel «dos por uno», el combo de pasar tiempo con mi amiga a la vez que tenía una cita, fue la excepción, pero sentó un precedente.

Si iba mal de tiempo para salir, siempre tenía la opción de incluir las citas en mi día a día, en la medida que la disponibilidad de la otra persona lo permitiera.

En mi caso, mi género favorito ha sido el datexercise (sí, me lo he inventado uniendo date y excercise), una cita en el gimnasio cuando estaba conociendo a chicos a los que también les gustaba hacer ejercicio.

Esas combinaciones que permiten unir dos planes que se quieren hacer se conocen oficialmente como stack dating.

El stack dating consiste en que, tengas planeado lo que tengas, ya sea con más gente, ir a hacer la compra al supermercado, una clase de yoga o un evento de trabajo, metas a tu cita en el plan.

Y si esta manera de relacionarnos ha escalado puestos en la escala de popularidad, se debe a distintos factores que merece la pena analizar.

En primer lugar, estamos hasta el cuello, somos una generación tan conectada que nos cuesta dejar de hacer cosas porque nos entra el fomo -fear of missing out-, el miedo de perdernos algo.

Te puede interesar leer: ¿Quieres una segunda cita? Estos son los factores que debes cuidar (y no son ni el sitio ni tu ropa)

Es tal el nivel de negarnos a renunciar a nada que hay quienes incluso se ponen estas citas en la pausa del trabajo, concretamente el 32% de la generación Z la ha utilizado para este fin.

Por otro lado, tiene la ventaja de que es la manera de conocer partes de la vida cotidiana de la otra persona (o de la tuya). La formalidad es mucho menor y, por tanto, también la presión.

Es lo más parecido a lo que va a ser salir contigo en un futuro si la cosa progresa, ya que será una actividad o plan que formará parte de tu rutina.

Además, te permite tener varias más a menudo que si las dejas para el fin de semana y en forma de cena y copas. Si tu plan estrella es ese café con cruasán en el bar de abajo de tu oficina entre reunión y reunión, puedes ir a cita por día.

Y siempre con la tranquilidad de que no pierdes el tiempo porque estás haciendo otras cosas que ibas a realizar igualmente, a la vez que nutres esa esfera de tu vida.

Las desventajas del stack dating

Aunque también es verdad que esta descripción de los encuentros románticos suena, más que al inicio de una historia de amor, a un estudio de mercado.

Es imposible no leer las características de esta manera de relacionarse y no encontrar similitudes con el capitalismo.

Que el stack dating sea común significa que se ha puesto de moda una manera de consumir el amor a toda prisa y sustituir una cita con otra, siempre con el foco puesto en la productividad (ya sea la laboral o la personal).

Así que uno de los inconvenientes que le veo es que parece que no podemos permitirnos ni el tiempo de conocer a alguien, que los vínculos emocionales tienen que acoplarse a una agenda y, en caso de no hacerlo, quedan descartados.

Además, no puedo evitar pensar en el refrán de «quien mucho abarca, poco aprieta». El tiempo que dejamos para tareas rutinarias o para estar en soledad, debería ser intransferible.

Si lo dedicas a otras personas, no estás empleándote al 100% en ninguna actividad.

Pero igual es que soy una romántica empedernida o que creo que si no voy a tener tiempo para dedicar a otra persona, es irresponsable por mi parte embutirlo en mi jornada, solo por quedarme tranquila de que estoy haciendo algo por encontrar el amor.

A mí personalmente me preocupa que se vea buscar pareja como hacerse ropa a medida en vez de un proceso mutuo de adaptación, dedicación y atención plena entre dos personas.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

 

¿Es buena idea volver a quedar con alguien que no sé si me gusta?

Las ocasiones en las que alguien me ha gustado desde el primer momento no han sido la norma, mas bien la excepción.

Según voy conociendo a la persona, es cuando voy notando que mi interés aumenta, en caso de que me guste lo que voy encontrando, o, por el contrario, disminuye hasta desaparecer.

Pero creo que la mayoría hemos pasado por ese momento de duda, cuando no se sabe muy bien qué hacer.

pareja cita

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Ya que en mi experiencia personal solo es con el tiempo con lo que me aclaro respecto a alguien, vengo a romper una lanza en favor de volver a quedar.

Sí, incluso si no te gusta lo suficiente como para tener muchas ganas de repetir, pero tampoco ha pasado nada que te haga pensar que mejor no volver a quedar.

Como digo, soy partidaria de pasar más tiempo en compañía, porque si todavía no has encontrado el ‘ick, para mí sigue habiendo potencial.

El ick, que en castellano se traduciría como puaj, serían esas cosas -negativas ante tus ojos- que hacen que de repente cambia tu percepción (como el hecho de que vote a cierto partido político o que no trate bien a las personas que le rodean).

Solo repitiendo podrás averiguar si ha podido ser tan solo una mala cita por las circunstancias o si la otra persona simplemente tenía un mal día.

Material para relación de pareja: las señales en las que fijarte

Quizá no tienes muy claro si seguir quedando o no, pero que los valores coincidan es un buen indicativo: hijos, compromiso, planes de futuro…

Cuando esas cosas, que suelen ser motivos de incompatibilidad lo bastante grandes como para ponerle fin a una relación, están alineadas hay muchas probabilidades de que la relación funcione.

«Escucha a tu corazón», decía Abuela Sauce en Pocahontas, pero yo te propongo que escuches su sentido del humor cuando os veáis.

Si la tónica son las risas, porque estar en su compañía es muy divertido, es otra buena señal.

Que en un primer momento se instaure un clima de amistad, no es una red flag: significa que has dado con una persona con la que te resulta fácil hablar y sientes que puedes ser tú.

Una buena ocasión de preguntarse si podrías tener algo más con esta persona. A veces haces clic y es cuando de repente empezáis a tener química.

Porque la atracción no es solo algo que llega como un relámpago (esta idea que siempre nos vendieron las películas). Puede ser un proceso de construcción lento que va apareciendo con el tiempo.

Dándole margen a las cosas, podrás responder de manera más clara a la pregunta de si te gusta o no y ya tendrás una serie de motivos y sentimientos certeros.

Pero que no quede en «No lo sé, porque no volvimos a vernos».

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

El factor que garantiza que vaya a haber segunda cita es…

Recuerdo una vez que quedé a tomar algo con un chico, era increíblemente gracioso.

Sus ocurrencias conseguían conectar con mi glándula de la risa (si es que algo así existe) y además era mono.

pareja cita

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Pero no había manera de que yo metiera baza en la conversación, por mucho que sobre el papel pudiera ver compatibilidad, en persona aquello se me estaba escapando.

Ahí me pregunté que era lo que realmente valoraba en una cita, porque pensaba que sentido del humor era lo más importante, pero no.

Lo que yo quería no era solo un humorista en mi vida, sino un match dialéctico, alguien con quien poder enfrascarme en una conversación y poder tenerlas una y otra vez a lo largo de mi vida, pero buscar mi hueco en el monólogo se me antojaba tedioso.

Quizás si fuera menos parlanchina, habría funcionado a las mil maravillas.

Pero empecé a darle importancia al don de la conversación.

Porque despierta para echar un polvo a las 3 de la mañana te tiene cualquiera, pero despierta a las 3 de la mañana sin querer colgar el teléfono, casi nadie.

Te puede interesar leer: ‘Intentional dating’: cuando quieres conocer a alguien (de verdad)

Además, ahora puedo decirle esto a mis amigas con pruebas que lo avalan, gracias al estudio que publicó Hinge, la aplicación de citas, en 2023.

Salió como resultado que lo que diferenciaba una cita de una gran cita era precisamente la conversación.

El 88% de los participantes eligieron «buena conversación» como la mayor green flag a la hora de pensar en la cita, por delante de si hay química, si se ofreció a pagar la cuenta o de si han echado el polvo de sus vidas.

Y, dentro del diálogo, especialmente aquel que tratara sobre intenciones, ya que el 75% respondieron que estaban buscando un compañero o compañera de vida y no algo esporádico.

Porque nos puede encantar echarnos unas risas con alguien, pero si no somos capaces de ponernos en serio unos segundos -sobre lo que queremos en ese momento de nuestra vida-, es imposible que haya segunda cita.

La conexión se hace con el lenguaje porque es el que nos permite darle forma a nuestros pensamientos y ver si son compatibles y, si es como mi caso, mejor quedar como colegas y seguir buscando.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

En una cita, ¿es feminista dividir la cuenta a la mitad?

Desde pequeña mis padres me han educado en que persiguiera la independencia. Que si acudía a una cita, pagara mi parte de la cena, mis copas en el bar, mi entrada del cine…

Que no necesitara que un hombre (o mujer) me invitara porque tenía mi propio dinero para hacerlo.

pareja dividir cuenta

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Esto me lo llevé a mi terreno y, lo más igualitario, me parecía dividir los gastos al 50%. Asumir la mitad cada uno me parecía un plan más que justo. Estaba cómoda con ello.

Las diferencias que pudiera haber si él se pedía una copa de más, se podían solucionar si tenía en cuenta que yo siempre tomaba más postre.

Y, una rápida encuesta en Instagram, me reveló que mis seguidoras opinaban de la misma manera.

Por lo general, nos sentimos a gusto haciendo las cuentas a la romana: dividiendo la cantidad entre los comensales o asistente.

Pero no puedo dejar de preguntarme si, sintiendo que así estamos enarbolando la bandera del feminismo, no nos estaremos tirando piedras sobre nuestro propio tejado.

Me explico: en España, la brecha salarial de 2021 fue del 18,7%. Esto significa que las mujeres ganamos -de media- 5.175 euros anuales menos que los hombres.

Y no es una cantidad que podamos olvidar cuando quedamos. Porque lo personal es lo político. Y también lo monetario si vives en una sociedad donde la desventaja toca a la mitad de la población.

De la misma manera, hay otro hecho, que se nos impone biológicamente, a tener en cuenta

Todos los meses tenemos la regla, lo que implica que las más afortunadas, solo necesitan invertir en productos de higiene femenina: compresas, tampones, renovar su copa menstrual o comprar una braga absorbente.

Las que tenemos dolores intensos, tenemos que sumarle a eso las dosis de paracetamol e ibuprofeno que nunca faltan en casa.

Mi opinión es que, por mucho que defienda el feminismo -la igualdad de condiciones y derechos entre el hombre y la mujer-, me planteo hasta qué punto nuestras citas son feministas con lo del 50-50.

Más que nada porque, si ya de por sí nosotras tenemos ese gasto, que influye directamente sobre nuestra renta, y ellos tienen esa superioridad salarial, ¿no tendría mucho más sentido dividirse la cuenta de manera proporcional?

Te puede interesar leer: Rompamos con la (mala) costumbre de las citas a la hora de cenar

No hace falta sacar la calculadora para que uno de los dos pague un poco más, se puede traducir en la mitad de las entradas del cine y las palomitas, o la cena a la mitad y que se encargue de las copas de después.

Hay maneras nada complicadas y lógicas de ponerlas en práctica.

De esta manera, estamos introduciendo el concepto ‘equidad’ en el plano sentimental, que no es otra cosa que distribuir el gasto de manera proporcional a las condiciones de cada persona.

Como cuando invitas a tu amiga a los cafés porque sabes que ahora está en el paro, buscando otro trabajo, y no le va bien tener gastos añadidos.

Y a quien no le convenza porque quiere reivindicar su autonomía y busca una igualdad matemática, siempre tiene la opción del 50%.

Pero que sea consciente de que, si es la mujer de la relación, es algo que le está empobreciendo, mientras que a él le favorece que la división sea de esa manera.

Me encanta que hayamos avanzado y tengamos la libertad de decidir, de trabajar, de pagar… Pero que no implique que ponerla en práctica nos empodere psicológicamente y nos empobrezca económicamente si, socialmente, seguimos en desventaja.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

‘Slow love’ o tomarte las cosas con calma cuando estás conociendo a alguien

Recuerdo cuando terminó la pandemia como una etapa muy movida en cuanto ligoteo, era como si se hubiera desatado la revolución sexual que tanto canta La Casa Azul.

cita romántica

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Ahora, las mascarillas han desaparecido de la ecuación. Las restricciones también.

Podemos volver a acercarnos disimuladamente al borde de la mesa de la terraza, para estar más cerca de la otra persona, sin miedo de contagiarnos.

Total, hemos perdido la cuenta de las dosis de vacunas que llevamos encima.

Pero esa urgencia de después de los meses de cuarentena, ha terminado por diluirse.

Al encierro le ha seguido otro fenómeno: el de las bodas sin fin.

Las que se retrasaron se han concentrado en este verano y, cuando vas a la tercera de ellas, te planteas si no estaría bien dejar de dar tumbos sentimentales y tener alguna conversación más allá de «¿tienes la casa libre?».

Y es algo que también ha descubierto We-Vibe realizando una encuesta a solteros y solteras.

Lo mejor es que la conclusión a la que han llegado es que nos estamos tomando las cosas no solo con calma, sino con dedicación.

Conocerse bien a todos los niveles ya es más importante que si surge un polvete. La química está muy bien, pero la compatibilidad manda.

Y para averiguar si se tiene, las conversaciones previas son las que ayudan a que se vayan construyendo esa conexión emocional de cuando descubres que a la otra persona también le apasiona El Señor de los Anillos.

Una vez el vínculo emocional es seguido de la afinidad, la química en el sexo no puede faltar, es otra de las pruebas de fuego.

De hecho casi la mitad tanto de hombres como mujeres, terminarían una relación si sexualmente no es satisfactoria, revela el estudio.

Te puede interesar leer: Ni eres tú ni soy yo, es que somos sexualmente incompatibles

En nuestro caso, el 29% de las mujeres españolas tratan en profundidad el tema de los deseos y fantasías sexuales durante los tres primeros meses de relación, según el estudio de la empresa.

En el caso de ellos, el 27% lo tratan en el primer mes.

Y ahora la pregunta del millón, ¿cómo llego a ese punto de conexión?

Ana Lombardía, que es experta en bienestar y salud sexual de We-Vibe (y le entrevisté hace poco por el lanzamiento de su libro), tiene claro qué claves nos acercan.

Para empezar, es fundamental abrirse en cuanto a los miedos -especialmente si hay nervios de por medio-, también tener la paciencia de conocerse sin prisas por ‘recuperar el tiempo perdido’ y, sobre todo, coquetear.

Según la sexóloga, es como conducir, no se olvida nunca. Pero con un poco de práctica -en un bar, un plan con amigos, una sesión de entrenamiento en el parque-, puedes volver a dejar salir tus encantos y ver qué pasa.

En resumen, tómatelo como la slow food o el slow sex, tan de moda ahora. Hazte fan del slow love.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

Por qué deberías hacer tu currículum sexual (y lo que deberías poner en él)

Cuando quieres que una empresa te contrate, preparas un resumen de tu vida laboral. Qué has estudiado, cuál es tu experiencia, en qué competencias te manejas mejor y todo lo que demuestra que ese puesto debería ser para ti.

Pues cuando quieres acostarte con alguien, deberías hacer lo mismo y empezar presentándote con tu currículum sexual.

currículum sexual

UNSPLASH

La idea del currículum sexual es algo que me explica la sexóloga y terapeuta sexual Lorena S. Gimeno cuando hablamos de la importancia que tiene darnos a conocer en el ámbito íntimo, más allá de si nos gusta la tortilla con o sin cebolla.

Más que nada porque, cuando la cosa pasa a mayores, damos por hecho que, mágicamente, tiene que estar al tanto de nuestros gustos y particularidades.

Sí, sí, por ciencia infusa. Y de hecho si no lo sabe (que es lo más probable, porque las personas no suelen venir con telepatía incorporada) nos decepcionamos.

Pensar que por esas primeras experiencias quizás es que no funciona es una conclusión a la que seguro que has llegado varias veces en tu vida.

Por supuesto que no funciona. Si no te gusta nada algún tipo de práctica y a él o ella le apasiona.

¿Cómo va a saber que para ti que te chupe los pies es más un suplicio, porque tienes cosquillas, que algo placentero y encima no se lo dices?

Para la sexóloga, el ejercicio de rellenar un currículum es algo sobre lo que reflexionar a nivel personal, para luego comunicarlo (es decir, no tienes que entregarle el formulario nada más presentarte).

Porque, cuando entramos en este tipo de análisis más íntimo, lo que solemos contar es con cuántas personas hemos estado (el famoso bodycount) o la edad a la que empezamos a tener relaciones, que son datos que no nos sirven a nivel práctico.

@meetingmara No, tu crush no necesita saber cuándo fue tu primera vez 😅 El Cv s3xual que deberías contarle es este… #cita #citas #citaromántica #relaciones #ligar #pareja ♬ sonido original – meetingmara

De hecho, como ella misma dice, se basa en «la idea de que a las personas nos cuesta describir nuestros gustos cuando empieza una relación y no sabes qué le gusta a la otra persona«.

Para evitarlo, como Lorena aconseja: «Todo el mundo debería hacer un examen de currículum ficticio«.

Además, desarrolló una plantilla en la que podemos reflexionar sobre nuestra identidad sexual, necesidades en la cama, salud íntima o medidas de protección que utilizamos.

Te puede interesar leer: Comunicación en la cama: lecciones básicas del idioma que se aprende sin ropa

Su documento sirve para exteriorizar todo esto y además invita a que te autoexplores e investigues para luego explicarlo.

La sexualidad es como cada persona (no hay dos iguales) y también va cambiando con el tiempo. Por lo que no es lo mismo rellenar esto a día de hoy, que si nos lo preguntan cuando empezamos o incluso en un futuro.

«Tienes que hacer el currículum hoy pero también dentro de 5 años«, afirma Lorena.

Así que, ¿te apuntas a hacerlo y conocerte?

cv sexual

SEXUALIZADOS.COM

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en Twitter y Facebook).

10 errores que cometes en una cita rápida (o de cualquier tipo)

Ya os comenté hace unos cuantos posts, que había acudido a un evento de citas rápidas.

Y comprobé que independientemente de conocer o no con quien tener una segunda cita, era mejor ese sistema -en vivo y en directo-, que navegar entre perfiles de una aplicación, deslizando a un lado u otro de la pantalla.

pareja cita

PEXELS

(Inciso: ¿no me sigues en Instagram? ¡Pues corre!)

Además, al hablar con los mismos 10 chicos en menos de una hora y media, mis amigas y yo pudimos hacer un resumen de cuáles eran los comportamientos que menos nos habían gustado de ellos cuando pasaban por nuestra mesa:

1.Hablar mal de la anterior cita: que nada más sentarte digas lo aburrida que te ha parecido la charla anterior con otra persona, es algo que deberías evitar. Me va a dar pie a pensar que puedes hacer el mismo comentario sobre mí.

2.No mostrar interés: la idea es conocerse, así que no devolver las preguntas, estar consultando el móvil cada dos por tres -ese mensaje de tu amigo puede esperar- o querer que la otra persona haga todo el trabajo, es una red flag clara. Pasa lo mismo si te quedas en silencio o más serio (o seria) que un ajo. Vale, no te gusta, pero ¿por qué no hacer una nueva amistad?

3.Irte en medio del turno a por una consumición: hay momentos antes y después de que empiecen las citas rápidas para hacerlo. Si justo eliges los 7 minutos de estar con alguien para ello, te vas a perder una de las personas (y le va a sentar regulín).

4.Tener contacto físico: con Covid o sin él, de primeras puede resultar violento. Una cosa es chocar el puño o el codo a modo de saludo y otra que cojas la mano y plantes un beso en su mano de primeras. Es mejor esperar a que haya más confianza entre los dos antes de hacer eso.

5.No decir la verdad: sinceridad ante todo. Sí, aunque sean solo 5 minutos. No te montes la película de que te llevas genial con tu madre si no es así. O de que te encanta el deporte si cuando solo corres cuando se va a poner el semáforo en rojo.

6.No levantarte cuando suena la campana: puede pasar que, cuando se han agotado los minutos, la conversación (o la persona) sea tan interesante que no te quieras ir. Para eso está la segunda parte del evento, donde puedes tomar algo sin la presión de los tiempos, o el intercambio de matches y teléfonos del día siguiente. Si te paras, retrasas al resto y tu siguiente cita queda descolgada.

7.Gritar: en este tipo de eventos, las mesas están lo bastante juntas como para que no se pierda mucho tiempo pasando de una a otra, así que en cuanto alguien empieza a alzar la voz, o aquello se vuelve un gallinero, o no te enteras de tu propia conversación si le tienes cerca.

8.Comportarte como si estuvieras en una entrevista de trabajo: no tienes que saber de todas tus citas sus dos apellidos, fecha de nacimiento, el trabajo actual o cuántas veces va a ver a su familia al mes.

9.O repetir las mismas preguntas: te aburres tú y se aburre la otra persona. Relájate, sé natural. Pregunta si se lo está pasando bien, permite que la conversación fluya. Déjate llevar. Tira algo sin querer y ríete, eso siempre da puntos de espontaneidad y la torpeza es tierna (o eso me dice mi madre).

10. Sí, hay temas tabú que es mejor evitar: en esta primera toma de contacto, procura dejar fuera exparejas o ideologías políticas (a no ser que quieras que toda la cita vaya sobre eso). Parece de cajón no decir cosas ofensivas, pero cuando lo primero que hace tu cita es decir que intenta no odiar a las mujeres, aunque le cuesta, me toca hacer el recordatorio. Si la frase de misógino o el que se puso a votar físicamente diciendo que aunque él era un ‘8’, y podía conseguir todos los ‘7’ que quisiera, solo iba a por los ‘9’ y ’10’.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en Twitter y Facebook).

¿Cómo sabes si es el momento de volver a tener citas?

Después de quedarme soltera, lo tuve fácil para saber cuándo quería volver a tener citas.

Necesitaba quedar con gente que no me preguntara por mi ex por el simple hecho de que no supieran de su existencia y la conversación no girara en torno a él.

Aquello me llevó a tener una serie de citas desiguales. Yo conseguía ‘huir’ del nombre de mi anterior pareja, pero no buscaba conectar emocionalmente con nadie.

En ese momento, por mucho que la otra persona me resultara estupenda (que algunos lo fueron), me veía incapaz de poder llegar a algo más.

Tenía citas, sí, pero para mí no era más que una vía de escape y no un interés real de conocer y bucear en el chico que tenía enfrente.

El clavo que saca a otro clavo no funcionaba en este caso por mucho que siguiera la recomendación de seguir quedando.

No dependía de cuántos pudieran completar la agenda, sino de que mi capacidad emocional llevaba el ‘modo avión’.

El miedo al dolor o a que volviera a pasar lo mismo eran claros: no estaba preparada para volver a la carga.

Cualquier profesional habría visto claramente mi problema: al bloquear mi habilidad de estar presente de manera emocional con alguien, no podía dejar que las cosas prosperaran.

No se tiene la energía para tener citas si todavía el pasado está estancado en el momento actual. Lo mismo pasa si no entendemos en qué punto nos encontramos.

Por mucho que quisiera salir y distraerme, el hecho de bordear el problema de raíz -que no estaba lista para abrirme– no concordaba con las relaciones que podía tener.

Solo dejándome seguir un proceso en el que poder llorar, perdonar, soltar lastre, aprender y volver a empezar.

Que si somos conscientes de que no estamos en ese punto, no enredemos a personas que pueden estar interesadas y dedicándonos esa energía que no somos capaces de darles de vuelta.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

Culpo a la Covid-19 del fin del primer beso en las citas

Aunque lo ideal sería llegar a casa después de una primera cita con el pulso acelerado o la cabeza repasando detalles como la forma de sus ojos, no en todas las primeras citas hay química.

Pero cuando la hay, el momento que rodea acercarse por primera vez -casi hasta el punto en el que los labios están a punto de tocarse-, es uno de los más memorables.

Para bien o para mal, claro. El primer beso no es solo una interacción física, es un paso decisivo antes del momento de la despedida.

SPRINGFIELD MAN & WOMAN

Un broche que definitivamente puede hacer que se cambie de opinión confirmando que queremos seguir viendo a la otra persona o que, por el contrario, no ha habido suficiente compatibilidad.

Dejarse rodear por un beso no es solo buscar el roce de una lengua en la boca invitada. Es prestarle atención a los detalles que acompañan el momento.

Una mano que trepa por la nuca y acerca más la cabeza, otra que rodea la cintura… Y sobre todo, ponerle voz a esas zonas de contacto tratando de averiguar si es verdad que parece que existe electricidad en los roces.

La facilidad -relativa- con la que antes podías atreverte a iniciar la maniobra de acercamiento, parece ahora impensable. Incluso si sientes que es el momento y el lugar.

Esa señal inequívoca cuando, ya sea en pleno Paseo de la Castellana o bien frente al mar, perdida en la sonrisa visual de la otra persona (esa que solo puedes intuir por las características arrugas de los ojos), empieza a aletear algo en el pecho anticipando lo que, en otras circunstancias, terminaría con un beso inolvidable.

El coronavirus ha robado un sinfín de primeros besos (también de segundos y de terceros).

Y aunque es lo más prudente en estas circunstancias, la falta de conexión física nos deja con la duda de hasta qué punto nos podemos fiar de nuestro criterio cuando llega el momento de decirse adiós.

Y así como nos ha arrebatado la oportunidad de dejarnos llevar como nos gustaría, tenemos la suerte de que no se ha llevado el romance por el camino.

Porque si algo consiguen las citas Covid Free es que te fuerzan a hablar (aunque sea más alejados de lo que nos gustaría) y a buscar formas alternativas de acortar las distancias físicas.

Ahí está el verdadero reto. En besarse sin tocar.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).