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Juguetes para adultos: de imitar partes del cuerpo a imitar prácticas sexuales

Hace unos días, hablaba con un amigo de lo mucho que me alegraba que la industria juguetera para adultos se hubiera ido alejando de las réplicas realistas.

Porque, y a los éxitos de ventas de las marcas me remito, la tendencia ya no son imitaciones de goma en color rosa claro que emulan a la perfección detalles como el glande o las venas del pene.

pareja cama

PEXELS

Al contrario, diseños minimalistas de colores vibrantes que casi parecen pequeñas esculturas de diseño, son las que la mayoría de nosotras tenemos en el cajón del dormitorio.

Además de ser igual de prácticos si lo que buscamos es darle rienda suelta a la fantasía -porque eso depende de la imaginación que le echemos-, si algo demuestran es que lo importante, por fin, es el placer.

La fisonomía de los juguetes ya no se centra en asemejarse a la realidad, sino en proporcionar la máxima cantidad de estimulación para desencadenar ese reflejo que es el orgasmo.

Y, teniendo pequeños dispositivos que nos hacen alcanzar el clímax en pocos minutos, ¿cómo no preguntarse cuál iba a ser el siguiente paso, si ya parecía todo inventado?

La nueva generación de sex toys ya no parece ir, ni siquiera, a perfeccionar lo existente. Ahora es el momento de tomar nota de las prácticas más placenteras.

O esa fue mi conclusión cuando descubrí que una de las novedades imitaba a una boca.

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Con unos enormes labios y una lengua entre medias, el juguete que tenía en mis manos era capaz de imitar el movimiento de succión y a la vez emitir vibración desde la ‘lengua’.

Marilyn (DIVERSUAL)

A diferencia de un beso o una caricia, no hay manera de que el cerebro pueda anticipar cuáles son las sensaciones que un juguete sexual va a proporcionarte.

De ahí que usarlos resulte tan agradable, la expectación estaba servida.

Lo que sí pude notar es que, a diferencia de los estimuladores de clítoris, el cunnilingus mecánico se tomaba sus tiempos, como en la propia práctica.

Mi amigo me decía, bromeando, que de cualquier manera nunca va a equipararse a un sujeto de carne y hueso, porque no puede darte cariño posteriormente a un encuentro íntimo.

Yo le contesté que el juguete tampoco podía mirarte a los ojos, quizás otro de los motivos por los que nos gusta tanto todo lo relativo a envolver una boca y unos genitales en la misma ecuación.

No, la conexión entre personas nunca va a verse reemplazada por contar con estos aliados en el dormitorio, de la misma manera que siempre vamos a preferir una respuesta humana que un contestador automático cuando hacemos una llamada.

Pero cumplen a la perfección su función de permitirnos experimentar, probar, descubrir nuestro propio cuerpo, variar (en solitario o en compañía) y dejarnos sorprender. Y cada vez lo hacen mejor.

Mara Mariño

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¿Los juguetes de cristal se rompen? ¿Son higiénicos? Una experta nos resuelve las dudas más comunes

Entre sus diseños futuristas, sus potentes motores en miniatura y la cantidad de sensaciones que son capaces de despertar, se podría pensar que los juguetes sexuales son tan recientes, que apenas nos llevan acompañando los últimos 30 años.

juguetes de cristal dildo

PEXELS

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Fue en aquel episodio de Sexo en Nueva York cuando el conejito vibrador fue el primer superventas de la industria, un exitazo que solo ha llegado a igualar, años más tarde, el mundialmente conocido Satisfyer.

Pero, teniendo en cuenta que la sexualidad está ligada a la propia historia del ser humano, estos ingenios automatizados no son el comienzo, en todo caso el resultado de miles de años de evolución.

Ya en la Prehistoria, madera, piedra o brea eran algunos de los materiales utilizados para explorar el placer. Aunque analizándolos a día de hoy, estos materiales no dan mucha confianza en cuanto a higiene se refiere.

No pasa lo mismo con el que empezó a utilizarse en el año 3500 a.C. en Egipto y Mesopotamia oriental: el cristal.

De gran atractivo estético, con la posibilidad de adoptar diferentes formas, no poroso y con capacidad de soportar variaciones de temperatura, los juguetes sexuales hechos de cristal se convirtieron desde sus comienzos en creaciones artísticas muy apreciadas. Especialmente a partir del siglo XX con la aparición del Pyrex.

Actualmente, contar con un dildo de cristal en la colección de juguetes, supone además de un objeto seguro, una puerta a nuevas posibilidades en lo que a explorar la intimidad se refiere.

Megwyn White, portavoz de Satisfyer, explica por qué ha llegado hasta nuestros días el tipo de juguetes que, según la experta, ya utilizaban monjas italianas en el siglo XVII para su propio disfrute.

A nivel sensaciones, ¿qué tiene de diferente este material?
Proporcionan una experiencia sensorial única en comparación con los juguetes fabricados con otros materiales. La superficie lisa y dura del cristal ofrece una sensación táctil distinta, lo que permite una presión y estimulación más precisas. Además, el cristal se puede calentar y enfriar, lo que añade un juego de temperatura que los juguetes de silicona no pueden ofrecer tan fácilmente. Ambos tienen sus puntos fuertes y pueden ofrecer experiencias diferentes, por lo que la elección entre uno y otro suele reducirse a las preferencias personales.

Y muy importante, ¿se puede esterilizar por completo?
Sí, una de las principales ventajas de los juguetes de cristal es que pueden esterilizarse completamente, a diferencia de los juguetes fabricados con otros materiales. El cristal no es poroso, lo que significa que no absorbe bacterias ni líquidos, por lo que es una opción higiénica. Esterilizar juguetes de cristal es bastante sencillo. Pueden limpiarse fácilmente con jabón y agua tibia y son aptos para el lavavajillas. Para un nivel extra de limpieza, también puede hervirlos en agua durante aproximadamente 10 minutos, colocarlos en la rejilla superior del lavavajillas sin detergente o limpiarlos con una solución de lejía al 10% seguida de un aclarado a fondo con agua caliente. Sin embargo, es fundamental dejar que el juguete se enfríe a temperatura ambiente antes de utilizarlo si se ha hervido o blanqueado. También es aconsejable comprobar si el juguete tiene grietas o astillas antes y después de limpiarlo para garantizar su seguridad durante el uso. Es importante guardar siempre los juguetes de cristal en un lugar seguro y limpio para mantener su longevidad.

¿Estaríamos hablando de que es un juguete ideal para compartir sin el riesgo de que sea una vía de contagio de ITS?
Pueden esterilizarse completamente, como ya he mencionado, lo que reduce el riesgo de infección y los hace más seguros para compartir entre parejas, siempre que se limpien a fondo entre usos.

¿Cuáles diríais que son las reticencias del público a la hora de apostar por un juguete de cristal en vez de por uno de un material como la silicona, por poner un ejemplo?
En primer lugar, existe la idea errónea de que los juguetes de cristal pueden romperse durante su uso, lo que supone un riesgo potencial para la seguridad. Nuestros juguetes de cristal son seguros para su uso interno, ya que están fabricados con vidrio de borosilicato, que es estable e inastillable. Este potente material también es muy resistente a los agentes externos: ácidos, productos químicos, calor y frío. Casi nada puede dañarlo, por lo que también es increíblemente duradero y constituye una gran inversión de placer a largo plazo.

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¿Qué ventajas tiene este material respecto a otros?
Los usuarios que prefieren una estimulación precisa suelen disfrutar de las sensaciones únicas que ofrece la dureza del material, que puede ser especialmente útil para la próstata u otras zonas sensibles. Los juguetes de cristal también son compatibles con todo tipo de lubricantes, lo que permite un juego anal más suave y placentero. Además, la superficie lisa de los juguetes de cristal garantiza una experiencia cómoda, reduciendo la fricción y facilitando la inserción y extracción. Los juguetes de cristal también pueden calentarse o enfriarse para jugar con la temperatura, lo que añade otra dimensión a la experiencia del usuario. Su peso también puede ayudar a activar y fortalecer de forma natural los músculos perivaginales y anorrectales. El fortalecimiento de estos músculos puede ayudar a mejorar el tono vaginal y el control muscular, lo que puede ayudar a aumentar la intensidad de los orgasmos.

Teniendo en cuenta que con este material no se pueden fabricar partes móviles, sino que es sólido, ¿qué consideraciones estéticas y ergonómicas influyen en el diseño?
Damos prioridad a la ergonomía y la funcionalidad en la medida de lo posible. Por ejemplo, muchos de nuestros juguetes de cristal están diseñados con opciones de doble cara, lo que permite manejarlos y utilizarlos de diversas maneras. También hemos tenido en cuenta la forma y el movimiento naturales del cuerpo humano. Nos hemos asegurado de que cada juguete tenga una forma que optimice el placer y, al mismo tiempo, resulte cómodo de sostener y usar. La superficie lisa del vidrio ofrece una amplia gama de acabados, que van del pulido al grabado, independientemente de la textura, cada pieza está elaborada por expertos para garantizar que no solo sea visualmente impresionante, sino que también ofrezca el máximo nivel de placer y comodidad.

Mara Mariño

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¿Conoces el curioso origen del conejito vibrador?

¿No te da la sensación de que los juguetes sexuales son algo como muy moderno?

Entre que ahora tienen la tecnología de un motor de avión en miniatura o los puedes manejar a distancia con aplicaciones, parecen salidos de una película futurista.

juguete sexual doble estimulación

WOMANIZER

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Especialmente cuando te remontas a un par de generaciones atrás en el tiempo y no te imaginas a tu abuela con algo de este estilo en el cajón de la mesilla del dormitorio.

Pero no, los juguetes no son un invento del siglo XXI, llevan aquí mucho, mucho más tiempo.

Y son también la prueba de que la concepción del placer, especialmente el femenino, ha ido cambiando.

No sé si lo recuerdas, pero antes de que nos arrollara el boom del estimulador de clítoris, ya había un juguete con el que nos temblaron las piernas.

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Te diré más, cuando alguna conocida me pregunta qué juguete considero un imprescindible, está reñido con el famoso succionador: el conejito vibrador.

El conejito vibrador es un invento maravilloso que, además de tener un dildo que se introduce por dentro y suele tener movimiento -para dar en los puntos claves de la vagina-, tiene un apéndice que estimula la parte exterior del clítoris.

Maravilla de los dioses. O de los ingenieros.

 

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Puede que las lectoras de mi quinta recuerden que ese juguete lo petó en la pantalla (y en ventas) gracias a Sexo en Nueva York, pero su origen se remontaría al año 710 d.c. en Japón (sí, has leído bien, 710, no 1710).

Según Lovehoney Group, la empresa de bienestar sexual, el primer juguete tenía el nombre de Harigata -búscalo en Google porque las fotos son curiosas-.

Este objeto estaba hecho de piedra, madera o carey, que se le daba forma fálica, y se utilizaba o bien para masturbación o como complemento en las relaciones sexuales acompañadas.

Algo que deja en evidencia que, ya hace más de mil años existieran estos objetos, faltaba mucho por averiguar del placer femenino.

Sí, la sexualidad se reducía solo a la penetración hasta con los juguetes de cuerno de búfalo.

Y que en cuanto a materiales, podemos sentirnos afortunadas de haber nacido en esta época y no estar masturbándonos con algo que te puede clavar astillas en la piel.

Quizás por eso el conejito vibrador fue incluso más revolucionario que el succionador, porque fue el primer juguete en decir: «Vale, la penetración está muy bien, pero que no se nos olvide esto que está aquí encima».

Fue así como el clítoris entró en escena.

Entonces por muy fan que soy del succionador y sus virtudes (como la de llegar al orgasmo en apenas unos segundos), sí que cuando tengo tiempo y busco mayor intensidad prefiero la estimulación simultánea.

Porque los japoneses sabrían mucho de tallar cualquier material que se les cruzara por el camino para darle forma fálica, pero en mi opinión, los juguetes que van a por ambas zonas, son invencibles.

Mara Mariño

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Adiós ‘succionador’ de clítoris, hola ‘succionador’ de vagina

Aunque la traemos ‘de serie’, la vagina es esa gran conocida y desconocida al mismo tiempo.

Por un lado, sabemos que tenemos que revisarla cada cierto tiempo, pasar su ITV particular en el ginecólogo.

juguete sexual estimulador vagina

WOMANIZER

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Por otro, nuestra relación con ella se limita a tratarla como esta especie de bolsillo mágico donde salen y entran cosas como tampones, dedos, coágulos de sangre y, por supuesto, penes.

Sin embargo, desde que nos descubrimos el clítoris es casi como si nos ‘sobrara’.

¿Para qué vamos a dedicarle atención si lo que realmente nos gusta está fuera?

Ya lo dice Ana Lombardía, sexóloga y escritora en el evento de presentación de Womanizer: «Para el gatillo del orgasmo tiene que haber estimulación del clítoris».

Y no hay mejor ejemplo que si damos un paseo por tiendas de juguetes sexuales (o le preguntamos a nuestras amigas qué es lo que no falta en su casa -a lo que contestarán «un succionado de clítoris»).

Volviendo a la vagina -basta que diga que es la gran olvidada para que se me olvide mencionarla durante el resto del artículo- no es precisamente famosa por su sensibilidad.

Estamos hablando de que por ese tubo elástico tiene que salir un ser humano hecho y derecho con su cráneo, sus codos y rodillas.

Más vale que ni sienta ni padezca mucho, porque de otra manera parir se habría convertido en algo muy poco popular condenándonos a la extinción.

Aun así, ¿hacemos bien en dejarla relegada al olvido?

Claro que la penetración puede ser placentera por la conexión que se da con la otra persona y todo lo que rodea ese encuentro físico.

Pero lo cierto es que «no tenemos erotizada la parte interna de la vagina, solo con la penetración», explica Ana.

Y tiene toda la razón del mundo. Aunque recuerdo haber explicado cómo me gusta que me toquen el clítoris, lo de acariciarme por dentro es algo que nunca me he parado ni a investigar ni a disfrutar más allá de un movimiento ‘mete-saca’.

Curiosamente, si inspeccionáramos qué hay justo detrás de las paredes vaginales, de nuestros ‘tabiques’ encontraríamos que a unos pocos centímetros de la entrada, está la parte trasera del clítoris -eso que se conoce como ‘Punto G’-.

(Recordatorio amistoso de que lo que queda a la vista de nuestro órgano de placer es apenas el glande que está tapado por un capuchón)

Estimular esta zona, hasta lo que yo había probado hasta ahora, pasaba por introducir uno o dos dedos y hacer un movimiento ascendente, como si hicieras el gesto de «ven aquí» con el índice.

Y es justo lo que busca estimular el nuevo juguete de la marca, Womanizer OG con ondas y sensación de pulsión.

Vamos, la tecnología que tanto ha funcionado con el estimulador de clítoris de manera externa, pero para probar internamente.

Es más, sabes que tienes el juguete colocado donde debe estar cuando notas como si algo te estuviera tocando por fuera cuando en realidad solo recibes la vibración desde dentro.

Más familiarizada con todo lo que es sensaciones por fuera, probarlo por dentro ha sido darle la razón a la sexóloga.

No solo hay muchas zonas que aún quedan por descubrir del cuerpo a nivel sexual, sino que pueden formar parte del particular mapa erógeno y hacer del sexo algo aún más placentero (si cabe) y variado.

Porque, dicho sea de paso, ahora tengo curiosidad de saber cómo funcionará el juguete con la doble penetración.

Mara Mariño

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Sí, hay una forma correcta de guardar tus juguetes sexuales

Y no es teniéndolos al batiburrillo en el cajón de la mesilla de noche, me faltaría añadir.

juguetes sexuales

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Aunque es el sitio más práctico, es también en el que guardamos otras cosas.

Terminan por mezclarse los juguetes sexuales con los cables, el paquete de condones medio abierto, un gel de masajes pegajoso al que le falta la tapa y las velas, que ya llevan varios usos a sus espaldas.

La vagina y la vulva están preparadas para la exposición de agentes externos, pero al usar un juguete sucio, se introducen bacterias u otros patógenos.

Esto es algo que puede causar una irritación en la piel o derivar en una infección bacteriana o incluso del tracto urinario.

Además se acorta la vida útil de los juguetes, por lo que si quieres usarlos mucho tiempo (de manera segura), tienes que tener en cuenta tres factores.

Donde los coloques, deben estar protegidos del polvo -para que estén limpios cuando necesites volver a usarlos-, en un lugar donde no experimenten cambios de temperatura y con fácil acceso (porque si no quedan a mano, la pereza va a ser más fuerte que las ganas).

@meetingmara A lo mejor el de las bragas lo tienes hecho un desastre. Pero si ordenas así tus juguetes s3xuales, el visto bueno de Marie Kondo lo tienes 👍 #organizacion #organizar #sexualidad #pareja #sexualidadypareja #educacionsexual #tips #parati ♬ dance(256762) – TimTaj

Lo ideal sería que buscaras una caja del tamaño de tu colección. Una vez la tienes escogida, es el momento de dividir por categorías.

Los cables por un lado y, si puede ser en una bolsa de zip transparente, mucho mejor de cara a encontrar de un primer vistazo el que necesitas.

Todo lo que sea en textura líquida o gel debería ir también o en una bolsita o en una caja separada, para evitar esas fugas inesperadas que pueden manchar el resto de cosas.

A la hora de almacenar los juguetes, no tires de imaginación envolviéndolos en una bolsa de plástico o papel absorbente.

Lo mejor que puedes hacer es guardarlos en la bolsita de tela donde suelen venir (o hacerte con una a su medida).

Permiten que el juguete transpire y no proliferan las bacterias.

Una vez limpios y secos -algo que aprendiste a hacer en este artículo que te dejo debajo- lo ideal es que los guardes cargados para evitar que, la próxima vez que los vayas a usar, te lleves la sorpresa de que no tienen batería.

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En teoría, deberías ponerlos uno al lado de otro para que no se aplasten.

Pero como este sistema no tiene mucho sentido si tu colección es de mayor tamaño, yo los pongo unos sobre otros, dejando los más pesados abajo para que no aplasten a los más ligeros.

Respecto a otros artículos como esposas, fustas, cuerdas, pinzas o antifaces -o todo lo relacionado con el BDSM-, te resultará más fácil encontrarlos si los colocas también juntos.

Mara Mariño

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Primeras veces con juguetes no siempre son buenas (y por eso debes repetir)

Si me pongo a recordar qué tienen en común todas mis primeras veces en la cama con alguien, es que no son precisamente las mejores de mi historial.

Ni las más placenteras, no te voy a engañar.

juguete sexual gato

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Los nervios -de los que sean-, el primer contacto íntimo y no conocer de nada ese cuerpo nuevo (o qué le excita), hacen que pueda estar bien, sí, pero se convierte en un punto de partida.

Y de ahí hacia arriba (si es que se repite la experiencia).

Con los juguetes sexuales pasa un poco lo mismo. Hay algunos -los menos- que, nada más estrenarlos, te hacen darlo todo.

Pero para la mayoría se necesita un poco de rodaje. Y es el caso de Enigma Cruise de Lelo.

A primera vista parece sencillo: un estimulador de clítoris con vibración y un apéndice con la curvatura perfecta para estimular la parte interna (que llamamos malamente ‘punto G’).

Nada que no haya probado antes por separado.

Sin embargo, siendo algo tan distinto a lo que había probado por unir ambas cosas, no terminaba de pillarle el tranquillo.

Vamos, que hubo orgasmo pero sin fuegos artificiales.

En ese momento es fácil caer en el «A lo mejor este juguete no es para mí».  De la misma forma que te planteas que, si de primeras el sexo no es fabuloso, no tienes tantas ganas de repetir.

Pero eso es lo que tenemos que cambiar y volver a probar.

Porque la segunda vez, más relajada, cambiando la posición y modificando los patrones de vibración, fue increíble.

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Mi conclusión fue que, al igual que deberíamos darnos siempre un tiempo con alguien con quien empezamos a tener sexo, los juguetes deberían recibir el mismo tiempo de prueba.

Que a veces es tan fácil como seguir intentándolo hasta que se les coge el punto, pero nunca darnos por vencidas antes del rodaje.

Y, además en el caso de los que son para vagina, a veces no es ya la posición, sino usar lubricante o leer las instrucciones.

¿Mi consejo? Vuelve a tu mesilla de noche y recupera el que habías descartado.

Está hecho para ti, solo tienes que darle otra oportunidad (o las que sean) hasta que lo descubras.

Mara Mariño

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¿Quieres comprarle un juguete sexual a tu novia? No cometas estos errores

Soy la primera que, cuando entra a una tienda erótica toca todo lo que tiene al alcance de la mano y curiosea como la que más.

Y, como las dependientas de Lovesexing me contaron, como clientes tenemos hábitos mucho más cuestionables.

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Pero, en el caso de los hombres, entra en conflicto el tema que tenemos tan pendiente: la educación sexual.

Las expertas me comentaban que era habitual que entraran chicos algo confundidos en la tienda.

Una petición muy habitual, que reciben por parte de ellos, es la de que están buscando juguetes anales para sus novias.

Con esto, o bien no son conscientes de que el ano masculino y el femenino son iguales o bien es la excusa que usan porque no se sienten preparados para decir que es para ellos.

Sea cual sea, quiero recordar que, gracias a sus terminaciones nerviosas, el ano es placentero para todos (a no ser que tengas hemorroides).

Así que que los juguetes destinados a ello hacen disfrutar a ambos miembros de la pareja.

Pasa también que, cuando esos devotos novios van en busca del regalo perfecto (lo cual aplaudo), no saben muy bien qué es lo que más puede excitarle a sus parejas.

Ante la pregunta de si su chica es vaginal o clitoriana, se quedan en blanco. ¿Cómo saberlo si cuando practican sexo del que sea, disfruta tanto de un cunnilingus como de la penetración?

Mi consejo es recordar si, para llegar al orgasmo, ella siempre necesita estimulación externa del clítoris.

Siendo ese el caso, un juguete que se encargue de esa parte (como un succionador o un dildo con apéndice externo que vibra), será el mejor regalo.

Yendo en pareja, no mejora la cosa cuando se dan ciertas actitudes hacia la otra persona, como por ejemplo pensar que no hace falta cierto juguete teniendo un pene ‘en casa’.

Nos toca ir rompiendo con la idea de que los productos eróticos son sustitutivos. Es el momento de verlos como complementos.

Si algo consiguen es abrir un mundo de posibilidades a nuevas sensaciones y prácticas que, sin ellos, nos estamos perdiendo, como la doble penetración, por ejemplo, o el pegging.

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En definitiva, hacen más variada y entretenida nuestra vida íntima.

Lo que me confirman es que la mayoría de la clientela masculina solo compra para sus parejas y van directos al juguete más popular: el succionador de clítoris.

Y, por lo general, la lencería masculina no es algo que les interese (aunque os digo desde ya que hay cierto tipo de calzoncillos que nos encantaría veros lucir), ni se plantean juguetes compartidos.

A esto último también hay que darle una vuelta. Las propias dependientas me comentaron que no tiene ningún sentido.

Hay anillos, pinzas, juguetes que estimulan los genitales de ambos o artículos con mando a distancia que son perfectos para pasar un buen rato en compañía.

Así que espero que la próxima vez que un lector vaya a comprar algo a una tienda erótica, se atreva a mirar más allá del estante de los succionadores, que hay todo un mundo de cosas.

Mara Mariño.

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Comprar juguetes sexuales, ¿cuestión de discreción o tabú?

Hace unos días fui a un sex shop a comprar un plug anal. Aunque en la caja venía la imagen, explicaciones y todo lujo de detalles, la dependienta me lo guardó en una bolsita blanca de papel.

Por lo visto, para que nadie se entere de que estoy comprando un juguete, ni que he estado en esa tienda.

En la bolsa tampoco aparecía nombre del sex shop. Es decir, si tú me ves por la calle, puedes pensar que lo mismo llevo una colonia de regalo para mi madre que una caja con pendientes.

Unsplash

Si me da por ampliar la colección de juguetes, es algo que forma parte de mi intimidad y puedo agradecer que no todo mi vecindario esté al tanto de qué me compro o me dejo de comprar.

Pero, ¿se hace realmente para proteger la intimidad o es que no estamos listos para verlo?

Me acuerdo como, hace unos años, Cara Delevingne y Ashley Benson se convertían en carne viral de internet por una foto en la que aparecían metiendo un juguete en casa, una especie de banco multiposición para practicar bondage.

La atención mediática fue tal que, meses más tarde, le seguían entrevistando acerca de aquella imagen: si lo habían comprado, si se lo habían enviado, si era para ella, si era un regalo para otra persona…

Preguntas y más preguntas, que es precisamente lo que evita la discreción de la bolsa blanca.

Pero ni Cara ni su pareja quisieron envolver la caja. Por eso se convirtió en algo tan comentado. No solo habían comprado un juguete, sino que lo enseñaban al mundo libremente.

Creo que una de las razones por las que se hizo tan popular fue justamente que es raro ver a nadie con sus recién comprados juguetes por la calle.

Pero, ¿y si lo normalizáramos? ¿No conseguiríamos que se convirtiera en algo habitual a lo que terminaríamos por acostumbrarnos?

Sara Izquierdo (@vozdelagarta en Twitter e Instagram), que es estudiante de psicología y sexología, lo comentaba en su cuenta.

Si bien Sara defendía el derecho a la privacidad a la hora de comprar este tipo de artículos, su reflexión iba más allá.

«No existen envíos discretos con ropa o comida. Mercadona no manda sus paquetes sin el logo para que nadie se entere», decía en sus historias.

«Esto ocurre por la censura que tenemos con la sexualidad y por la vergüenza que nos han inculcado. No da la opción de ‘quieres envío discreto sí o no’, lo envían automáticamente así».

Para ella, la conclusión es clara: «El hecho de que se envíe por defecto de forma discreta es un reflejo de la sociedad en la que estamos».

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Es como para reflexionar. Y de paso, pedir que haya opciones de envíos normales para quienes quieran recibirlo con la misma ilusión que hace abrir una hamburguesa en una bolsa con el logo de tu cadena de comida rápida preferida.

¿Por qué negar ese disfrute si se trata de, además, algo pensado para dar placer?

A lo mejor si viéramos más a menudo bolsas con nombres de condones, no te pondría los ojos en blanco el chico de turno cuando le dices de usarlos.

Y creo que tampoco sería tan escandaloso -ni vivirías tu fetiche por la sumisión como algo de lo que sentir vergüenza- si de pronto vieras más personas que también compran bozales y correas.

Volviendo a la tienda de juguetes de mi barrio, y sacándole el tema a la dependienta, me comentó que más de la mitad de sus clientes preguntaban con la compra si se lo podían poner en una bolsa discreta.

También una rápida encuesta en Instagram me revela que la mayoría prefieren que siga siendo así. «Nuestra vida es muy pública hoy en día. No está de más guardar algo para nosotras/os«, me respondía una seguidora.

Lo que queda claro es que, mientras siga perteneciendo al ámbito privado y lo llevemos con secretismo, será un tema que nos costará hablar con normalidad.

Quizás algo de razón tiene Sara y seguimos viviéndolo con vergüenza. Sería eso lo que habría que cambiar en primer lugar, estampar un logo o foto en una bolsa siempre es más sencillo que educar.

Duquesa Doslabios.
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Dildos realistas: por qué ya no nos gustan (tanto) los juguetes que imitan penes

Me he vuelto una sibarita de los dildos. Lo admito.

Hay sibaritas del vino, sibaritas de platos de alta gastronomía y luego estoy yo, que me planteo los juguetes que diseñan para que nos metamos por la vagina.

(Si todavía los llamas ‘consoladores’, te recomiendo que antes de que sigas leyendo, pases por este artículo).

LELO

En cualquier tienda erótica encuentras una gran variedad de diseños, incluyendo los modelos XL que se parecen más a un pilar de construcción que algo que deberías introducirte por un orificio del cuerpo.

Están los de fantasía, los más discretos que parecen salidos de una exposición de escultura y, por supuesto, los modelos realistas.

Estos últimos, creados a imagen y semejanza (o al menos en teoría) de auténticos penes, me parecen cada vez más destinados a desparecer de nuestros cajones o a ser de esos que usamos muy de vez en cuando.

Solo hay que ver cómo ha evolucionado la industria de juguetes sexuales.

Ahora, además de silenciosos y con baterías que aguanten unos cuantos embistes, nos gusta que nuestros vibradores tengan cierto sentido de la estética.

Y, por muy placenteros que resulten, los que imitan a la perfección un pene no son precisamente bonitos.

Esas versiones en goma dan un poco de impresión. Y, como me dice una amiga, es como masturbarte con un miembro descolgado de otra persona.

La mayoría coincidimos en que, si queremos ver algo color carne con venas, ya tenemos la experiencia en vivo y en directo.

Porque sí, es mucho más excitante el auténtico que cualquier imitación -por mucho que amplíen el largo y el grosor o esculpan venas como en los reales-.

Lo bueno es que las marcas de artículos eróticos parecen haberse dado cuenta de que, a la hora de masturbarnos, no necesitamos que sigan la misma estética.

El falocentrismo, la idea de que todo lo relativo al sexo tiene que girar en torno a un pene, se ha quedado en el pasado.

En el momento en el que -por fin- hemos normalizado que la mayoría de mujeres llegamos al orgasmo por la estimulación directa del clítoris, se ha comprendido que podemos disfrutar sin un pene.

Así que, ¿para que seguir usándolo como molde si anatómicamente no es imprescindible?

Mejor crear juguetes que puedan combinar la estimulación interna con la externa o incluso centrarse solo en la de fuera.

Es justo lo que han demostrado los succionadores, los juguetes que han batido récords en ventas desde que salieron al mercado.

Una rápida encuesta en mi Instagram me confirma la teoría, los dildos minimalistas perfectamente diseñados para el placer femenino, son nuestros favoritos (y los de ellos también cuando quieren sorprendernos con uno).

Y aunque no creo que los realistas vayan a desaparecer por completo, sí que su uso se verá mucho más limitado.

De hecho es el modelo perfecto para jugar en pareja y hacer la experiencia más variada. ¿La idea de incluir uno que imite un miembro real? Fantasear con que hay otro pene en la habitación.

Puede ser una vía de salida para quienes piensen en un trío pero no se atrevan a llevarlo a cabo o para cualquier juego en el que se puedan imitar sobre el juguete prácticas que se harían sobre el miembro real (y que resulte más excitante por el parecido).

Pero, para todo lo demás, los minimalistas ganan la partida.

No solo son más elegantes y prácticos -orgasmo 100% asegurado-, sino que si te revuelven la maleta buscando la plancha de pelo es más sencillo hacerlos pasar por un masajeador facial o un aspirador de puntos negros, por ejemplo.

Duquesa Doslabios.

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5 cosas que deberías tener en cuenta antes de salir de casa con unas bragas vibratorias

Podremos estar en desacuerdo de cuál es el mejor juguete sexual o qué marca nos gusta más o cuál, pero hay algo sobre lo que no hay discrepancias. El mejor sitio para usarlos es el dormitorio.

O, en su defecto, cualquier sitio de la casa donde podamos tener algo de intimidad.

SAVAGEXFENTY

Pero raras son las ocasiones en las que se pueden jugar los juguetes más allá del hogar quitando si nos los llevamos en la maleta de vacaciones.

Aunque hay uno en especial que parece diseñado precisamente para esto. Según la tienda especialista en erotismo EroticFeel las bragas vibratorias no podrían ser mejor complemento para esas veces en las que las ganas de aventura están alineadas con las de sexo.

Sí, siempre tendremos la opción de meter la bala vibradora en el interior de las braguitas, aunque hay vibradores específicos que gracias a su diseño o a un imán que sujeta el juguete en el punto justo, son mucho más apropiados para esta práctica.

Peor, ¿significa eso que ya podemos usarlos en cualquier momento y lugar? En teoría sí, pero si me pongo a analizar la práctica, hay una serie de cosas que deberíamos tener en cuenta:

  1. El volumen de la vibración: ya sabemos que por mucho que en la caja ponga «silencioso», siempre hay algo de ruido. Aunque claro, los hay que vibran muy silenciosamente y los que parecen la banda sonora de la batidora cuando te haces un smoothie. ¿Lo mejor que puedes hacer? Probarlo antes de salir de casa e, importante, sin ruido ambiente. Una vez compruebes que es un sonido aceptable, puedes llevarlo incluso al cine si quieres.
  2. No todas las ocasiones son buenas. Vale que hoy por fin te has decidido a llevar las bragas y tienes claro que no vuelves a casa sin arañarles aunque sea un orgasmo, pero ¿de verdad es el mejor momento para probarlas camino al aeropuerto o yendo a cenar con otra pareja? Que sí, que la adrenalina del juego está ahí, pero una cosa es que sea divertido para ambos y otra es hacer sentir incómodos al resto.
  3. El estilismo es crucial. Unos vaqueros con el tiro demasiado alto o un vestido ajustado tipo segunda piel pueden entrar en conflicto con el juguete. Ya sea porque se va descolocando según andamos o porque se marca. Vuelvo al punto 2, que tu pareja y tú lo sepáis está bien, pero no necesitas que se entere todo el mundo.
  4. Acuérdate de llevar la batería cargada. Y es un error en el que yo misma caí cuando, emocionada, esperaba sentir aquello en marca y por mucho que apretara los botones, no había manera de que funcionara. Planifica con un poco de antelación la velada y ponlo a cargar el día de antes.
  5. ¿Mando? Mejor con la aplicación. Cuando hace unos años no había otra opción que no fuera la de usar el mando a distancia, puedo entender que se utilizara. Pero ahora, aunque sigue apareciendo en la mayor parte de juguetes para bragas, ha quedado obsoleto. El relevo son las apps que permiten activarlo y subir y bajar la intensidad de vibración. Además, que queda mucho más raro ver a una persona apretando lo que parecen unas llaves de coche que utilizando su teléfono móvil.

Duquesa Doslabios.

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