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Juguetes para adultos: de imitar partes del cuerpo a imitar prácticas sexuales

Hace unos días, hablaba con un amigo de lo mucho que me alegraba que la industria juguetera para adultos se hubiera ido alejando de las réplicas realistas.

Porque, y a los éxitos de ventas de las marcas me remito, la tendencia ya no son imitaciones de goma en color rosa claro que emulan a la perfección detalles como el glande o las venas del pene.

pareja cama

PEXELS

Al contrario, diseños minimalistas de colores vibrantes que casi parecen pequeñas esculturas de diseño, son las que la mayoría de nosotras tenemos en el cajón del dormitorio.

Además de ser igual de prácticos si lo que buscamos es darle rienda suelta a la fantasía -porque eso depende de la imaginación que le echemos-, si algo demuestran es que lo importante, por fin, es el placer.

La fisonomía de los juguetes ya no se centra en asemejarse a la realidad, sino en proporcionar la máxima cantidad de estimulación para desencadenar ese reflejo que es el orgasmo.

Y, teniendo pequeños dispositivos que nos hacen alcanzar el clímax en pocos minutos, ¿cómo no preguntarse cuál iba a ser el siguiente paso, si ya parecía todo inventado?

La nueva generación de sex toys ya no parece ir, ni siquiera, a perfeccionar lo existente. Ahora es el momento de tomar nota de las prácticas más placenteras.

O esa fue mi conclusión cuando descubrí que una de las novedades imitaba a una boca.

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Con unos enormes labios y una lengua entre medias, el juguete que tenía en mis manos era capaz de imitar el movimiento de succión y a la vez emitir vibración desde la ‘lengua’.

Marilyn (DIVERSUAL)

A diferencia de un beso o una caricia, no hay manera de que el cerebro pueda anticipar cuáles son las sensaciones que un juguete sexual va a proporcionarte.

De ahí que usarlos resulte tan agradable, la expectación estaba servida.

Lo que sí pude notar es que, a diferencia de los estimuladores de clítoris, el cunnilingus mecánico se tomaba sus tiempos, como en la propia práctica.

Mi amigo me decía, bromeando, que de cualquier manera nunca va a equipararse a un sujeto de carne y hueso, porque no puede darte cariño posteriormente a un encuentro íntimo.

Yo le contesté que el juguete tampoco podía mirarte a los ojos, quizás otro de los motivos por los que nos gusta tanto todo lo relativo a envolver una boca y unos genitales en la misma ecuación.

No, la conexión entre personas nunca va a verse reemplazada por contar con estos aliados en el dormitorio, de la misma manera que siempre vamos a preferir una respuesta humana que un contestador automático cuando hacemos una llamada.

Pero cumplen a la perfección su función de permitirnos experimentar, probar, descubrir nuestro propio cuerpo, variar (en solitario o en compañía) y dejarnos sorprender. Y cada vez lo hacen mejor.

Mara Mariño

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El mensaje detrás de la masturbación colectiva protagonizada por estudiantes brasileños

Los canales de difusión masiva han cambiado de manera radical cómo se difunden las noticias. De esta manera no solo nos enteramos al instante de lo que pasa en cada momento, sino que lo vemos también independientemente de la parte del mundo en la que se encuentre.

Es lo que ha pasado con el beso de Luis Rubiales y la vuelta al mundo que ha dado, pero también con las fotos modificadas por IAs de las alumnas de Almendralejo.

Pareciera que, de un tiempo a esta parte, los hombres mayores o menores de edad españoles, están encargándose de dejar bien claro que, por mucha igualdad que ostentemos en permisos de maternidad y paternidad, el nuestro es un país machista. Punto.

São Paulo

PEXELS

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Quienes hemos entonado el #SeAcabó que inició Jenni Hermoso, llevamos toda la vida con la misma cantinela.

Que esto no son manzanas podridas ni casos aislados, que no son casualidades ni una mala racha, que esto es un sistema que victimiza a todas las mujeres que se llama patriarcado.

Y sobre todo que es algo que pasa en todo el mundo, no solo en España.

Gracias a esa civilización informativa de la que formamos parte, nos ha llegado otro ejemplo de violencia machista ejercido por los estudiantes de medicina de la Universidad de Santo Amaro en São Paulo.

Las imágenes y vídeos virales de la veintena de chavales con los pantalones y los calzoncillos bajados masturbándose delante de dos equipos de voleibol femenino que estaban compitiendo, podrán hacernos dudar de si las nuevas generaciones de verdad harán del mundo un lugar mejor de las anteriores.

Pero no nos deja dudas del mensaje que transmiten sus acciones: «Nosotros tenemos el control».

«El control sobre nuestro cuerpo y nuestra polla, el control de sacárnosla cuando y donde queramos. El control de masturbarnos incluso en un lugar público sin que puedan pararnos».

«El control sobre el espacio, da igual que sea a plena luz del día o en un sitio frecuentado por gente, da igual que sea enfrente de un campo donde estáis practicando un deporte. A puerta cerrada en casa o en el campo de juego, todo es nuestro».

«El control sobre vosotras y vuestra sexualización. Vemos erótico que juguéis y así os lo hacemos saber. El control sobre vuestra concentración en el partido, da igual que estéis jugando, no sois más que el objeto de deseo de nuestras pajas».

«El control del foco de atención, el protagonismo. No es vuestro triunfo ni vuestra competición lo importante del día, es controlar la narrativa del momento y que sea, más que un evento deportivo, una película porno live action».

«El control de demostrar que somos muy machos. Fíjate si somos masculinos que nos pajeamos delante de todo el mundo en grupo. Y además gritamos mientras tanto para que a nadie se le escape lo varoniles que somos. Y nos aseguramos de hacerlo delante de un grupo de mujeres, por supuesto, porque si fuera frente a un equipo de hombres sería de gays y la masculinidad hegemónica ve con malos ojos la homosexualidad».

«El control del presente, porque la única consecuencia es una expulsión momentánea de la universidad durante unos días, y del futuro, porque somos estudiantes de medicina y en unos años estaremos trabajando de ginecólogos, cirujanos o anestesistas con mujeres adultas y/o menores de edad en consulta».

«Y también las controlaremos».

Mara Mariño

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Las mujeres nos masturbamos menos (y el mercado laboral tiene mucho que ver)

Cuando empecé a masturbarme, que lo hiciera con mayor o menor frecuencia solo dependía de una cosa: las ganas que pudiera tener. O si tenía ratos en los que estaba aburrida, no nos vamos a engañar.

Dejar la universidad y que la jornada laboral fuera lo que iba marcando los tiempos de mi vida adulta, cambió esto.

mujer masturbación femenina

WOMANIZER

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Hay momentos del año que tengo picos de trabajo tan intensos que de repente caigo en que a lo mejor llevo tres semanas sin tener un rato para mi propio placer -ni ganas de hacerlo-, y no me he dado ni cuenta.

¡Si no tengo tiempo ni para doblar esa pila de ropa interior que solo va creciendo según avanza la semana!

Sí, la rutina es mi mayor enemiga. Pero me consta que a amigos o parejas hombres les afecta en menor medida. Esto es lo que se puede definir como «brecha masturbatoria».

A diferencia de la brecha orgásmica, que se centra en esa desigualdad entre que nosotras llegamos menos veces al orgasmo, el caso de la brecha masturbatoria no se reduce tanto a la cuestión sobre la que no paramos de hacer bromas en redes sociales (de que es más fácil encontrar agua en otros planetas del Sistema Solar que el clítoris).

Por suerte, gracias a la tarea de divulgación que hacen profesionales del sector, esto ya no es un misterio. Las brechas ya no se deben tanto a dónde está o cómo estimular la zona. Nos distancian factores fuera del cuerpo.

Esa rutina a golpe de tareas que relataba al principio (trabaja, vete al gimnasio, haz algo de compra, llama a tus padres, riega las plantas…) es solo una de las culpables.

Porque aquí podríamos argumentar, con toda la razón del mundo, que ellos también van hasta el cuello y aún con todo, encuentran ratitos para disfrutarse. Así que es probable que nos encontremos ante un problema estructural de otro tipo.

¿Qué más hay detrás de la brecha masturbatoria?

Para responder a esta pregunta, es interesante acudir a la encuesta mundial sobre hábitos de masturbación que ha sacado Womanizer (womanizer.com/eu), la marca líder en la industria del bienestar sexual.

Más que nada porque el estudio realizado entre casi 15.000 personas de 11 países ha reconfirmado que nosotras nos damos placer con menor frecuencia que ellos.

Mientras que la tendencia de los países, incluso habiendo diferencias, ha sido la de ir aumentando en 2023, en España hemos caído en picado: las mujeres nos masturbamos menos que el año pasado.

Para la sexóloga Elisabeth Neumann, que además es directora de investigación de usuario de Womanizer, el factor clave está en la economía.

«La recesión económica puede tener un impacto significativo en el deseo de masturbarse de las mujeres», afirma la experta. «El estrés financiero y la incertidumbre pueden aumentar los niveles de ansiedad y fatiga, lo que a su vez puede afectar al deseo sexual y a la intimidad».

Ahora resulta que hasta la recesión económica nos va a robar los orgasmos.

«Cuando las personas están preocupadas por los problemas económicos, es menos probable que den prioridad al cuidado personal, incluida la autoexploración sexual. Esto puede conducir a un menor deseo de actividad sexual, incluida la masturbación», cuenta la sexóloga.

Con su testimonio, es difícil no pensar en el caso que nos encontramos en nuestro país según unos datos extraídos del INE: hay una diferencia del 3,4% en el desempleo entre hombres y mujeres. De las mujeres paradas, una de cada 3 lleva buscando trabajo más de dos años.

Y el sesgo según la actividad confirma que las mujeres hacemos más empleos que pertenecen a los que se identifican como sectores precarizados. Siendo la presencia femenina mucho mayor es algo que repercute también en la diferencia de salarios.

Si a eso añadimos la dificultad de conciliar la vida familiar y laboral, llegamos al dato de que 638.400 mujeres se han visto obligadas a renunciar a su empleo para asumir la mayor parte de los cuidados de mayores, menores y personas dependientes (frente a 55.000 hombres).

Con este panorama, ¿cómo tener ganas de tocarte el coño?

Además, la sexóloga añade que «la vuelta a los desplazamientos al trabajo también puede contribuir al estrés y la fatiga,
dificultando que las mujeres se sientan con energía e interesadas en la actividad sexual».

Personalmente, creo que el tema del empoderamiento sexual está genial para que la masturbación haya dejado de ser un tabú y podamos pedir abiertamente que nos gusta (así como reconocer el papel de los juguetes sexuales, que nos han ayudado a descubrirnos).

Pero para empoderarnos del todo, también tenemos que tener una situación económica segura, una estabilidad que combata el agobio que nos aleja del placer.

Necesitamos que el mercado laboral no secunde la brecha masturbatoria, sino que ayude a disminuirla.

Solo así podremos estar centradas en disfrutar y no pensando en si nos renovarán el contrato y podremos seguir pagando el piso desde el que nos masturbamos.

Mara Mariño

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¿Conocías este ‘efecto secundario’ de usar juguetes sexuales?

Seguro que a estas alturas, los beneficios de usar juguetes sexuales (por tu cuenta o en compañía) te resultan más que familiares.

Son un estímulo distinto, te ayudan a lograr una gran sensación de placer, son perfectos para conocerte sexualmente…

Pero además, según una investigación reciente, serían clave para despertar tu interés sexual por otras prácticas.

mujer juguetes sexuales

PEXELS

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Si estás en un momento de estancamiento íntimo, probar juguetes sería la manera no solo de salir del ‘bache’, sino de estimular tu curiosidad más allá.

¿Te acuerdas del famoso eslogan de «Cuando haces pop ya no hay stop»? Con estos artículos pasa algo parecido.

En el momento en el que los pruebas es más que probable que te estimule a conocer qué otras cosas hay, algo que ha revelado el estudio que ha sacado la marca Diversual este mes de julio.

El 91,5% de las personas participantes -una muestra de más de 5.000 con una edad entre 18 y más de 60 años-, afirmaron que, tras haberlos usado, había aumentado el interés por prácticas sexuales nuevas.

Esta curiosidad se traduce en la motivación por innovar en la vida sexual, lo que debería ser una razón de peso de cara a vencer los miedos o reticencias que alguien pueda tener respecto a utilizarlos.

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Teniendo en cuenta que usar juguetes suele ir de la mano con el aumento del placer, la satisfacción al usarlos sería otra de las razones.

El 83,5% de los participantes en el estudio afirman sentirse más satisfechos en sus relaciones gracias al uso de juguetes sexuales y la lista de motivos que dieron lo explica a la perfección.

Motivaciones como descubrir nuevas sensaciones, tener orgasmos más intensos, alcanzar el orgasmo con más facilidad o romper con la rutina fueron algunas de las respuestas más votadas.

Lo que queda claro es que son un regalo estupendo. Casi el 91% de los encuestados han regalado o regalarían juguetes (ya tienes una idea para tu próximo cumpleaños).

Además, la gran mayoría coincidieron en que es un detalle que le gustaría recibir por parte de su pareja.

La investigación ha reafirmado la conclusión de que los juguetes son la mejor de las influencias para nuestra vida sexual.

Y, con toda la variedad de modelos que existen para estimular cualquier zona, ¿cómo no animarse a probarlos si tienen tan buenos ‘efectos secundarios’?

Mara Mariño

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Tu nuevo juguete sexual será ¡un cabezal de ducha!

El día en el que descubres que la ducha tiene diferentes salidas de agua, según vas girando el cabezal, y llegas al modo chorrazo -ese que es a presión-, piensas «¿Y si lo pruebo en…?»

Así es como la mayoría de nosotras descubrimos que tanto la temperatura como el roce del agua son unas grandes aliadas para alcanzar el clímax.

Y que de las duchas puedes salir sintiéndote limpia, pero relajada por partida doble.

ducha mujer

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Es más, si digo que es algo familiar para la mayoría de nosotras es porque 7 de cada 10 sabemos de los beneficios que tiene a nivel sexual preferir la ducha a un baño porque los hemos comprobado de primera mano llegando al orgasmo solo con el agua.

Pero, ¿qué tiene la ducha que nos lanza a la cima del placer en solo unos minutos?

Sería una combinación entre la calidez de la temperatura -la más parecida a la temperatura de la zona-, y la presión directa, que dan en la zona con mayor cantidad de terminaciones nerviosas.

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Era cuestión de tiempo que alguien viera el potencial de lo que nosotras llevamos usando, más o menos secretamente, todos estos años desde que existe el hidromasaje.

De manera que ha sido la marca Womanizer junto a la marca de grifería Hansgrohe, quienes han sacado el cabezal específico para llegar al orgasmo.

El proceso para desarrollar la última novedad del mercado de juguetes sexuales empezó por coger como punto de partida cabezales de ducha para perros.

Unos prototipos que se fueron transformando poco a poco, añadiendo las mejoras hasta llegar al producto que descubren hoy.

«Wave está diseñado específicamente para la masturbación de la zona genital femenina, por lo que todo el diseño y desarrollo del producto se ha centrado en hacerlo posible», afirma Sarah Moglia, directora de Innovación en Lovehoney Group y Womanizer.

Como ella misma explica: «el agua es uno de los medios más naturales para el ser humano, permite que los tejidos se relajen».

Además, el contexto del baño funciona a las mil maravillas si tenemos en cuenta que, según un estudio de la Universidad de Groningen, en Países Bajos, es imposible alcanzar el clímax si no ‘desconectamos’.

La excusa de darse una buena ducha no solo es un momento para nosotras, sino también un espacio íntimo que permite dejar fuera el resto de agobios o preocupaciones.

Y, para quienes nos preocupamos por la huella hídrica -teniendo en cuenta que los veranos apuntan a ser cada vez más secos-, según la experta, es algo que se habría tenido en cuenta para no desperdiciar agua.

El cabezal se ha desarrollado con una función y un filtro que ahorran hasta un 60% más de agua que en el uso habitual.

Si logrará desbancar o no al mundialmente conocido Satisfyer, es algo que veremos con el tiempo. Pero lo que sí parece es la solución definitiva para aquellas reticentes que todavía no tenían ninguno en casa, porque no se fiaban de esos inventos con batería.

Y por supuesto, es también una experiencia merecedora de probar para las que coleccionamos estos artículos que nos llevan a diferentes experiencias de orgasmos.

¿Quién nos iba a decir que íbamos a combatir la brecha orgásmica en la ducha?

Mara Mariño

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Sí, el autoplacer puede ser parte de tu rutina (y así te beneficia)

Hay momentos del año que van ligados a proponerte adquirir nuevas rutinas. Por ejemplo, en cuanto empieza el año te propones comer más sano y siempre después de la limpieza bucal te autoconvences de que esta vez sí cumplirás lo de pasarte el hilo dental.

Comer más sano, dejar de fumar, andar más pasos al día, leer al menos un libro al mes… Pero ninguno de esos hábitos está relacionado con el placer.

mujer placer

WOMANIZER

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Es más, casi que nos dan escalofríos si oímos las palabras ‘sexo’ y ‘rutina’ en la misma frase. Y, sin embargo, mantener cierta frecuencia a la hora de disfrutarse por cuenta propia tiene un montón de ventajas.

Fíjate si es importante dedicarle su tiempo que mayo es conocido como el mes de la masturbación femenina (y es algo de lo que hablo mucho en mi nuevo podcast, sí, ¡ahora tengo un podcast!).

Primero porque si lo integras en tu día a día tienes la excusa para dedicarte ese tiempo a explorarte -algo que quizás antes no te sentías tan cómoda de hacer porque quizá antes vivías tu sexualidad como un tabú-.

También porque es una manera de mantener tu deseo sexual activo, lo que te hace tener una actitud sana y positiva hacia ti misma.

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Según la marca Womanizer es hasta una muestra de amor propio porque prioriza las necesidades individuales que nos empodera y permite expresarnos sexualmente, lo que nos da confianza en cualquier experiencia y mejora nuestro bienestar emocional y mental.

Y, al igual que cualquier otro hábito, dedicarse a trabajarlo es tan sencillo como buscar ese rato para una misma.

Cómo construir el hábito

Aunque la marca ha desarrollado una guía llena de sugerencias para dar comienzo a esa nueva rutina y convertirla en parte de la jornada.

En su lista de sugerencias se encuentra desde programar el momento a crear el espacio, pero también el uso de lubricante, exploración de distintas zonas erógenas, juguetes sexuales, escribir las fantasías para saber qué nos gusta, leer literatura erótica

No faltan tampoco sugerencias más ligadas a la concepción de la sexualidad que a la masturbación per se:afirmaciones positivas que fomenten el auto-amor y la confianza, practicar la atención plena o la meditación para conectar con el cuerpo y la respiración, centrarse en el placer sin la expectativa del orgasmo, perdonarse ante cualquier sentimiento o pensamiento negativo
que pueda surgir o celebrar y honrar el cuerpo y el placer, sin vergüenza ni culpa.

Así que, ahora que tienes todas las claves para hacer de esto una costumbre, ¿a qué esperas?

Mara Mariño

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¿Por qué no hay mujeres exhibicionistas?

Hace unos días me encontraba un vídeo del monólogo de la cómica Silvia Sparks -a la que por cierto, deberíais ver en directo haciendo su show-, en el que preguntaba si alguna vez habíamos caído en que no hay mujeres exhibicionistas.

mujer gabardina exhibicionista

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De verdad que fue escuchar esa frase y aquello me desbloqueó varios recuerdos.

Como que, cuando sale el tema con amigas, de alguien siguiéndonos a casa, acercándose en su coche, encontrándose de frente en una calle, y enseñando los genitales o incluso masturbándose delante, siempre había sido un hombre.

Y nosotras, tanto menores como mayores de edad, pero con el común denominador de estar solas o acompañadas de una amiga.

Aunque el exhibicionismo, se califica como parafilia, creo que es una nomenclatura a la que tendríamos que dar una vuelta, ya que se trata de una práctica sexual no consentida, que en su mayoría ejercen los hombres.

Haciendo la comparativa es como si empezamos a tratar las violaciones de fetichismos en vez de agresiones sexuales.

Pero volviendo al monólogo humorístico, cabe darle una vuelta a los motivos detrás de esa diferencia entre el género de los exhibicionistas.

Es inevitable analizar la sociedad en la que nos encontramos en la figura del exhibicionista. Porque, por un lado, la exhibición nunca es de las nalgas o los pectorales, sino del pene.

Que sea del pene es porque, quien lo ejerce, exhibe lo que culturalmente es la muestra de la sexualidad masculina, un símbolo que históricamente se ha relacionado con el poder y la virilidad.

Esto está intrínsecamente relacionado con el rol del hombre en la sociedad, quien se siente en la posición de ejercer su poder y solo a través de ello logra la excitación.

La satisfacción es la de haber hecho eso sin el consentimiento de la otra persona, solo con su voluntad de por medio.

El exhibicionista es exhibicionista cuando la otra persona no quiere verlo. Si hay deseo de ver desnudo a la otra apersona, estamos ante un acto sexual libre, consentido y deseado.

¿Sirve de algo denunciar el exhibicionismo?

Cualquier mujer que haya sido víctima del exhibicionismo podrá concordar en que, aunque no haya habido contacto físico, sigue habiéndolo sentido como una agresión porque, a fin de cuentas, es participar en un acto sexual no consentido.

Sin embargo, el Código Penal no refleja este tipo de agresiones, a no ser que se haya realizado ante menores de edad o personas con discapacidad.

El problema es que esta sigue siendo un acto que además de seguir realizándose (durante la pandemia incluso se volvió más difícil de perseguir por el uso de mascarillas) ha saltado a Internet.

En nuestra cabeza rápidamente dibujamos a ese hombre sin cara con una gabardina larga cuando hablamos del exhibicionista, independientemente de que sean personas que trabajan en la tienda del barrio, vayan vestidas con un anorak corto o alguien que lleva un chándal.

Lo cierto es que estamos mucho más familiarizadas con el exhibicionista 2.0, que es el que te manda una foto de sus partes en cualquier momento.

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Y, como el exhibicionista analógico, comparte que logra excitarse con el hecho de tener el poder de enfadar, asustar o molestar.

De hecho ahí radica que se considere una agresión, porque, si nos ponemos a analizar un poco cómo nos excitamos las mujeres, ver unos genitales no suele entrar en el top de la lista.

Y no solo eso, sino que la desigualdad en la sexualidad entre hombres y mujeres queda aún más evidente cuando, contando este problema, hay quien te dice que le encantaría recibir fotos de tetas.

Con la diferencia de que para ellos, protagonistas en un mundo donde no son cosificados ni expuestos ni corren el riesgo de recibir acoso o ser despedidos por la filtración de sus imágenes íntimas o lleguen al punto de plantearse el suicidio, recibir esas fotos es algo deseable.

Para nosotras, algo asqueroso y hasta amenazante.

Lo más sorprendente es que, si el exhibicionismo continúa dándose (y más de uno sigue mandando sin parar la foto de su dedo gordo sin uña) es por la falta de consecuencias.

Y no hablo solo de que quizás muchas de nosotras ni supiéramos que es algo que podíamos denunciar -yo personalmente me he enterado haciendo este artículo-, sino también porque no se tome en serio ni entre en el Código Penal.

Pero mientras añadimos esto a la lista de reivindicaciones que harían de la sociedad un lugar más seguro para las mujeres, es el momento de concienciar de la importancia de tomar cartas en el asunto.

Por eso es tan importante que recuerdes que tanto vivirlo en persona como recibir una imagen no solicitada es una infracción de exhibicionismo del artículo 37.5 de la Ley de Seguridad Ciudadana, por lo que puedes denunciarlo y se puede multar con 600 euros.

Que igual, si le llegan unas cuantas, se le pasan las ganas de seguir difundiendo su entrepierna (y si sigue haciéndolo, ya es ciberacoso que sí está penado con prisión).

Mara Mariño

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‘Mi novio se siente inseguro si uso juguetes, pero no hago nada malo’

Cada cierto tiempo, abro en Instagram mi ‘Consexionario’, un espacio en el que cualquiera puede mandarme mensajes anónimos, bien para que les guarde el secreto o para que tengan a quien contarle sus dudas de sexualidad (y recibir una respuesta).

Juguetes sexuales Lelo

LELO FACEBOOK

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Una de las que me llegó consiguió marcarme especialmente, ya que me sentí identificada: «Mi novio se siente inseguro si uso juguetes, pero no hago nada malo».

Lidiar con una pareja que se pone en alerta o incluso ve en nuestra colección privada una amenaza, es algo que nos ha pasado a muchas de nosotras.

En especial las primeras veces que tirábamos del primer cajón de la mesilla, cuando su uso no era tan popular como ahora.

Esa inseguridad vendría de que se nos ha dicho que la sexualidad son genitales, que no hace falta nada más y, en el caso de necesitar complementos, es porque alguien ‘no da la talla’ en ese aspecto.

Valérie Tasso, sexóloga, escritora y embajadora de LELO, tiene una teoría muy interesante que va más allá de la concepción mainstream que tenemos de los encuentros sexuales.

«Hablar de objetos de placer ha permitido visibilizar la sexualidad femenina», afirma.

Y es algo que «durante tantos siglos se nos ha negado, incluso se ha demonizado (acordaos de la “histeria” en la época victoriana) y ha sido sometida a un control férreo por parte de los hombres y de la Clínica (sobre todo, la psiquiatría)».

«Por otra parte, hablar de juguetes eróticos visibiliza la masturbación femenina en particular, algo impensable hace décadas atrás. El placer y la masturbación siempre eran cosas del hombre. Y nuestro propio placer siempre dependía del placer masculino».

«La masturbación femenina era, por lo tanto, impensable (siempre se ha pensado que las mujeres no nos masturbábamos), ya que nuestros orgasmos dependían de un modelo de sexualidad masculino: el coito».

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Así que la conclusión de la sexóloga es que «se está ‘culpando’ a los juguetes eróticos de sustituir a las personas, pero la verdadera lectura que tenemos que hacernos es la siguiente: es una manera retorcida de tener miedo a nuestra sexualidad (femenina) y nuestro propio placer, a través de la masturbación».

El problema, como la propia Valérie explica, radica en que «es algo que todavía está anclado en la mentalidad colectiva y deshacerse de esta creencia es complicado. Pero es mejor echarles la culpa a los vibradores que reconocer que la sexualidad femenina les/nos da miedo».

«Primero, porque es de una incorrección política inadmisible. Y, segundo, porque es seguir tratando nuestra sexualidad como dependiente de la sexualidad masculina. Hablando en claro: nuestro placer dependería de un pene (con un hombre pegado a él…)».

Sin embargo, por mucho que parecería lógico que esto estuviera normalizado, y los juguetes se vieran como un añadido y no rivales en la cama, la sexóloga confirma que todavía no se ha superado, ya que lo ve a diario en su consulta.

¿Me puede sustituir un juguete?

Cuando hace una década toda la variedad posible de juguetes, que encontrabas en una tienda erótica, se limitaba a reproducciones en silicona de penes (algunos incluso simulando las venas), podía tener algo de lógica ese rechazo por parte de algunos, al sentir que estaban siendo reemplazados.

Pero la industria de juguetes sexuales ha ido evolucionando hasta el punto de que no solo ofrecen productos de tecnología punta, sino que el diseño se ha ido perfeccionando hasta ser auténticos objetos de lujo que poco o nada se parecen a sus antecesores.

Como por ejemplo los estimuladores de clítoris, que los hay tan pequeños y discretos que podrían pasar como un dispositivo de limpieza facial, como es el Lily 3 de la marca de juguetes LELO.

Lo que es indudable es que la conexión física y emocional también se crea a través del sexo -entre otras cosas-, por lo que este miedo no debería aparecer.

Quien piense que un objeto puede sustituir a un humano, «no cree en la humanidad», sostiene Valérie Tasso.

Además la sexóloga opina que, en ese caso, se debería hacer un ejercicio de introspección mediante unas preguntas: «¿Por qué me siento ‘amenazado’ por este estimulador de clítoris tan pequeño pero muy potente? ¿Por qué estoy haciendo agravios comparativos entre mi ‘yo’ y un objeto de placer?»

Quiero pensar que, una vez llegado a la conclusión de que la diversión y variedad son características deseables que puede tener nuestra vida sexual, los juguetes representan ambas cualidades.

Por lo que es el momento de que quien piense que vienen a sustituirle, se aleje de esa idea y lo vea como un complemento (y hasta un aliado).

Cuando la pareja no lo entiende

Pero si no sucede y tenemos a una pareja que, como comentaba mi seguidora del principio, nos cohíbe en ese sentido, ¿qué podemos hacer? Valérie lo tiene claro.

«No deberíamos aceptar que una persona nos haga sentir mal por usar un juguete. Es hasta ridículo. Aquí, el problema no está en nosotras/o, sino en la otra persona (por problemas de autoestima, por no haber entendido bien que la sexualidad humana es un juego, etc.)».

«Aun así, siempre invito a que se dialogue sobre este asunto. No tengamos miedo a comunicar. Una pareja no es sinónimo de confrontación, sino de entendimiento», explica.

«Si después de eso, tu pareja no lo entiende, siento decirte lo siguiente: ¿qué haces con esta persona?»

Una de las consultas más frecuentes que recibe la sexóloga es la de cómo combatir la monotonía sexual, por lo que una de las primeras cosas que ‘prescribe’ es un juguete erótico para parejas.

Además de ser algo con lo que poder llegar por otro camino al orgasmo (o simplemente despertar sensaciones distintas en el cuerpo) «suelen fomentar una comunicación honesta, mucha complicidad y permiten hablar sin tapujos de lo que nos gusta y de lo que no».

Lo que, de paso, ayudaría a dejar de sentir cualquier posible amenaza. «Lo desconocido suele generar mucho discurso equivocado y un miedo irracional. Así que, lo mejor para ambas partes, es que lo desconocido se pueda palpar y compartir», afirma Valérie.

No hay nada más excitante que tu pareja se involucre en tu placer y coja un juguete involucrándolo en el juego: «Cuando un juguete se comparte, curiosamente se le suele perder el miedo».

Mara Mariño

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Los orgasmos son distintos, crean adicción… Los mitos sobre los ‘succionadores’ desmentidos por una sexóloga

Desde que el Satisfyer llegó a nuestras vidas, ha pasado de legión de fans a hordas de detractoras, que si podías volverte adicta, que si te quitaba sensibilidad, que podía afectar negativamente a cuando estuvieras en pareja…

Sin embargo no he oído a nadie criticar la paja-turbo (esa que son capaces de hacer en tan solo unos minutos de manera mecánica) ni advertir sobre sus posibles efectos negativos.

Mujer placer

SATISFYER

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Que la sexualidad femenina sigue siendo analizada desde el punto de vista del estigma es más que evidente con este ejemplo.

Pero es el momento de desmentir los bulos que circulan al respecto.

Para ello, nadie mejor que Megwyn White, sexóloga clínica certificada y Directora de Educación de Satisfyer, que es más que consciente de lo mucho que todavía nos queda por recorrer a las mujeres en materia de autodisfrute.

¿Por qué crees que hay tantas personas en contra de usar juguetes que nos permiten llegar en unos minutos?
El sexo sigue siendo un tema que puede hacer que las personas se sientan incómodas o avergonzadas, y aún persiste el mito de que la única forma de tener una experiencia sexual sana y satisfactoria es con una pareja. Pero lo cierto es que todo el mundo merece experimentar placer y satisfacción, independientemente de su situación sentimental. Es posible que algunas personas se sientan reacias a utilizar juguetes sexuales para alcanzar el orgasmo rápidamente, por diversas razones. Por ejemplo, creencias culturales o religiosas que desalientan o estigmatizan la exploración sexual, falta de información precisa sobre los juguetes sexuales y sus ventajas, o preferencias personales que favorecen formas más tradicionales de expresión sexual.

Pero, a pesar de estas preocupaciones, es importante reconocer que los juguetes sexuales pueden ofrecer una amplia gama de beneficios. Al amplificar el flujo sanguíneo y proporcionar una estimulación precisa a las zonas erógenas, los juguetes sexuales pueden ayudar a mejorar las experiencias sexuales y acelerar la velocidad del orgasmo. Los juguetes sexuales pueden ser una forma estupenda de mantener el juego y la excitación en las relaciones duraderas. Probando nuevos juguetes y experimentando con diferentes formas de placer, las parejas pueden mantener su conexión sexual fresca y excitante, profundizando su vínculo y fortaleciendo su intimidad.

¿Los orgasmos que se consiguen gracias a un juguete sexual son distintos de alguna forma a los que podemos lograr sin juguetes?
El orgasmo es un proceso fisiológico y psicológico complejo que puede alcanzarse por diversos medios, incluido el uso de juguetes eróticos. Aunque la experiencia de alcanzar el orgasmo a través de un juguete sexual puede resultar diferente a la de los métodos manuales, esto no significa que sea menos placentera. De hecho, muchas personas descubren que el uso de juguetes sexuales mejora sus experiencias sexuales y les permite explorar diferentes sensaciones y zonas erógenas. Los juguetes sexuales también pueden proporcionar un nivel de estimulación que puede ser difícil de conseguir solo con la estimulación manual, y pueden ser especialmente útiles para las personas que tienen dificultades para alcanzar el orgasmo con otros métodos. Las experiencias de cada persona con el sexo y el orgasmo son únicas y que no hay una forma correcta o incorrecta de alcanzar el placer sexual.

¿Cuáles son los beneficios de utilizar un juguete para alcanzar el orgasmo -solas o acompañadas-?
Utilizar juguetes eróticos para explorar juntos nuevas experiencias y sensaciones sexuales puede ser como embarcarse en un viaje de exploración sexual en pareja. Al igual que un viajero puede utilizar un mapa para descubrir nuevos destinos y planificar su ruta, las parejas pueden utilizar los juguetes eróticos como guía para navegar por nuevas zonas erógenas y experimentar con distintas formas de placer.

Los juguetes también pueden ayudar a aumentar la conciencia de las vías del placer dentro del cuerpo, lo que lleva a una comprensión y apreciación más profundas de los propios deseos y preferencias sexuales. Además, favorecen la circulación sanguínea y activan el sistema nervioso, lo que puede tener efectos positivos en la salud y el bienestar generales. De hecho, acceder al placer es crucial para mantener el equilibrio físico y emocional. Los estudios han demostrado que el orgasmo regular y la actividad sexual pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo e incluso reforzar el sistema inmunitario.

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¿Por qué la masturbación masculina -también rápida y mecánica en ocasiones- no recibe ningún tipo de crítica, pero cuando se trata de un juguete que logra que las mujeres consigan alcanzar el clímax en unos minutos, enseguida salen quienes recomiendan no usar estos artículos?
Esta es una excelente pregunta que pone de manifiesto el desafortunado doble rasero que existe cuando se trata de la sexualidad masculina y femenina. La verdad es que durante siglos se ha permitido a los hombres expresar su sexualidad abiertamente y sin estigmas, mientras que a las mujeres se las ha avergonzado y estigmatizado por hacer lo mismo. La masturbación se ha considerado una parte natural y saludable de la sexualidad masculina, mientras que la masturbación femenina ha sido objeto de vergüenza y juicio.

En lo que respecta a los juguetes sexuales, existe un claro sesgo de género. A los hombres se les anima a usar juguetes para mejorar sus experiencias sexuales y su rendimiento, mientras que a las mujeres se les suele disuadir de hacerlo. Esto se debe a la creencia profundamente arraigada en la sociedad de que la sexualidad femenina es algo que debe controlarse y contenerse, en lugar de celebrarse y explorarse. Es importante prestar atención a la obsesión por el orgasmo masculino y la brecha de género que
existe en el caso de las mujeres heterosexuales. Por ejemplo, los estudios han demostrado que las mujeres homosexuales declaran tasas más altas de orgasmo durante la actividad sexual que las mujeres heterosexuales. Esto no se debe a ninguna diferencia inherente en el deseo o la capacidad sexual, sino más bien al hecho de que el sexo homosexual a menudo implica un enfoque más igualitario y atento en el placer de ambos miembros de la pareja.

El Satisfyer (el modelo Pro 2 Generation 2, más en concreto) fue un punto de inflexión en el mercado y en la vida íntima de las mujeres, ¿cómo va a revolucionarnos el Satisfyer Pro 2 Generation 3?
Nuestra última innovación en Satisfyer, el Satisfyer Pro 2 Generation 3, cuenta con una revolucionaria tecnología ‘liquid air’ que imita las sensaciones de un chorro de agua, especialmente cuando se combina con tu lubricante favorito. Esto es posible gracias a la fina membrana de silicona adicional incluida. La fina membrana adapta su forma a las ondas de presión del aire, proporcionando un contacto sensual directo con el clítoris y otras zonas erógenas. Uno de los aspectos únicos de esta nueva tecnología es que te permite explorar los tejidos sensibles del clítoris tanto directa como indirectamente. Por ejemplo, puedes experimentar explorando a lo largo del eje del clítoris con caricias descendentes y en la abertura de la vagina, o el introito, puedes activar la plataforma orgásmica y estimular el clítoris interno para vivir una experiencia realmente alucinante.

Para llevar el placer todavía más lejos, puedes utilizar la suave membrana de silicona para estimular los pezones. La suave sensación (similar a un beso) puede intensificarse con la función de pulsación y vibración, añadiendo una nueva dimensión de placer a tu juego. Este producto ahora también estará disponible con la incorporación de la aplicación Satisfyer Connect, que ayudará a mejorar las funciones con una serie de opciones personalizadas, como el juego remoto a distancia y los ajustes personalizados del programa.

¿De dónde salió la idea de unir cuentos eróticos con vibraciones simultáneas a través de la app?
Con los últimos avances en productos de bienestar sexual y el aumento del uso de juguetes sexuales por parte de las mujeres, había una mayor demanda de innovaciones que no solo estimularan física, sino también mental y emocionalmente. Por ello, Satisfyer se asoció con Berlinable, líder en el desarrollo de contenidos eróticos. Queríamos hacer algo diferente e implicar a nuestros usuarios, así que les invitamos a colaborar con nosotros en las historias y les pedimos que escribieran contenido erótico inspirado en nuestros productos. Remotyca ha sido una labor de amor que va más allá de lo físico y se adentra en los recovecos más profundos de la mente y el alma. Con este proyecto, Satisfyer lleva la innovación erótica al siguiente nivel, ofreciendo una experiencia verdaderamente holística que les diferencia de la competencia. El resultado es un viaje sensorial sin igual que, no solo excita, sino que también inspira la imaginación, un viaje que solo puede describirse como puro éxtasis.

Mara Mariño

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Ellos no contemplan ‘la idea de que un juguete erótico reemplace la mano’

Las mujeres hemos sido las primeras beneficiadas en el boom de los juguetes sexuales centrados en la estimulación del clítoris.

Pero esa fiebre por el placer más allá de la penetración no solo nos ha venido bien a nosotras, ya que ha derribado muchos tabúes de la sexualidad, incluyendo la masculina.

hombre juguete sexual

LELO

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Y sino, solo hay que ver como ahora la mayoría de hombres que rondan la treintena cuentan con un juguete sexual para su uso y disfrute o tienen interés por contar con uno que puedan compartir con su pareja.

«Cada vez más hombres se abren a experimentar», me confirma Adriana Di Ippolito, Marketing & Communications Manager de LELO.

Especialmente si hablamos del Punto P gracias al fin de muchos prejuicios.

«La normalización y visibilización de la conversación sobre el bienestar sexual es clave para que la sociedad comience a informarse y a saber más sobre su propia anatomía y puntos de placer», dice la portavoz de la marca sueca.

Ahora parece una cuestión de tiempo que aparezca el equivalente al famoso ‘succionador’ de clítoris para ellos. Aunque, por el momento, otros juguetes son los que convencen a un -cada vez más interesado- público masculino.

«Los juguetes eróticos para hombres más deseados de LELO son el masturbador masculino y el anillo para el pene», comenta Adriana.

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En otras palabras, todos aquellos que se centran más en la estimulación del pene, que, a diferencia de los que están más enfocados en el punto P, los que simulan la penetración o que estimulan el pene, son los que se buscan en mayor medida.

Pero, ¿significa eso que hay que ir al punto erógeno por excelencia de la anatomía masculina?

Adriana difiere a la hora de recomendar a un hombre qué juguete autorregalarse: «Le aconsejaría comenzar a escuchar a su propio cuerpo sin juzgarse y sin ningún tipo de prejuicio».

«Antes que nada, hay que pensar cuáles son nuestras preferencias o qué sensaciones nos apetece experimentar y así sabremos de qué manera podemos elevar los momentos íntimos con un juguete erótico», explica.

A aquellos más reticentes «Les recomendaría comenzar a informarse más sobre la sexualidad del hombre y los puntos de placer masculinos, porque es un mundo muy amplio y estimulante».

«E incluso que echen un vistazo a las increíbles reseñas de aquellos que ya utilizan juguetes sexuales, seguro que de esta forma se animan a dar el paso», comenta.

El estigma asociado a la masculinidad

La percepción que hay sobre quienes puedan usar este tipo de artículos es algo que le hace flaco favor a la libertad de disfrutar del cuerpo.

Porque por mucho que el placer a nivel personal está bastante aceptado, no pasa lo mismo con los juguetes cuando hablamos de hombres heterosexuales.

Algo que se debe al «factor estigma asociado», como explica Adriana.

«Los hombres son vistos, tanto por hombres como por mujeres, como siempre dispuestos a masturbarse rápidamente y de forma manual, por lo que la idea de que un juguete erótico reemplace la mano o mejore la experiencia es algo que generalmente no se contempla en la mente de los hombres heterosexuales».

«La masculinidad tóxica hará que los hombres piensen ‘¿Y si mis amigos se enteran?‘ o ‘la gente pensará que soy raro’, afirma.

«Curiosamente, y a pesar de los mitos y confusión que aún quedan por desmentir en torno a los juguetes eróticos, hemos observado que existe una tendencia creciente en las búsquedas de información sobre masajeadores prostáticos o masturbadores para pene».

Y es que una de las mayores excusas a la hora de probarlo es que parece que, con el uso de la mano, ya no es necesario utilizar un juguete porque ‘no hay competencia posible’.

Aunque, como explica Adriana: «No hay por qué elegir entre una cosa u otra. Son sensaciones distintas y en el terreno sexual, cada persona tiene sus propias preferencias».

«Utilizar juguetes sexuales no elimina de la ecuación la masturbación manual, son prácticas que funcionan muy bien juntas. Pueden combinarse y complementarse perfectamente e incluso utilizar juguetes sexuales en compañía. Las posibilidades para experimentar el placer son prácticamente infinitas».

Mara Mariño

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