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Sí, para tener sexo anal puedes entrenar la zona con estos consejos

Siempre me parece fascinante que en las películas porno están dándole al tema y, de repente, el tío cambia de agujero y pasa de la vagina al ano sin que ella se despeine lo más mínimo.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Si es a ti a quien le pasa, en cuanto notas que se desvía un poco de la vulva y se ‘equivoca’ y le da ‘sin querer’ al culo ya te cierras en banda y le sueltas el «¿qué haces?».

Una pregunta retórica que viene a decir «Prohibido pasar».

UNPLASH

Porque aunque habrá quien salga diciendo que no pasa nada, que tanto el ano como la vagina son músculos y que la penetración se puede hacer igual, no son lo mismo ni por asomo.

Uno de ellos está diseñado específicamente para que entre el pene y salgan bebés. El otro para que salga caca. Y no intentes rebatírmelo porque no hay vuelta de hoja.

¿Que se puede utilizar también para tener relaciones? Sí, pero no de cualquier manera. Como músculo que es, podemos entrenarlo para que el cuerpo se familiarice con las sensaciones y disfrutar también de esta parte.

¿Y lo mejor? Que se puede aplicar tanto a hombres como mujeres.

Empieza relajándote y tocándote, es fundamental que tengas tranquilidad y excitación a partes iguales.

Después, prueba con algo pequeñito siempre, ya que la progresión debe ser de menor a mayor. Mi consejo es que tu primera toma de contacto sea con uno de tus dedos y por varias razones.

Es tuyo, está a mano (literalmente) y tienes la seguridad de que decides hasta dónde meterlo. Una vez lo tienes controlado, te resulta cómodo y placentero -ya no te cuesta introducirlo- te sugiero que pruebes con algún tipo de juguete.

Puedes ir por aquellos sets de plugs que vienen en varios tamaños e ir aumentando la tolerancia al grosor poco a poco. Piensa que este entreno es es como cualquier otro, cuando más practiques, antes se acostumbrará tu cuerpo y disfrutarás con ello.

Otra alternativa, si no quieres hacerte con una colección demasiado extensa y prefieres añadir solo un juguete a tu colección, es que pruebes con unas bolas tailandesas (si te perdiste las diferencias que tienen respecto a los plugs, lee este artículo).

Son varias bolas unidas de distintos grosores, así que la forma de subir de nivel es ir metiendo cada vez más el juguete y adaptarse a sus diferentes volúmenes.

Lo que te desaconsejo por completo es que experimentes con objetos o artículos que no sean diseñados específicamente para tener sexo anal porque puedes llevarte un susto (y terminar en urgencias).

Los juguetes anales suelen tener un tope que evitan que se cuelen dentro del intestino. Y es que al igual que tenemos un esfínter que empuja hacia afuera, otro tira hacia dentro -de ahí que dé tanto placer-, y corremos el riesgo de perder esa bala vibradora que parecía perfecta de tamaño para practicar.

Después de que con estos juguetes hayas aprendido a relajar los esfínteres y a tener mayor control sobre tu ano, ya puedes probar con la penetración, sí, pero también a seguir usándolos en pareja (siempre y cuando no te olvides de limpiarlos bien).

Duquesa Doslabios.

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