Los juguetes sexuales ya no son lo que eran (por suerte)

Cada pocos meses, los padres de mi novio paran con nosotros en casa y les dejamos la habitación.

En otro momento de mi vida, esa ocasión se habría visto precedida de una limpieza exhaustiva de juguetes sexuales, poniéndonos en algún escondrijo fuera del alcance.

Ahora estoy tranquila, si dan con el que tengo más a mano, difícilmente van a saber de qué se trata.

Iroha

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O eso me digo, aunque quizás no es tanto la preocupación por si dan o no con mi colección, que doy por hecho de que no andan buscando.

Más bien que no siento que deba esconderlos. Mis juguetes me encantan, son coloridos y multiformes. Casi parecen pequeñas esculturas recubiertas de silicona.

Poco o nada tienen que ver con los juguetes de hace 20 años, donde solo había o réplicas de penes -que imitaban hasta el detalle de las venas-, o varitas vibradoras comparables en tamaño (y en ruido) a una aspiradora de mano.

Pero, ¿son el minimalismo y el nuevo diseño los responsables de que nuestros compañeros de dormitorio ya no sean genitales de plástico, sino bonitos ornamentos inspirados en la cultura japonesa, como es el Iroha de la foto cuyo nombre «Ukidama» es literalmente «bola flotante» en japonés?

Sí y no. El cambio de estética, pero sobre todo los avances en funcionalidad, han hecho que los juguetes ya no sean algo de broma que se regala en una despedida, sino el paquete más esperado de una celebración navideña o un cumpleaños con tus amigas.

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Ya no son lo que eran, tan mal llamados «consoladores» que hasta hay una marca que está intentando hacer entrar en razón a la RAE para que cambie el apelativo.

Los juguetes no son sustitutivo de nada, ni una forma de recibir consuelo cuando las cosas van mal (de eso se encarga nuestra red de apoyo), son disfrute en privado o en compañía.

También son conocimiento, ya que han conseguido que muchas entiendan «ah, así que eso que me gusta tanto estaba ahí».

Y tranquilidad para la que no conseguía conectar consigo misma y al final se perdía tanto en sus pensamientos, que perdía el orgasmo por el camino.

Quizás por eso ahora no me agobia que los encuentren, porque hacen tanto por mi bienestar como guardar café molido de antemano en la despensa, para tener la mitad del trabajo hecho cuando me preparo el café de las mañanas.

Ya no son lo que eran, son mucho más. Han salido a la luz transformados, como una oruga que rompe la crisálida y se ha convertido en mariposa.

Solo que, quienes vuelan, somos nosotras.

Mara Mariño

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2 comentarios

  1. Dice ser Disfruta que es bueno y sano

    Disfruta de tu sexo, genera en tu mente vibraciones buenas y gózate cuanto puedas, que ya hay malos rollos en este mundo como para darles toda la cancha.

    03 febrero 2024 | 11:30

  2. Dice ser Blas Garcia

    Es interesante ver cómo la sociedad ha cambiado su percepción, pasando de esconderlos a celebrar su diversidad y capacidad para contribuir al bienestar emocional.

    04 febrero 2024 | 21:46

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