Archivo de agosto, 2020

¿Y si no volvieran a abrir los prostíbulos que ha cerrado el coronavirus?

Mi última semana de vacaciones termina con un regusto agridulce.

PIXABAY

No tanto por la melancolía tan propia del fin del verano, esa que sigo teniendo la suerte de desconocer por la ilusión que me provoca el nuevo curso.

La sensación era producida por aquellas puertas metálicas cerradas, rodeadas de palmeras, que estaban a pocos metros de la entrada principal del hotel.

Recuerdo que, la primera vez que llegamos, pensé que se trataba de un bar de copas.

El nombre -con letras gigantes plateadas o el toldo oscuro que tanto se usa a la entrada de los pubs-, parecían que aquello o era una discoteca o un local para tomar algo, el clásico sitio donde la música no va a ser estridente y el alcohol no (tan) malo.

Ante la perspectiva de poder hacer ese plan durante la estancia, quise comprobar vía Google si debíamos conocer medidas concretas por la Covid o si, simplemente, lo que íbamos a encontrar dentro era un antro de garrafón y suelo pegajoso.

Las reseñas lo aclararon todo. Aquello era un puticlub.

Y, en los comentarios, los puteros valoraban su experiencia como quien escribe una reseña en Tripadvisor tras probar el menú de un restaurante.

«Chicas muy guapas y cariñosas», «Muy lagartas para lo que pagas», «Mujeres muy hermosas para pasar una noche de una gran compañía. Lo recomiendo»…

Uno tras otro, usando nombres de las propias mujeres del local, o hablando de ellas por su nacionalidad, comparaban, comentaban, recomendaban o desaconsejaban.

Incluso hubo quien afirmaba que mejor ir a esos locales, en vez de a bares, por el físico de las mujeres que, a diferencia de las camareras, según el putero, no eran comparables.

«Chicas con un cuerpo estupendo. Mejor gastar el dinero en un club que en bares donde las camareras te sacan el dinero y no tienen cuerpo», decía.

Lo común en todas las valoraciones es que hablaban de las mujeres con la distancia de quien menciona la decoración del restaurante, reduciendo a seres humanos a meros objetos más del lugar. Solo comparables, por las recesiones, a los platos que se critican en internet.

Personas al nivel de la carne.

Otro, el último en escribir, se quejaba del precio tras gastarse 800 € «en chicas» y no poder pagar casi su alquiler. Anteponiendo un deseo como es el sexual, a la verdadera necesidad de tener un espacio donde vivir.

Durante los días que pasé frente al local, pensaba en ellas. Si tendrían comida suficiente, si podrían descansar, si les estarían tratando bien, si estarían sanas, si se habrían contagiado del virus o de algo peor

Y mi conclusión siempre era la misma. Aquel lugar en el que las mujeres eran una mercancía más, donde no eran tratadas como personas sino como cosas que puntuar, donde no tenían ninguna protección, alternativa o libertad, no debería estar cerrado únicamente por el coronavirus (si es que realmente lo estaba).

Debería cerrarse, tanto ese como el resto de clubs, para siempre.

Duquesa Doslabios.

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¿No hablaste con tus padres en su día sobre sexo? Ahora también es un buen momento

Un plátano del frutero. Eso fue lo que usó mi madre para enseñarme a poner (bien) el preservativo.

PLATANOMELÓN

Y es que gracias a ella, el sexo nunca fue algo vergonzoso ni secreto en casa, más bien un tema natural con el que hasta nos hemos reído a menudo.

Aunque, hablándolo con amigos, muchos de ellos se extrañaban al no haberlo vivido así en sus casas. ¡Incluso pasada la veintena, seguían sin poder tratar el tema sin sentir bochorno!

Pero siendo algo que forma parte de nuestra vida, tanto como alimentarnos o trabajar, debería ser algo que pudiéramos hablar con toda la comodidad del mundo.

Es algo en lo que me insiste Mónica Branni, psicóloga y sexóloga de Platanomelón, remarcándome la importancia de mantener conversaciones sobre sexualidad a lo largo de toda nuestra vida, incluso en la tercera edad.

¿Que no pudimos tratar el tema en la adolescencia con nuestros padres o, en el caso de que me leáis los progenitores, con vuestros hijos? No es tarde, todavía podemos ponerle remedio.

¿Cuáles son los beneficios de que los padres hablen de sexo con sus hijos? ¿Y el riesgo de no sacar el tema de conversación en el entorno familiar?
Hablar de sexualidad es fundamental para el desarrollo sano y feliz de la persona. ¡Y es que somos seres sexuados desde que nacemos! Es abrir las puertas a conversaciones sobre valores, relaciones, respeto, consentimiento y autoconocimiento. Así que, proporcionar educación sexual es esencial para entender el mundo, las relaciones y a nosotros mismos desde un punto de vista más íntimo a uno universal. Las personas que reciben información afectivo-sexual en edades tempranas, actúan de forma más consecuente, toman decisiones razonadas y conocen mejor sus límites. Por lo contrario, ocultar temas como los genitales, el placer y el consentimiento generan cierto misterio, terreno fértil para tabúes y distorsiones. Por decirlo de alguna manera, no vivimos el sexo de forma natural, sino que pensamos y actuamos desde el desconocimiento. Finalmente, hay que tener claro que la “charla” en la adolescencia no tiene mucho éxito en la educación de la persona. ¿Por qué no tener muchas charlas a lo largo de la vida? Igual empezar por llamar a la vulva, “vulva”, y al pene, “pene”, puede ser un gran punto de partida.

¿Es algo que solo se aplica a la adolescencia o que deberíamos mantener a lo largo de nuestra vida?
A lo largo de toda la vida nos enfrentamos a experiencias y realidades distintas: el significado que le atribuimos a las relaciones no es el mismo a los 5 años o a los 18. De la misma manera que nuestro pensamiento madura y evoluciona, ¡nuestro concepto de sexualidad también! El ambiente también nos proporciona inputs distintos que moldean y construyen nuestra forma de experimentar la sexualidad: “tu cuerpo está cambiando”, “existen muchísimas orientaciones sexuales más allá de la tuya”, “tu cuerpo es tuyo y tú eres la única persona autorizada a decidir por ti”.

Si no hemos tenido este tipo de conversaciones en la infancia o adolescencia, ¿cómo hacer para sacarlas más adelante?
Como es fácil de imaginar, empezar estos diálogos cuando ya tenemos cierta edad, es más complicado, ¡pero no es imposible! Los obstáculos nos obligan a salir de nuestra zona de confort y a aprender cosas nuevas: así que, ¿por qué no aprovechar para sacar alguna conversación sobre sexualidad con los padres/madres y romper tabúes? Una buena forma de introducir la educación sexual en las familias puede ser a través de temas actuales o reflexiones que puedan generar debates (las noticias, el texto de una canción, el boom de un juguete erótico, etc). Finalmente, no olvidemos que las madres/padres también reciben muchísima información de los hijos, con lo cual, una buena estrategia para hablar de sexo en casa podría empezar precisamente por los más jóvenes.

¿Cómo encontrar el momento? ¿Es mejor sentarse en familia a hablar o hacerlo de manera informal?
Hay que naturalizar la sexualidad y hablar de ella como si de salir a cenar se tratara. Así que, para quitarle hierro al asunto, es más lógico actuar en consecuencia, sin crear momentos incómodos o trascendentales. Hablar de sexo significa abarcar temas muy diversos, ¡no solo lo que ocurre debajo de las sábanas! Nuestro consejo es buscar un momento en el que te sientas a gusto y debatir sobre un tema que te parezca interesante, generando dudas y escuchando las opiniones de otras personas. Lo demás vendrá solo.

¿De qué forma cambia la comunicación sexual cuando tanto padres como hijos son adultos? ¿Se pasa de ser una figura de formación a una de apoyo?
Cuando las dos partes son adultas, las opiniones de ambas pueden ser una gran fuente de conocimiento. Esa distancia entre educador y niño se difumina, por tanto cada uno puede aprender de las experiencias del otro. En definitiva, las conversaciones sobre sexualidad desde la adultez pueden ser muy divertidas, inspiradoras y enriquecedoras.

¿Cuáles son las bases de una buena comunicación sexual en la vida adulta? ¿Cómo asentarlas?
La comunicación sexual, tanto dentro como fuera de la cama, es esencial para que haya un intercambio de información y experiencia, por tanto se pueda aprender y explorar más formas de disfrute. Además, el diálogo favorece más empatía e intimidad, donde ambos (o más) miembros de la relación puedan sentirse cómplices y afines. Para afianzar una comunicación sexual abierta, es importante “guiar” a la otra persona durante el encuentro, expresar las fantasías y deseos eróticos, incluso hablar antes y después del encuentro. ¿Qué nos gustaría que nos hicieran? ¿Con qué me siento cómoda y con qué no? ¿Hay algo nuevo que me gustaría probar? Todas estas informaciones son parte de la misma experiencia sexual y, además de afianzar el vínculo emocional, también nos permite ser amantes más atentos. ¿A que antes de cocinar algo para nuestra pareja, es mejor saber qué le gusta y qué no? Las parejas que no están familiarizadas con este tipo de comunicación, ¡pueden empezar a implementarla a través de juegos y retos!

¿De qué forma los padres pueden hacer saber que están predispuestos a seguir hablando de sexo o pareja con sus hijos en la vida adulta de estos?
Sin duda, ¡haciéndolo! De la forma más natural, intentando que sus propios tabúes no limiten la educación de sus hijas e hijos. Pero, sobre todo, escuchando: los niños, desde muy pequeños, preguntan y exploran el mundo y su propio cuerpo. Todo es una inexorable fuente de conocimiento e información, por lo tanto, es importante tener referentes fiables que puedan guiarlos en este proceso. ¿Quién mejor que sus propias madres y/o padres? De la misma forma que les explicamos las cosas y actualizamos ese mensaje a medida que van creciendo, la misma dinámica se aplica con la educación sexual: empezar a hablar de temas como el cuerpo, los espacios de intimidad y el consentimiento con un lenguaje que pueda entender, es importantísimo y un gran ejercicio para los mismos padres y madres. Poco a poco, los temas de conversación se irán ampliando sin que dé vértigo tener “la charla” a los 16 años.

Duquesa Doslabios.

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¿Vas a viajar con tu juguete sexual? Toma nota de estos consejos de experto

Si los juguetes sexuales son los encargados de multiplicar el placer en el día a día -y hacer más variada la intimidad-, ¿por qué no contar también con ellos cuando hacemos la maleta?

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Vale que, por lo general, no tenemos mucho espacio o que, compartiendo residencia, puede preocuparnos que alguien tope con ellos, pero, como me confirma Alberto Gooding, responsable de Comunicación de LELO en España, no solo no pueden faltar en el equipaje. También existen diseños con diseño elegante que pasan desapercibidos.

“De hecho, es habitual que, a simple vista, muchas personas no los reconozcan como juguetes eróticos”, declara pensando en el estimulador de su firma con forma de pintalabios, que parece la solución perfecta. Aunque no es la única alternativa, nos da las claves para elegir cuál de los juguetes de nuestro surtido personal debería ganarse un hueco en el equipaje.

Y para nuestra tranquilidad, no, no nos lo van a requisar en el aeropuerto.

¿Es habitual llevarse un juguete sexual también en vacaciones?
¡Mucho más habitual de lo que algunas personas imaginan! Del mismo modo que incluimos el traje de baño o el protector solar en la maleta, son cada vez más las personas que se llevan su juguete (o juguetes) de vacaciones. Dejar atrás la rutina y viajar a otros entornos nos invita a relajarnos y, ¿qué forma mejor de hacerlo que disfrutando de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad?

¿Cuáles son las razones a favor de que no falte en la maleta?
Las vacaciones son la época del año en las que más desconectamos y aprovechamos para relajarnos. El trabajo, la rutina y las preocupaciones diarias hacen que, en muchas ocasiones, releguemos nuestra vida sexual a un segundo plano. El verano es la época perfecta para volver a conectar con nosotros mismos en todos los aspectos, y los juguetes eróticos son el aliado perfecto para conseguirlo.

¿Qué características debemos tener en cuenta para escogerlo? ¿Cuáles son los juguetes más recomendables para viajar?
En muchas ocasiones el espacio de la maleta es reducido, por lo que, si tenemos más de un juguete, a veces debemos hacer el esfuerzo e incluir solo nuestro favorito: aquel que vaya a darnos todo el placer que nos merecemos tras una larga temporada de trabajo y confinamiento. Por otro lado, es aconsejable que sean juguetes resistentes al agua, de modo que se puedan disfrutar sin ningún tipo de problema en la bañera o la piscina. También la duración de la batería es muy importante.

¿Corremos el riesgo de que nos lo confisquen en el control del aeropuerto?
Las dudas respecto a este tema suelen ser muy frecuentes. Sí que es cierto que complementos eróticos como las esposas pueden dar algún problema en el control del aeropuerto por cuestiones de seguridad. Sin embargo, no hay razones para que un juguete erótico sea confiscado en el aeropuerto.

Si vamos en avión, ¿es mejor llevar los juguetes que tengan batería como parte del equipaje de mano?
Las restricciones suelen enfocarse en las baterías de repuesto, que en algunas ocasiones, no pueden llevarse en el equipaje facturado. Si todas las baterías están integradas en el juguete, no debería haber ningún impedimento. En la marca viajamos de forma habitual con juguetes, tanto por motivo de trabajo como de placer, y nunca hemos tenido ningún problema.

Lejos de casa (en un hotel, apartamento, casa de amigos…), ¿basta con agua y jabón para limpiar el juguete?
Tanto en casa como lejos de la misma, el proceso de limpieza es igual. Con los juguetes de LELO basta con ponerlos debajo del grifo, limpiar con jabón y aclarar. ¡Así de fácil! En caso de no tener acceso a un baño, también te recomendamos usar un limpiador de juguetes.

Que sea resistente al agua, ¿significa que no pasa nada si lo usamos en el mar o corremos el riesgo de que le afecte la sal? ¿Pasa lo mismo con el cloro?
Todo depende de cómo esté fabricado el producto. Utilizamos siempre los mejores materiales, siendo la calidad una de las principales señas de nuestros juguetes. Por este motivo, resisten a la perfección frente al coro o a la sal del mar. Eso sí, y también por motivos de higiene, recomendamos lavarlos bien después de cada uso. Asimismo, todos los juguetes de LELO están perfectamente sellados y acabados para que no entre el agua.

Y, a la hora de viajar con la pareja, ¿cuáles son los juguetes que pueden hacer de la escapada una experiencia inolvidable?
En realidad, cualquier juguete se puede usar en pareja, ya sea masculino o femenino. Pero
sí que es cierto que entre nuestros productos hay varios diseñados específicamente para
disfrutar en pareja. Por ejemplo, un anillo vibrador que se coloca en la base del pene y cuya parte superior vibra, estimulando el clítoris de la mujer. La diversión está asegurada estas vacaciones si decides incluirlo en tu maleta de mano.

Duquesa Doslabios.

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Miedo a conocer gente: entre no quedar y la primera cita con mascarilla

Los meses de confinamiento dieron para pensar mucho (que se lo digan a tu ex), pero sobre todo a quienes estábamos en Madrid y Barcelona.

Entre tanta revelación -ha hecho falta una pandemia para que muchos descubrieran los beneficios del yoga-, pronto llegamos a la conclusión de que, tener citas más allá de videollamadas, se antojaba imposible.

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Así que sí, tocó tirar de creatividad montando cenas románticas a través de FaceTime y soñar con los ojos abiertos con aquel punto final del estado de alarma que permitiría volver a salir.

No sabíamos, ni sabemos hasta cuándo nos va a tocar seguir viviendo con el virus, que no para de dar sorpresas (y no de las buenas).

Vale que ya no cae multa por poner el pie en la calle, pero en plena oleada de rebrotes, la vida sentimental sigue estando de capa caída.

Por mucho que nos cueste renunciar a esa parte de la vida, los expertos lo dicen por activa y por pasiva: sigue sin ser recomendable relacionarse. Y sí, eso incluye a tu crush.

Lo cierto es que el virus sigue libre y no hay forma de saber al 100% si la persona con la que estás quedando está infectada. No, ni siquiera aunque te muestre los resultados.

Desde que se hace la prueba hasta que llega el negativo, puede haber contagio. Entonces, ¿cuál es la alternativa? ¿No quedar?

Pues sí, es una de las opciones, aunque es una decisión personal. Al no estar confinados en casa, ha recaído en nosotros el poder de seleccionar a quién vemos.

Así que se puede resumir en que depende de ti.

Pero dentro de que tú decides hasta qué punto quieres arriesgarte, quedando con un desconocido, recuerda llevar siempre la mascarilla, sobre todo si no puedes guardar la distancia de seguridad.

Y también recordar que, hasta que cambie la situación, no nos queda otra que tomárnoslo con actitud positiva.

Duquesa Doslabios.

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Mike y Once o Guzmán y Nadia: 5 parejas tóxicas que se han romantizado en la ficción

«Cinco parejas tóxicas que se han romantizado y así nos va» sería el titular completo de esta reflexión, ya que, hay una curiosa conexión entre estas relaciones en la pantalla y el comportamiento que reproducimos en nuestra propia vida.

@ladygaga

Cuando pensábamos que sería algo que quedaría en las tramas de los 90 de Friends -protagonizadas por Rachel y Ross-, la televisión siguió brindándonos comportamientos tóxicos en Sexo en Nueva York a través de Carrie y Big.

Y, años después, Crepúsculo y Cincuenta Sombras de Grey llevaban a la gran pantalla, convirtiéndose en blockbusters, un enfermizo amor controlador que creímos a pies juntillas.

Con los años, encuentro grandes esperanzas en que no solo yo, sino también mis amigas, comenzaron a darse cuenta de que algo olía a podrido en todas aquellas relaciones.

No solo por haber salido ya del fervor de la adolescencia, también porque, curiosamente, habíamos atravesado experiencias del estilo y sabíamos identificarlas.

Aunque no siempre es tan sencillo poder reconocer que se está viviendo una relación tóxica desde dentro. Por eso me resulta tan chocante que, a día de hoy, algunas de las películas y series con más éxito sean también las que siguen quitándole hierro a lo peor que te puede hacer tu pareja.

¿La estrategia para ello? Exactamente la misma que se usa desde hace tres décadas: darle un buen lavado de amor para ver la ficción de color de rosa.

  • Ally y Jackson, de Ha nacido una estrella son mi primer ejemplo. Tanto la banda sonora, como la trágica historia de los protagonistas, dio la vuelta al mundo. Recuerdo sacar un día en el trabajo el tema de que no me había gustado por la clase de relación que representaba y que mis compañeras alucinaran. ¡Si eran los nuevos Jack y Rose de nuestra generación! Pero con varias diferencias. Mientras que Jackson muestra un comportamiento abusivo con Ally ella no deja de perdonarle, pasándole una y otra y otra más, y apoyándole en todo. Aunque él tiene adicciones a las drogas y va camino de la autodestrucción, su novia encuentra la forma de justificarlo y cargar con sus problemas salvándole de sí mismo llegando a sacrificar su propia carrera laboral, incluso cuando sabe que no va a cambiar. Esta devoción y entrega por solo uno de los miembros de la pareja, llega a su calmen (CUIDADO, SPOILER) cuando ella le dedica su última canción, que no es más que una declaración de amor que desmerece la persona que le ha estado complicando la vida.
  • Cuando en Twitter se convirtió en objeto de deseo la relación entre Joe y Guinevere, de You, me quedó claro que nos la estaban colando otra vez. Varias fans de la serie suspiraban por experimentar ese tipo de atención -que no es otra cosa más que acoso- por parte del actor. El propio Penn Badgley tuvo que recordar que no era una historia de amor, más bien la representación de cómo se puede llegar al extremo con estos comportamientos tan, aparentemente, comunes como son los de controlar las publicaciones de otra persona. Es algo que está al alcance de todos gracias a las redes sociales y precisamente creo que la trama buscaba concienciar en un principio de eso. Aunque fue ver la segunda temporada, viendo que se repetían patrones por partida doble, también en el nombre del amor (llegando incluso a asesinar por esa razón y otorgando finales felices a los homicidas) y ya descubrir que era otro lavado de cara de las relaciones tóxicas.
  • Piper y Alex de Orange is The New Black comienza con la protagonista yendo a la cárcel por su ex novia después de que esta la imputara. Si eso no es empezar la serie con una buena dosis de amor tóxico, yo ya no sé… Pero para hacer la relación todavía más conflictiva, vuelve a surgir la chispa. Y no viene sola. Manipulaciones, engaños, mentiras e infidelidades hacen acto de presencia hasta que terminan por romper. No desesperes, más adelante vuelven, repiten el círculo y rompen. Así en un ciclo sin fin en el que queda claro que, por mucho que el sexo sea genial (porque no faltan escenas explícitas que lo den a entender), el amor no va a salvar todos esos hábitos nocivos. Más que nada porque, si se dan en una relación, es que no hay amor.
  • En menor medida, Guzmán y Nadia de Élite, también tienen un merecido hueco en la lista. Vale que no es una relación tan turbulenta como las anteriores mencionadas, pero el tufillo a relación tóxica también se puede apreciar. Guzmán es retado a desvirgar a Nadia por un amigo (porque claro, en la adolescencia es el típico desafío que te ponen en el colegio, los challenges de TikTok son para los pringados). Ella lo descubre y le manda a paseo -hasta ahí bien-, pero como él ha empezado a sentir algo, utiliza el amor que ha comenzado a sentir como prueba de que es un buen tío y se merece una oportunidad. Nadia sigue sin tener interés en una persona así y, ¿cuál es el movimiento de Guzmán? Darle la vuelta a la tortilla y echarle a ella la culpa de que quería ese acercamiento, lo que, desde hace unos años, se ha bautizado como gaslight o una forma de manipulación que consiste en hacerte dudar de la propia realidad, es decir, poniendo en tela de juicio tu propia cordura. Bravo, Guzmán, buen chico.
  • Con Once y Mike, de Stranger Things termino la lista. Los he dejado para el final porque, como la de Guzmán y Nadia, su relación tiene sutiles matices tóxicos que es importante que aprendamos a identificar. Cuando empiezas a conocer a alguien y ya aparecen estos hábitos, suele ser la señal de que aquello no va bien (y, sobre todo, que puede ir a peor). Aunque fui la primera que se derritió con la historia entre ambos (en serio, ¿quién no se acordó de su primer amor en esos momentos?), lo cierto es que en la última temporada, Mike se retrata como un tóxico de manual. Su única motivación es pasar el día con Once liándose. Que claro que a esas edades ya tienes un chute hormonal importante, pero ambos dejan de lado al grupo de amigos para hacer lo mismo una y otra vez, tal y como dejan caer en la trama. Mientras que la ruptura significa que Mike se coge un berrinche (más enfado que tristeza), Once comienza a hacer vida social con Max y, por primera vez en su vida, tiene la oportunidad de descubrir qué cosas le gustan, un crecimiento personal que Mike frenaba.

Duquesa Doslabios.

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No es que a las mujeres no nos guste el sexo casual, es que no nos renta

Cuando Terri Conley, psicóloga social, se puso a investigar sobre las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de tener sexo casual, se encontró con un mito en el que quiso profundizar: biológicamente, a las mujeres les gusta menos el sexo casual que a los hombres.

SAVAGE X FENTY

Esa especie de afirmación extendida, que lo que hace es idealizar la forma en la que las mujeres tienen relaciones sexuales en las que parece imprescindible un vínculo emocional, fue la que se encargó de desmitificarlo.

Por si alguien tenía alguna duda, no, no hay nada en nuestro ADN que nos frene a la hora de tener sexo casual.

Sí, nos gusta el sexo sin ataduras emocionales tanto como a los hombres, aunque, para todas aquellas heterosexuales, son ellos el problema que termina derivando en una falsa creencia.

Y no lo digo yo, fue a la conclusión a la que llegó la psicóloga con su investigación.

Tras una encuesta entre alumnos de diferentes universidades estadounidenses, averiguó que la principal razón por la que las mujeres evitan este tipo de sexo es porque, aunque afirmaban elegir en función de quién les parecía que podía ser buen amante, lo cierto es que ya tenían claro -antes de acostarse con él- que el sexo no iba a ser bueno.

Por otro lado, los hombres que fueron encuestados, llegaron a contestar -si se trataba de un rollo de una noche-, que su acompañante llegara al orgasmo no era algo que les preocupara.

Así que parecen las dos caras de la misma moneda. Por un lado, nosotras mismas no tenemos mucho interés al saber de antemano que la experiencia no va a conseguir buena nota.

Por otro, somos más que conscientes (no necesitamos un estudio) de que con este tipo de polvos, el acompañante en cuestión no va a ir más que a lo suyo.

De ahí que las mujeres lleguemos a la conclusión de que para qué meterse en este tipo de relaciones esporádicas si no nos van a aportar mucho placer.

Curiosamente, cuando en la investigación examinó la opción de tener sexo entre homosexuales, los resultados eran todo lo contrario.

Los gays y lesbianas que participaron en el estudio, fueron preguntando por la calle a desconocidos si querían tener sexo y tanto hombres como mujeres recibieron respuestas positivas en mayor medida. No había diferencias.

También se repitió el experimento con bisexuales. Mientras que si la mujer era quien hacía la pregunta, recibía una respuesta positiva tanto por hombres como por mujeres, si era hombre recibía la misma cantidad de respuestas positivas por parte de hombres y en menor medida de mujeres.

Si a eso le sumamos que socialmente, y a diferencia de ellos, somos criticadas por este tipo de comportamientos (especialmente por ellos), ¿cómo no mostrarse un poco reacia siendo una mujer heterosexual?

Así que la conclusión a la que llegó Terri -y que me toca reafirmar- es que el problema es más el estigma por tener sexo casual, así como las diferencias que se dan por las distintas actitudes ante la relación sexual, no tanto porque biológicamente no nos guste.

En resumen, ¿sexo malo y encima humillación pública? No compensa.

Duquesa Doslabios.

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¿Es ético el porno con el que te masturbas?

Puede que empezar el sábado con esa pregunta sea ir demasiado al grano, así que voy a simplificarlo.

¿Cómo seleccionas el porno? No me refiero a abrir unos cuantos vídeos y cerrar la pestaña si los genitales están censurados o si suena música de fondo como criterios de la decisión.

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Porque, por lo general, abrimos el ordenador o la pestaña de navegación privada del móvil, nos metemos en la clásica web de porno gratuito y, tras hacer una búsqueda rápida de lo que nos apetece ver ese día -y de la escena que más nos excita-, nos masturbamos y fuera.

Esos son todos los filtros que ponemos a las imágenes eróticas que nos llegan por la pantalla. Y, si pienso en lo exhaustiva que soy para otras cosas -mirar varios precios de televisores, leer reseñas de hoteles o incluso comparar entre varias compañías a ver qué tarifa de billete es la que más me convence-, me doy cuenta de que la elección del porno es casi automática.

Quitando lo que veo, el resto de cosas que rodean el vídeo se me escapan por completo. Un desconocimiento que, al final, está esculpiendo mi sexualidad sin que yo me dé ni cuenta o no repare en ello.

Precisamente, en busca de un cine para adultos más responsable, encontré el porno ético. Pero, ¿qué características debe reunir para que reciba esa etiqueta?

Para que sea ético, lo que vemos en la película, y lo que no vemos, debe serlo también.

Además de una trama en la que también tenga cabida el consentimiento, en la que se rompan los estereotipos de género y de etnia, también es importante mostrar relaciones en las que todos reciban placer.

¿Significa que es el fin de las escenas con juegos de poder o sumisión? Ni mucho menos, pero sí implica que no todo el porno es eso, hay una variedad de relaciones entre los personajes mucho mayor.

También la forma de producirlo tiene que cambiar. Aunque no podemos informarnos cada vez que queramos ver porno si las condiciones de los trabajadores son justas (lo que incluye que puedan decidir desde con quien trabajan hasta un salario decente), sí podemos evitar las grandes páginas web y buscar fuentes de pornografía alternativas.

Más que como «porno ético», lo puedes encontrar bajo el nombre de porno independiente. La principal diferencia respecto al porno mainstream -por llamarlo de alguna manera- es que no está realizado por las grandes productoras.

Por tanto, no está destinado a una audiencia tan amplia, que es lo que limita el tipo de escenas que se graban (el clásico orden de preliminares, coito y eyaculación masculina sobre alguna parte del cuerpo de la actriz como escena final).

No estoy diciendo que le hagamos la guerra al porno más común y que, desde ahora, cortemos en seco con algún vídeo o canal que nos gustaba de ese estilo. El secreto está en el equilibrio.

Si siempre vamos a lo mismo, tendemos a reproducirlo pensando que no hay otras formas de tener sexo y es fundamental entender qué es lo que estamos viendo.

Al igual que no se nos ocurriría meternos una hamburguesa en cuya cocina las condiciones de higiene son más bien pocas o comer una carne contaminada, deberíamos ser igual de exigentes cuando se trata de escoger las imágenes eróticas con las que nos masturbamos.

Duquesa Doslabios.

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Esto es lo peor que puedes hacer si ella tarda en llegar al orgasmo

«Venga, córrete ya» es de las frases más chocantes que, como mujer, me han tocado escuchar.

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Sí, comparte las primeras posiciones de la lista junto al «¿No estarás en esos días del mes?» o «¿Cuándo tienes pensado casarte?», otras de las más clásicas que te toca aguantar a menudo a lo largo de la vida.

Aunque claro, estas dos últimas suelen decirse mientras llevas ropa puesta y no estás teniendo sexo, que es cuando puede surgir la primera.

De entre todas las cosas que pueden sacarme mentalmente del momento íntimo -entre las que incluyo el pitido del lavavajillas cuando ha terminado el programa, que suene el timbre o que mi madre me conteste un WhatsApp-, la urgencia de tu acompañante por tu orgasmo, es casi la peor.

No es ya solo que pierda la concentración sexual, es que, por lo general, esa frase viene acompañada de mucho más.

Cuando hace acto de presencia no es al principio (sería un poco absurdo -y aún menos habitual- esperar un orgasmo en los primeros minutos), más bien al rato de estar en plena acción.

Por un lado, entiendo a la perfección el deseo de la otra persona, que tiene interés en que los dos sientan placer llegando a alcanzar el clímax, aunque sea en momentos diferentes.

Pero para nosotras, ese tipo de prisas no son buenas. Más que nada porque no desencadenan una respuesta positiva potenciando la excitación, todo lo contrario.

Cuando te toca escuchar que a ver si te corres, que estás tardando mucho o que si todo va bien porque no has llegado todavía, en tu cabeza se filtra la idea de que estás fracasando como amante y aburriendo a tu acompañante.

Y lo cierto es que, para empezar, nuestro orgasmo es diferente del de los hombres (si quieres profundizar, te recomiendo este artículo).

Tampoco nos podemos olvidar que, a nivel excitación, en cuanto perdemos un poco el hilo, nos toca empezar de cero.

Que las películas porno muestren unos maxiorgasmos femeninos solo con la penetración, no es de gran ayuda. La mayoría de nosotras solo llegamos a alcanzarlo mediante la estimulación directa del clítoris.

Es decir, da igual que estés 45 minutos con una postura de ‘misionero’ digna del kamasutra si el clítoris no está siendo alcanzado.

¿Concusión? Paciencia y, en todo caso, preguntar más que imponer.

Si tienes dudas de si lo estás haciendo bien o si estás yendo por el buen camino, es tan sencillo como cerciorarse con un simple «¿te gusta así?» o un «¿cómo te gustaría que hiciera?».

Duquesa Doslabios.

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Mascarillas, las ‘enemigas’ de la pogonofilia o la pasión por las barbas

Una de las cosas que más me gusta de mi pareja es la barba. Al principio, cuando se la empezó a dejar larga, no terminaba de encajarme su nuevo aspecto. Ahora es fascinación.

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Poco a poco, se ha ido convirtiendo en un fetiche. Sobre todo desde que una de mis imágenes favoritas -y de las que más se repiten en mi cabeza- es el momento que se la lava en el lavabo del baño, sube la cabeza y algunas gotitas se le deslizan por la barba.

No fue hasta que empezó a dejársela crecer, y se le cerró por completo, que me di cuenta que, para mí, resultaba un acelerador inmediato.

Por eso me ha dolido tanto que, por el uniforme de la nueva normalidad -que lleva la mascarilla integrada- haya decidido recortársela hasta dejársela casi a ras de barbilla.

Claro que sigue siendo guapísimo, pero internamente, me ha tocado llorar un poco la pérdida de aquel objeto de mi deseo.

Siendo práctica, prefiero que sea así. A fin de cuentas, la barba, como el pelo de la cabeza (sobre todo en el caso de las melenas), es uno de esos puntos de riesgo del cuerpo que, cuanto menos expuesto vaya, mejor para evitar contagiarse del virus.

Para las personas con pogonofilia, toca ver la mascarilla como la nueva barba.

Pero, ¿en qué consiste ese fetiche del que puede que oigas hablar por primera vez?

Como comentaba, se refiere a la excitación sexual por el vello facial. Y aunque uno de los síntomas más claros es que los hombres con barba te llaman la atención irremediablemente, también puedes comprobar si la ‘padeces’ buscando las fotos de los famosos cuando se la dejan crecer.

La pogonofilia no es solo que Chris Evans te parezca mucho más atractivo en la película de Los Vengadores en la que se deja barba (Infinity War, por si quieres comprobar si te sucede o no).

El componente sexual es el que marca la diferencia entre que sea algo que te guste o que estemos ante una auténtica filia. ¿Se te acelera la respiración? ¿Notas un cosquilleo? ¿Pierdes de vista todo lo que no sea la barba?

Entonces, amiga o amigo, puede que seas del club de los amantes de las barbas.

Duquesa Doslabios.

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‘Los meses de verano suelen ser en los que más condones se compran’

El de 2020 va a ser el verano de los preservativos. No tengo pruebas (todavía), pero tampoco dudas al respecto.

Si por lo general, es en los meses de calor cuando la frecuencia de relaciones sexuales se dispara, sumándole el posconfinamiento y las ganas que compartimos todos de disfrutar y aprovechar al máximo, obtenemos como resultado el momento del año más sexual.

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Es algo que confirma Manuel Aznar, Product Manager de Control España: «Los meses de verano suelen ser los más fuertes del año y en los que más condones se compran».

Y la explicación no podría ser más lógica: «El buen tiempo, las vacaciones y otras actividades de ocio despiertan el apetito sexual de la gente. Este verano, como consecuencia del coronavirus y las normas de distanciamiento social, afrontamos una nueva forma de relacionarnos, pero eso no debe significar bajar la guardia».

Pero, ¿cuál es nuestra relación con los preservativos en verano? ¿Los usamos correctamente? ¿Forman parte de las primeras cosas que metemos en la maleta antes de irnos de viaje? Manuel Aznar nos contesta a estas y otras preguntas.

Cuando llega el verano, ¿tendemos a relajarnos con la protección o seguimos usándola con la misma asiduidad? 
En general las costumbres suelen ser las mismas en todas las épocas del año, no influye si es verano, primavera o invierno. Según nuestro último Barómetro Control del 2019 «Los jóvenes y el sexo», un 76.6% de los jóvenes declaran que utilizan siempre el preservativo masculino en sus relaciones sexuales para estar protegidos. Sin embargo, hay 1 de cada 4 que solo lo utiliza ocasionalmente, con el riesgo que eso conlleva. Conviene recordar que el preservativo es el único método de doble barrera, ya que además de evitar embarazos no deseados, también protege frente al contagio de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

¿Es un producto que no falte a la hora de hacer la maleta o que nos preocupemos por conseguir si viajamos fuera de casa?
Depende un poco más de la personalidad de cada uno/a. Hay personas más organizadas que ya se lo llevan de casa y otras más despreocupadas que lo compran en el lugar de destino. Afortunadamente se trata de un tipo de producto que se puede conseguir fácilmente en farmacias, máquinas expendedoras, hipermercados e incluso online con lo que nunca debe ser una excusa no tenerlo a mano para no utilizarlo.

Las temperaturas, las escapadas a la playa… ¿Cómo afectan los factores externos a los preservativos? ¿Pueden llegar a dañarlos de algún modo?
Un calor excesivo durante un periodo largo de tiempo podría dañar el envoltorio y como consecuencia la conservación del propio preservativo. Esto podría provocar que el preservativo se rompiera durante la relación sexual. Por tanto, debemos evitar una exposición solar prolongada y fuentes que produzcan mucho calor.

¿Cómo podemos guardarlos de forma que no se estropeen? ¿El clásico bolsillo de la cartera es una buena idea?
Lo ideal sería tenerlo en casa o en el hotel, en algún lugar fresco como por ejemplo el cajón de la mesita de noche. Obviamente si necesitamos llevarlo con nosotros, porque nunca se sabe cómo y dónde puede acabar la noche, debemos llevarlo en un sitio seguro donde no pueda rasgarse y donde no se genere mucho calor. Quizá, lo ideal sea llevarlos en una condonera individual. De esta manera, nos aseguramos su perfecta conservación, ya que el bolsillo de la cartera puede ser una gran fuente de calor.

Ya que en verano tendemos a relacionarnos con más gente y los encuentros sexuales se dan en todo tipo de sitios, ¿cómo podemos asegurarnos de que la situación no nos desconcentre y colocarlo correctamente?
La respuesta es sencilla: practicando. Tanto para una adecuada concentración, como para una correcta colocación, el truco está en practicar. Esto nos permitirá disfrutar de nuestras relaciones sexuales en todas las situaciones. La concentración debe desarrollarla y afianzarla uno/a mismo/a.

Para la colocación del preservativo, por ejemplo, Control dispone de un modelo llamado Easy Way que está especialmente desarrollado para ayudarnos a una correcta y más rápida colocación del condón. Este modelo dispone de una banda azul que nos indica el lado por el que debemos colocarnos el preservativo y después, tirando de esta banda el preservativo se coloca en el pene en menos de un segundo.

¿Qué errores seguimos cometiendo a la hora de ponerlo?
Las más habituales, y que encima nos ponen en riesgo, son abrir el envoltorio con los dientes, rasgar el preservativo con la uña y colocarlo al revés. Estas situaciones suelen provocar la rotura del preservativo y nos pueden dar un susto.

Si estamos en la playa o en el campo, ¿cómo podemos guardarlos -para deshacernos de ellos más tarde-, sin contaminar el medio ambiente?
Es tarea de todos preservar el medio ambiente y cuidar de nuestro planeta. Por esto mismo, es nuestro deber hacer una correcta separación de los diferentes residuos. Los preservativos usados deben tirarse al contenedor gris, ya que no se trata de un residuo
reciclable. La respuesta a cómo o dónde guardarlos -si estamos en la playa o en el campo para después deshacernos de ellos- es donde se pueda: un pañuelo, el propio envoltorio…. Pero de lo que debemos asegurarnos es que lo hacemos en el contenedor correcto.

Y, para terminar, ¿cómo contestar al chico de turno que jura y perjura que mejor no usarlo porque no tiene ninguna enfermedad y controla perfectamente cómo hacer la marcha atrás?
En primer lugar, la marcha atrás no es un método eficaz para evitar el contagio de ITS. Suele utilizarse para evitar embarazos no deseados, pero tampoco en este sentido es efectivo y podríamos llevarnos un susto. Respecto a tener o no la seguridad de transmitir algún tipo de infección durante la relación sexual, el preservativo no solo evita que nosotros se las contagiemos a otras personas, sino que también nos protege a nosotros de las infecciones que pudiera tener la otra persona. Es decir, es bidireccional.

De hecho, los resultados de nuestro Barómetro reflejan que 1 de cada 4 jóvenes desconocen el estado sexual de su pareja. Hay infecciones que pueden transmitirse sin que nosotros seamos conscientes. Por tanto, lo más responsable es utilizar siempre el preservativo y consultar con nuestro médico a un médico si tenemos alguna duda respecto a nuestra salud sexual.

Duquesa Doslabios.

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