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Sexoróscopo de la semana: Géminis, o baja él también al pilón o no hay felación

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♈Aries: sientes la irrefrenable necesidad de vivir aventuras arriesgadas, así que por fin te vas a decidir a probar el sexo con velas. En lo que no habías caído es que las velas de cera de abeja que tienes por casa van a dejar a tu novio más quemado que Anakin Skywalker después de la batalla de Mustafar. Para la próxima cómpralas de parafina.

♉Tauro: sé de alguien que te quiere cerca, pero muy muy cerca. Y no me refiero a la rubia que se sienta en la mesa de enfrente con la que cruzas miraditas, mejor mira hacia tu derecha. Sí, es Antonio, no te sorprendas tanto. Ahora ya sabes por qué se puso tan raro en la última cena de empresa.

♊Géminis: eso de dar el 100% y recibir solo el 50% no es suficiente. O él también baja al pilón o aquí no hay felación. No le des más vueltas.

♋Cáncer: eres tú quien tiene la última palabra para hacer lo que de verdad quieres, y lo que de verdad quieres es hacer el puente. Tu marido no lo ve tan claro, que todavía le duele la espalda del giro que hizo el otro día en la partida de futbito con los amigos.

♌Leo: no vas a poder escapar del pasado, de hecho volverá a por ti. Tú decides si le contestas o no el WhatsApp, pero es mejor que le plantes cara. No dejes que te enrede con la misma historia de siempre de que se ha dado cuenta de que no puede estar sin ti. Solo quiere mojar el churro, como las últimas quince veces.

♍Virgo: esta semana te vas a dar cuenta de que si fuerzas las cosas no encajan. Pero vamos, que es culpa tuya por haber tirado las instrucciones del set de cadenas y grilletes. El tornillo Edgål no va con el arnés Strönj. Déjalo a un lado, que te las vas a acabar cargando, y ponte la próxima vez que estés en el trabajo un tutorial de cómo enganchar los anclajes a tu cama en condiciones.

♎Libra: estás preparado para superar cualquier cosa, algo que te va a venir muy bien cuando te de un gatillazo. Menos mal que tienes iniciativa y no cometerás el error de dejar a la chica a medias. Recuerda que tú tienes el control de tu vida, quizás no de tu pene, pero tienes dos manos y una lengua para compensar.

♏Escorpio: a veces hay que ponerse en el lugar del otro así que cambia de postura de vez en cuando, que estás tú muy cómoda en el misionero y una vez te tumbas no hay quien te mueva.

♐Sagitario: es un momento perfecto para que se crucen personas velozmente en tu vida, así que deberías probar las citas rápidas, que últimamente estás muy de capa caída. La gente no se te acerca ni cuando vas en el metro en hora punta.

♑Capricornio: si dejas que lo negativo llegue a ti lo atraerás cada vez más, así que deja ya de darle bola a ese tío de tu grupo que no te conviene para nada. Abre los ojos. También le está tirando la caña a tu amiga Ana. Si no me crees pregúntale este viernes cuando salgáis de fiesta (a Ana, que él lo va a negar completamente).

Acuario: antes de saltar debes tomar decisiones. ¿De verdad crees que no vas a darte en la cabeza contra la mesilla haciendo el salto del tigre? Porque yo la veo muy cerca… Bueno, bueno, tu verás, luego no digas que los astros no te avisaron.

♓Piscis: todo tiene un límite y tú lo vas a romper esta semana. Dile a tu novia que no se preocupe que es un desgarro pequeñito. Hombre, si me dices que lleva ya varios días sangrándole igual deberíais ir a urgencias. Verás la cara de la enfermera cuando digas que le estabas dando por culo.

¿Cuáles son los mejores signos zodiacales en la cama?

Querid@s,

La astrología afirma firmemente que el signo del zodiaco bajo el que hemos nacido es un factor determinante y definitorio de nuestra personalidad. Y de nuestra sexualidad también, ojo. Seáis o no unos descreídos en este sentido, los astros tienen su influencia sobre nuestro lado más caliente, por lo que hay signos más sexuales que otros.

Ya comentamos hace un tiempo cuáles eran los signos del zodiaco más infieles, pero…¿Qué pasa con los mejores en el terreno sexual? ¿Cuáles son? Algunos signos son capaces de aguantar muchísimo tiempo en la cama, mientras otros son amantes excelentes por la calidad de los revolcones con la que deleitan al contrincante. No sé cuál es vuestro caso, pero esto es lo que dicen por ahí de los signos del zodiaco más fogosos.

Escena empotradora de American Psycho

CAPRICORNIO (22 DE DICIEMBRE – 20 DE ENERO)

Así a bote pronto los capricornio tienen fama de ser displicentes, distantes y fríos, pero cuando se sienten seguros son los más incandescentes y ardientes del zodiaco. Pueden hacer que uno se excite tanto que se sorprenderá. Que no te lo tengan que contar, arrímate a un capricornio.

ACUARIO (20 DE ENERO-18 DE FEBRERO)

Los acuario tienen mucho tirón sexual porque son seres abiertos y sociales con una gran capacidad de relacionarse con el prójimo. Vale tanto para un amante pasajero como para algo más serio.

LEO (23 DE JULIO – 22 DE AGOSTO)

Leo es per se coqueto y abierto. Es difícil resistirse a sus encantos por la pasión que muestran hacia todo lo que hacen, hacia la vida y sobre todo hacia el amor. Llamadme flipada, pero como excelente leo que soy leo, siempre doy rienda suelta a mi imaginación y busco aunque sea un poquito de I+D+i en cada encuentro sexual.

ESCORPIÓN (23 DE OCTUBRE – 21 DE NOVIEMBRE)

Es el signo más sexy del zodiaco. Intensos y perturbadoramente temperamentales, transforman la agresividad en algo fascinante durante el sexo. Les apasionan las aventuras y se atreven con todo tipo de experiencias más allá del misionero o el misionero inverso. Dile a un escorpión que te ame como si te odiara y date por mega follad@. Verás lo que es bueno.

SAGITARIO (23 NOVIEMBRE-21 DICIEMBRE)

Los amantes de este signo aman las aventuras y quieren que su vida sexual sea única y especial. Son hombres entregados y por amor matan -estoy exagerando-, pero sí pueden llegar a límites inimaginables. Les vuelve locos el sexo salvaje, les van los juegos eróticos y por ello son amantes insaciables. Pon un sagitario en tu cama, será pura dinamita.

¡A follar a follar que el mundo se va a acabar!

Gemir o no gemir, esa es la cuestión

¿Sexo sonoro o placer silencioso? El debate, más bien facilón, surgió a raíz de la noticia de hace unos días sobre una mujer británica, Gemma Wale, a la que han mandado dos semanas a prisión por montar un escándalo cada vez que hacía el amor. Bueno, en realidad ha ido a prisión por hacer caso omiso de las advertencias del juez, que la había instado anteriormente a no ponerse a gritar como Tarzán en mitad de la noche, como denunciaban los vecinos. Pero no me extiendo en los detalles porque a estas alturas esa noticia ya la conoce todo el mundo…

GTRES

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El caso es que, como decía, las aventuras y desventuras de esta mujer a consecuencia de su fervor sexual acabaron por sacar a relucir las preferencias de cama de media oficina. Y, como siempre, el resultado de hacer ese tipo de preguntas al personal fue de lo más variopinto. De todo hubo en la viña del señor, por decirlo de alguna manera, pero lo cierto es que, en el caso de los hombres, la mayoría admitió que esperaban y querían gemidos a la hora del sexo, aunque sin exagerar. “Tampoco se trata de que cante la Traviata, ya sabes, una cosa normal…”, explicaba uno mientras asentían varios. “Yo es que si gritan demasiado me suena a falso y me empiezo a rallar”, decía otro. Pero también había quien prefería el silencio. “Tú es que vas de tántrico”, le reprocharon algunas… “Que va coño, es que si no me desconcentro”. Un par de ellos, por el contrario, confesaron que le molaban los gritos, cuanto más altos mejor, independientemente de si eran de auténtico placer o fingidos. Jaca grande ande o no ande, que dirían en mi tierra…

Ellas, por su parte, coincidían en que la mayoría de hombres no gemían, sino que más bien gruñían o bufaban, cosa que ellos negaban. Pero la conclusión fue más o menos la misma: como diría Aristóteles, en el punto medio está la virtud. Al final me fui y los dejé ahí, en una guerra abierta entre gemidos y gruñidos. Yo creo que más de uno y de una acabaron un poco acalorados, con tanto debate. A saber dónde acabaron… Y cómo.

Las zonas erógenas, esas grandes desconocidas para el 64% de los jóvenes españoles

No es lo mismo acariciar la espalda que una rodilla, ni besar el cuello que un codo. Las zonas erógenas, claves para el erotismo y el placer, son aquellas partes del cuerpo humano que presentan una mayor sensibilidad y, por tanto, son más susceptibles de, con el estímulo adecuado, activar el deseo sexual. Aunque es cierto que hay enormes variaciones individuales en función de cada persona, algunas zonas del cuerpo son consideradas amplia y tradicionalmente erógenas: cuero cabelludo, axilas, cuello, pechos, ojos, oídos, labios, lengua, espalda, cintura, ombligo, muslos… Y, por supuesto, los genitales.

a00465905 3911Su conocimiento es esencial para un buen sexo, sin embargo, muchas veces son grandes desconocidas. De hecho, constituyen una asignatura pendiente para muchos jóvenes españoles, según el último estudio sobre el tema realizado por Control. Así, el 64% de los consultados en el barómetro Los jóvenes españoles y el sexo reconocen no tener ni idea o tener mucho camino por descubrir. El estudio revela también que es una cuestión de edades: mientras los jóvenes entre los 18 y 25 años se muestran más inexpertos (lógico, por otro lado), el 30% conoce a la perfección las zonas que le provocan mayor placer en el sexo. Por otro lado, el 43% de los jóvenes entre 26 y 35 años tiene claros sus puntos erógenos. También se observan diferencias entre Comunidades Autónomas. Así, baleares (48%), catalanes (40%) y andaluces (41,5%) son quienes mejor creen conocer su cuerpo frente a navarros (20%), murcianos (27%) y asturianos (29%).

Sin embargo, sí hay unanimidad al identificar las zonas erógenas: el 80% de los encuestados se decanta por los genitales, seguido del cuello (73%) y el pecho, especialmente en el cuerpo femenino. Las zonas más desconocidas son el cuero cabelludo, los muslos y las manos (solo las calificaron de punto erógeno el 8% de los encuestados), a pesar de que tratarse de zonas con gran sensibilidad.

Al conocimiento de los puntos de estimulación propios se suman los de la pareja, y aquí el porcentaje disminuye notablemente: solo un 18% de los encuestados afirmó conocer “perfectamente” las zonas erógenas de su pareja, mientras que el 82% restante afirmó tener dudas.

La experta en sexología Nayara Malnero, que ha participado en el estudio, concluye que, además de las diferencias individuales, hombres y mujeres no reaccionan por igual a los mismos estímulos. Según Malnero, aquellos responden a una estimulación más visual, mientras que ellas “disfrutan más con las claves contextuales, los roces, las caricias y las insinuaciones”.

“Para disfrutar más de nuestras relaciones es fundamental no solo conocer sino saber cómo estimular cada zona erógena”, afirma. De acuerdo con el estudio, 8 de cada 10 jóvenes han probado algún tipo de estimulación extra en el sexo. Los productos más utilizados son los lubricantes (un 67% de los encuestados los utiliza con regularidad), seguidos de los geles de masajes (46%) y los anillos vibradores. (37%). Ya se sabe, un poco de ayuda nunca viene mal.

El poder de los afrodisíacos

Lujuria, placer, pasión desenfrenada, vigor… Todos ellos son elementos claves y codiciados a la hora de un encuentro sexual perfecto. Por eso, desde que el hombre es hombre, todas las civilizaciones y culturas han pretendido disponer de sustancias con las que provocar y aumentar el apetito sexual.

Aunque el uso de de filtros, pócimas de amor y ungüentos destinados a estimular la sexualidad o atraer al sexo contrario se remonta a la prehistoria, la primera mención escrita de los afrodisíacos procede de unos papiros egipcios del siglo XXIII antes de Cristo. También se los menciona en el Génesis, donde se hace referencia a la menta y a la mandrágora, y los griegos y los antiguos romanos hacían un gran uso de estas “milagrosas sustancias”. Y, como no podía ser menos, también se refiere a ellas el kama-sutra, tratado del amor por antonomasia.

FOTOGRAMA DE 9 SEMANAS Y MEDIA

FOTOGRAMA DE 9 SEMANAS Y MEDIA

¿Realidad o mito? A veces es difícil separarlos, pero la mente es poderosa y solo hace falta crear un clima propicio y un poco de predisposición. Y en eso, los afrodisíacos pueden ser de gran ayuda. Ya solo su nombre resulta sensual y evocador… Proviene de Afrodita, la diosa griega de la lujuria, la belleza, la sexualidad y la reproducción. A menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», pero normalmente no era el amor en el sentido cristiano o romántico. Afrodita, que nació de la espuma del mar cuando Cronos mató a su padre y arrojó sus genitales al océano. Numerosos alimentos considerados aún hoy afrodisíacos, como las ostras y otros mariscos, están asociados a su nacimiento.

Cierto o no, siempre es mejor recurrir a sustancias naturales, aunque resultasen ser puro placebo, que atiborrarse de química tirando de viagra y otros fármacos. Vamos, es mi opinión. Y aunque solo sea por si acaso, os añado un pequeño resumen de algunos de los ingredientes, ya sean bebidas, comidas o condimentos, mencionados en varias investigaciones por su supuesto poder estimulador del deseo.

-Ginseng: Se usa para aumentar el vigor sexual. Es una planta herbácea de la familia Aralacieae cuya raíz se usa en la medicina tradicional china. Ayuda al cuerpo a producir más óxido nítrico, que relaja el músculo liso cavernoso y refuerza las erecciones.

-Chocolate oscuro: Aumenta los niveles de feniletilamina, que desencadena sentimientos similares a “estar enamorado”. Es una sustancia producida en el cerebro que pertenece a la clase de las anfetaminas, estimulantes del sistema nervioso que permiten superarse durante un lapso limitado de tiempo, por sobreexcitación.

-Ostras: Poseen grandes cantidades de zinc, que incrementa la producción de testosterona. La testosterona a su vez incrementa el deseo sexual en la pareja.

-Ajo: Produce una enzima responsable del mecanismo de erección. Además, tanto en el varón como en la hembra contribuye a mejorar el flujo circulatorio en el área de los genitales. Para que haga el efecto adecuado debe tomarse crudo, exprimido o en cápsulas.

-Canela: Estimula el riego sanguíneo en la zona abdominal del organismo. Al facilitar el flujo de sangre en la región central, mejora la irrigación de los genitales, tanto en el caso de la mujer como en el hombre. De esta manera aumenta la facilidad para lograr la excitación y, en el caso de hombre, para alcanzar y mantener la erección.

-Chile picante: Según algunos investigadores comer chile hace que liberes endorfinas, conocidas también como hormonas de la felicidad.

-Azafrán: Aunque su uso como afrodisíaco se remonta al Antiguo Egipto, fue el profesor Massimo Marcone, de la Universidad de Canadá, quien demostró sus efectos permanentes en la estimulación del impulso y el rendimiento sexual.

-Zanahorias: Su gran cantidad de beta-caroteno, ayuda a incrementar las hormonas sexuales.

-Vino tinto: Un estudio de la Universidad de Florencia corroboró hace años lo que todos sospechábamos. Posee antioxidantes que producen un beneficioso efecto vasodilatador, de manera que su consumo moderado potencia la erección masculina y aumenta la lubricación femenina.

-Espárragos: Su contenido de vitamina E se cree que estimula las hormonas sexuales.

Y dicho esto… Hala, por probar que no quede.

Conversaciones sobre sexo que nunca deberías tener

Hablar de sexo está genial. No ya por el tema en sí, sino porque ha costado mucho avanzar un poco en este país y que se puedan abordar ciertos temas con normalidad. Que sí, que aún queda mucho por recorrer, que los prejuicios son muchos y siguen pesando, pero poco a poco, y paso a paso, vamos haciendo camino al andar, como diría Machado.

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ARCHIVO

El resultado es que, afortunadamente, cada vez la gente vive el sexo de forma más libre y sana. Es algo que, en el tiempo que llevo con este blog, por ejemplo, he notado en las historias que me cuentan hombres y mujeres, estas últimas de forma especial. Adolescentes, maduritas, sexagenarias… Ellas, quizás por la liberación que supone poder sentirse libre al fin después de siglos de represión, son las que más se lanzan a hablar de sexualidad. O mejor dicho, lo hacen de forma diferente. Ellos van más al grano, y ellas te dan todo tipo de detalles y matices. Es maravilloso hablar de sexo con una mujer que está en pleno proceso de descubrimiento, expansión y autoconocimiento. Encuentro a muchas mujeres dispuestas a replantearse cosas, ideas, conceptos, y a experimentar. Y es que en este país, las mujeres ya no tienen que cargar con el yugo del pecado original; ya no tienen que ser las guardianas de la pureza y eso, francamente, resulta muy liberador.

Sin embargo, hay conversaciones y conversaciones. O lo que es lo mismo, no todo vale. Eso, al menos, es lo que defendía una muy buena amiga este fin de semana, después de tener una desastrosa cena con su novio y la madre de este, a la que fue a conocer esa noche. La mujer, de 70 años y divorciada desde hace 20, se empeñó en hacer partícipe a su recién presentada nuera de los pormenores de su vida sexual. “Tú imagínate, los tres allí sentados a la mesa, y ella escenificando cómo un señor de 80 años al que había conocido esa tarde en un chat se masturbaba ante la pantalla del ordenador”, contaba escandalizada. La señora, por lo visto, no escatimó en gestos y ruidos, sin importarle absolutamente nada que estuviese su hijo delante.

Y eso fue solo el punto de partida. Fue tan prolija y minuciosa en historias varias y detalles que mi amiga, en un momento dado, le dijo que por favor parara, que se sentía muy incómoda y que prefería cambiar de tema de conversación. Ella pareció entenderlo, hasta que su hijo, en un intento por salvar la situación, se puso a hablar de lo mucho que tuvo que estudiar para lograr que su padre le comprara una moto cuando tenía 16 años. “Y una mierda estudiar”, contestó la mujer. “Pues anda que no tuve que hacerle mamadas a tu padre para que te comprara la dichosa moto…”

Pues a eso me refiero. Y ojo, que este ejemplo es una mujer por pura casualidad, pero que igualmente podría tratarse de un hombre. Lo que quiero decir es que es genial hablar de sexo… casi siempre. Que una cosa es la comunicación y la confianza con los hijos, y otras esto. Mi amiga, de hecho, ya está temblando de pensar en la cena de navidad.

Adiós al punto G: descubren una nueva zona de placer sexual en la mujer

La legendaria región vaginal conocida como punto G, considerada altamente erógena y a la que se atribuyen poderes casi mágicos a la hora de conseguir orgasmos, ha resultado ser un mito, como muchas se temían. Al menos eso es lo que se desprende del último estudio al respecto, realizado por investigadores de la Universidad de L’Aquila y Tor Vergara (Roma) y publicado en la prestigiosa revista Nature Urology.

En realidad el denominado punto Gräfenberg es objeto de discusión desde los años 40. Está supuestamente en un lugar de la pared vaginal localizado detrás del pubis y alrededor de la uretra. Sin embargo, son muchos los estudios, sexólogos e investigadores que han considerado que no está comprobado y que su supuesto papel como centro del placer sexual femenino es más que subjetivo. Ahora este equipo de científicos italianos, franceses y mexicanos desmienten rotundamente su existencia y, en su lugar, han hallado una zona mucho más amplia y compleja que, en teoría, permite experimentar un gran placer sexual.

Pubis

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Es lo que han bautizado como zona CUV, una región erógena formada por clítoris, uretra y vagina y que incluye tejidos, músculos, glándulas y útero. «La conjunción del clítoris, la uretra y la pared vaginal estimulados adecuadamente durante la penetración podría inducir la respuesta orgásmica», explicó el endorinólogo y sexólogo  Emmanuele A. Jannini, profesor de la universidad y director del estudio.

Los investigadores, gracias a modernas técnicas de imagen, han podido visualizar las interacciones de los genitales femeninos durante la masturbación o coito, y han concluido que las zonas íntimas de la mujer no son tejidos pasivos, sino estructuras altamente dinámicas y sensibles. De hecho, los autores del estudio aprovechan para condenar a aquellos ginecólogos y cirujanos que cortan y cosen sin respeto, maltratando los nervios, músculos y componentes vasculares de una región anatómica tan altamente sensible.

“La vagina es un tejido activo y sexualmente importante que debe ser respetado. Es algo más complejo que un solo punto”, asegura Jannini. Por ello, recomienda el conocimiento de la anatomía y fisiología de la zona CUV antes de someterla a un procedimiento quirúrgico. Algo que parece de bastante sentido común, por otro lado.

Conclusión: las que nunca hayan encontrado su punto G no desesperen; siempre nos quedará la CUV.

Sexomnia, sleepsex o sonambulismo sexual

No, yo no conozco a nadie que lo padezca, pero este fin de semana me presentaron a alguien que jura que él sí. Hablo de la sexomnia, un trastorno del sueño también denominado sonambulismo sexual o sleepsex en inglés. Las personas que lo sufren desarrollan actividad sexual mientras duermen, de forma completamente inconsciente y sin posibilidad de comunicación. Al igual que el resto de sonámbulos, al despertar no recuerdan nada.

En el caso que me contaba este chico, se trataba de su excuñada. Al parecer, la que durante años fue la mujer de su hermano, a la que definió como “normalmente bastante recatada”, empezó a comportarse de forma extraña por las noches. Al principio, según le contó su hermano, se trataba de jadeos y sonidos claramente sexuales. Luego empezó a decir frases sueltas de alto contenido erótico. “No es que fueran gran cosa, pero en su boca debían parecer auténticas obscenidades”, me dijo sin dar más detalle. De la palabrería pasó a los hechos y una noche, el marido la descubrió masturbándose mientras, aparentemente, lo miraba fijamente. Intentó hablar con ella, pero era imposible. Como con cualquier sonámbulo. Las mañanas siguientes a estos episodios, cuando le explicaba lo sucedido, la mujer se enfadaba muchísimo diciendo que era mentira y que quería avergonzarla.

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El caso de esta mujer es raro, pero no único. La sexomnia es un trastorno poco estudiado del que se tienen muy pocos datos. La falta de información al respecto se ve agravada, además, por la dificultad de hablar sobre sexualidad, y mucho más sobre patologías o trastornos como este. El resultado es que en muchas ocasiones no se acude al médico para recibir atención especializada. Los pocos estudios que hay al respecto señalan que podría sufrirlo casi un 1% de la población mundial, siendo más frecuente en los varones. Se detecta por medio de estudios del sueño.

Aunque a algunos les puede parecer algo divertido y placentero, en realidad es bastante problemático. Son varios los casos en los que algunas personas han sido acusadas de intento de violación por culpa de este trastorno. El último ejemplo conocido es el de Stephen Lee Davis, un británico de 45 años acusado de un delito de violación, que fue finalmente exculpado de abusar de una adolescente de 16 años que dormía en su casa. En efecto, había violado a la joven, pero el jurado lo exculpó porque padece sexomnia. Después de casos como este, se ha puesto atención a este tipo de situaciones para poder descartar que se trate de excusas para burlar la ley.

Pero no hace falta que haya una acusación de por medio para que a los que padecen sonambulismo sexual les resulte angustioso. Hablamos de gente que despierta y permanece en un estado de amnesia por el que desconoce lo ocurrido, a menos que alguien, normalmente la pareja, se lo cuente. Según los expertos, la sensación de pérdida de control que experimentan es brutal, especialmente por tratarse de comportamientos que afectan a la esfera más íntima de la persona, como es el sexo. Malestar, temor y vergüenza son sentimientos habituales.

Aunque se desconocen las causas concretas que desencadenan esta parasomnia, los especialistas recomiendan tener bajo control factores como el estrés, el insomnio, el consumo de tabaco, estimulantes y alcohol. Sobre todo porque tratamientos eficaces, lo que se dice eficaces, no hay. Medicamentos inhibidores y terapia psicológica, poco más. ¿Alguno de vosotros ha experimentado alguna vez algo semejante?

Asexuales: ¿Es posible vivir sin sexo?

El sexo mueve el mundo, dicen. Y es cierto. Pero, por difícil que resulte de creer, hay gente a la que se la suda. No es que tengan nada en contra, no, es simplemente que no les aporta nada, no lo necesitan ni lo buscan y, por tanto, no lo practican. Sencillamente no sienten ninguna atracción sexual por nadie, eso es todo. La asexualidad no es muy común y es ahora cuando está empezando a ser objeto de estudio, por lo que no es posible hablar de cifras con exactitud. Para hacernos una idea, no obstante, los estudios de Anthony Bogaert, profesor de Ciencias de la Salud Comunitaria y Psicología en la Universidad de Brock, estiman que en Canadá, una país con 35 millones de habitantes, el 1% de la población es asexual.

Asexuales

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Hay diferencias entre la gente que se define como asexual, aunque la mayoría se refiere principalmente a la ausencia de deseo o atracción romántica. Algunos solo experimentan una de las dos, otros las dos y otros ninguna. Incluso hay una terminología específica para distinguirlos. Los asexuales arrománticos se denominan squish, en inglés. Tienden a conformarse con tener amigos muy cercanos con los que comparten una gran conexión emocional, pero con quienes no desean establecer una relación formal y tampoco tienen problemas con que estos tengan relaciones con otras personas. Simplemente quieran formar parte de su vida y pasar tiempo con ellos.

A los otros, los que sí experimentan atracción romántica pese a no sentir deseo sexual, se les llama crush. Pueden enamorarse perfectamente de alguien y querrían tener una relación , solo que prefieren excluir la actividad sexual. El problema es que, a menos que se emparejen con otro asexual, esto les coloca en una situación muy difícil. Porque ellos son capaces de tolerar practicar sexo con su pareja, pero esta antes o después acabará psicológicamente afectada al ver que es incapaz de resultarle sexualmente atractiva a su compañero/a. ¿Os imagináis lo que tiene que ser vivir con alguien así? No sé, igual hay gente que acaba por aceptarlo y se adapta, pero yo creo que antes o después un desequilibrio así entre dos personas acaba pasando factura. Como en aquella comedia romántica que protagonizaban Barbra Streisand y Jeff Bridges, El amor tiene dos caras, creo que se llamaba.

Conozco un matrimonio de ese tipo, aunque no siempre lo fueron. Supongo que los años y el desgaste acabaron por convertirlos en lo que hoy son: compañeros de vida y de casa, una suerte de primos hermanos que comen juntos y comparten gastos y familia. Catorce años hace que no se acuestan, incluso duermen en habitaciones separadas. Pero no se llevan mal, ni discuten, y juran que se aprecian y que no han sido nunca infieles.

¿Y de los otros? Juraría que sí, que a alguno conozco, pero no puedo asegurarlo. Nunca he hablado del tema con ellos, aunque jamás los he visto no ya con algún ligue o pareja, sino siquiera inmutarse o mostrar el más mínimo interés por nadie, del sexo que fuera, sexual o románticamente hablando. “Hay gente pa tó”, que diría mi madre.

Hipnosis erótica, ¿terapia alternativa y orgasmos sin contacto?

Desinhibición, experiencia erótica mental y orgasmos sin contacto físico alguno. Eso es lo que se promete desde lo que se viene a llamar “hipnosis erótica”. Yo no había oído hablar de ello, la verdad, pero mi amiga Mariana, argentina de Buenos Aires que estos días anda de okupa en mi casa, me cuenta que allí se ve cada vez más, ofertándose a veces como una especie de servicio sexual y, otras, como terapia alternativa para tratar ciertos tipos de disfunciones.

En el primero de los casos, se trata de hipnotizar a los clientes/pacientes para acceder a su inconsciente y, a través de un relato erótico guionizado y absolutamente personalizado, proporcionarles placer y llevarlos a vivir determinadas fantasías. El hipnotizado, siguiendo las instrucciones y sugerencias de su guía, sentirá físicamente lo que este o esta le «ordene» sentir. Es una experiencia mental de disfrute sexual a través de la palabra. El cuerpo, entretanto, descansa relajado y en ningún caso hay contacto físico.

hipnosis

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Al estar liberados de las represiones e inhibiciones propias del estado de vigilia, en esas sesiones hipnóticas uno puede ser todo aquello que desee, desde una dominatrix vengadora a un alto ejecutivo que en la intimidad disfruta con unos cuantos azotes, todo vale. En varios países de América Latina y en Estados Unidos, algunas terapeutas incluso venden sus sesiones hipnóticas a modo de podcast.

Personalmente, este uso de la hipnosis me recuerda a aquella peli futurista con Arnold Schwarzeneger, Desafío Total, en la que la gente acudía a una compañía especializada en implantar falsos recuerdos para vivir todo tipo de experiencias. O a aquella otra con Sandra Bullock, Demolition Man, en la que la gente follaba sin tocarse. Ocurre que las relaciones sexuales con intercambio de fluidos eran ilegales y para experimentar el sexo, la gente se metía en una cabina simuladora en la que los participantes se colocaban un casco que actuaba como estimulador en los centros del placer del cerebro. Pues eso, que me parece estupendo que exista y que la gente lo practique, pero yo me quedo con la piel y el intercambio de fluidos.

La otra vertiente es, como decía, la terapéutica. Consiste en llevar al paciente a un estado de relajación en el que, libre de represiones y estimulado eróticamente, pueda centrarse en aspectos particulares que le provoquen angustia o bloqueos, revelando situaciones reprimidas y desmontando sus consiguientes síntomas. Así, a través de evocaciones sexuales se intenta facilitar la exteriorización de conflictos inconscientes, con lo que se puede atacar mejor problemas como la anorgasmia o la disfunción eréctil. No obstante, son muchos los expertos que expresan sus dudas acerca de su efectividad. A saber.