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Las zonas erógenas, esas grandes desconocidas para el 64% de los jóvenes españoles

No es lo mismo acariciar la espalda que una rodilla, ni besar el cuello que un codo. Las zonas erógenas, claves para el erotismo y el placer, son aquellas partes del cuerpo humano que presentan una mayor sensibilidad y, por tanto, son más susceptibles de, con el estímulo adecuado, activar el deseo sexual. Aunque es cierto que hay enormes variaciones individuales en función de cada persona, algunas zonas del cuerpo son consideradas amplia y tradicionalmente erógenas: cuero cabelludo, axilas, cuello, pechos, ojos, oídos, labios, lengua, espalda, cintura, ombligo, muslos… Y, por supuesto, los genitales.

a00465905 3911Su conocimiento es esencial para un buen sexo, sin embargo, muchas veces son grandes desconocidas. De hecho, constituyen una asignatura pendiente para muchos jóvenes españoles, según el último estudio sobre el tema realizado por Control. Así, el 64% de los consultados en el barómetro Los jóvenes españoles y el sexo reconocen no tener ni idea o tener mucho camino por descubrir. El estudio revela también que es una cuestión de edades: mientras los jóvenes entre los 18 y 25 años se muestran más inexpertos (lógico, por otro lado), el 30% conoce a la perfección las zonas que le provocan mayor placer en el sexo. Por otro lado, el 43% de los jóvenes entre 26 y 35 años tiene claros sus puntos erógenos. También se observan diferencias entre Comunidades Autónomas. Así, baleares (48%), catalanes (40%) y andaluces (41,5%) son quienes mejor creen conocer su cuerpo frente a navarros (20%), murcianos (27%) y asturianos (29%).

Sin embargo, sí hay unanimidad al identificar las zonas erógenas: el 80% de los encuestados se decanta por los genitales, seguido del cuello (73%) y el pecho, especialmente en el cuerpo femenino. Las zonas más desconocidas son el cuero cabelludo, los muslos y las manos (solo las calificaron de punto erógeno el 8% de los encuestados), a pesar de que tratarse de zonas con gran sensibilidad.

Al conocimiento de los puntos de estimulación propios se suman los de la pareja, y aquí el porcentaje disminuye notablemente: solo un 18% de los encuestados afirmó conocer “perfectamente” las zonas erógenas de su pareja, mientras que el 82% restante afirmó tener dudas.

La experta en sexología Nayara Malnero, que ha participado en el estudio, concluye que, además de las diferencias individuales, hombres y mujeres no reaccionan por igual a los mismos estímulos. Según Malnero, aquellos responden a una estimulación más visual, mientras que ellas “disfrutan más con las claves contextuales, los roces, las caricias y las insinuaciones”.

“Para disfrutar más de nuestras relaciones es fundamental no solo conocer sino saber cómo estimular cada zona erógena”, afirma. De acuerdo con el estudio, 8 de cada 10 jóvenes han probado algún tipo de estimulación extra en el sexo. Los productos más utilizados son los lubricantes (un 67% de los encuestados los utiliza con regularidad), seguidos de los geles de masajes (46%) y los anillos vibradores. (37%). Ya se sabe, un poco de ayuda nunca viene mal.

Masajes y orgasmos

Me lo había contado varias veces, pero nunca la creí del todo. Ni yo ni ninguna de nuestras amigas comunes. Pero anoche volví a verla, después de casi un año, y nada más mirar su cara reluciente y brillante supe que había vuelto a pasar. Resulta que la tipa, que ahora vive en París y por eso nos vemos poco, afirma que cada vez que va a un centro de estética a que le hagan una limpieza facial tiene un orgasmo como la copa de un pino.

Siempre ocurre en la parte final, cuando le hacen el masaje y ella se relaja. La primera vez no podía creérselo; pensó que sería algo excepcional. Pero no, sucedió todas y cada una de las veces. Al principio lo pasaba mal, pensaba que acabarían por notarlo y se moría de la vergüenza. Luego lo asumió y se dijo: “Qué narices, a relajarme y a disfrutar”. Se lo contó a sus parejas cuando las tuvo y a ellos les pareció superexcitante. Entusiasmados, enseguida intentaron hacer ellos de masajista, pero nunca lo consiguieron. “Se pensaban que era tocar y listos, como si hubiera un botón mágico”, solía decir.

masaje facialNi que decir tiene que todas nos lanzamos en tromba a pedir cita en uno de estos centros… pero nada. Ni uno. Ella está ahora felizmente emparejada y a punto de casarse, pero sigue disfrutando de sus ocasionales sesiones de belleza. El funcionamiento de estos orgasmos, no obstante, le siguen resultando un misterio. Porque ocurre cuando le masajean la cara, concretamente la zona de la frente, pero lo que es sentirlos, los siente entre las mismas piernas. Después asegura que le recorre todo el cuerpo.

Rebuscando por ahí leo que los procesos biológicos requeridos para entrar en este tipo de estado incluyen la estimulación y elevación progresiva y equilibrada de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. Por otro lado, la sexóloga Pilar Cristóbal explicaba hace años en 20minutos que es posible experimentar un orgasmo estimulando cualquier parte del cuerpo.

“El mapa erótico humano, que es esa parte del cerebro que codifica los estímulos como sexuales, es muy complejo y está relacionado con experiencias infantiles, con aprendizajes sociales y con lo que cada uno fantasea como erótico. Físicamente cualquier zona del cuerpo que tenga terminaciones nerviosas puede desencadenar un orgasmo, aunque estos, que son una respuesta que se desencadena en la médula espinal, se sientan siempre en el mismo sitio”.

La evidencia más clara la proporciona el informe del doctor Kinsey, cuenta Cristóbal. Este profesor de entomología de la Universidad de Indiana recogió datos de más de 18.000 personas de toda condición que podían conseguir orgasmos con caricias en los labios, con pequeños golpecillos en los dientes y hasta con roces de la pestañas en las mejillas. Un 27% de las mujeres encuestadas podían conseguir un orgasmo solo con caricias en los pezones.

Madre mía. Lo que tiene una que aprender…