Archivo de la categoría ‘ligar’

La realidad de mujeres trans como Daniela Requena en las apps de ligar: ‘No soy un objeto sexual’

Si alguna vez te has descargado una aplicación para ligar, sabes que aquello es como la jungla.

Conversaciones que buscan a toda costa convertirse en cita, miembros salvajes que llegan por sorpresa en forma de foto no solicitada, tu ex… Pero si ya de por sí resulta complicado, si añades a la ecuación ser una mujer trans, se multiplica todo.

Daniela Requena

@danielasirena3

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Y vivir sin la preocupación de dar explicaciones constantes es algo de lo que las personas cis (aquellas que sentimos que nuestro género corresponde a nuestros genitales), es también un privilegio.

Por eso, Daniela Requena, que es activista trans, cuenta cómo ha sido para ella estar en este tipo de aplicaciones.

Para empezar, el trato es muy diferente: «Los usuarios creen que yo debo ir con una etiqueta constantemente. Que debo explicar en mi perfil que soy una mujer trans».

«Desde esa creencia o imposición todo cambia mucho. Y eso que no tengo problema en reconocerlo».

Como Daniela explica, para ella es fácil ‘camuflarse’ dentro de la sociedad, ya que «no tienen ni idea de que soy una mujer trans. Al estar reasignada, menos todavía», algo que se conoce como cispassing

«Puedo entablar una conversación y quedar con ellos y no decir nada. El problema viene cuando ellos, por mi trabajo o el motivo que sea, saben que soy una chica trans y algunos se enfadan

«Me han llegado a decir no me gustan las chicas trans, pero me la puedes chupar», explica.

Aunque, por suerte, no todos tienen prejuicios, pasamos al otro extremo, el de ser vista como un juguete sexual.

Y es que ser una fantasía es algo que también viven de primera mano las mujeres trans. Especialmente cuando aún no han realizado la cirugía de reasignación de género.

De hecho, es algo que también confirmó la review de PornHub del año 2022. El informe reveló que «transgénero» fue la categoría más buscada en Brasil y la tercera más popular en Italia y Estados Unidos.

Te puede interesar leer: Lo que el documental de PornHub no cuenta

A Daniela esto es algo que también le ha sucedido, aunque en menor medida desde su transición.

«Me ha pasado de chicos que están teniendo conversación conmigo normal (no sigo una regla de ‘lo digo o no lo digo’) y cuando se entera de que soy trans, no me proponen ir al cine, me proponen ir a la cama, es una especie de fetiche»

Respecto a cómo le hace sentir, la activista explica que «cuando era más pequeña aceptaba ese tipo de propuestas, era más insegura y basaba autoestima en aceptación de social en los hombres. He aprendido a rechazar esas relaciones, darme valor y darme mi lugar».

«No soy un objeto sexual ni una rata de laboratorio, así que nuestra cita o nuestra conversación termina aquí».

En su opinión esto se debe a la «falta de educación social, de visibilidad de referentes y de información. La cosa ha cambiado en estos 10 años, pero queda mucho camino por delante».

«Las nuevas generaciones van avanzando», y, como explica, el objetivo sería llegar al punto en el que no hubiera prejuicio social, es decir que desapareciera «la vergüenza a la hora de estar con una mujer trans».

En cuanto a las red flags a las que está atenta, aparte de quien solo te ve como fantasía sexual, Daniela añade otras de su cosecha.

«Si un chico me dice que ha tenido muchas experiencias con mujeres trans, para mí es red flag. Está bien que sea liberal y tolerante, pero otra cosa es que sea un cazatrans».

«Si me dice que nunca ha probado, pero quiere probar, es red flag, porque yo no soy un experimento».

«Y lo mismo si me dice que para relación no, pero que para sexo sí. También si me pregunta si estoy operada o no, porque los genitales no me definen como persona».

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

Si te cansan las aplicaciones para conocer gente, puede que tengas ‘burnout’ de ligar online

La primera vez que me abrí Tinder pensaba que iba a ser la última. Que encontraría a alguien al poco tiempo y hasta ahí mi relación con la aplicación.

Llegó una segunda, unos años más tarde, y la tercera vez que la instalé. La definitiva.

hombre teléfono móvil apps ligar

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Y no me salí de allí por no dar con personas a quien me interesara conocer, sino por la cantidad de gente y la despersonalización, que me hacían sentir agobiada.

Yo no sé tú, pero mi trabajo es estar delante de una pantalla.

Lo último que me apetecía en esa ocasión era pasar más tiempo pendiente de crear una relación con un dispositivo de por medio.

Ahí fue cuando me di cuenta de que estaba hasta las narices, completamente quemada del sistema de conocer a gente online mediante una app.

Estaba experimentando el dating burnout.

Es una sensación que va desde el hartazgo de los eternos swipes, el aburrimiento de las conversaciones que no van a ningún lado hasta la mala educación que puedes recibir a través de la aplicación (que casi parece que se ha normalizado hablar mal).

Te puede interesar leer: ¿Por qué dejamos que nos traten mal en las aplicaciones de ligar?

O incluso que termines sufriendo un ghosting después de algunas citas porque, quien te guarda en la agenda como «Elena Tinder» es como que te pone en una categoría de segunda, la de alguien que no merece responsabilidad afectiva por ningún lado.

En fin, que las razones por las que terminas hasta el gorro son muchas y muy variadas.

Que fue también mi caso, por cierto. A la tercera fue la vencida de verdad.

No la cerré porque recuperara la esperanza en dar con personas afines a mí en el mundo offline, sino por no aguantar más.

Es curioso que, al poco, conocí a alguien en vivo en directo y dio comienzo una bonita historia.

Casi podría parecer que el karma que había ido acumulando de malas experiencias me guardaba una sorpresa positiva.

Del mundo online a conocerse de forma orgánica

Fue algo que comentaba también hace poco con una chica que conocí haciendo senderismo. Estaba harta de conversaciones que nunca terminaban en cita, pero se encontraba tan liada que no veía otra forma de conocer gente.

«¿Y haciendo esto?» le contesté. A fin de cuentas, yo había conocido a la persona con la que estaba quedando en un evento social/deportivo del estilo.

Así que al final, la solución es tan sencilla como buscar cosas que te gustan fuera de la pantalla.

Porque es donde tienes más posibilidades de encontrar a quien le gusten también esas aficiones y ya sea un punto de partida.

Menos en mi caso, que fui una patata jugando al voleibol, pero cuando me vio cayéndome por todas partes y riéndome de mí misma, descubrió que tenía el sentido del humor como el suyo.

Otra de las formas ‘orgánicas’ que cada vez es más frecuente es empezar a hablar con un amigo de amigo o conocido que encuentras a través de una red social.

Un encuentro que está a medio camino entre una app de ligar y conocer de manera natural, porque recuerda a cuando te presentaban a alguien (con la diferencia de que lo tienes al alcance de un follow cuando ves que tu amiga sube una foto a su historia con esa persona que te interesa).

De cualquier forma, apuntarte a un evento de speed dating o cosas que no tienen que ver con tu vida sentimental -como un deporte, asociación, clases de baile, planes con desconocidos, networkings, viajes para personas solas, etc-, son muy buenas alternativas si has llegado a tu límite con las aplicaciones y quieres seguir relacionándote.

Y, si no está ahí la persona de tu vida, las amistades que vas a hacer por el camino, son también un amor que bien merece la pena encontrar.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

¿Te cuesta decidir con qué ‘match’ quedar? Tiene una explicación

Entré en una aplicación de ligar pensando que, si conocía gente que le había servido para descubrir a su pareja, ¿por qué a mí no me iba a funcionar?

Incluso probé lo de promocionar mi perfil para que apareciera en la lista de personas ‘populares’ del día, las que estaban a la vista cada vez que se entraba a la app.

Mi objetivo era llegar al máximo número de usuarios.

cita tinder

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Empecé hablando con un chico, pongamos Enric, de Badalona. Luego Mark, de Australia. Al poco llegó Harry, oriundo de Atlanta que también hacía CrossFit.

Tenía unos 10 chats abiertos que tenían buena pinta. Pero más perfiles interesantes llegaron. Porque, aunque seguía hablando con los primeros, la lista iba in crescendo.

Fue cuando empecé a dejar de contestar con los que me parecía que tenía menos compatibilidad, tenía que aprovechar el tiempo en la app.

En los ratos muertos viendo una serie o andando por la calle, cuando solo tenía una mano y era incómodo contestar, seguía haciendo match deslizando a un lado y a otro.

Te puede interesar leer: Las razones por las que nunca quedas (ni quedarás) con tu ‘match’ de Tinder

Los pretendientes –viejos y nuevos– ya iban camino de convertirse en un número mayor que mi edad.

Pero no sabía cuándo parar ni a quién aceptarle esa quedada para desvirtualizarnos. Solo seguía con el match y el unmatch.

No lo sabía, pero aquello tenía un nombre y una explicación: la paradoja de la elección.

Cuantas más opciones de chicos tenía, más complicado se me hacía decantarme por uno de ellos.

No conseguía decidirme sin pensar que podría estar quedando con otro mejor, con el que encajar más.

El desencanto llegó cuando me di cuenta de lo difícil que era materializar las citas una vez me había propuesto tenerlas (con el proceso de casting que había implicado).

Me dieron dos plantones y solo había tenido una cita porque, a ellos, les pasaba lo mismo que a mí.

Tenían a tantas chicas tan ‘cerca’ -o esa es la sensación que nos dan las aplicaciones- que ¿cómo elegir solo una?

Me terminé borrando la aplicación. Aquello no estaba funcionando.

Lo que debía simplificar las cosas, las hacía aún más enrevesadas. Y, casualidad o no, al poco tiempo conocí a alguien en persona.

Aunque esa es otra historia.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

Los ‘gurús del amor’ en Instagram se equivocan sobre ligar

Si quieres que la chica que te gusta no deje de pensar en ti, «sé el primero en abandonar una conversación», «sube fotos con mujeres atractivas», «métete con ella»

Estos son algunos de los consejos que ciertos ‘expertos’ en el amor comparten en sus redes sociales para que sus seguidores, hombres en su mayoría, aprendan lo que consideran nociones básicas del ligoteo.

chico ligar

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

No se queda ahí, por supuesto.

Lo que publican estos gurús digitales, que van de aliados de Cupido, son solo pequeñas píldoras que sirven de gancho para el verdadero objetivo, que sus followers terminen comprando sus cursos o participando en sus campamentos.

Y podrías pensar que, viendo que sus consejos están a medio camino entre una comedia romántica de los 2000 y lo que hoy en día consideramos masculinidad tóxica, no tienen mucho alcance.

Pero lo cierto es que su popularidad está por las nubes y, lo que es peor, realmente quienes les siguen creen sus dos máximas principales: la primera que todas las mujeres somos iguales, una masa uniforme lista para ser cazada por ellos con su manual de tácticas.

La segunda, que esas tácticas funcionan.

Te puede interesar leer: Aprender a ligar (bien) cuando sales de fiesta: la campaña de esta sexóloga en Bilbao

A lo que verdaderamente animan es a adquirir una serie de comportamientos que son incompatibles con una relación sana.

En definitiva, quien termina apostando por hacerme sentir que ‘tengo competencia’, que me dejan en leído o que no me tratan de buena manera es la clase de persona que no quiero en mi vida.

Porque esas teorías rancias de que cuando más te gusta una persona, más tienes que ignorarla para que te haga caso, que solo tienes que pensar en ti o que tienes que ser siempre inalcanzable e indomable -sin escribirle todos los días ni mostrar interés-, es algo que se ha quedado en cuando teníamos 15 años.

Es más, son cosas que nos resultan tan familiares porque son las mismas que hacía Mario Casas interpretando a Hache en Tres metros sobre el cielo.

Los 12 años transcurridos desde el estreno de la película no han pasado en balde. Los protagonistas han crecido, como nosotras. Y ya no queremos ese trato de parte de nadie.

Que te llame «fea» ya no es buena señal. Es algo que interpretas como red flag.

Lo mismo pasa cuando sigue a rajatabla esas actitudes hipermasculinas que tanto aplauden en los cursos. Con muestras de violencia o de desapego, siendo incapaz de hablar de sus propios sentimientos.

Se mantiene esa idea de que el hombre debe ser algo inalcanzable emocionalmente y debe huir de todo tipo de compromiso.

No es que busquemos convertirnos en el centro del universo teniendo a nuestro crush atado a la pata de la mesa para no perderle nunca de vista.

Queremos libertad para ambos miembros. Y lo que no vamos a pasar -ni aceptar como método de ligue- es ser tratadas con desprecio o indiferencia.

Por eso, me encantaría decirle a esos expertos de pacotilla que la mejor manera de llegarle a alguien es mediante el respeto, el cuidado, la dedicación de tiempo, de ganas, la comunicación sincera, la ternura…

Porque donde nos hacen sentir bien, ahí es.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

Aprender a ligar (bien) cuando sales de fiesta: la campaña de esta sexóloga en Bilbao

¿Cuántas veces has salido de fiesta y han dado por hecho que, por ser amable, estabas insinuándote?

¿Y cuántas veces has tenido que decir que no estabas interesada en tener nada con una persona y no ha dejado de insistir hasta que has sacado la baza de que tienes pareja?

¿Por qué solo te dejan tranquila si saben que ‘perteneces’ a otro?

Punto Morea Bilbao

EL BLOG DE LILIH BLUE

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Nuestras nociones de flirteo no son precisamente las mejores. Pero, ¿y si eso pudiera cambiar? ¿Y si pudiéramos salir de fiesta y ligar bien?

Esa era el objetivo que Melanie Quintana, la sexóloga que se encuentra detrás de la plataforma de educación sexual Somos Peculiares, se propuso.

En su primer año como directora ejecutiva del Punto Morea (Punto Morado) en Bilbao, no solo sacó adelante el proyecto para que la Aste Nagusia 2022 (la Semana Grande) contara con un espacio seguro, sino que fue más allá uniéndolo a la divulgación de educación sexual.

«Siempre ha habido carpas que han promovido las relaciones libres, la prevención de ITS, el VIH, pero nunca ha habido educación sexual en el Punto Morea. Sí divulgación o campañas relacionadas con el feminismo, pero nunca educación sexual como tal», dice la sexóloga.

Su stand, un mix de colores que arrasa en Instagram estos días por ser uno de los rincones más fotografiados de las jaias, no es solo un punto de encuentro para mujeres de todas las edades, que se acercan por curiosidad algunas y con un firme convencimiento otras.

«Esperad, que vengo con mi nieta», dice una señora hablando con una de las técnicas en igualdad del Punto Morea.

Otra le cuenta a su hija, mientras le colocan una de las pulseras que se han diseñado para la campaña (que lleva escrito ‘Solo sí es sí’), que nadie debe tocarla sin su consentimiento.

Te puede interesar leer: Tranquilo amigo, no tienes que llevar un contrato encima por la ley del ‘Solo sí es sí’

Además es un lugar de bienvenida para que, como la propia Melanie nos cuenta, se acerquen otras asociaciones feministas para fomentar la sororidad con cualquier colaboración.

Pero, ¿cómo consigue un puesto en unas fiestas populares ayudarnos a ligar mejor?

Además de los talleres de educación sexual que se están impartiendo en los diferentes barrios de Bilbao, acompañando la acción, el puesto es en sí mismo una declaración de intenciones.

«De primero de flirteo, toma nota: Sí es un deseo. No es un límite», dice una de las paredes donde más se fotografían las asistentes a las fiestas.

«Debe haber un Punto Morado porque siempre pasan cosas», dice la sexóloga. «Intentamos prevenirlas, pero no podemos pretender que desaparezca la violencia si no hay educación de base».

Por eso su stand, en pleno corazón de las fiestas bilbaínas, resulta tan impactante: «Las campañas del ‘no es no’ se quedan escasas y se basan en la negativa. No queda trasfondo de cómo aprender a relacionarnos mejor».

«Respeto, ligoteo sano, consentimiento, límites y deseos» son el foco de los mensajes, desde la educación sexual, que aparecen tanto en el punto (en euskera y traducido al inglés y castellano) como en las pulseras que reparten.

Son otros de ellos el «Mi no tiene suficiente fuerza, no necesito añadir que tengo pareja», «Los límites que pongo son para respetarme, no para ofenderte» y «Sin responsabilidad afectiva no juego».

«La propuesta fue llegar a la raíz del problema. Necesitamos educación en cómo nos relacionamos. De nada vale decirnos así no puedes relacionarte. Hay qué enseñar cómo podemos hacerlo bien y bonito», afirma la experta.

¿Alguno de los tips para ligar de fiesta -o en cualquier lado- que dan en el stand?

«Cómo nos podemos decir que sí a algo mediante la comunicación asertiva, conquistarnos de forma sana respetando lo que los demás desean, cómo podemos hacer para gestionar un rechazo, porque no somos una croqueta, a todo el mundo no le podemos gustar. Y a todo el mundo no le puede gustar nuestra forma de interactuar o ligar con ellos».

«También el poder decirle a alguien ‘Me encantas’ incluso sin hacer alusión al físico. Tocar el pelo y otros códigos. Ni todo es blanco ni negro, es en los grises donde podemos jugar».

Y es que hay algo que, a la orilla de la ría de Bilbao, la sexóloga nos recuerda: «Se pueden tener gestos de cariño y de ternura sin que sean soeces, estamos buscando conquistar, no follar».

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

‘Slow love’ o tomarte las cosas con calma cuando estás conociendo a alguien

Recuerdo cuando terminó la pandemia como una etapa muy movida en cuanto ligoteo, era como si se hubiera desatado la revolución sexual que tanto canta La Casa Azul.

cita romántica

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Ahora, las mascarillas han desaparecido de la ecuación. Las restricciones también.

Podemos volver a acercarnos disimuladamente al borde de la mesa de la terraza, para estar más cerca de la otra persona, sin miedo de contagiarnos.

Total, hemos perdido la cuenta de las dosis de vacunas que llevamos encima.

Pero esa urgencia de después de los meses de cuarentena, ha terminado por diluirse.

Al encierro le ha seguido otro fenómeno: el de las bodas sin fin.

Las que se retrasaron se han concentrado en este verano y, cuando vas a la tercera de ellas, te planteas si no estaría bien dejar de dar tumbos sentimentales y tener alguna conversación más allá de «¿tienes la casa libre?».

Y es algo que también ha descubierto We-Vibe realizando una encuesta a solteros y solteras.

Lo mejor es que la conclusión a la que han llegado es que nos estamos tomando las cosas no solo con calma, sino con dedicación.

Conocerse bien a todos los niveles ya es más importante que si surge un polvete. La química está muy bien, pero la compatibilidad manda.

Y para averiguar si se tiene, las conversaciones previas son las que ayudan a que se vayan construyendo esa conexión emocional de cuando descubres que a la otra persona también le apasiona El Señor de los Anillos.

Una vez el vínculo emocional es seguido de la afinidad, la química en el sexo no puede faltar, es otra de las pruebas de fuego.

De hecho casi la mitad tanto de hombres como mujeres, terminarían una relación si sexualmente no es satisfactoria, revela el estudio.

Te puede interesar leer: Ni eres tú ni soy yo, es que somos sexualmente incompatibles

En nuestro caso, el 29% de las mujeres españolas tratan en profundidad el tema de los deseos y fantasías sexuales durante los tres primeros meses de relación, según el estudio de la empresa.

En el caso de ellos, el 27% lo tratan en el primer mes.

Y ahora la pregunta del millón, ¿cómo llego a ese punto de conexión?

Ana Lombardía, que es experta en bienestar y salud sexual de We-Vibe (y le entrevisté hace poco por el lanzamiento de su libro), tiene claro qué claves nos acercan.

Para empezar, es fundamental abrirse en cuanto a los miedos -especialmente si hay nervios de por medio-, también tener la paciencia de conocerse sin prisas por ‘recuperar el tiempo perdido’ y, sobre todo, coquetear.

Según la sexóloga, es como conducir, no se olvida nunca. Pero con un poco de práctica -en un bar, un plan con amigos, una sesión de entrenamiento en el parque-, puedes volver a dejar salir tus encantos y ver qué pasa.

En resumen, tómatelo como la slow food o el slow sex, tan de moda ahora. Hazte fan del slow love.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

¿Te vienes a analizar mi perfil de Tinder?

¿Sabes ese refrán que dice que todos los caminos llevan a Tinder? Bueno, igual no es un refrán y me lo acabo de inventar.

Pero al final es difícil no caer en la app de la llamita. Y, cuando me lo abrí en mi caso, nueva en la ciudad y soltera, parecía la ocasión perfecta.

tinder ligar móvil

PEXELS

(No me sigues en Instagram? ¡Pues corre!)

Como redactora que soy, la parte más interesante me parecía la de redactar mi biografía. No me mal interpretes, las fotos están muy bien, pero es en el texto donde se cuece la marcha.

Es la diferencia entre que «Jon, 29, entrenador de gimnasio» pase de ser una historia de una noche, a un ligue potencial.

Por eso quise mimarla, quise mimarla tanto que como se me agotaron los caracteres, amplié el contenido en las fotos del perfil poniendo más texto sobre fondo blanco.

Todo eso lo he recopilado para analizarlo contigo y explicarte por qué lo hice así.

 

Para mí era fundamental que el perfil transmitiera naturalidad. Que se viera que soy tan casual como una tapa de aceitunas. Y que tengo sentido del humor.

Haciendo reír a mis citas desde 2008 podría poner también, que es cuando empecé a quedar más en serio.

Qué busco era otro de los palos que quería tocar, y, con el comentario de mis padres -medio chiste medio en serio- quería sacarme de en medio de los que tuvieran en el radar cosas esporádicas.

No busco un hijo en la segunda cita, pero entre broma y broma, la verdad se asoma.

Cosas de mi forma de ser: mi amor por la comida, mi sensibilidad, el que es mi estilo de vida era también importante que quedara reflejado desde el principio. Más vale prevenir que engañar.

Y por último, el tema de proponer citas era para evitarme el clásico “vamos a tomar algo” que no puede parecerme más aburrido. Quiero hacer cosas, no estar sentada como hago el 90% de mi tiempo en casa teletrabajando.

Con este perfil y algunas fotos, los matches llegaron. Lo que no llegaron fueron las citas, ya que en las dos ocasiones recibí plantones o largas, directamente (y es algo que sabía que podía pasar).

Después de la experiencia -y alguna otra que da para artículo aparte-, terminé borrándome la aplicación.

Así que me quedó claro que no todo era lo que yo contara, la suerte de coincidir con la persona en el momento de deslizar, tiene que acompañarte (por muy buena biografía que tengas).

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en Twitter y Facebook).

¿Por qué dejamos que nos traten mal en las aplicaciones de ligar?

Son casi 4 horas las que pasamos al día utilizando internet en el móvil. Compras lo que te falta en casa, reservas los vuelos de Semana Santa, pides la cena y, por supuesto, conoces gente.

Internet te da la oportunidad de que puedas ligar sin tener que quitarte el pijama y bajar al bar de enfrente. Pero también significa que, lo que puedes encontrarte, no siempre va a ser bueno para ti por las libertades que pueden tomarse contigo al ligar de manera virtual.

PEXELS

(Inciso: ¿no me sigues en Instagram? ¡Pues corre!)

La pantalla tiene el poder de cambiar algunas cosas, como el hecho de perder la vergüenza a la hora de proponer un encuentro físico esporádico o de insultar (el fenómeno trol lo demuestra) en el caso de recibir un rechazo.

Hacerlo por esa vía intimida menos que en persona, ya que en vivo o en directo no soltarías ese «tampoco eres tan guapa» o un «no me liaría contigo ni borracha».

Con esa valentía ficticia, hay quienes optan por tratar de una manera despectiva a la otra persona o de utilizar un lenguaje ofensivo o incluso amenazante.

No solo puede deberse a una respuesta defensiva que intente restablecer el ego dañado, también puedes recibir una mala respuesta cuando la otra persona está pasando un mal día o tiene una serie de frustraciones, que no sabe cómo gestionar, y terminan explotando en la aplicación para ligar (lo que no está justificado en absoluto).

Y, por supuesto, también el ghosting entra en la lista de estas malas prácticas.

Lo peor de todo es que ya no es raro esperar -e incluso aceptar- que puede darse ese comportamiento. Hemos llegado al punto de normalizarlo porque parece que, en la búsqueda de amor vía online, es un riesgo que merece la pena correr.

Todo puede pasar, sí, incluso que nos traten mal.

Pero, ¿cómo hemos llegado a comportarnos así? No es ya solo por la confianza de la pantalla de por medio.

Te puede interesar: Las razones por las que nunca quedas (ni quedarás) con tu ‘match’ de Tinder

El hecho de que haya tanta gente al alcance de un swipe, hace que tengamos mucha prisa al ‘descartar’ a las personas con la frialdad emocional de no pensar que, al otro lado, hay un ser humano como nosotros.

Nos da igual la forma, lo importante es que llegue la siguiente, no queremos perder más el tiempo.

Un sustituto llegará pronto. Hay tantos matches esperando a ser descubiertos…

Cuando este comportamiento se convierte en algo común, y sabes que a tu amiga le ha pasado, es más aceptado cuando te ocurre a ti. No te gusta, claro, pero no te parece tan raro.

Lo curioso es que, en cualquier otro contexto, charlando con esa persona en un bar, en una fiesta o incluso en un evento de citas rápidas, no permitiríamos de ninguna manera que nos trataran así.

Puede parecer que, como ha pasado en internet, tiene menos importancia. Pero hablamos de una esfera de nuestra vida que también nos afecta emocionalmente, por lo que no hay que permitir esas actitudes (y tenemos que evitarlas en el caso de que seamos quienes las practican).

La consecuencia de dejar que nos traten así se traduce en una baja autoestima. Somos personas quienes estamos detrás de un perfil y tenemos sentimientos que son constantemente heridos.

Por eso siempre, independientemente de a dónde vaya la cosa, deberíamos emplear una comunicación asertiva y sincera en el caso de que queramos algo más.

Si no lo queremos, hay muchas formas de decir las cosas. De una mala manera, por mucho que queramos cerrar el capítulo con alguien, nunca debería ser la elegida.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en Twitter y Facebook).

10 errores que cometes en una cita rápida (o de cualquier tipo)

Ya os comenté hace unos cuantos posts, que había acudido a un evento de citas rápidas.

Y comprobé que independientemente de conocer o no con quien tener una segunda cita, era mejor ese sistema -en vivo y en directo-, que navegar entre perfiles de una aplicación, deslizando a un lado u otro de la pantalla.

pareja cita

PEXELS

(Inciso: ¿no me sigues en Instagram? ¡Pues corre!)

Además, al hablar con los mismos 10 chicos en menos de una hora y media, mis amigas y yo pudimos hacer un resumen de cuáles eran los comportamientos que menos nos habían gustado de ellos cuando pasaban por nuestra mesa:

1.Hablar mal de la anterior cita: que nada más sentarte digas lo aburrida que te ha parecido la charla anterior con otra persona, es algo que deberías evitar. Me va a dar pie a pensar que puedes hacer el mismo comentario sobre mí.

2.No mostrar interés: la idea es conocerse, así que no devolver las preguntas, estar consultando el móvil cada dos por tres -ese mensaje de tu amigo puede esperar- o querer que la otra persona haga todo el trabajo, es una red flag clara. Pasa lo mismo si te quedas en silencio o más serio (o seria) que un ajo. Vale, no te gusta, pero ¿por qué no hacer una nueva amistad?

3.Irte en medio del turno a por una consumición: hay momentos antes y después de que empiecen las citas rápidas para hacerlo. Si justo eliges los 7 minutos de estar con alguien para ello, te vas a perder una de las personas (y le va a sentar regulín).

4.Tener contacto físico: con Covid o sin él, de primeras puede resultar violento. Una cosa es chocar el puño o el codo a modo de saludo y otra que cojas la mano y plantes un beso en su mano de primeras. Es mejor esperar a que haya más confianza entre los dos antes de hacer eso.

5.No decir la verdad: sinceridad ante todo. Sí, aunque sean solo 5 minutos. No te montes la película de que te llevas genial con tu madre si no es así. O de que te encanta el deporte si cuando solo corres cuando se va a poner el semáforo en rojo.

6.No levantarte cuando suena la campana: puede pasar que, cuando se han agotado los minutos, la conversación (o la persona) sea tan interesante que no te quieras ir. Para eso está la segunda parte del evento, donde puedes tomar algo sin la presión de los tiempos, o el intercambio de matches y teléfonos del día siguiente. Si te paras, retrasas al resto y tu siguiente cita queda descolgada.

7.Gritar: en este tipo de eventos, las mesas están lo bastante juntas como para que no se pierda mucho tiempo pasando de una a otra, así que en cuanto alguien empieza a alzar la voz, o aquello se vuelve un gallinero, o no te enteras de tu propia conversación si le tienes cerca.

8.Comportarte como si estuvieras en una entrevista de trabajo: no tienes que saber de todas tus citas sus dos apellidos, fecha de nacimiento, el trabajo actual o cuántas veces va a ver a su familia al mes.

9.O repetir las mismas preguntas: te aburres tú y se aburre la otra persona. Relájate, sé natural. Pregunta si se lo está pasando bien, permite que la conversación fluya. Déjate llevar. Tira algo sin querer y ríete, eso siempre da puntos de espontaneidad y la torpeza es tierna (o eso me dice mi madre).

10. Sí, hay temas tabú que es mejor evitar: en esta primera toma de contacto, procura dejar fuera exparejas o ideologías políticas (a no ser que quieras que toda la cita vaya sobre eso). Parece de cajón no decir cosas ofensivas, pero cuando lo primero que hace tu cita es decir que intenta no odiar a las mujeres, aunque le cuesta, me toca hacer el recordatorio. Si la frase de misógino o el que se puso a votar físicamente diciendo que aunque él era un ‘8’, y podía conseguir todos los ‘7’ que quisiera, solo iba a por los ‘9’ y ’10’.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en Twitter y Facebook).

Sí, se puede ligar (bien) por Instagram de esta manera

Instagram es el nuevo Tinder. Y a las pruebas me remito, mis últimas historias románticas se han cocido en la bandeja de entrada de los mensajes directos.

Al cupido digital es relativamente fácil sacarle partido. Una publicación en el post, una historia, el sticker de pregunta…

Pexels

Las excusas para romper el hielo son infinitas, pero nunca está de más recordar lo que es mejor no poner en práctica en Instagram.

Porque por mucho que reconocemos universalmente el significado de la reacción del fueguito, su tasa de efectividad es del 0%.

Hasta donde yo sé, nadie ha conseguido una quedada solo usando esta reacción. Ni tampoco recorriéndote el feed hasta el final y dejándole likes en las primeras fotos que colgó en 2016.

Es más una especie de llamada de atención, la manera de decir «Me sigues poniendo y te daba un buen meneo». Pero no pasa de ahí.

Te puede interesar: Los perfiles que deberías buscar en Tinder si quieres algo más que ‘eso’

Por lo general, no solemos responder a las reacciones más que para darles un ‘Me gusta’. Así que toca profundizar.

También es cierto que ligar por Instagram es como hacer un cocido madrileño. No vas a ligar de forma instantánea, necesita cariño, dedicación y tiempo.

Pero, una vez abres la puerta a las conversaciones interesantes, que terminéis por conoceros, es mucho más viable que usando los fuegos.

En mi opinión (y la de quienes me seguís en Instagram) estas son las maneras en las que ligar con esa persona.

  1. Lo básico, hablar se consigue hablando. Y no, no tengas miedo a empezar la conversación porque de eso trata Instagram. Comenta una historia, explícale por privado a qué te ha recordado la foto de su feed, participa en sus encuestas pero amplía información por DM…
  2. Nos pierde el sentido del humor. Nadie quiere a su lado a una persona más seria que un ajo. Tira de memes y gifs para que la conversación resulte todavía más amena.
  3. Da recomendaciones: «Oye, si te mola la canción que has usado para esta historia, te recomiendo a Rigoberta Bandini», una foto de un libro sobre feminismo puede darte pie a que le comentes que has leído el último de otra escritora y se lo aconsejas. Da pie a hablar y a descubrir que…
  4. Tenéis cosas en común que podéis compartir. ¿Le gusta el deporte? ¿La cerveza artesanal? ¿Bailar bachata? Qué curioso. A ti también. Todas.
  5. Evidentemente, si no son cosas que te gusten, no te montes una persona que no eres. La clave del éxito es ser tú al natural. Con tu simpatía que tendrías en el cara a cara, pero mostrándote real.
  6. Vale que Instagram es imagen pura, pero mostrar solo interés físico (si el objetivo es algo más) juega un poco en contra. Los clásicos «guapa» o «pibón» son más bienvenidos si te los suelta una amiga, al igual que los fuegos de la reacción.
  7. Debatir en Instagram sobre algo que ha publicado es una manera interesante de compartir puntos de vista. Pero intenta no meterte demasiado en ningún berenjenal. Recuerda que tu objetivo es gustarle, no que piense que le estás explicando algo de manera condescendiente. Aprovecha temas como la comida, el último taquillazo de Marvel… Si te pasa con política, religión o incluso la gestión del Covid, puede salirte el tiro por la culata.

Y aunque me parece básico, me toca recordar que todo esto hay que hacerlo sin mandar dickpics (sí, las fotos en ropa interior que muestras tu paquete, cuentan como tal).

Mara Mariño.

(Y, si quieres, puedes seguirme en Instagram,  Twitter y Facebook).