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La vagina: ni se estira ni se ensancha con el ‘uso’

Hace unos días, haciendo alusión a mi vagina, un desconocido me escribió: «Lo tienes como un calcetín después de hacer el Camino de Santiago».

El comentario aparecía como respuesta a un vídeo en el que reflexionaba sobre la importancia de no darle oportunidad a quienes nos criticaban por ‘kilometraje’.

Es curioso, porque desde que tuve un ginecólogo, ningún hombre había hecho de una manera tan gratuita comentarios sobre mi entrepierna.

Pero sobre todo, ¿quién en su sano juicio se haría el Camino De Santiago con un solo par de calcetines?

mujer juguete sexual

PEXELS

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La opinión de R. no fue la única en esa línea. Otros respondieron en ese mismo reel que mi vagina estaría «como el bolsillo de un payaso» o «como la Puerta del Sol».

Aunque creo que este último no ha ido en su vida a Madrid y realmente se piensa que hay una puerta muy grande en vez de una plaza sin árboles.

Ninguno de los tres hombres había tenido la oportunidad de conocer mis genitales, pero tampoco tenían dudas del supuesto estado cedido de mis partes.

Así que, además de contestarles, he pensado que no estaba de más escribir un artículo al respecto, especialmente para quienes aún tienen dudas de si las vaginas van cediendo con la utilización, como una goma de pelo.

Quiero empezar diciendo que en la vida se me ocurriría poner algo semejante en el perfil de una persona, a la que no conozco de nada, acerca de si su pene está demasiado raído (sobre todo por la sensibilidad que tienen algunos con él).

Pero no deja de ser curioso que el mito de que la vagina cambia por su uso está a la orden del día en mis comentarios de Instagram, pero también en otras redes sociales.

Si pudiéramos disminuir nuestro tamaño y entrar a darnos un paseo por la vagina, además de oscura, comprobaríamos que su estado natural es el de estar toda contraída, cerrada.

Sí, la vagina es una cavidad muscular que se mantiene hermética, por eso cuando nos bañamos en la piscina no nos inflamos como un globo de agua.

Además, de cumplirse el mito, nos resultaría imposible utilizar tampones o copas menstruales, ya que son productos que entran y salen de la vagina en varias ocasiones a lo largo del mes y recogen la sangre sujetos por las paredes vaginales, ya que son flexibles y se adaptan.

Si la leyenda fuera cierto, teniendo en cuenta que la menstruación nos acompaña durante décadas, iríamos dejando un reguero de sangre y productos de higiene.

Pero ahora mismo si ves algo de esto en el suelo es o de alguna despistada, que no ha encontrado otro sitio o que es un poco guarra (amigas, se envuelve en lo que se pueda y se tira en una papelera).

Aunque utilizamos la vagina como zona de ocio la mayor parte del tiempo, su función principal es la de servir de pista de lanzamiento para bebés.

Así que es bastante ambicioso por parte de mis comentadores pensar que un pene, que no es ni una quinta parte de un ser humano recién nacido, tiene el mágico poder de modificar la fisionomía de nuestro cuerpo.

Además, si ese fuera el caso y la vagina se alterara con el uso (y disfrute) lo mismo sucedería con el pene, ya que también está hecho de tejido muscular.

Es más, me atrevo a decir que si fuera cierto que el pene disminuyera de tamaño por su uso, muchos optarían por mantenerse inmaculados antes que perder preciados centímetros.

Resuelta la duda en esta mini clase de educación sexual, solo me queda hipotetizar acerca de quiénes recibimos estos comentarios, las que intuyen que hemos tenido una vida sexual variada.

No les verás poniendo eso en el tablón de Instagram de quien lleva con su novio desde el instituto, se han casado y han tenido tres hijos.

No, pese a que haya tenido sexo todos los días durante varios años, la mujer que ha estado en una relación de pareja monógama no ‘sufre’ de esta condición.

El razonamiento es que si han pasado varios penes flojea, el mismo pene un millón de veces, no. La fisura en esta teoría es evidente.

Lo que se juzga no es la frecuencia de uso, sino que se te mida revisando el historial, una estrategia de control de la sexualidad brillante.

Nada mejor que el miedo a que te perciban como que tu vagina está demasiado usada para que las mujeres continuemos viviendo una vida sexual comedida, ¿verdad? Ahora se entiende que lo que haya trascendido es que la vagina se desgasta y no el pene.

Pero curiosamente, ¿sabes qué es lo que más recomiendan ginecólogas y fisioterapeutas del suelo pélvico para que tengas tu vagina a tono? Orgasmos.

Con quien sea, cuando sea y como sea: con pene, sin pene, con lengua, con manos, con juguetes, con el mango de la ducha, con otras mujeres. Orgasmos.

Mara Mariño

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‘A mi novio no se le levanta’

Confieso, veo La isla de las tentaciones y disfruto del intercambio de gestos como miradas cómplices o poner los ojos en blanco, con mi madre cuando vemos las ocurrencias de los concursantes.

Ayer nuestras reacciones volvieron a coincidir en cuanto Marieta, una de las participantes, alegó que su novio no iba a caer en la tentación, o al menos no iba a tener relaciones sexuales, porque «no se le levanta».

¿Estamos ante el comentario más desafortunado de la edición? A mí sí me lo parece.

Marieta isla tentaciones

@islatentaciones

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Porque esa afirmación esconde una visión de la sexualidad coja y nociva al mismo tiempo.

Coja porque es simplificar una persona a su pene (y por extensión, al funcionamiento de este) y nociva porque reduce la vida sexual, que es un conjunto de prácticas íntimas, a una sola: la penetración.

Dan igual las circunstancias, hablar de la vida íntima compartida siempre es delicado, pero hacerlo de una disfunción, del tipo que sea, en una plataforma con un alcance como es la televisión, está peor.

Pero el «A mi novio no se le levanta», es casi una institución. Una frase que, nos guste reconocerlo o no, muchas hemos empleado entre amigas, con sorpresa, preocupación o sorna según el contexto.

En un mundo en el que solo cuenta como primera vez si se introduce un pene en una vagina, para ellos no mantener una erección se trata de la peor pesadilla y, si se filtra el suceso, la mayor humillación.

También porque una gran mayoría registra como educación sexual la pornografía, donde solo aparecen secuencias eternas de coitos ininterrumpidos en una secuencia de posturas, solo comparable una clase de yoga.

Aunque ser hombre no es tenerla dura como la piedra durante horas y empotrar por cada centímetro cuadrado de superficie, en este mito se sostiene la frase de Marieta.

Y, aunque no podemos cambiarla, tenemos la capacidad de reflexionar sobre cómo este tipo de confesiones públicas, aunque llenan la hoguera de entretenimiento, también son una bomba si nos las diseccionamos.

Pueden contribuir a perpetuar estigmas y presiones asociadas al rendimiento sexual, lo que impacta en la salud mental y emocional de quienes están viendo el programa. En otras palabras, esto le puede estar pasando factura a tu crush.

En muchos casos, los problemas de erección se deben a agobios, tensión, ansiedad… Así que si una persona los experimenta o ha experimentado, y se entera de que su pareja o en un reality televisivo se ha dicho eso, solo va a aumentarle la inseguridad de que su pene le va a ‘fallar’ (lo que seguramente acabe sucediendo).

La batalla contra el coitocentrismo

Como decía al principio, la preocupación porque se levante o no, es también prueba de que nuestra vida íntima se construye como coitocentrista y es el coito la ‘unidad de medida’ de la satisfacción sexual.

Pero como bien sabemos las que tenemos un succionador de clítoris en casa, la penetración no es el ombligo del mundo (sexual).

Por lo pronto, hay que partir de que cada persona tiene sus preferencias y habrá a quién le guste un polvo bajo las estrellas o un cunnilingus en un tractor -por hacerle un guiño a Sergio-.

Y también cada encuentro es una experiencia nueva que tiene valor en sí misma por el momento que se comparte, y no por el ‘rendimiento’.

Así que a modo resumen, a diferencia de lo que pueda parecer en el reality show, que una pareja sea buena en la cama no va de erecciones: va de química, interés en tus gustos, complicidad, seguridad, caricias, masajes, juegos…

Y, personalmente hablando, de que te ofrezca un poco de postre al terminar.

Mara Mariño

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‘El tamaño del pene no está relacionado con la capacidad de sentir placer’

Creo que casi todos los chicos con los que he estado se sentían inseguros con su tamaño.

Al menos, con los que hablé del tema, me lo confirmaron.

tamaño pene

PEXELS

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Y lo más curioso es que en ningún caso, tenían de qué preocuparse: se movían en la media.

Pero para ellos no era suficiente y compartían la obsesión por tener entre las piernas una máquina tuneladora que me dejara como el túnel del Metro.

A mí, sinceramente, centímetros de más o de menos, es algo que me da igual. Mientras haya química entre los dos y sepa dónde tengo ubicado el clítoris (y cómo estimularlo), el pene no me preocupa.

Por mucho que he compartido ese punto de vista, la rayada sigue ahí. Pero claro, ¿cómo no tenerla cuando crecemos rodeados con una pasión desmedida hacia el pene?

No faltan en las series o películas referencias a quienes la tienen grande y se convierten en objeto de deseo, mientras los que tienen menos pequeño, son objeto de burla.

Así que he hablado con los sexólogos Andrés Suro y Anel Martínez para arrojar un poco de luz sobre las preocupaciones fálicas.

Ambos trabajan para MYHIXEL, el método natural para controlar la eyaculación, así que son conscientes de que el miedo de ‘no dar la talla’ puede ser una de las razones por las que la erección se pierde.

«La autoestima juega un papel importante en nuestra sexualidad. No estar satisfechos con nuestro cuerpo puede ocasionar pensamientos intrusivos y tener estos pensamientos en la cama, puede ocasionar disfunciones sexuales tales como eyaculación precoz, un gatillazo, disfunción eréctil, disforia corporal…», afirman.

Pero lo cierto es que la vagina no tiene terminaciones nerviosas. Es un canal de salida de bebés, necesitamos que sea a prueba de bombas.

Lo que sí las tiene es el clítoris, de ahí que para nosotras sea prioritario que el placer femenino se centre más en el órgano de placer que en meterla.

Además, en el caso de los hombres, da igual el tamaño que se tenga porque la satisfacción en la relación sexual está asegurada.

«El tamaño del pene no está relacionado con la capacidad de sentir placer. No importa el largo o grosor que se tenga, puesto que el pene tiene alrededor de cuatro mil terminaciones nerviosas», declaran los sexólogos.

El problema, según ellos, viene cuando se tiene algún dolor o malestar que pueda afectar en los encuentros sexuales. Pero careciendo de eso ¿por qué agobiarse tanto por medirlo?

Para romper con los estereotipos de que la masculinidad está relacionada con el tamaño, los expertos recomiendan educación sexual.

«Desde edad temprana tanto del núcleo familiar como en la esfera de instituciones educativas. Debemos entender que la masculinidad no tiene nada que ver con tu performance en la cama, con el tamaño del pene o la virilidad. Dentro de esta educación sexual, se debe hacer hincapié en que el porno son más bien vídeos con contenido erótico de género cinematográfico de ciencia ficción», explican.

Autoestima sexual para aceptar (y querer) tu tamaño

Y la pregunta del millón, ¿cómo se puede trabajar en la autoestima sexual más allá del tamaño del pene?

La lista de los sexólogos incluye:

Apreciar tu cuerpo: no existen los cuerpos perfectos, así que no juzgues negativamente el tuyo. En vez de eso, cuida tu imagen íntima mediante la higiene y la actividad física.
● Proponer nuevas prácticas en tus encuentros: lo que repercute positivamente en la confianza. Experimenta y explora, tanto individualmente como en pareja.
Pedir ayuda a profesionales: acudir a un especialista en sexología te puede ayudar a combatir miedos e inseguridades que dificulten una buena autoestima sexual.

Y, ante todo, huir de los ‘remedios’ que circulan por internet que prometen resultados milagrosos.

«La gran mayoría de técnicas que circulan en internet no tienen un efecto permanente en el pene, solo momentáneo. Otras no llegan a producir ningún aumento significativo», explican.

Además, muchas de ellas no son prácticas seguras: «Pueden tener consecuencias negativas permanentes para el pene y su correcto funcionamiento».

«Incluso las intervenciones quirúrgicas suelen tener efectos secundarios que reducen el placer sentido durante los encuentros. En cualquier caso, lo que te recomendamos es que acudas a un urólogo para recibir asesoramiento o que cuentes con un equipo de especialistas en Sexología para potenciar tu autoestima sexual y que el tamaño del pene deje de ser un problema», recomiendan los sexólogos.

A fin de cuentas, el pene no va a cambiar con el paso del tiempo, «el tamaño y la forma se mantienen», dicen los expertos.

Así que, ya que va a acompañar a su portador el resto de su vida, ¿no es mejor aprender a quererlo tal y como es, con su atractivo sexual, pero sobre todo no convertirle en el único responsable de cada encuentro, sino entender que el placer va más allá de los genitales y aprender a disfrutar de todo el cuerpo con prácticas más allá de la penetración?

Mara Mariño

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Hablando de penes, ¿te suena el concepto ‘boyfriend dick’?

Me he enganchado a un programa de Netflix, es el típico reality en el que sus concursantes parecen recién salidos del gimnasio y del cirujano plástico a la vez.

DEREK ROSE FACEBOOK

¿El objetivo? Que siendo solteros y expertos en el arte del ligoteo, resistan sus impulsos y creen relaciones profundas más allá del físico.

Los diálogos, como era de esperar, son para acuñar. Uno de los que más me llamó la atención fue cuando uno de los participantes hablaba que su secreto para conquistar era su pene.

Parece ser que no tenía un aparato corriente. El suyo era un pene de novio o boyfriend dick. «No es ni muy grande ni muy pequeña. Es perfecta y bonita», explicó el concursante alegando que por esa razón se enamoraban de él.

Y aunque su definición se ha vuelto muy popular (ha llegado incluso a sacar una línea de ropa con el término), hace unos años lo recogió también el Urban Dictionary como «el tipo de pene que puedes montar cada noche porque encaja perfectamente».

Pero, ¿es así como vemos nosotras la pareja? Que yo sepa, no es habitual hacer un test previo preguntando por el tamaño de los genitales no vaya a ser que sean demasiado o demasiado poco.

Es más, solemos estar más preocupadas de que encajemos con la persona que de hacerlo con su pene cuando nos planteamos una relación.

Claro que el sexo es importante, pero a la hora de la verdad, es más crucial cómo se desenvuelve, la química que hay (que puede vencer cualquier problema de tamaño) y las ganas hacia la otra persona.

Tenemos una variedad tan grande de juguetes y tantas posibilidades a la hora de tener sexo que reducir todo el amor y las relaciones de pareja a una cuestión de centímetros, se queda cojo.

Al final, no nos enamoramos de un pene, aunque igual sería más fácil.

Esa prolongación de los órganos sexuales, que es la persona que le acompaña, suele ser la verdadera razón por la que nos animamos a tener pareja.

Duquesa Doslabios.

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¿Un buen polvo? No (solo) gracias al pene

No tengo pene y nunca lo he tenido (me ha parecido importante dejarlo claro nada más empezar ya que la Duquesa Doslabios es una aristócrata muy sexual, sí, pero muy anónima al mismo tiempo), pero si hubiera nacido hombre, tengo claro que habría sido una de mis preocupaciones.

PIXABAY

Lo sé porque siendo mujer pasé toda mi adolescencia preocupada de los tamaños y formas de mi cuerpo: que si el pecho, los pies, las piernas, la nariz, el pelo… Por lo que imagino, de haber sido de género masculino, habría pasado por lo mismo.

Sin embargo, lo referente al miembro masculino parece tener mucha más gravedad. Encuentras divisiones en la talla de condones, apartados específicos en páginas web de pornografía con ejemplos descomunales, consoladores en tiendas de sexo del tamaño de calabacines gallegos

En definitiva, la medida del pene es una cosa que nos rodea. Incluso en esas amenas tertulias con amigas entre té matcha y pasta de anís ecológica (o cerveza y aceitunas) sale en muchas ocasiones el tema de las tallas.

Nos permitimos el lujo de hablar sobre el tema porque, a fin de cuentas, somos quienes los disfrutamos.

Pero mayor parte de nosotras, aunque disfruta de recibir información y animar la cerveza o el café con una buena porra, nos consideramos mucho más  prácticas.

Tanto pensar en el tamaño puede dar a entender que vivimos inmersos en una ‘falofiebre’, cuando, hay veces que lo único que te gustaría es coger al susodicho y decirle «pero que tamaño ni que tamaño y cómeme la boca (u otros sitios), que para eso no necesitas más que los labios«.

Y es que a la hora de la verdad, y por mucho que España sea el tercer país que más intervenciones de alargamiento de pene realiza, nos interesan otras cosas. No dais crédito cuando afirmamos esto, pero es así. Pasado el impacto del primer momento, valoramos en mayor medida la química y a la dinámica del momento.

Pero si no os queréis fiar de mí, fiaos de Plátano Melón que de sexo saben un rato y quisieron tener las opiniones de las mujeres a pie de calle que lo confirmaron: alguien que sepa moverse bien, en detrimento del tamaño. La declaración rotunda de una de las encuestadas lo resume: “No creo en absoluto que el tamaño del pene sea algo decisivo para que haya una relación sexual placentera”.

Un pene garantiza un contacto físico entre dos personas, pero no la conexión. ¿La conclusión de todo esto? Que se le dedique menos tiempo a mirar el pubis y más a mirar a los ojos de la otra persona.

Duquesa Doslabios.

(Y si todavía no me sigues en Twitter ni en Facebook no te pierdas mis rayadas emocionales)

La regla de la nariz y su relación con el tamaño del pene

Cada vez que me reúno con mi grupo de amigas hay ciertos temas de conversación que siempre salen por ser los favoritos: últimos viajes, reconocimientos en el trabajo… Pero la clave para averiguar cuál es el tamaño del pene de un hombre, antes de verlo en directo, es el más entretenido.

GTRES

No es algo que tenga un trasfondo profundo y decisivo en nuestras vidas, pero una conversación picante entre amigas es de las cosas más divertidas que te puede brindar la vida. Acumulamos más sex talks que cualquier conferencia TED.

Si el tema nos mantiene tan intrigadas es porque, a diferencia de los hombres con el pecho, que es algo que se puede intuir a primera vista (y que por mucho que lleves un push up el tamaño siempre será aproximado), no hay manera de que podamos saber qué nos espera entre vuestras piernas.

En ese momento se suceden diversas teorías, como si en vez de estar haciendo la cola para que nos den mesa en ese local nuevo que acaban de abrir, nos encontráramos en plena aula magna de la Facultad de Matemáticas de Cambridge.

Una afirma que está directamente ligado a las manos y a los pies, mientras que otra sostiene que es una tontería, ya que ella recuerda perfectamente la noche que pasó con aquel francés de manos pequeñas que luego tenía una buena baguette (por aquello de la nacionalidad).

Otra interrumpe afirmando que la relación se da entre la distancia del pulgar hasta la del dedo corazón mientras que otra le replica que no es factible empezar a medirle la mano en plena cita. Una añade que es inversamente proporcional a la altura, por lo que cuanto más bajito mejor calza y que cuanto más alto, de menor tamaño la tendrá.

Durante la conversación se ponen sobre la mesa todos aquellos novios, ex novios o líos de una noche que nos sirvan de ejemplo para las conjeturas o bien para refutar las hipótesis.

Y justo después de esa mezcla de especulaciones, sale la teoría de la nariz, la cual, según el criterio femenino, sostiene que es la que nos puede dar una idea aproximada de lo que nos espera.

Cada vez que saco el supuesto nasal es como si se hiciera la luz. De repente todo tiene sentido (o al menos en la mayoría de los casos).

Si bien hacemos memoria y nos ponemos a pensar en las narices (y lo que no son las narices) que hemos disfrutado que confirmen la teoría, al final todas coincidimos en lo mismo: mayor o menor tamaño lo que realmente nos importa, a la hora de tener sexo con alguien, es la química.

Y no existe la manera de medirla.

 

Duquesa Doslabios.

Curiosidades del pene que no conocía… hasta ahora

Querid@s,

Estos días pre navideños he estado pensando largo y tendido en los penes de mi vida. Normalmente por estas fechas la mayoría de los mortales elucubra sobre cómo organizarse con tanta cena de empresa, antiguos compañeros de batalla, vecinos y demás grupos de whatsapp o piensa en los presentes que toca regalar a familiares, amigos y amigos invisibles. A mí, en cambio, me da por ponerme nostálgica y me acuerdo de los hombres con los que me he lanzado al fornicio durante este año loco que está apunto de terminar. Podrán imaginar que no es extraño que con tanto pene (y testículos) bambando por mi cabecita loca, me ha entrado una curiosidad infinita por conocerlo en profundidad. Sabían que…

A Christian Grey no se le ve el pene en toda la película.

Escena de Cincuenta Sombras de Grey

De la vagina de Anastasia ni hablo, que ya la tenemos muy vista.

El pene más viejo de la historia es animal

Un poco de historia nunca viene mal. ¿Sabían que la especie más antigua a la que se le reconoce algo similar a un pene es una criatura marina de dura concha conocida como Colymbosathon ecplecticos? No padezcan, casi nadie lo pronuncia correctamente y del tirón. El impronunciable término viene del griego antiguo y etimológicamente indica que nos encontramos ante “el asombroso nadador de gran pene”. Este crustáceo ya extinto medía 5 centímetros aproximadamente y vivió en el mar hace unos 425 millones de años.

1 de cada 400 llega a chupársela

Siempre he pensado que si los hombres alcanzaran a chupársela, lo harían sin reparo alguno. Lógico y normal. Desafortunadamente sólo unos pocos suertudos han sido dotados de una inaudita y suficiente flexibilidad para poder realizarse sin demasiado aspaviento una autofelación. ¿Algún superdotado entre los lectores? No obstante, esto no quiere decir que los restantes 399 no lo hayan intentado con voluntad y dedicación al menos una vez en la vida, o dos.

Para aquellos que no desisten y se niegan a tirar la toalla, atiendan a las instrucciones básicas de tan compleja tarea.

A mayor pene, mayor evacuación de semen.

A nivel reproductivo, ante varios posibles padres potenciales el óvulo se fecundará con el espermatozoide del que tenga el pene más grande. No maten a la mensajera, es lo que comentan investigadores de la Universidad del Estado de Nueva York.

Cuestión de centímetros

Aunque a primera vista todos los penes puedan parecer iguales, la realidad es bien dispar. Existen dos clases de penes:

1. Penes crecientes o growers: Los que se expanden y crecen cuando llega el momento de la verdad, es decir, la erección.

2. Exhibicionistas o showers: Los penes que parecen de gran tamaño todo el tiempo, pero en el momento de la verdad y contra todo pronostico y esperanza, apenas crecen cuando llega la erección. Afortunadamente y para evitar sorpresas, estos son los menos.

El gran follador fue Fatefehi de Tonga

Ni Julio Iglesias o Papuchi, ni Rocco Siffredi o el chulo piscinas de Nacho Vidal. Aunque casi nadie haya oido hablar del Rey Fatefehi de Tonga, este lujurioso monarca es el real propietario del pene que más ha follado en la Historia de la Humanidad. Según se rumorea desfloró a 37.800 mujeres entre los años 1770 y 1784, unas siete vírgenes diarias. ¿Qué quieren que les diga? A mí estas cifras me parecen exageradas y la frecuencia sexual un tanto desorbitada y cansina. ¿Pasarse todo el día dale que te pego toma que te doy? Qué pereza, qué alboroto.

El pene va por libre

El cerebro no manda nada sobre el pene y la excitación sexual se produce en el sistema nervioso.

La mayor faloteca del mundo está en Islandia

El Museo del Pene de Islandia es único en el mundo. Fundada en 1976 por un profesor de historia, la Faloteca Islandesa cuenta en la actualidad con más de 150 penes de prácticamente todas las especies mamíferas, terrestres y marítimas, tanto en formol como disecados. Actualmente pueden encontrar este santuario en la capital Reikiavic, en la calle Laugavegur 116. Para que se hagan una idea sin moverse de casa, denle al play.

Fumar acorta la vida…y el pene casi un centímetro.

La erección depende en gran medida del flujo de la sangre hacia la zona genital. La nicotina atrofia y calcifica considerablemente los vasos sanguíneos y complica la circulación eréctil. No lo dejen para mañana y déjense ya esos malos humos. Que por culpa del vicio no le canten letras feas.

El tamaño del pene, ¿importa o no?

Autor invitado: Guillermo Reyes

Esta pregunta ha martillado la cabeza de los hombres desde siempre. La respuesta más popular es que si no tienes un pene grande no podrás satisfacer a una mujer. Pero, ¿qué tan cierto es eso? Vamos a saber la respuesta de la mano de una prostituta profesional.

Blithe Velour es (como ella misma se califica) una prostituta profesional además de sadomasoquista. En su profesión afirma haber tenido sexo con tantos hombres que ha visto todas las formas de pene habidas y por haber. Después de haber probado desde penes pequeños hasta enormes, curvos, flacos y cabezones ella llega a una conclusión: mientras que un pene logre mantener una erección, el tamaño y la forma no importan. Asegura que no hay un tamaño ideal y que la razón por la que los hombres están obsesionados por tener un pene grande tiene como trasfondo la pornografía en la que los actores porno lucen miembros bastante más grandes que el promedio. Pero se trata de eso, una industria que se vende por su imagen.

La microfalosomía o micro pene ya es un punto aparte, esta patología se refiere a los penes que miden menos de 7 centímetros erectos. Para estos casos se recomienda la asistencia profesional. Aunque existen hombres que aseguran que con ejercicios Jelqing como los de “Maestro del Pene han conseguido aumentar la extensión del miembro. En otros casos se ha precisado una intervención quirúrgica o faloplastia.

Siguiendo con la entrevista a Blithe Velour , otra cosa que dejó clara es que por más grande que sea un pene no garantiza que la mujer vaya a tener un orgasmo. Colocó en una balanza un pene grande en un lado y en el otro un amante audaz, que no depende ni confía únicamente en su miembro para producir placer en su pareja. La balanza se inclina del lado del amante audaz, pues según explica, durante el sexo, el hombre debe saber leer el cuerpo de una mujer e interpretar sus señales para saber qué le gusta y a dónde dar más placer.

Si un hombre depende sólo de su pene fracasará como amante, pues con frecuencia la mujer necesita más que la penetración para llegar al orgasmo. Blithe recomienda usar todo lo que encienda la llama y aporte placer; las manos, la lengua y los juguetes sexuales encabezan la lista de los mejores complementos para garantizar un clímax femenino. Para finalizar, Blithe Velour reveló qué tan cierto es que las mujeres hablan entre ellas del tamaño del pene en sus encuentros sexuales. Aunque a los hombres nos gusta llenarnos la boca sobre qué tan grande la podemos tener, las mujeres evalúan la experiencia sexual en conjunto. Lo que más valoran es el rendimiento de un hombre, cuánto tiempo dura en la cama, y con muy poca frecuencia sobre el tamaño de su pene.

En su entrevista afirmó que las mujeres no se preocupan tanto por cuánto le mide el pene a un hombre, que no hay un tamaño ideal para provocar un orgasmo femenino y que lo que más aprecian es que un hombre sepa interpretar las señales de placer de su cuerpo. Así que hombres, tomad nota y no nos preocupemos tanto por el tamaño sino por saber usar todas las “herramientas” para hacer explotar de placer a una mujer.

Y como dice Pepita, que follen mucho y mejor.

Más posts de Guillermo Reyes en www.maestrodelpene69.com

Si las mujeres hablaran de sus vaginas como los hombres hablan de sus penes

Querid@s,

Los molones de BuzzFeed España han colgado un video muy singular. Si las mujeres hablaran de sus vaginas como los hombres hablan de sus penes, esto es lo que pasaría…

Hoy seré breve y no comentare nada. Dejaré que ustedes lo hagan.

Que follen mucho y mejor

 

Los ejercicios de Kegel también son para ellos

Querid@s,

Los ejercicios de Kegel no son solo cosas de chicas. También son para ellos. Los hombres también pueden sacar tajada de los beneficios de los Ejercicios de Kegel, que como ya bien saben mejoran la fortaleza y la resistencia de los músculos perineales masculinos. Pueden resultar altamente útiles para aquellos caballeros que presenten alguno de estos contratiempos:

  • Problemas para el control de orina
  • Disfunción eréctil
  • Trastornos en la defecación (dificultad para el vaciado e incontinencia fecal)
  • Prolapso rectal
  • Problemas de suelo pélvico tras cirugía de próstata.

Tampoco es necesario que se encuentre en alguna de las tesituras anteriores para poner en marcha su suelo pélvico. Ya saben, más vale prevenir que curar, así que nunca está de más que conozca esta musculatura suya y la ejercite. No en vano puede tener múltiples beneficios sobre su calidad de vida.

Robert Mapplethorpe, Patrice, N.Y.C., 1977, de X Portfolio.

Empezamos…

La principal dificultad de los Ejercicios de Kegel consiste en localizar cuáles son exactamente los musculos que hay que poner a trabajar para poder proceder a su contracción, que es la manera de ejercitarlos. Les doy un par de pistas:

  • Son los músculos que emplea para detener el flujo del pis mientras está orinando.
  • Al contraerlos, será testigo ocular de como el extremo de su pene se eleva ligeramente.
    1. Al principio, costará contraer solo los músculos del suelo pélvico y tenderá a mover también los del abdomen y el culete. Si le ocurre esto, relájese, escuche esta canción y volver a comenzar. Todo es cuestión de práctica.

2. Contraer, relajar y repetir: Una vez tenga localizados los músculos, es hora de ponerse manos a la obra con los Ejercicios de Kegel. Empiece contrayendo los músculos durante 5 segundos, para relajarlos después durante otros 5 segundos. Repita 10 veces seguidas y, tras un descanso de 2 minutos, vuelve a empezar.

3. Frecuencia: Puede repetir esta secuencia 3 veces cada día. No le llevará mucho tiempo. Eso sí, tiene que estar concentrado. A medida que vaya cogiéndole el tranquillo al asunto, vaya incrementando el tiempo hasta llegar a 10 segundos.

4. Posturas: Lo más sencillo es realizar los ejercicios sentado, pero también puede realizarlos de pie o tumbado.

Ejercicios de Kegel: Bueno, bonito y barato

Mediante los ejercicios de Kegel para hombres conseguirá un montón de cosas buenas, bonitas y sobre todo gratis. Entre ellas:

    1. Conocerse más y mejor, lo que le servirá para sacarse más partido a usted y su anatomía.
    2. Aumentar su bienestar físico y emocional. Recuerde Mens sana in corpore sano.
    3. Controlar la eyaculación para que no se corra demasiado deprisa.
    4. Prevenir la prostatitis.
    5. Mejorar sus erecciones: muy importante en el momento de la verdad (es decir, la penetración). Pero sin pasarse.

Preparados, listos, ¡ya!

Que follen mucho y mejor.