Tu gatillazo se apellida ‘porno’

Creo que todos, en algún momento de nuestra vida, nos hemos topado con el porno. La curiosidad, algo norma, a edades tempranas es muy fuerte y termina con esas búsquedas a escondidas desde el móvil o el ordenador que vienen seguidas, en el caso de los más prudentes, de otras investigaciones a golpe de buscador sobre cómo hacer desaparecer el indiscreto historial.

LELO

El porno nos convierte en espectadores activos o pasivos por mucho que, acompañando la visualización, llevemos a cabo alguna acción. Un espectador pasivo es, a mi parecer, quien recibe el contenido dándolo por válido y veraz, utilizándolo como fuente de estímulo tal y cómo lo ve.

Por otro lado, el espectador activo tiene una actitud más crítica ante la pornografía. También puede disfrutar del contenido, pero los vídeos, los comportamientos que aparecen en ellos, hacen que se cuestione la realidad de lo que está viendo entendiendo que es una ficción con la que no tiene por qué estar de acuerdo. Son personas más juiciosas que limitan el porno a momentos concretos o a búsqueda de ideas para aderezar la vida sexual.

Un espectador activo tiene el poder sobre la pornografía, mientras que el pasivo terminará consiguiendo, como desarrollaré más adelante, que el porno tome las riendas de su vida (sexual).

Convertir las películas de contenido sexual explícito en una fuente de satisfacción constante pasa una factura muy alta al cuerpo, y tiene nombre y apellidos: disfunción eréctil.

Pero bueno, disfunción eréctil ha existido siempre, me diréis. No es una novedad que haya descubierto yo de repente. Lo que no ha existido siempre, y esta es la novedad, es en hombres jóvenes sanos entre 18 y 30 años.

El cambio de clientela lo han notado, con sorpresa, las clínicas especializadas en tratar la salud sexual masculina, que han visto como su parroquia de hombres de cierta edad aquejados del problema se veían sustituidos por chicos.

Sin enfermedades, sin problemas de salud, sin nada que aparentemente pudiera justificar el trastorno sexual, los expertos tuvieron que analizar qué diferenciaba la sexualidad de esa generación con las anteriores. ¿Adivináis que diferencia encontraron? Correcto, un móvil conectado a internet 24 horas con acceso al porno.

La pornografía existía ya, sí, pero tenías que pasar por el proceso de hacerte con un DNI de alguien mayor de edad, ir al videoblub de tu zona y dar con la película a tiempo de que ni el dueño de Blockbuster ni tus padres te pillaran el VHS en el reproductor.

Una serie de barreras que, ‘gracias’ a la tecnología ya no tenemos. ¿El resultado? Barra libre de porno sin ningún tipo de control en el teléfono. Y además un porno más persuasivo que nunca que consigue provocar la mayor estimulación sexual gracias a las tomas, conceptos, reparto y medios para rodar las películas.

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Y a mayor estimulación, mayor dependencia, una dependencia que se traduce en adicción ya que el abuso del porno, como cualquier droga, provoca cambios en el cerebro alterando la dopamina. Algo que explican en Boston Medical Group: «se crea una mayor resistencia a la misma y se pierden muchos receptores en las células nerviosas. Al igual que la dependencia de las drogas, el cuerpo y el cerebro necesitan una mayor dosis de porno para poder sentir lo mismo que la primera vez».

Traducción: llegas a un punto en el que nada te excita. Tu deseo sexual normal de chico de 21 años está acostumbrado a un nivel tan alto de estimulación que, las relaciones de pareja clásicas se vuelven aburridas afectando a las relaciones íntimas. Un fenómeno que en la clínica bautizan como «desensibilización». «Hay una desconexión cerebro-genital y aparecen los problemas de erección», declaran.

Llegados a este punto, el tratamiento es la única solución, una solución que, para más inri, le cuesta más a los jóvenes que pueden tardar hasta tres años en recuperarse. Pero, no desesperéis, adictos al porno, hay luz al final del túnel.

«Los pacientes que dejan la pornografía entran en una etapa conocida como planicie, con una pérdida de la líbido, indiferencia sexual, pérdida de erecciones nocturnas e incluso depresión», dicen desde Boston Medical Group». «Es en ese momento donde hay que tener más precauciones, porque para combatirlo, los hombres pueden volver a recaer en ver nuevamente porno, activándose de nuevo la dependencia», declaran.

No obstante, y como alumna fiel de la escuela de «mejor prevenir que curar», la respuesta la tienes unos párrafos más arriba. Con el porno las tres «P»: precaución con su consumo, nunca dejar que llegue a convertirse en la única fuente de estimulación; pensamiento crítico comprendiendo que lo que estamos viendo es una ficción y en ningún caso la vida real; y poder que debemos ejercer sobre ella y no ella sobre nosotros alterando nuestro cerebro y afectando a la vida sexual.

Duquesa Doslabios.

(Y acuérdate de seguirme en Twitter y Facebook).

10 comentarios

  1. Dice ser vago

    He leído todo con atención, este tema es importante, va a mas.

    Cada vez hay mas hombres así, lo peor es que empiezan mas jóvenes y se de-sensibilizan mas rápido y es un problema que va a mas, deberían los psicólogos tener algún tipo de terapia pensada para estos casos.

    A mi me sucede a veces, tengo dias que veo mucho y otros dias que no me interesa en absoluto y me aburre..

    Hay dias que…lo siento mucho por esas señoritas pero me iria de ….señoras de la vida aunque luego lo pienso y paso, y asi llevo 10 años sin sexo ya, estoy bastante aburrido ya, el porno es un cancer si, son muchos años. habra que sobrellevarlo como se pueda duquesa, un saludo.

    09 febrero 2019 | 11:04

  2. Dice ser Yo

    Increíble, Dos Labios, pero por una vez y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo contigo y te felicito. Buen artículo.

    La pornografía es la ciencia ficción del sexo. El problema es que muchos chicos, sobre todo jovenes y con poca experiencia, se creen que en la vida real se van a encontrar lo mismo que en las escenas porno, y claro la realidad no es como lo ven y se desencantan y se desmotivan.

    Además muchos de ellos, altamente sugestionables, pueden tender a pensar que a todas las chicas les gusta lo mismo que sale en las pelis, y claro, olvidan que esas actrices son profesionales, que todo está pactado, que cobran dinerales por realizar ciertas prácticas y que hay muchísimos trucos para realizar ciertas escenas.

    Además, creo que muchas cosas que están de moda en el porno hoy en día, léase bukkakes o escenas grupales con una mujer y varios hombres, influyen negativamente en muchas de las violaciones grupales que se están dando en los últimos años. Repito, no se enteran muchos, que el porno es la ciencia ficción del sexo.

    09 febrero 2019 | 11:23

  3. Dice ser juan

    «Pornografía y la disfunción erectil.»
    Este vínculo es una versión actualizada de aquella que decían los viejos «no te toques que te vas a quedar ciego».
    Hoy no se diría «te vas a quedar ciego» sino «hay riesgo de una desensibilización, una desconexión cerebro-genital que te llevará a problemas de erección».

    Sobre gente que no sabe distinguir entre ficción y realidad, eso pasa en todos los géneros cinematográficos. Me acuerdo yo de la que lió Matrix. Se veían algunos jóvenes vestidos de cuero con gafas de sol por la noche. Son una minoría con algún problema personal.
    El problema no es de Matrix sino de esta minoría.

    09 febrero 2019 | 11:43

  4. Dice ser Luis

    El sexo no vale para nada, aburre. Sin embargo, los libros, pintar o los videojuegos ofrecen mucho más.
    Entiendo esta publicación, tanto ver sexo hace que la gente se canse, algo normal.A mi me cansó desde que tardo 1 hora en terminar y nadie lo soporta. Mucho tamaño+mucha duración= cansancio.

    09 febrero 2019 | 12:43

  5. Dice ser Winona Wisconsin

    Por supuesto, habría que prohibir la pornografía, al igual que la prostitución, los espectáculos eróticos, y cualquier acercamiento de un hombre a una mujer desconocida, ya que estos no son más que caldo de cultivo para portenciales acosos y abusos. Y más aún tentiendo en cuenta que el supuesto apetito sexual de los hombres no es más que una construcción social creada por el patriarcado que se les inculca desde pequeños, transformándolos en máquinas de explotar a las mujeres.

    09 febrero 2019 | 14:17

  6. Dice ser alguienqueopina

    no creo que los jóvenes tengamos gatillazos por ver porno, más bien si ocurre alguna vez es porque no nos pone sexualmente la chica con la que estamos en el momento…ya que todo está en la mente…las chicas pueden fingir pero nosotros no 😉

    09 febrero 2019 | 14:46

  7. Dice ser ana

    Pues yo una vez estuve con uno una noche en donde parecía que estaba rodando una porno…a dos metros de distancia(es un decir, no era tan larga la cosa) y como una máquina, sin pasión, sin sentirlo…huelga decir que terminé lo antes posible y no le volví a ver. Ah, por cierto, antes de eso me comentó que era un adicto a las pelis porno y que su novia le había dejado…y todavía no lo entendía..animalico

    09 febrero 2019 | 16:50

  8. Dice ser Winona Wisconsin

    Lo que hay que ver, así que resulta que la autora del blog ve porno según su descripción… Menuda decepción. Tan en contra de la prostitución que decía que estaba, y resulta que apoya una prostitución encubierta, que además es incluso peor, porque sigue habiendo una panda de abusadores que explotan y se aprovechan de las mujeres, pero además se forran grabando vídeos y distribuyéndolos para que otros enfermos se hagan pajas en sus casas, mientras las abusadas quedan estigmatizadas de por vida.

    Pero bueno, no digo que sea culpa de la autora, supongo que acaba de iniciarse en el feminismo, y todavía no es consciente del machismo que aún tiene que deconstruir, después de los años y años que llevarán inculcándoselo padres, hermanos, profesores, novios, etc. Ánimo, aún estás a tiempo de abrir los ojos completamente y darte cuenta de hasta dónde llega realmente el patriarcado.

    09 febrero 2019 | 17:40

  9. Duquesa Doslabios

    Winona, estaba justo contestando tu comentario cuando han llegado las autoridades a mi casa a pedirme que devuelva mi carné de feminista. Se me olvidó que en el contrato que firmé por la igualdad había una cláusula que decía que no puedo ver porno si me sale del pie.

    09 febrero 2019 | 17:55

  10. Dice ser Winona Wisconsin

    Duquesa, si ves porno estás apoyando la explotación de las mujeres y la prostitución, sin más. Y los puteros que aparecen en esos vídeos (pensaba que estabas encontra de ellos según otros artículos) aún encima están cobrando por sus abusos y vejaciones. Tu discurso feminista tiene que ser coherente, no se puede estar en contra de los puteros de la calle, y a favor de los puteros «de guante blanco». Confío en que tarde o temprano te darás cuenta de que luchar por el feminismo y estar a favor del porno es una contradicción en sí misma. Un saludo, hermana, y entra en razón. No soy tu enemiga, todo lo contrario.

    09 febrero 2019 | 18:28

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