Hace unos veranos, saliendo de festival con amigos de la universidad, uno de ellos encontraba especialmente divertido besarnos en la boca a las chicas del grupo.
Incluso diciéndole que no queríamos que se repitiera, él seguía con una actitud desenfadada sin entender por qué nos enfadábamos al respecto cuando no lo hacía con mala intención, sino «de broma».
PEXELS
(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)
Lo que era incapaz de entender es que, por mucho que para él fuera algo con lo que divertirse sin mayor importancia, el hecho de que lo hiciera de repente y no lo viéramos venir, ni pudiéramos zafarnos de ello porque se aprovechaba de la distracción de la música y el baile, era que a nosotras nos producía incomodidad su presencia.
Y sobre todo nos hacía preguntarnos dónde quedaba nuestro deseo en todo esto.
Mi examigo había crecido con una infancia llena de películas donde los protagonistas masculinos besaban sin consentimiento a las princesas (Blancanieves, La bella durmiente…) y, en su adolescencia, con esas frases de Tuenti de «Los besos no se piden, se roban».
Su ‘juego’, su ‘broma’, nos tuvo a varias en alerta durante toda la noche, así como cargarnos con la frustración que supuso tener la conversación con él y que no le diera validez a cómo nos habíamos sentido.
No entendía que besar es algo que tiene que ser recíproco, porque si no va en dos direcciones, puede ser molesto y hasta embarazoso si encima cuenta con espectadores.
Así que, desde que vi el beso que le dio Luis Rubiales le dio a Jenni Hermoso (y la polémica derivada de él), no dejo de pensar en las similitudes entre ambos casos.
El denominador común es que son hombres que, en plena situación de celebración pública, han dado rienda suelta a su emoción con un contacto físico íntimo sin tener en cuenta que la otra persona no quería recibirlo.
Hombres que, una vez se les ha criticado ese comportamiento, se han exculpado diciendo que era algo de poca importancia, quitándole peso a una situación que ha provocado un malestar, empañando un momento de disfrute.
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De nada nos sirve que se nos eduque en expresar nuestros intereses, en apropiarnos de nuestra sexualidad y vivirla libremente si, de la mano, no se educa en el consentimiento y en el deseo.
Quiero recordar que eximir de su responsabilidad a quien ha cometido una agresión sexual (ya sea un beso, tocamiento, etc) forma parte de la cultura de la violación, la aceptación o normalización de abusos hacia las mujeres como algo inevitable en la sociedad.
Sumarse a la conversación mostrando tolerancia cero o implicarse en que no haya impunidad a quienes la ejercen son fundamentales para combatirla, de ahí que sean vitales las consecuencias: quienes cometen estas agresiones deben pagar por ello.
Porque mientras no se enseñe que los besos deben ser algo que solo se puede dar a quien quiera recibirlos, muchos seguirán pensando que las mujeres estamos ahí para ser besadas cuando quieran.
Mara Mariño
Quien besa sin respetar el deseo de la otra persona a ser besada, no está besando, está violentando a esa persona.
23 agosto 2023 | 13:57
A mí me besaron sin mi permiso todas las viejas que de pequeño cruzaron un saludo con mi madre por la calle. Es eso también cultura de la violación?
23 agosto 2023 | 14:23
Vaya rebote me cogí después de saber lo que en verdad había sucedido.
De ser defensor de ambos, creyendo que había sido una manifestación de amor, de mutuo acuerdo, creyendo que había algo entre ellos y la gente se les echaba encima por besarse en público, que incluso corría un video en que decía que se iban a casar a Ibiza, o manifestaciones que entonces decían pertenecer a la propia Jenni, a descubrir lo sucio que había detrás. La Federación sacando un comunicado en nombre de la víctima, usurpando su persona, y más en un tema tan grave, al video de petición de disculpas del tipo, que resultaron manipuladoras y con fondo de chantaje emocional también. Qué mierda de comportamiento…
Y lo que sigo sin entender es que esté leyendo más situaciones desagradables creadas por esta persona y que haya estado ocupando ese puesto durante tanto tiempo. Al final tengo que pensar que se está moviendo ficha ahora porque fue algo que vio mucha gente, y del extranjero, y que parece que hay cosas en esta sociedad española que aún cuesta cambiar, incluso con lo que llaman Democracia. En una Democracia gente con tal comportamiento deberían durar nada en su cargo.
23 agosto 2023 | 16:13
Ese es el problema que durante años en los anuncios se presentaban a las mujeres como «el premio del guerrero», el que volvía invicto de la guerra, o campo de juego en este caso, y la recompensa era una o varias mujeres a sus pies.
Es lo malo de cosificar a una persona, que la ves como una cosa, como si no tuviera opción de elegir.
Y encima luego lo arreglas con «Ay, mujer, que exagerada eres, sólo es una bromita….»
Voy a dar una patada en los webs al próximo, y luego decir que era una bromita, a ver cómo resulta la cosa: sería un delito, y me llevarían ante el juez, no?
Pues dar un beso sin esperar antes el consentimiento también es un delito, es agresión sexual.
Y por cierto, para el del anterior comentario, hoy en día ya no se obliga a dar besos a los niños o niñas si no quieren, tampoco está bien eso…
23 agosto 2023 | 19:28
Tampoco ayuda lo de «robar un beso», que parece hasta romántico, o lo que siguen diciendo muchos padres a los hijos hoy en día en pleno Siglo XXI, «tú dala un beso y luego ya veremos…y si puedes, vete dando besos a todas las que se te presenten a tiro, machote»
No,no, y mil veces no, tanto para mujeres como para hombres (aunque no se porqué siempre nos toca a nosotras)
Luego se ponen ofendiditos si hay cobra….anda queee….
23 agosto 2023 | 19:31