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Primeras veces con juguetes no siempre son buenas (y por eso debes repetir)

Si me pongo a recordar qué tienen en común todas mis primeras veces en la cama con alguien, es que no son precisamente las mejores de mi historial.

Ni las más placenteras, no te voy a engañar.

juguete sexual gato

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Los nervios -de los que sean-, el primer contacto íntimo y no conocer de nada ese cuerpo nuevo (o qué le excita), hacen que pueda estar bien, sí, pero se convierte en un punto de partida.

Y de ahí hacia arriba (si es que se repite la experiencia).

Con los juguetes sexuales pasa un poco lo mismo. Hay algunos -los menos- que, nada más estrenarlos, te hacen darlo todo.

Pero para la mayoría se necesita un poco de rodaje. Y es el caso de Enigma Cruise de Lelo.

A primera vista parece sencillo: un estimulador de clítoris con vibración y un apéndice con la curvatura perfecta para estimular la parte interna (que llamamos malamente ‘punto G’).

Nada que no haya probado antes por separado.

Sin embargo, siendo algo tan distinto a lo que había probado por unir ambas cosas, no terminaba de pillarle el tranquillo.

Vamos, que hubo orgasmo pero sin fuegos artificiales.

En ese momento es fácil caer en el «A lo mejor este juguete no es para mí».  De la misma forma que te planteas que, si de primeras el sexo no es fabuloso, no tienes tantas ganas de repetir.

Pero eso es lo que tenemos que cambiar y volver a probar.

Porque la segunda vez, más relajada, cambiando la posición y modificando los patrones de vibración, fue increíble.

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Mi conclusión fue que, al igual que deberíamos darnos siempre un tiempo con alguien con quien empezamos a tener sexo, los juguetes deberían recibir el mismo tiempo de prueba.

Que a veces es tan fácil como seguir intentándolo hasta que se les coge el punto, pero nunca darnos por vencidas antes del rodaje.

Y, además en el caso de los que son para vagina, a veces no es ya la posición, sino usar lubricante o leer las instrucciones.

¿Mi consejo? Vuelve a tu mesilla de noche y recupera el que habías descartado.

Está hecho para ti, solo tienes que darle otra oportunidad (o las que sean) hasta que lo descubras.

Mara Mariño

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El relevo de los succionadores: juguetes sexuales que ven (y tocan) más allá del clítoris

¿Te acuerdas de Sexo en Nueva York? Uno de los mayores hitos de la serie fue convencer a sus espectadoras de que necesitaban en sus vidas un vibrador.

El fenómeno que desencadenó hace 20 años es solo comparable al que, dos décadas después, está arrasando: el succionador del clítoris.

LELO

Si a finales de los 90, la ficción de HBO rompía el tabú de la masturbación femenina y reivindicaba el placer, con el succionador se daba el siguiente paso. Ya no bastaba solo con pasarlo bien, lo suyo era disfrutar yendo a la propia fuente del placer.

Y sí, era necesario, porque midiendo tan solo un centímetro, y con la mayor parte de la estructura por dentro, quedaba relegado a un segundo plano (o incluso olvidado) dentro de la intimidad.

Sin embargo, no sé hasta qué punto los succionadores nos han solucionado la vida. Que proporcionan placer es innegable, pero por otra parte, resulta un disfrute casi mecánico.

Como me comentaba una compañera periodista, los succionadores son demasiado automáticos.

Casi comparables a comerse una cheeseburger de cualquier cadena de comida rápida para matar el gusanillo, cuando lo que en realidad te apetecía era una buena hamburguesa.

Sin embargo, hay vida más allá de los orgasmos casi instantáneos y es lo que la industria de los juguetes también quieren hacernos recordar.

Aunque, quizás más que de vida, debería hablar de calidad sexual.

En eso se centran los artículos que se encargan de dar placer en otras zonas. Una serie de juguetes que recuerdan que estimular el clítoris no es solo centrarse en el trocito que queda a la vista.

Al final, son casi 10 centímetros más los que quedan dentro del cuerpo, divididos en dos ramificaciones que rodean la vagina (como si fuera una Y). De ahí que todo lo que suceda por dentro sea igual de importante a la hora de despertar a esas miles de terminaciones nerviosas.

Por eso es fundamental que el relevo de los succionadores pase por reivindicar las sensaciones que nacen a través de las paredes vaginales y un buen ejemplo de que la industria ha tomado nota de esto, es el Soraya Wave de Lelo.

Claro que la parte externa del clítoris recibe una vibración capaz de generar el clímax, pero lo que me parece más interesante es el movimiento que incorpora el propio juguete y que desencadena cascadas de placer a nivel interno.

Y es que el extremo que se introduce se contrae hasta tocar las paredes tras las que se encuentran esas ramificaciones de la ‘Y’. Como si realmente fueran un par de dedos acariciando la zona.

La diferencia a nivel disfrute no solo es mucho más completa, también nos permite conectar con zonas de nuestra vagina a las que quizás no sabemos bien cómo llegar y que esconden tanto o más placer como lo que tenemos a la vista (y al alcance de la mano).

Si la revolución sexual de 2019 ha consistido en poner el clítoris sobre el ‘mapa’, tal vez 2020 es el momento de recordar(nos) -ya sea experimentando por nuestra cuenta o con este tipo de juguetes, siempre sin prisa y con curiosidad- que hay varias formas de sentir placer más allá de la que resulta tan obvia y sencilla.

Que es igual de importante pasarlo bien como conectar con una misma. Aprender a conocernos averiguando cómo disfrutar de todas las formas que podamos.

Duquesa Doslabios.

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¿No le van los juguetes sexuales? Esta es la razón por la que deberías huir

Cuando aquella vez saqué del cajón un pequeño vibrador con forma de bala, recuerdo que él se me quedó mirando totalmente descompuesto.

«Pero, ¿de verdad necesitas eso?», me preguntó entre asustado y un poco enfadado. Y si bien necesitar no era el verbo, sí, aquel juguete iba a ser la diferencia entre no alcanzar el orgasmo nunca o conseguir correrme.

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Años más tarde, el día antes de la boda de unos amigos, aproveché mi visita al Salón Erótico de Barcelona para hacerme con un recuerdo para los novios.

Mientras que mi amiga no escondió su emoción cuando abrió el regalo, él parecía molesto. Incluso llegó a comentarme más adelante que aquel detalle daba a entender que su experiencia sexual estaba incompleta.

Era una alerta roja en toda regla. Nerviosismo, sudoración, aceleración al hablar… Características inequívocas de que mi amigo tenía miedo.

Y la razón de su recelo era aquella mariposa de silicona, cuyo objetivo no era otro que el de aportar placer a un momento íntimo.

Pero él formaba parte de esos hombres que ven este tipo de objetos como una amenaza a su masculinidad. Tal y como me hizo saber, no entendía el uso de los juguetes teniendo un pene.

Y aunque sí que hay objetos con forma fálica, que se pueden usar para estimular de una forma parecida, lo cierto es que el abanico de artículos es enorme.

Succionadores, masajeadores, lencería o incluso juegos de mesa. La variedad es tan grande, que entrar a una tienda erótica es como pasar la tarde en el Ikea. Sabes que con algo picarás, aunque no entiendas el nombre sueco.

Lo que hacía mi amigo era reducir toda su vida sexual a los genitales. Aunque no iba a ser yo quien le explicara que el sexo no gira en torno al pene, me dio lástima encontrarme gente con menos de 30 años con esa mentalidad.

Las películas o las series, grandes fenómenos de la cultura popular, siguen anclados en esa idea de que solo cuenta una relación sexual si se da el coito, dejando el resto de prácticas relegadas a la segunda posición.

Pero no ya solo por el absurdo del falocentrismo, que parece que si no hay penetración, no hay placer.

También por el hecho de la aburridísima vida sexual que le espera a mi amiga con una persona así a su lado. La intimidad es experimentar, variar, probar y repetir de aquello que más nos ha gustado.

Cerrarnos en banda equivale a quedarnos con un solo sabor de helado porque es el único que hemos pedido, cuando la vida nos ofrece toda una carta. Y, como decían siempre nuestras madres, ¿cómo vas a saber que no te gusta si no lo has probado?

Duquesa Doslabios.

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Le hemos preguntado a una experta si pueden volverse adictivos los juguetes sexuales y la respuesta es…

Soy de las que piensa que, si tienes un restaurante en el que hacen tu hamburguesa favorita, nunca va a superar a la que te prepares en casa. Algo parecido me pasa con los juguetes sexuales. Da igual lo inspirada que esté masturbándome, la ultravelocidad del orgasmo solo la consigo con ellos.

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Aunque claro, ¿quién puede competir contra un producto diseñado justamente para eso, que encima no se cansa ni le entra hormigueo en el brazo? Como Monica Branni, psicóloga y sexóloga de Platanomelón (www.platanomelon.com), afirma «la intensidad y la rapidez a la hora de alcanzar el orgasmo también tienen que ver con otros factores como el estrés, el vínculo con la pareja, la situación, etc».

Así que es comprensible que, para despejar esas variantes, sean los juguetes los que ponen el camino más fácil. Pero, ¿puede llegar a ser un problema si solo dependemos de ellos para disfrutar? La experta nos resuelve las dudas más frecuentes.

Masturbarse usando juguetes sexuales suele ser mucho más intenso y rápido que hacerlo con las propias manos, una lengua o un pene, ¿cómo se tiene esto en cuenta a la hora de diseñar el producto?
Los juguetes eróticos están diseñados para que la persona que los disfrute tenga una experiencia totalmente única. De hecho, la vibración o la succión es algo difícil o imposible de reproducir naturalmente en la cama, sea a solas o con otra persona.
La ventaja que tiene el juguete erótico es conseguir estimular determinados nervios de la vulva o pene que se traducen en sensaciones distintas. Un juguete produce un disfrute distinto al que produce otra práctica sexual, pero no por eso mejor o peor, sencillamente algo diferente.

¿Hay otras ventajas de la masturbación con juguetes?
¡Hay muchísimas! Los juguetes eróticos son herramientas para autoconocerse y explorar nuevas fronteras del placer. Utilizar según qué juguete nos proporciona muchísima información sobre nuestra capacidad erótica, ya sea física (duración, intensidad, etc) o mental (qué sensaciones me produce, con qué fantaseo, etc). Por lo que concierne a las relaciones, ¡estas tecnologías dan pie a muchísimo juego!

Esa facilidad que tienen los juguetes de lograr un orgasmo, ¿puede llegar a hacerlos adictivos?
Todo lo que nos produce placer nos pueden generar cierta adicción, precisamente porque los seres humanos somos ‘insaciables’ y nuestro cerebro busca recompensas a todas horas para que estemos de buen humor. Además, si eso que hacemos no requiere mucho esfuerzo, resulta aún más adictivo. Un vibrador y un succionador son juguetes que, con poco esfuerzo, nos regalan sensaciones increíbles. ¡Pero eso no los convierte en adictivos!

Hay probabilidades de que un juguete se vuelva adictivo cuando lo utilizamos para ‘tapar un problema’: si me compro un juguete porque no sé tocarme o no sé llegar al orgasmo por mi cuenta, delegaré toda la responsabilidad a un objeto y, potencialmente, no sabré desengancharme de ese objeto que me da placer sin esfuerzos. Asimismo, si no sé decirle a mi pareja qué me gusta y qué no: el juguete está llenando ese vacío llamado ‘falta de comunicación’, con lo cual me costará más desengancharme.

¿Corremos el riesgo de que masturbarnos con nuestras manos ya no resulte tan estimulante?
Depende. Por ejemplo, cuando entramos en una habitación y hay un perfume particular, al rato dejamos de percibirlo porque nuestros sentidos se han saturado y se han habituado a ese olor. Para volver a apreciarlo, tenemos que salir un rato para ‘desintoxicarnos’ o exponernos a una dosis más fuerte de ese perfume. Lo mismo pasa si en lugar de un perfume es un vibrador o un succionador: puede que temporalmente, nos habituemos a ese estímulo y nuestra mano nos pueda llegar a aburrir. Pero, ¡no es irreversible! Los nervios que teníamos siguen funcionando perfectamente, simplemente necesitan ‘descansar’ un tiempo de esa estimulación, para volver a disfrutar de otras.

¿Deberíamos alternar el uso de los juguetes con nuestras propias manos?
Cuanto más amplio sea nuestro abanico de posibilidades de experimentar y disfrutar, más enriquecida resultará nuestra vida sexual. Además, hay que entender que nuestros propios recursos, nuestra pareja (o parejas) y los juguetes sexuales pueden ir perfectamente de la mano. No hay razones para discriminar una u otra forma de pasarlo en grande, siempre y cuando te haga feliz. ¡Todo suma y nada resta!

¿Y cada cuánto tendríamos que hacerlo?
Las formas y frecuencias de alternar la masturbación manual a la masturbación con juguetes es algo muy personal. Cada persona debería hacer el ejercicio de entender cuándo es apropiado combinar distintas prácticas para no reducir todo a una sola. Aun así, idealmente, podríamos decir que cada 10 masturbaciones sería aconsejable no pasarse de la mitad con juguetes.

Duquesa Doslabios.

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¿Cómo es el succionador de clítoris en acción?

No sé cómo, pero de repente, todas conocen el succionador de clítoris. «¿Lo has probado ya?», me pregunta mi amiga, de las pocas que tengo casada.

SONA 2 DE LELO

Pero también sale en la conversación del grupo de solteras y hasta sabe de su existencia mi prima la pequeña. Es como si estuviera en todas partes.

El nuevo tema de conversación después del furor de Carlos Ríos comiendo sandía a boca descubierta o de la fiebre por Óscar Casas bailando con su pareja.

Parece obvio que hay un recién llegado a la ciudad. No se ha bajado de un taxi amarillo ni viene con un halo de luz detrás mientras suena un coro celestial, pero bien podría.

Tengo la suerte de que me invitan a probarlo (a veces me pregunto qué bien he hecho para tener este trabajo) y mis amigas me bombardean Instagram. «¿Cómo es?», «¿Es verdad que te corres en segundos?», «¿Dónde se compra eso?».

Al principio tuve (creo que como todas), mis miedos al respecto. «Succionador» es un adjetivo demasiado visual como para que no asuste de primeras.

Una parte de mí casi se esperaba que aquello fuera casi como meter el clítoris en el tubo de la aspiradora. Nada más lejos.

Por mucho que reciba ese nombre popularmente, en realidad utiliza ondas sónicas para estimular no solo la parte del clítoris que queda a la vista -la punta del iceberg- sino todo el cuerpo interno del órgano.

¿Qué significa esto? Que en cuanto lo apoyas en esa zona, la vibración se nota por fuera y por dentro, traducción: un orgasmo doblemente potente que te sacude la entrepierna, las pestañas, el planeta y te hace preguntarte hasta qué punto la penetración era necesaria en tu vida.

No solo las sensaciones me sorprenden. Al estimular un 75% más del clítoris que los vibradores convencionales, la rapidez es pasmosa. Hasta dejo atrás a Marc Márquez en moto, para que os hagáis una idea.

Aunque en mi visita a LELO no me supieron decir una media, os puedo confesar la mía, ni 15 segundos de ‘espera’.

Así que sí, oficialmente entra en mi lista de productos revolucionarios dedicados a las mujeres, justo al lado de la copa menstrual. Ya formo parte de esa secta orgásmica que ha abierto un hueco en su corazón -y en su cajón más íntimo- para el vibrador de ondas sónicas.

Duquesa Doslabios.

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De ‘te va a ceder la vagina’ a ‘pierdes sensibilidad’, desmontamos mitos de los juguetes sexuales

De pequeña iba a un colegio de monjas y la masturbación estaba prohibida con una ristra de padrenuestros y avemarías. Que si te puedes quedar ciega, te van a salir granos…

BIJOUX INDISCRETS/GTRES

Cualquier historia de terror relacionada con el autoplacer era suficiente para hacer que mi mano se lo pensara dos veces antes de bajar a las profundidades de mis bragas.

Por suerte, la curiosidad y un despertar sexual adolescente le ganaron la batalla a los discursos fantasiosos.

Años después encuentro que tocarse, descubrirse y dedicarse a la buena labor de la búsqueda del placer femenino sigue estando rodeada de mitos, como si la vagina fuera una reliquia egipcia recién descubierta.

Afortunadamente, cuento con la ayuda de Ana Lombardía, psicóloga y sexóloga (podéis encontrarla en la web Sexo en la piel) para desmentir las historias que circulan.

En su opinión, el placer femenino siempre ha sido un tabú. «Hasta hace relativamente poco tiempo, el placer de la mujer ni siquiera existía», dice Ana.

«El hecho de que ahora no solo tengamos placer, sino que además usemos juguetes para estimularnos y que seamos dueñas de nuestra excitación y de nuestros orgasmos, resulta revolucionario e, incluso, amenazador para algunos sectores de la población», afirma la psicóloga.

¿Nuestras armas para luchar contra la desinformación? «La educación. Informar a la población, educar sobre el placer y naturalizar la sexualidad son las mejores herramientas con las que contamos para que, de una vez por todas, la sexualidad de la mujer deje de ser un tabú«, declara antes de desmentir algunas de las leyendas más extendidas.

Si usas vibradores te va a ceder la vagina y no vas a sentir a tu pareja
«El usar juguetes eróticos, aunque sean dildos (juguetes con forma cilíndrica/fálica para introducir en la vagina), no significa, ni mucho menos, que la vagina te vaya a dar de si. La vagina es elástica y se adapta al tamaño del objeto que le introduzcamos; al sacarlo, la vagina vuelve a su tamaño original», declara Ana.

La vibración puede hacer que la vagina pierda sensibilidad
«Uno de los riesgos que tiene el uso de los vibradores es que, si te acostumbras a usarlos de manera frecuente para masturbarte, puedes habituarte a su uso. Los vibradores ofrecen una estimulación muy potente de los genitales; tanto, que ni tus manos, las de tu pareja o una boca pueden alcanzar», afirma la psicóloga y sexóloga. «Si te acostumbras a la potencia de la vibración, en algunos casos, la estimulación sin ellos se te puede quedar corta y, por tanto, tener dificultades para excitarte y/o llegar al orgasmo». ¿La solución? Al alcance de la mano literalmente. «Es importante intercalar el uso de los vibradores con la estimulación manual. Masturbarse usando los dedos y las manos, ya sean los propios o los de la pareja, al menos con la misma regularidad con la que lo hacemos con los vibradores. De ese modo, combatimos la habituación y no nos olvidamos de disfrutar del contacto de la piel», dice Ana.

Usar juguetes sexuales en privado hará que pierdas el deseo sexual con tu pareja
«No tiene por qué hacer que se pierda el deseo sexual hacia la pareja. Mantener una vida sexual activa y satisfactoria de forma individual es muy saludable y puede, incluso, hacer que nuestro deseo sexual aumente. Este aumento del deseo sexual puede ser tanto de forma general, como el deseo hacia nuestra pareja», afirma Ana. «Las únicas veces en las que el deseo sexual hacia la pareja puede disminuir por el uso de juguetes eróticos es si nos habituamos a su uso, y luego tenemos dificultades para excitarnos o llegar al orgasmo sin ellos. Esto puede hacer que los encuentros sexuales en pareja no sean tan satisfactorios y, por tanto, no sintamos tanto deseo no tanto hacia nuestra pareja, sino hacia el sexo sin vibradores».

Los juguetes sexuales son para pervertidas que no tienen una vida sexual plena
«Usarlos no significa que tengamos alguna carencia en nuestra vida sexual ¡ni mucho menos! Está extendido el mito que los juguetes se usan si ‘te falta algo’ en tu vida sexual de pareja. Nada más alejado de la realidad. El uso de juguetes eróticos no es más que un complemento a la vida sexual, ya sea a solas o en pareja. Es más, el hecho de usar juguetería erótica puede contribuir a que tengamos una vida sexual más plena y rica», declara la psicóloga y sexóloga.

Un vibrador no tiene cabida en un coito
«Los vibradores y el resto de juguetes eróticos tienen cabida en todas las prácticas sexuales. En el caso concreto del coito, podemos usar un vibrador para estimular el clítoris mientras el pene está dentro de la vagina», confirma Ana. Sin embargo, no es el único complemento que resalta. «También existe un tipo de juguete erótico que está pensado exclusivamente para usar durante la penetración: este juguete estimula el clítoris y, además, tiene un extremo que se introduce en la vagina a la vez que el pene, aumentando la presión que ejerce la vagina sobre este».

Duquesa Doslabios.

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Juguetes pequeños pero matones, las máquinas de orgasmos para el clítoris

Pensar en un juguete sexual femenino tiene una respuesta automática en nuestro cerebro: un brillante y gigantesco dildo. Son tan vistosos, popularizados por las películas de cine X y por qué no, provocativos, que es hasta normal que sean los primeros en venir a la mente.

El Blog de Lilih Blue

Sin embargo, su fama no está tan merecida como pensamos y pisan mucho más fuerte los que estimulan el clítoris. En tan solo unos pocos milímetros cuadrados reunimos más de 8.000 terminaciones nerviosas (el doble que el glande), por lo que resulta mucho más lógico que los fabricantes de juguetes cada vez ofrezcan más variedad en artículos ideados para esa parte del cuerpo.

Mucho más discretos, quizás no son a los que antes se van los ojos cuando se entra en un sex shop. De hecho, es hasta probable que tengas que preguntar por ellos o que no los identifiques a primera vista. Pero, entre nosotras, la que lo prueba repite.

Los productos que estimulan el clítoris son varios. Por supuesto siempre puedes usar los vibradores al uso, aunque al ser tan grandes no resultan tan ergonómicos como los que han sido diseñados específicamente para estimular la zona (y pueden llegar a ser un poco engorrosos).

Una versión reducida de estos juguetes son los estimuladores pequeños tipo bala, unos productos que, si para iniciarse en el mundillo no están mal -son muy prácticos por el tamaño, que no llega a superar a un tampón-, no tienen excesiva potencia.

En segundo lugar, están los modelos algo más grandes, cuyo motor tiene más potencia vibratoria (no nos vamos a engañar) y, por tanto, suelen tener mejor resultado en cuanto a placer.

El blog de Lilih Blue

Los anillos vibradores, que, como su nombre indica, forman parte de esta categoría, son en mi opinión los menos prácticos. Ya que aquellos que se usan en pareja para colocar alrededor del pene terminan sin ser de mucha ayuda, ya que solo alcanzan la zona de manera intermitente.

Mis últimos descubrimientos, y algunas de las novedades en el mundillo ya de paso, son los más interesantes: los succionadores de clítoris. Con forma de trompa o, directamente, con una abertura, producen sensaciones que pueden recordar a cuando nos practican sexo oral. Y además te garantizan alcanzar el orgasmo rapidísimo (perfecto para mujeres con prisa).

También ocupan un lugar destacable los que estimulan de maneras alternativas mediante ondas, una vibración que afecta también a la parte interna del clítoris.

Saber cuál es el que mejor funciona para cada mujer es muy personal, y, como ves, las opciones son bastantes. Mi recomendación está clara: hay que probar, probar y probar.

Solo experimentando en carne propia nos conocemos y somos capaces de saber cuál es el que mejor encaja con nuestros gustos o el que más se amolda a nuestro estilo de vida.

Y en cuanto des con el perfecto, cuéntaselo a tus amigas, claro. Compartir es vivir.

Duquesa Doslabios.

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Papá Noel, seré breve: tráeme un vibrador

A punto de caramelo de la Navidad, quiero hacerte una propuesta indecente. Olvídate del jersey de cuello cisne, los auriculares inalámbricos o la colonia de turno.

FACEBOOK LELO

Este año pide un vibrador. Es un regalo que solo te va a traer satisfacciones y vas a usar, si no toda tu vida, depende de cómo lo cuides, mucho tiempo, por lo que es un gasto que vas a amortizar.

Además, es una buena idea si estás sin ideas y quieres tener un detalle con alguien, ya que no necesitas saber la talla y siempre va a encajar con el gusto de la persona (¿a qué mujer no le gusta tener orgasmos?).

Nuestros hábitos de compra de este tipo de juguetes son bastante convencionales, ya que, según un estudio realizado en Barcelona por Bigban para Plátanomelón.com, entre usuarias de juguetes sexuales, se llegó a la conclusión de que es el diseño del producto el principal aliciente a la hora de hacerse con uno.

La apariencia general, el color o la textura se llevan cuanto más ‘convencionales’ mejor, ya que el estudio afirma que por mucho que el porno experimente con productos más parecidos a armas espaciales que a juguetes, tendemos a huir de los modelos «más intimidantes».

En su lugar, las mujeres nos quedamos con aquellos que aumentan las expectativas de placer y de juego y, sobre todo, que son discretos.

Si tu perra encuentra el juguete en el armario y aparece en plena cena de Nochebuena, sacudiéndolo de lado a lado, siempre puedes decir que es un mordedor último modelo (excusa que no cuela si el juguete en cuestión tiene una forma anatómica realista con venas incluidas).

Mirar el bolsillo es algo que, independientemente de a quién vayamos a regalar, solemos tener en cuenta, por lo que es otro de los factores claves según desveló el estudio.

Las comparaciones en este caso sí que son buenas, nos quedamos con los que tienen un precio intermedio. Los caros se rechazan «por desconocimiento del rendimiento y los atributos diferenciales del producto» mientras que los baratos generan desconfianza en los materiales, afirma el estudio.

Así que, ante la duda, y para ir sobre seguro, un modelo estándar en todos sus aspectos conseguirá romper el hielo sobre los juguetes. Que si luego se quiere seguir experimentando, siempre se puede comprar el año que viene el vibrador con luces de colores, partes giratorias, chorros de aire a presión y que te pide una pizza cuando ya has alcanzado el orgasmo.

Duquesa Doslabios.

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Juguetes sexuales para celebrar el Día del Orgullo Friki

Es 25 de mayo, lo que significa que es el Día del Orgullo Friki, celebración que tiene lugar año tras año en la jornada del estreno de la primera película de la saga La Guerra de las Galaxias (no confundir con el día de Star Wars, que se celebra el 4 del mismo mes).

Y la cosa es que un día navegando por la web (a continuación podéis averiguar qué tipo de webs) encontré una pagina de juguetes sexuales para frikis y no pude resistirme a dejarme las imágenes guardadas para compartirlas con mis lectores en esta jornada tan especial. Las piezas son oro (y placer) puro.

GEEKYSEXTOYS

Para empezar la selección, tenemos una vagina masturbatoria de Han Solo para quedarte crionizado de placer, un pene de goma verde inspirado en el maestro jedi Yoda que «mucho placer tu conseguir si este juguete usar» y la mordaza de la Estrella de la Muerte (usar antes de que los rebeldes localicen el punto débil y la destruyan).

 

GEEKYSEXTOYS

Siguiendo con la La Guerra de las Galaxias, el estimulador de R2D2 o de Darth Vader no emiten pitidos ni respiraciones mecánicas, pero algún que otro gemido te sacarán seguramente, así como el tapón anal de C3PO, que no ha sido programado en 3 millones de formas de comunicación pero tampoco te harán falta para saber cómo se usa.

 

GEEKYSEXTOYS

Los consoladores/sable láser son perfectos para combatir el Lado Oscuro de la Fuerza pero también para que los encuentres cuando apagues la luz de la habitación y te apetezca darle a tu cuerpo un poco de alegría (aunque no te llames Macarena) antes de irte a dormir.

 

GEEKYSEXTOYS

Y para quienes prefieran los superhéroes antes que el hiperespacio, los juguetes inspirados en Batman, Superman o Linterna Verde salvarán el día a golpe de orgasmo. Definitivamente el héroe que Gotham (o la ciudad de España desde la que me leas) merece y necesita.

 

GEEKYSEXTOYS

Si eres fan de Rick y Morty no puede faltar un Plumbus en tu casa, además todo el mundo tiene uno. ¿Que para qué sirve? Tendrás que averiguarlo.

GEEKYSEXTOYS

Alien, Pokémon o la fiebre enloquecida por el mundo de los unicornios son los juguetes que rematan la categoría de ‘frikadas’ y que nos demuestran que, independientemente de nuestras aficiones, hay algo de lo que todos disfrutamos, del buen sexo (ya sea solos o acompañados).

Duquesa Doslabios.

¿Cómo nos gustan los dildos?

«Los españoles las prefieren largas y gordas» no es una película protagonizado por Marilyn Monroe y Jane Russell, ya que, en el caso de que se grabara, sería fantástica con actores como Maribel Verdú, Mariano Peña o Silvia Abril.

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La declaración, sin embargo, viene de los resultados que arrojó el estudio de la web de citas Jaumo cuando quiso saber más acerca de los gustos de diferentes países sobre los juguetes sexuales.

La medida preferida por los españoles es ni más ni menos que de 18,8 cm, los juguetes más largos si se tienen en cuenta el resto de países que participaron en el estudio (seguidos muy de cerca por los alemanes, que de salchichas largas saben un rato).

Y es que ya puestos a jugar con dildos, mejor que sobre a que falte. Aunque tampoco hay por qué usar el juguete entero, que esté por si las moscas nunca viene mal.

También es verdad que cualquier cosa que supere esa medida puede resultar hasta molesta, ya que la sensación de «tope» que produce que te alcancen el cuello del útero no es precisamente placentera.

Juguetes largos, sí. ¿Gordos? También. Lo queremos todo ya que estamos. Que ya que nos dejamos el dinero que nos den la máxima cantidad de producto. Unos 4,4 cms de grosor de media es lo que buscan los españoles que compran este tipo de juguetes.

Porque esa es otra, dejarnos el dinero en el sex shop es algo que nos cuesta, no como a nuestros primos mediterráneos del país de la pasta y la pizza que son los menos reacios a mirar el bolsillo. Casi 50 euros de media por juguete se dejan los italianos, mientras que nosotros somos más modestos y de media podemos gastar unos 27 euros según el estudio.

Tanto el vibrador como el clásico consolador son los más populares en todo el mundo, dejando en un digno tercer puesto los juguetes anales (de mi experiencia con uno de ellos os hablé el otro día aquí) y por lo general se prefieren realistas, de hecho, en el caso de los españoles, a ser posible en color carne, no como otros países que sienten predilección por el rosa.

Ahora que sabes lo que según el estudio preferimos los españoles y pensando en tu experiencia… ¿coincides?

Duquesa Doslabios.