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¿Se pueden intercambiar de orificio los dildos vaginales y los juguetes anales?

Soy de las que piensa que has alcanzado un nuevo nivel de curiosidad en tu vida cuando, tirada en la cama, te planteas si ese juguete anal que tienes guardado serviría también para darle otro uso.

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Me consta que todos los juguetes que te compras vienen con un pequeño librito de instrucciones, pero, sinceridad, ante todo, cuando llegas con eso a casa lo único que pasa por tu cabeza es probarlo cuanto antes.

Los límites en la cama se ponen donde tú quieras, de hecho, hay una gran cantidad de posibilidades que, a algo que te has comprado, le encuentres un uso alternativo también muy placentero.

Pero no es lo mismo usar la fusta en el culo que en la palma de los pies, el azote viene a ser lo mismo, que cambiar el agujero para el que un juguete fue concebido.

Respecto a los juguetes anales, podemos respirar con tranquilidad. Puedes usarlos para cualquier orificio. Aunque quizás la anatomía no te resulta tan intensa como la forma de un dildo normal, puede estar bien para salir de la monotonía.

Eso sí, imprescindible que esté bien lavado. No cometas el error de utilizar el juguete indiscriminadamente porque puedes pasar bacterias a tu vagina y nadie quiere eso.

Sin embargo, a la hora de usar un aparato vaginal, tenemos que hacer saltar las alarmas. Mientras que la vagina es un espacio mucho más reducido con un límite, el ano se comunica con el intestino, por lo que no tiene ningún tipo de tope.

La estructura de los juguetes anales, si te fijas, suelen tener algún tipo de sujeción más ancha que evita que el juguete se pierda en las profundidades intestinales, algo de lo que carecen los vaginales.

La conclusión es que, por poder, se puede usar, al igual que por poder puedes comerte los bordes quemados de la pizza llenos de acrilamida, pero no es recomendable. De hecho, tengo un amigo doctor que me ha comentado en varias ocasiones la de objetos perdidos que ha llegado a encontrarse dentro de un culo.

Recuerda que no puedes jugar al fútbol si se pierde la pelota. Y menos si se pierde en tu intestino.

Duquesa Doslabios.

(y acuérdate de seguirme en Twitter y Facebook)

Bolas anales, ¿qué son y cuándo usarlas?

Yo, que soy madrileña de nacimiento, y por tanto gata, tengo especial cuidado con el refrán que habla sobre la curiosidad y los de nuestra especie.

Mis bolas anales a punto de ser estrenadas.

¿Probar cosas nuevas? Sí y siempre. Y como lo desconocido me llama, me llamaron unas bolas anales. Bueno, más que llamarme, fue a través de hablar por Facebook con Placeres Secretos Love Store, un sex shop español, que llegaron a mí.

He de admitir que, si bien el sexo anal ya lo he tanteado (y a fondo), no estaba muy puesta en el tema de juegos preliminares anales. Para añadirle un poco de variedad a ese tipo de experiencia que aunque, como os digo he probado pero a veces se me resiste, me animé a pedir unas bolas anales tailandesas (en concreto me pedí estas).

Las bolas anales tailandesas vienen unidas y terminan en una especie de anillo que hace que resulte sencillo su manejo. Aunque llegaron con una pequeña muestra de lubricante, es algo que recomiendo tener siempre cerca en grandes cantidades si quieres experimentar por la zona de atrás (de base de agua, más concretamente).

El lubricante vuelve una experiencia anal de cualquier tipo mucho más cómoda, independientemente del tamaño que vayas a probar, ya que es una zona que no lubrica per se.

Como llevaba desde el año pasado sin tener sexo anal de ningún tipo, agradecí las bolas para reconectar conmigo misma y familiarizarme con las sensaciones. Lo que no esperaba es que, a diferencia de la reacción que pueda producir introducir un dedo o el pene directamente, las bolas me permitían sentir intensamente cada vez que entraba una u otra, ya que las dimensiones del juguete están diseñadas de manera gradual.

PLACERESSECRETOS

Además de permitirme tener una transición cómoda de tener la musculatura de la zona «normal» (o sea, el culo cerrado) a más predispuesta a tener sexo anal que pasando de un dedo a un pene, proporcionan un placer (siempre bien acompañado de una correcta estimulación del clítoris) que no me esperaba.

En definitiva, de haber sabido que es algo que hace el sexo anal más sencillo, las habría utilizado cuando lo realicé por primera vez. Sin embargo, aunque ya estés «habituada» a realizarlo porque forma parte de tu repertorio, gracias a las bolas, experimentas unas sensaciones muy placenteras que también conseguirán sacarte de la rutina si buscas algo nuevo entre las sábanas.

Eso sí, recuerda lubricar, tener paciencia, mucha calma y, sobre todo, limpiar todo muy bien tanto antes como después de utilizarlo.

Piensa que a la vida hemos venido a pasarlo bien, el por dónde es lo de menos. ¿Te vas a animar a probarlas?

Duquesa Doslabios.

10 cosas que deberías saber sobre el sexo anal

Autor invitado: Carlos León Bejar

Podría apostar un brazo a que en el cole nunca te llegaron a enseñar educación sexual anal, así que me parece una excelente ocasión para hablar del tema.  En nuestra intimidad la mayoría intentamos explorar cosas nuevas, pero no todo el mundo sabe cómo practicarlo, y cómo disfrutarlo.  La información que disponemos al respecto es muy escasa, así que vamos al lío.

Todos lo podemos disfrutar, y no está atado a un género en concreto.

Solemos tener la concepción errónea que quien practica sexo anal se vuelve gay, o que es un poco raro, o que muy pocas chicas acceden a hacerlo porque se trata de un agujero de “solo salida”.  Según la terapeuta sexual Kat Van Kirk y autora del libro The Married Sex Solution, cualquier persona debería practicar y disfrutar del sexo anal, en muchos países es la principal forma de tener relaciones sexuales donde el control de natalidad no está disponible.

Si te asusta la “materia fecal”, debes saber que en esta zona hay muy poca!, y el aseo debería ser muy parecido al vaginal.  Las malas experiencias no deberían nublar futuros intentos, ya que si lo haces bien, ambos disfrutareis en cantidad.  Se trata de un área con muchísimas terminaciones nerviosas, y ese es el motivo por el cual es muy placentero.

  1. No te pilles un pedo antes de hacerlo, ni lo hagas sin planificación

 Esto suele ser muy típico, me pillo un pedo que lo flipas, y opps! accidentalmente ha entrado por ahí….Así que no consumas sustancias psicotrópicas, ni te emborraches antes de practicarlo, esto debe ser planificado, conversado por ambos, y tenéis que estar de acuerdo en intentarlo.

  1. Utiliza lubricante

Lamentablemente el ano no se auto-lubrica como la vagina, así que debes utilizar un buen lubricante para que la penetración no sea traumática ni dolorosa.  Utiliza uno que sea muy denso a base de agua, y de silicona, te aguantará mucho tiempo, y será difícil de secar.  Si utilizas condón (que es lo más recomendable), no uses lubricantes con aceite, ya que terminan rompiendo el látex.

  1. Las pornos no molan para aprender

Vamos a ver, ver porno es como ver esos vídeos cortos de cocina que se han puesto de moda en Facebook, el chef empieza a hacer todo cojonudamente bien en poco tiempo, y te quedas alucinado viendo como las cebollas están perfectamente cortadas, aparecen todas rebanadas mágicamente sobre la mesa, y no se ensucia nada.  En ninguna porno verás el previo del sexo anal, no verás el lubricante, el tipo que se usa, ni verás a la pareja hablando si quieren probarlo.

Puedes utilizar estas pelis como apoyo estimulante para lograr excitarte, pero nunca para aprender.

  1. Haciendo preliminares: Like a Boss

Si para la penetración vaginal se necesitan preliminares, imagínate para la penetración anal.  Así que acaricia la parte externa del ano, mientras le das placer por otros lados, lame a tu pareja, cáusale excitación, de esta manera lograrás una conexión erótica entre los estímulos que recibe con el placer anal.  Así el receptor se relajará y disfrutará haciéndolo.

  1. El receptor es el que manda

El receptor es que debe controlar la profundidad de la penetración, la velocidad, la posición, y todo!!.  El receptor debe estar lo más cómodo posible para disfrutar de la experiencia.  Es bueno que lo habléis previamente, para que luego no estéis gritando las instrucciones que debéis seguir mientras lo practicáis.

  1. Masturbación durante la penetración

Para las chicas es mucho mejor que se masturben, y estimulen el clítoris mientras son penetradas, ya que el sistema nervioso asociará el placer familiar con la nueva experiencia.  Esto ayuda mucho a relajarse y hacer que el momento en general sea memorable.

  1. Llegar al orgasmo

 Es perfectamente alcanzable el orgasmo anal mediante la estimulación del punto G por medio del trasero.  Aunque puede ser un azar, ya que anatómicamente el punto G podría estar en esa pared y en otras no estar, esto dependerá mucho de cada persona.  Pero fundamentalmente tu pareja debe estar relajada, y debe disfrutar de cada sensación.  El estrés, o los nervios, no ayudarán a alcanzar el orgasmo.

  1. Cambia de condón

 Si vas a pasar del sexo anal al vaginal, asegúrate de cambiar de condón, o asearte muy bien, ya que puedes transmitir bacterias, y causar infecciones graves como una ITU.  Tampoco exageres con el lubricante, de manera que no chorree por todo lado, esto también puede ocasionar infecciones.

  1. Aprieta mucho, y eyaculas deprisa?

Si sufres de eyaculación precoz, explica Charlie Glickman, educador sexual, y autor del libro The Ultimate Guide to Prostate Pleasure, no utilices bajo ningún concepto cremas insensibilizadoras: “Es como que te vayas a quitar una muela, y el odontólogo te inyecte Novocaína, y cuando vas a comer no sientes la cara”.  Se entiende que esto debes disfrutarlo, así que puedes usar condones retardantes, o buscar información sobre cómo evitar la eyaculación precoz.

Tampoco uses insensibilizadores en el ano, ya que si no sientes nada, puedes lastimarte al no saber lo que pasa allí atrás.  Se trata de disfrutar!.

Y vosotros….¿qué opináis del sexo anal?

¿Prohíbe la Biblia el placer sexual?

Querid@s,

¿Prohíbe la Biblia el placer sexual?

Salvo que estén casados por la Iglesia, lamento decirles que sí. Los únicos que pueden gozar del placer sexual y no ser catalogados como viles pecadores son los casados. Por la Iglesia, como es lógico. Igualmente espero que tampoco les importe demasiado y continúen haciendo lo que acostumbran.

La Biblia dice: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros” (Hebreos 13:4). Junto con todo lo que son para la Biblia ejemplos de inmoralidad sexual, las relaciones prematrimoniales son condenadas reiteradamente en las escrituras sagradas. La Biblia promueve la abstinencia antes del matrimonio, y pasarse esta norma por el forro de sus partes pudientes es tan malo como cualquier otra forma de inmoralidad sexual. Por su parte el catecismo de la Iglesia católica define y explica estas infamias de grave asunto sexual; a saber, la pornografía, la prostitución, la lujuria, la masturbación, los actos homosexuales, los anticonceptivos, el adulterio y el divorcio. Pecados todos ellos mortales que hacen de nuestra alma un alma impura y  pecadora, y nos alejan de Dios. Tampoco vale si a usted le ha casado en civil matrimonio un funcionario cualquiera o si mantiene usted una relación de hecho. Con estas uniones alternativas no va usted a ninguna parte. Ni falta que le hace.

Resumiendo, la teoría que viene a defender la Iglesia es bien sencilla; Dios diseñó el sexo como una práctica agradable exclusivamente reconocida a un hombre y una mujer casados. No olvidemos, sin embargo, que la finalidad primaria del sexo no es el placer, sino más bien la reproducción. La doctrina católica reitera que vida humana y sexualidad son inseparables, una unión sagrada. El catecismo cita literalmente (2351) que la lujuria es un deseo o un goce desordenados del placer venéreo. El placer sexual es moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de las finalidades de procreación y de uniónAsí pues, un@ puede disfrutar el placer sexual siempre y cuando tenga como objetivo traer al mundo una bonita descendencia.

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Aunque ni siquiera dentro de los límites del matrimonio cualquier práctica está autorizada por las autoridades eclesiásticas. Las felaciones tampoco valen. El catecismo, compendio de la fe eclesial, no menciona en ningún momento la fellatio, no desciende a esos detalles. Del cunnilingus ni hablar, parece que ningún escrito sagrado concebía que una mujer se le permitiera obtener placer a través del sexo oral que su esposo le practicara. Una vez más, #micromachismo. Más bien, #maximachixmo. Ne se me ocurre mejor manera de aleccionar a la Humanidad que tergiversando un instinto tan primitivo y primigenio como la sexualidad humana tiñéndolo de preceptos machistas, entre otras lindeces.

Machismos aparte…según la moral oficial católica, la fellatio no se concibe ni dentro ni fuera del matrimonio; porque no hay reproducción posible. Por lo tanto, si usted es un@ felador@ fuera de esta institución se convertirá a los ojos de la Iglesia y los moralistas en un flagrante adúltero. Para avance de la Iglesia (aunque microscópico), la mayoría de los teólogos moralistas actuales consideran el sexo oral un comportamiento lícito dentro del matrimonio y un adulterio fuera de él. Igualmente ocurre con el arte de follar por detrás. Al ser imposible la reproducción vía penetración anal, esta práctica sexual queda inmediatamente condenada.

Rumorean los ambientes eclesiásticos que Dios no declaró ilegal el sexo fuera del matrimonio para quitarnos a sus semejantes el placer, sino para protegernos de embarazos no deseados y de niños nacidos de padres que no los desean o no están preparados para esta vital experiencia. Me pregunto y les pregunto si acaso un matrimonio no es susceptible de estas circunstancias.

¿Y si uno no cree en el matrimonio?

¿Y si a uno le pica y no tiene marido o mujer que le rasque?

¿Y si les sobran los motivos para quererse y también para casarse frente a un altar?

Mojarse las ganas en el café parece ser la única norma de conducta que impone Dios para no pecar cuando se trata de sexo antes y fuera del matrimonio. Los escritos, la Biblia y los sermones aparecen inundados de esta terminología ominosa. A los sacerdotes, cardenales, obispos y monjas se les inunda la boca hablando de fornicaciones, sexo oral, onanismo, placeres venéreos. No se pasen ustedes que igual les da por excitarse y empezar a cometer barbaridades infames. Y luego esos mismos predicadores pecaminizan todo lo que representa el sexo fuera del santo matrimonio.

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Escena del Vídeoclip The Next Day (David Bowie)

¿Qué opinan ustedes de todo esto?

Yo opino que Dios no dijo tanto, se me antoja que la Iglesia ha hecho y sigue haciendo de su capa un sayo y que no tienen derecho ni sabiduría para aleccionarnos sobre sexo, ni fuera ni dentro del matrimonio que un@ tenga a bien contraer o dejar de contraer. Hay que predicar con el ejemplo y dentro de la Iglesia, hay más de uno que mantiene relaciones sexuales, consentidas y forzadas. Y no con su desposada esposa precisamente. Por mucho que uno esté casado con Dios. Y por la Iglesia.

Que follen mucho y mejor.

Cuando no existían los condones, con pellejos de morcilla follaban los muy cabrones

Querid@s,

En tiempos de los Romanos cuándo no existían los condones, con pellejos de morcilla follaban los muy cabrones. Eso dicen. Quién te ha visto y quién te ve querido condón. Ha llovido mucho desde que aparecieron los primeros ejemplares hasta nuestros días. Los superdotados de los egipcios utilizaban fundas de tela sobre el pene.

condon

Cuenta la leyenda que un tal rey Minos, allá por el 1200 a.C, utilizaba vejigas de pescado o de cabra para retener el semen. Menos mal que se han invertido tiempo y esfuerzos, y se han sustituido las tripas animales por el látex. No sé yo si me introduciría la vejiga de algún animal en mi vagina, por muy vigoroso pene que envolviera en su interior. Ahora hay condones para todos los gustos, en todos los colores. Algunos vienen estampados, otros con formas anatómicas especiales para conseguir más placer. Hay más largos y anchos, hay ajustados. Más gruesos (extra fuertes) o más delgados (sensitivos). Con o sin lubricante, lubricados ligeramente, extra lubricados, etc, etc, etc. Como ven hay condones para dar y vender.

Y sabores de todo tipo, tantos que algunos los confunden con chicles. Tengo fe en que algún día alguien saque a la venta condones con sabor a pene. Se forran. En cuanto a los tamaños, también hay para todos los gustos. Si se puede elegir, yo prefiero caballo grande y que ande.

Qué duda cabe que los condones son un coñazo para todos. Cuando uno está en pleno calentón y deseando dar rienda suelta a las bajas pasiones, lo que menos apetece es tenerse que poner a buscar el condón y ponérselo. Es una jodienda. Pero vale la pena hacer ese pequeño esfuerzo en un determinado momento a cambio de no pillar alguna enfermedad sexual desagradables hasta de pronunciar o provocar un embarazo no deseado. Eso sí es una jodienda. Por alguna razón, ya no están de moda los anuncios de televisión para concienciar a los más jóvenes e insensatos sobre las imperiosa necesidad y las múltiples ventajas de ponerse el condón. Antes formaban parte de nuestras cotidianas vidas frente al televisor. Recuerdo mis viejos tiempos cuando la televisión y el gobierno de España nos bombardeaban con anuncios de condones. Volvamos por un momento la vista atrás. Tod@s recordaran el mítico Póntelo Pónselo. Cómo olvidarlo. Para los más olvidadizos, aquí lo tienen.

Ahora los niños aprenden lo que es el sexo seguro de la mano de sus profesores de biología o educación sexual, imagino. Navegando por la red en busca de hilarantes e insólitos anuncios de condones he encontrado un porrón de ellos. Hay tantos que no sé ni por donde empezar. Por ejemplo este que tiene varios eslóganes impagables.«Aquí no hay fiesta sin globo.», «Si nos vas a forrarte, vete a casa a tocarte.»

O este que deja bien claras las instrucciones de uso y cómo se ha de proceder cuando se trata de colocar el condón. Pensaran tod@s ustedes que ya son mayorcitos y que es algo fácil, pero algun@s no se aclaran a la hora de colocarse la gomita. Tal era el caso de un ex amante que tuve que se hacía la picha un lío cuando tenía que enfundarse la pistola. FYI y a modo de repaso, consultemos el manual de instrucciones de los condones:

Después de abrir el envoltorio con los dedos (nada de tijeras o boca), póngase-o que se lo pongan- el condón en el pene cuando esté erecto y sólo cuando esté erecto. Y disfruten todo lo que puedan, que para algo nos hemos puesto la gomita. Sé que piensan que estos pequeños detalles están de sobra, pero los anuncios pretenden informar amplia y extensamente a l@s usuari@s de preservativos sin dar nada por sentado. Especialmente dirigido a los más ahorradores y ecológicos son los vídeos en los que dejan muy claro que la gomita es de un solo uso y que en estos menesteres aquí no toca reciclar. Estos amenos vídeos también incluyen como parte del manual de instrucciones comprobar en el envoltorio la fecha de caducidad antes de usar y asegurarse de que el condón no sea del siglo pasado.

Para los condones no hay que escatimar y siempre hemos de exigir un mínimo de calidad. El condón debe estar impepinablemente homologado por la Unión Europea. No me sean ratas en estos asuntos y no compren condones en el chino, que el dinero está para algo. Busquen el símbolo CE en el envoltorio. Una vez finalizada la faena, hay que retirar el condón inmediatamente después de la eyaculación, cuando el pene todavía esta erecto. Así evitaremos riesgos innecesarios. Y luego…a la basura. Nada de tirarlo al retrete, pues acabarán flotando en las aguas de nuestro ríos y nuestros mares. Aunque no sea activista de Greenpeace, quiero mis ríos y mis mares libres de plásticos. Y de semen ajeno.

Ámense pero siempre con protección. Diga lo que diga el Papa, que sigue sin justificar el uso del preservativo y no hablará de él hasta que no estén resueltos los «grandes» problemas: malnutrición, trabajo esclavo, explotación, falta de agua potable o tráfico de armas. Osea, nunca. Y para terminar, échenle un ojo a este desternillante y didáctico vídeo en el que hasta cuatro condones de colores nos hacen bailar al ritmo de la música bollywodiense. Desde el punto de vista del amigo condón, sus protagonistas indios cubren todos los temas posibles como preservativos para mujeres, incomodidad, como ponérselo y como le protegerá contra el SIDA y otras enfermedades, pero también toca un asunto que jamás he visto en una campaña publicitaria: sexo anal entre homosexuales. Con un par.

Que follen mucho y mejor.

Las mejores canciones hablan de sexo anal (o sobre el arte de follar por detrás)

Querid@s,

Se han parado a pensar que todas las canciones hablan de sexo anal. Está bien, no es para tanto. Sólo algunas, pero bastantes más de las que se piensan. En la concepción de prácticamente cualquier tema musical existe un deseo implacable de montarse una bacanal a lo Sodoma y Gomorra componiendo canciones que secretamente hablan de sexo. ¿Por qué? Porque el sexo vende. Hoy quiero compartir con ustedes una playlist de canciones que son indudablemente sobre el arte de follar por detrás. Esta playlist trae mucho rock ‘n roll y viene cargadito de pop del bueno. Si cuando escuche alguno de estos temazos sobradamente subiditos de tono no se le pasa por la cabeza que de lo que están hablando realmente es de sexo anal, es que no se está usted enterando de nada.

Hay muchos giros en el mundo de la música pop que pueden llevar a interpretarse que de lo que se está hablando es de sexo anal. Esto no significa que en realidad hablen de sexo anal, sólo significa que nosotros, como sociedad, estamos muy muy cachondos y vemos estos asuntos por doquier. O tal vez soy yo la cachonda. No sé. Pongamos que yo soy definitivamente una cachonda y que (casi) todas las canciones hablan de sexo anal. Ustedes y el resto de la sociedad podrán o no estar de acuerdo conmigo. De cualquier forma, les pido que sepan leer entre líneas la letra de las canciones que les brindo a continuación y que su pervertida mente las convierta en canciones todavía más sucias.

Para un análisis más detallado, deberá usted asomarse, aunque no demasiado profundamente, y encontrar los mensajes anales. Si a usted le gusta de una manera, lo haría todo por amor (menos eso) o le gusta colarse o que se le cuelen por la puerta de atrás, es usted un@ golf@ muy seri@. Pero además, va a entender el significado de estas canciones demasiado bien. He aquí 11 + 1 canciones que indudablemente hablan de sexo anal. Ya me dirán si están o no de acuerdo conmigo.

1. «I Want It That Way» de Backstreet Boys

Cause we are two worlds apart…I never wanna hear you say, I want it that way, puede sonar a cuento romántico, pero a lo que suena de verdad es a que alguien no quiere que se la metan por detrás después de que se le haya preguntado amablemente.

2. «Sweat» de Inner Circle

Esta aparentemente inofensiva canción no va de un chico que espía a  una chica por el bar y la mira a los ojos, pero cuando ya la tiene, quiere mirarla más de cerca y «Looking in your big brown eye». Vamos, el ojete. Le está mirando el culo, y luego se pone chulito y le dice que si se pone a llorar, lo que va a hacer es «push it some more». Para los no angloparlantes, se la va a meter más aún.

3. «I’d Anything For Love (But I Won’t Do That)» de Meatloaf

Un hombre que lo haría todo por amor menos eso. Para que luego digan que las mujeres no queremos que nos follen por el culo, que somos nosotras las que no queremos practicar sexo anal. Aunque también puede tratarse de un canto profundamente homófobo.

4. «Knockin’ At Your Back Door» de Deep Purple

¿Tocando a tu puerta trasera? Además de ser profundamente misógina, no hay que ser muy listo para saber de lo que estamos hablando.

5. «Pull Up To The Bumper» de Grace Jones

Bumper es culete, así que no digo más.

6. «Relax» de Frankie Goes To Hollywood
Relax no es aquí relajarse infinitamente, respirar profundo y calmarse con música chill out o ejercicios espirituales. De eso nada, monada. Se refiere a relajar el esfínter para proceder con los menesteres del sexo anal.

7. «Hey Mickey» de Toni Basil

Esta canción es mucho más sucia de lo que puede parecer a primera vista. A primera escucha, mejor dicho. Presten atención.

8. «Otherside» de Red Hot Chilli Peppers

Hay dos puertas principales en el sexo. Una delantera y otra trasera que es el «otherside» al que Anthony Kiedis quier llegar.

9. «Whole Lotta Love» de Led Zeppelin

Al final del temazo dice I wanna be your backdoor man. Traducción: Quiero ser el hombre de tu puerta de atrás. Vaya, más directo (casi) imposible.

10. «My Moon, My Man» de Fiest

Fiest parece que no haya roto un plato, pero es más lista que el hambre. Con la voz tan delicada que tiene jamás imaginarías que tiene pensamientos impuros y que le va la marcha. Escúchenla. La canción va de que ella tiene la regla y quiere que el afortunado de su novio la ponga en dirección a la luna. Si siguen sin verlo claro, aquí moon quiere decir culo.

11. «Ring of Fire» de Johnny Cash

11 +1. Y por supuesto Tutti Frutti de Luttle Richard.

¿O pensaban que se trataba de una canción sobre frutas?

¿Alguien da más?

Que follen mucho y mejor.

¿Alguna vez le han comido el culo?

Querid@s,

En la última cena que he compartido con un popurrí de amigos lancé la siguiente pregunta al aire. Y tan ancha. ¿Alguna vez os han comido el culo? Se rieron, pero en muchos de sus rostros sólo pude ver incredulidad, asombro, sorpresa. La típica cara de…»yo eso no lo hago ni de coña, menuda guarrada». No entiendo de primeras ya esta cerrazón y este privarse porque sí de tan primigenio y primoroso placer. Me suena a poca imaginación, muchos prejuicios y un sexo rutinario en la que el misionero es el pan de cada día. Amen.

Para mas información, este annilingus es mundialmente conocido como beso negro. Aunque sepan ustedes que el beso negro ni es beso ni es negro. También se le llama beso polaco o beso de colibrí, porque estimula el periné (base de la pelvis, entre los genitales y el ano tanto femenino como masculino) y de este modo la lengua penetra el ano profundamente, simulando la forma en que los colibrís succionan el néctar de las flores. El ano, ojete u orto, de ahora en adelante «culete» (que queda más fino y elegante) es una de las zonas erógenas más fascinantes de hombres y mujeres, aunque much@s de ustedes no se atrevan a que nadie se aproxime a sus partes traseras o no les seduzca lo más mínimo que nadie se le asome al culete.

Pues qué quieren que les diga, a mi me va el beso negro. Darlo y que me lo den. Para los que a estas alturas del cuento no sepan lo que es, políticamente correcta les diré que consiste saborear y acariciar con toda la boca, la lengua y los labios el esfínter de otr@. Esta lúbrica práctica se remonta a los albores de la humanidad y tiene sus raíces en comportamientos solidarios y de limpieza recíproca entre distintos seres. El placer vino después. El esfínter suele estar muy irrigado y es extraordinariamente sensible. Si aún no lo saben, tóquense ustedes mismos, o mejor aun, pídanle a su pareja que lo haga por ustedes. Verán como cualquier cosita que le hagan ahí detrás obtendrá una recompensa proporcional al cariño y la pasión con que las hagamos.

Cuando se trata de beso negro confieso que soy egoísta y prefiero ser yo a la que se coman a besos. Hay uno que me atiende especialmente bien y me da unos besos negros que me muero. Primero se entretiene un buen rato acariciándome las nalgas y se pone a jugar como quien no quiere la cosa por mis alrededores perianales. Nunca lo hace directamente, ya sabe él que yo prefiero que me hagan las cosas poquito a poquito. Después de palpar bien todo lo palpable, se dirige con su mano poco a poco al ano. No puedo evitar volverme loca y poner el grito en el cielo mientras frota suavemente con el dedo corazón en movimientos circulares y envolventes. Hace lo que toca hasta que su boca entra en acción. Y es aquí cuando empieza el espectáculo, porque los que lo han probado alguna vez, no podrán negarme que a los besados nos gustan estas lamidas de culete más que a un tonto un lápiz.

Cada uno que lo haga como quiera, pero háganme caso en una cosa. El beso negro ha de darse con seguridad, con aplomo, con confianza. Con un par de huevos o un par de ovarios según sea el caso. Use la lengua para masajear y los labios para chupar. No se ande con remilgos, porque si lo hace no disfrutará plenamente de esta experiencia. Si le da asco, mejor dedíquese a otra cosa. Ya habrá tiempo.

Escena sexo oral de la serie Girls

Imagino que a muchos de ustedes no les convence nada esta práctica poco convencional entre los posibles juegos y carantoñas sexuales. ¿A qué se debe tanto ocultismo? ¿Por qué sigue siendo este beso tabú y el placer que se obtiene de él tan estigmatizado entre muchos? Está claro que es porque se relaciona directamente con aquello de caca, culo, pedo pis. Pero ya saben, como hablamos en un par de posts anteriores, si uno se da la friega correspondiente, el black kiss saldrá a pedir de boca.

A favor de esta práctica he de decir que es absolutamente indolora, sólo da gustirrinin y del bueno. Lo peor que le puede pasar a un@ es que se quede con algún tropezón en la boca, si el dueño o la propietaria del ano son algo guarretes. Permítanme que insista pues en la higiene y limpeza del culete, especialmente por respeto a y solidaridad con la boca involucrada. Los más aprensivos hablan hasta de jabones antibacteriales y no se amorran sin un lavado interno con agua y los utensilios pertinentes. No olvide depilarse o rasurarse, una zona despejada y libre de molestos vellos siempre hace más agradable y agradecida la experiencia. ¿A que no le gusta acabar con pelos en la boca? Pues al otro tampoco.

Para terminar, sólo un dato más. ¿Recuerdan el sesenta y nueve verdad? Pues bien, la misma práctica aplicada al beso negro se denomina doble cero. Les advierto que requiere de una cierta elasticidad física. Por si necesitaban una excusa más (apetecible) para apuntarse este año al gimnasio, ya la tienen.

Que follen mucho y mejor.

Sexo anal, luces y sombras

El sexo, por lo general, es motivo y caldo de cultivo perfecto para todo tipo de tabúes y prejuicios. Personales, morales, religiosos… Nada atrae y sacude tanto al ser humano, ni siquiera el dinero. Pero, de entre todas sus expresiones, hay una que claramente se lleva la palma en lo que a incomprensión se refiere: el sexo anal.

Con él pasa como con la ópera, o te fascina o te horroriza, pero no deja indiferente. No hay medias tintas. Es una práctica mucho más extendida de lo que muchos piensan, aunque aún tiene que lidiar con demasiadas ideas preconcebidas. Las más comunes son asociarlo al sexo entre homosexuales (como si eso fuera algo malo, por otro lado), temerlo por creer que es doloroso o rechazarlo por considerarlo algo “sucio” o inapropiado.

GTRES

GTRES

Los expertos coinciden en que es una zona muy erógena y afirman que, si se hace bien, puede ser una práctica muy satisfactoria para ambas partes. Como de costumbre, aproveché una fiesta en casa de unos amigos este fin de semana para sacar el tema y recopilar impresiones. Salvo una pareja, el resto eran todos heterosexuales y la mayoría reconocieron haberlo probado al menos una vez.

Gran parte de las chicas admitían que aquello no era lo suyo, que les provocaba dolor y que no les “ponía” en absoluto. Reconocían, no obstante, que iban desde el primer momento convencidas de que les dolería y que no conseguían relajarse. “A mí me gusta incorporarlo al tema de vez en cuando. Pone muy caliente a mi chico y a mí me anima. Además, estando bien lubricado no me duele nada”, contestó una. “A mí me encanta, tardo menos de 10 segundos en correrme y, aunque a veces me duele un poco, me mola la mezcla entre placer y dolor”, explicó otra.

En el caso de ellos, reconozco que hubo alguna respuesta que me escandalizó. Como la de uno que me dijo que a él le encantaba cuando estaba soltero, pero que ahora que va a casarse, a su mujer, “por detrás ni tocarla”. Como si fuese una práctica impura e indecente no apta para futuras esposas y madres. Otro me dijo que a él le gustaba sólo si la chica en cuestión le juraba y perjuraba que él era el primero. El resto, por lo general, dio las mismas respuestas: “morbo”, “dominación”, “atracción por lo prohibido”… Solo uno me dijo que su novia le gustaba tanto que se volvía loco y que, cuando estaban en la cama, quería “poseerla por todos los sitios”.

Así que nada, allá cada cual con sus límites, sus gustos, sus pasiones y sus prejuicios. Pero aquellos que se animen a curiosear por terrenos inexplorados, recordad lo que dicen los sabios: higiene, protección y, sobre todo, lubricante. Mucho lubricante.