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Cuando no existían los condones, con pellejos de morcilla follaban los muy cabrones

Querid@s,

En tiempos de los Romanos cuándo no existían los condones, con pellejos de morcilla follaban los muy cabrones. Eso dicen. Quién te ha visto y quién te ve querido condón. Ha llovido mucho desde que aparecieron los primeros ejemplares hasta nuestros días. Los superdotados de los egipcios utilizaban fundas de tela sobre el pene.

condon

Cuenta la leyenda que un tal rey Minos, allá por el 1200 a.C, utilizaba vejigas de pescado o de cabra para retener el semen. Menos mal que se han invertido tiempo y esfuerzos, y se han sustituido las tripas animales por el látex. No sé yo si me introduciría la vejiga de algún animal en mi vagina, por muy vigoroso pene que envolviera en su interior. Ahora hay condones para todos los gustos, en todos los colores. Algunos vienen estampados, otros con formas anatómicas especiales para conseguir más placer. Hay más largos y anchos, hay ajustados. Más gruesos (extra fuertes) o más delgados (sensitivos). Con o sin lubricante, lubricados ligeramente, extra lubricados, etc, etc, etc. Como ven hay condones para dar y vender.

Y sabores de todo tipo, tantos que algunos los confunden con chicles. Tengo fe en que algún día alguien saque a la venta condones con sabor a pene. Se forran. En cuanto a los tamaños, también hay para todos los gustos. Si se puede elegir, yo prefiero caballo grande y que ande.

Qué duda cabe que los condones son un coñazo para todos. Cuando uno está en pleno calentón y deseando dar rienda suelta a las bajas pasiones, lo que menos apetece es tenerse que poner a buscar el condón y ponérselo. Es una jodienda. Pero vale la pena hacer ese pequeño esfuerzo en un determinado momento a cambio de no pillar alguna enfermedad sexual desagradables hasta de pronunciar o provocar un embarazo no deseado. Eso sí es una jodienda. Por alguna razón, ya no están de moda los anuncios de televisión para concienciar a los más jóvenes e insensatos sobre las imperiosa necesidad y las múltiples ventajas de ponerse el condón. Antes formaban parte de nuestras cotidianas vidas frente al televisor. Recuerdo mis viejos tiempos cuando la televisión y el gobierno de España nos bombardeaban con anuncios de condones. Volvamos por un momento la vista atrás. Tod@s recordaran el mítico Póntelo Pónselo. Cómo olvidarlo. Para los más olvidadizos, aquí lo tienen.

Ahora los niños aprenden lo que es el sexo seguro de la mano de sus profesores de biología o educación sexual, imagino. Navegando por la red en busca de hilarantes e insólitos anuncios de condones he encontrado un porrón de ellos. Hay tantos que no sé ni por donde empezar. Por ejemplo este que tiene varios eslóganes impagables.«Aquí no hay fiesta sin globo.», «Si nos vas a forrarte, vete a casa a tocarte.»

O este que deja bien claras las instrucciones de uso y cómo se ha de proceder cuando se trata de colocar el condón. Pensaran tod@s ustedes que ya son mayorcitos y que es algo fácil, pero algun@s no se aclaran a la hora de colocarse la gomita. Tal era el caso de un ex amante que tuve que se hacía la picha un lío cuando tenía que enfundarse la pistola. FYI y a modo de repaso, consultemos el manual de instrucciones de los condones:

Después de abrir el envoltorio con los dedos (nada de tijeras o boca), póngase-o que se lo pongan- el condón en el pene cuando esté erecto y sólo cuando esté erecto. Y disfruten todo lo que puedan, que para algo nos hemos puesto la gomita. Sé que piensan que estos pequeños detalles están de sobra, pero los anuncios pretenden informar amplia y extensamente a l@s usuari@s de preservativos sin dar nada por sentado. Especialmente dirigido a los más ahorradores y ecológicos son los vídeos en los que dejan muy claro que la gomita es de un solo uso y que en estos menesteres aquí no toca reciclar. Estos amenos vídeos también incluyen como parte del manual de instrucciones comprobar en el envoltorio la fecha de caducidad antes de usar y asegurarse de que el condón no sea del siglo pasado.

Para los condones no hay que escatimar y siempre hemos de exigir un mínimo de calidad. El condón debe estar impepinablemente homologado por la Unión Europea. No me sean ratas en estos asuntos y no compren condones en el chino, que el dinero está para algo. Busquen el símbolo CE en el envoltorio. Una vez finalizada la faena, hay que retirar el condón inmediatamente después de la eyaculación, cuando el pene todavía esta erecto. Así evitaremos riesgos innecesarios. Y luego…a la basura. Nada de tirarlo al retrete, pues acabarán flotando en las aguas de nuestro ríos y nuestros mares. Aunque no sea activista de Greenpeace, quiero mis ríos y mis mares libres de plásticos. Y de semen ajeno.

Ámense pero siempre con protección. Diga lo que diga el Papa, que sigue sin justificar el uso del preservativo y no hablará de él hasta que no estén resueltos los «grandes» problemas: malnutrición, trabajo esclavo, explotación, falta de agua potable o tráfico de armas. Osea, nunca. Y para terminar, échenle un ojo a este desternillante y didáctico vídeo en el que hasta cuatro condones de colores nos hacen bailar al ritmo de la música bollywodiense. Desde el punto de vista del amigo condón, sus protagonistas indios cubren todos los temas posibles como preservativos para mujeres, incomodidad, como ponérselo y como le protegerá contra el SIDA y otras enfermedades, pero también toca un asunto que jamás he visto en una campaña publicitaria: sexo anal entre homosexuales. Con un par.

Que follen mucho y mejor.

La Iglesia y los pecados mortales según Bowie

Querid@s,

Ayer murió David Bowie. Cuando me enteré me puse a pensar en todas las canciones que conocía de él. Me vinieron muchas y recordé el videoclip de The Next Day. Véanlo y luego comentamos.

¿Qué han visto ustedes?

Yo veo un burdel frecuentado por mujeres de vida alegre y clérigos en el que Bowie da vida a una especie de Cristo predicador sobre el escenario y estigmatiza a una santa bebedora (Marion Cotillard). También veo un lujurioso sacerdote interpretado por Gary Oldman que hace manitas y seduce a una prostituta en la barra. Ahh y un cardenal pagando a una fulana. Sacrílega joya, irreverente muestra-desfile de los pastores del Vaticano en una atmósfera de perdición en un bar canalla donde los deseos impuros, los carnales, reinan por encima del castigo de Dios.

Reflexiono y me viene a la memoria un recuerdo de mi infancia. En un Ave María Purísima… Sin pecado concebida con 16 años, le confesé al sacerdote, sintiendo una gran vergüenza y mucha culpabilidad, mis pensamientos y mis actos impuros. A buen entendedor pocas palabras bastan pensé yo, pero la curiosidad de mi confesor fue más allá de anotar el pecado, catalogarlo y absolverme de mi pecado en el nombre de Dios. Así fue como fisgoneó detalles innecesarios sobre quién era él, cómo paso, cuándo ocurrió, por qué lo consentí. Le contesté todo lo que me preguntó, me perdonó, no sin antes forzarme a un absoluto arrepentimiento, y me fui en paz. 

Ha llovido mucho desde entonces pero el Catecismo de la Iglesia Católica sigue hablando de pecados mortales, esos de grave asunto. La lista es larga, pero entre los que nos interesa en este blog: a saber, el sexo antes del matrimonio, el adulterio, el divorcio, la masturbación, los actos homosexuales, la pornografía, la prostitución, la lujuria, los anticonceptivos. En definitiva, todo lo que sea sexo por sexo, porque queremos, porque nos da la gana, porque sí. Sexo por placer o por amor. Porque el sexo, sin fines puramente procreativos, no está consentido, no es lícito, ni de buen cristiano ni de buen gusto.

¿Qué pueden predicar sobre amor aquellos que jamás se han enamorado? ¿Qué lecciones sobre sexo he de aprender yo (y ustedes) de estos hombres y mujeres célibes y castos?  Para mi no va a misa (en cuestiones de las bajas pasiones) lo que me diga una monja o un sacerdote al que jamás ha muerto en los brazos de otro. Sobre sexo que no me lancen moralinas quien no ha sentido una petite morte y ha visto el cielo después de un sexo con o sin amor. Que no me adoctrinen en el nombre de Dios aquellos que no conocen la pureza del amor y la belleza de la pasión.

The next day

Qué manía con prohibir, con sentenciar, con decir lo que se puede o no se puede hacer con el cuerpo de uno. Cuánta paradoja frente a ciertas costumbres eclesiásticas de corrupción y pederastia. Y si un cura abusa de un@ niñ@ se le cambia de parroquia y Santas Pascuas. Qué manía con censurar lo natural pero consentir el pecado si el que lo comete es un predicador. A veces tengo la impresión de que la Iglesia está más pervertida que Sodoma y Gomorra. He visto desfilar homosexuales con sotana, fornicaciones entre el párroco y la feligresa, masturbaciones entre el confesor y la pecaminosa, curas abusando de indefensos párvulos u hombre de Iglesia visitando burdeles. Eso sí, todo siempre bajo la más estricta confidencialidad para que no se sepa. Eso no es sexo querid@s, no es sexo. Y aunque el hábito no haga al monje, me pregunto, les pregunto, si colgarán los hábitos antes de dejarse caer por esos mundos de Dios.

Gracias Blackstar por no haber tenido nunca pelos en la lengua. Polémico e inquietante, sigue gozándotela allá donde vayas. Que a ti lo de descansar en paz no te va.

Que follen mucho y mejor