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¿Prohíbe la Biblia el placer sexual?

Querid@s,

¿Prohíbe la Biblia el placer sexual?

Salvo que estén casados por la Iglesia, lamento decirles que sí. Los únicos que pueden gozar del placer sexual y no ser catalogados como viles pecadores son los casados. Por la Iglesia, como es lógico. Igualmente espero que tampoco les importe demasiado y continúen haciendo lo que acostumbran.

La Biblia dice: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros” (Hebreos 13:4). Junto con todo lo que son para la Biblia ejemplos de inmoralidad sexual, las relaciones prematrimoniales son condenadas reiteradamente en las escrituras sagradas. La Biblia promueve la abstinencia antes del matrimonio, y pasarse esta norma por el forro de sus partes pudientes es tan malo como cualquier otra forma de inmoralidad sexual. Por su parte el catecismo de la Iglesia católica define y explica estas infamias de grave asunto sexual; a saber, la pornografía, la prostitución, la lujuria, la masturbación, los actos homosexuales, los anticonceptivos, el adulterio y el divorcio. Pecados todos ellos mortales que hacen de nuestra alma un alma impura y  pecadora, y nos alejan de Dios. Tampoco vale si a usted le ha casado en civil matrimonio un funcionario cualquiera o si mantiene usted una relación de hecho. Con estas uniones alternativas no va usted a ninguna parte. Ni falta que le hace.

Resumiendo, la teoría que viene a defender la Iglesia es bien sencilla; Dios diseñó el sexo como una práctica agradable exclusivamente reconocida a un hombre y una mujer casados. No olvidemos, sin embargo, que la finalidad primaria del sexo no es el placer, sino más bien la reproducción. La doctrina católica reitera que vida humana y sexualidad son inseparables, una unión sagrada. El catecismo cita literalmente (2351) que la lujuria es un deseo o un goce desordenados del placer venéreo. El placer sexual es moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de las finalidades de procreación y de uniónAsí pues, un@ puede disfrutar el placer sexual siempre y cuando tenga como objetivo traer al mundo una bonita descendencia.

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Aunque ni siquiera dentro de los límites del matrimonio cualquier práctica está autorizada por las autoridades eclesiásticas. Las felaciones tampoco valen. El catecismo, compendio de la fe eclesial, no menciona en ningún momento la fellatio, no desciende a esos detalles. Del cunnilingus ni hablar, parece que ningún escrito sagrado concebía que una mujer se le permitiera obtener placer a través del sexo oral que su esposo le practicara. Una vez más, #micromachismo. Más bien, #maximachixmo. Ne se me ocurre mejor manera de aleccionar a la Humanidad que tergiversando un instinto tan primitivo y primigenio como la sexualidad humana tiñéndolo de preceptos machistas, entre otras lindeces.

Machismos aparte…según la moral oficial católica, la fellatio no se concibe ni dentro ni fuera del matrimonio; porque no hay reproducción posible. Por lo tanto, si usted es un@ felador@ fuera de esta institución se convertirá a los ojos de la Iglesia y los moralistas en un flagrante adúltero. Para avance de la Iglesia (aunque microscópico), la mayoría de los teólogos moralistas actuales consideran el sexo oral un comportamiento lícito dentro del matrimonio y un adulterio fuera de él. Igualmente ocurre con el arte de follar por detrás. Al ser imposible la reproducción vía penetración anal, esta práctica sexual queda inmediatamente condenada.

Rumorean los ambientes eclesiásticos que Dios no declaró ilegal el sexo fuera del matrimonio para quitarnos a sus semejantes el placer, sino para protegernos de embarazos no deseados y de niños nacidos de padres que no los desean o no están preparados para esta vital experiencia. Me pregunto y les pregunto si acaso un matrimonio no es susceptible de estas circunstancias.

¿Y si uno no cree en el matrimonio?

¿Y si a uno le pica y no tiene marido o mujer que le rasque?

¿Y si les sobran los motivos para quererse y también para casarse frente a un altar?

Mojarse las ganas en el café parece ser la única norma de conducta que impone Dios para no pecar cuando se trata de sexo antes y fuera del matrimonio. Los escritos, la Biblia y los sermones aparecen inundados de esta terminología ominosa. A los sacerdotes, cardenales, obispos y monjas se les inunda la boca hablando de fornicaciones, sexo oral, onanismo, placeres venéreos. No se pasen ustedes que igual les da por excitarse y empezar a cometer barbaridades infames. Y luego esos mismos predicadores pecaminizan todo lo que representa el sexo fuera del santo matrimonio.

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Escena del Vídeoclip The Next Day (David Bowie)

¿Qué opinan ustedes de todo esto?

Yo opino que Dios no dijo tanto, se me antoja que la Iglesia ha hecho y sigue haciendo de su capa un sayo y que no tienen derecho ni sabiduría para aleccionarnos sobre sexo, ni fuera ni dentro del matrimonio que un@ tenga a bien contraer o dejar de contraer. Hay que predicar con el ejemplo y dentro de la Iglesia, hay más de uno que mantiene relaciones sexuales, consentidas y forzadas. Y no con su desposada esposa precisamente. Por mucho que uno esté casado con Dios. Y por la Iglesia.

Que follen mucho y mejor.