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‘Sexjercicio’: cómo deberías hacerlo para quemar calorías en la cama

Confieso que soy un poco adicta al contador de pasos del teléfono. Sobre todo porque me permitía competir contra mi rival favorita, yo misma, cada día. Además, mi marca de 30.000 pasos en Roma hace un par de años es algo de lo que me siento bastante orgullosa.

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El juego de averiguar si he llegado al trabajo por una vía algo más rápida, se me ha acabado. Al máximo que llego es a 500 y eso si tengo la suerte de ser a quien le toca hacer la compra.

Al nivel de mi padre, que dedica una hora concreta de la jornada a atender llamadas dando vueltas por la casa, no he llegado (todavía).

Y como la OMS estaría bastante avergonzada de mi cuentakilómetros estos días, he pensado que podría compensarlo de otra manera.

El ejercicio está descartado, pensad que estos pasos de los que hablo forman parte del neat, un concepto que se refiere al gasto energético diario que se emplea en cualquier actividad que no sea la práctica de deporte.

En otras palabras, lo que gasto en energía de bajar las escaleras, hacer la compra, volver cargada y subirlas. Aunque hay algo más que puede subirnos el neat en nuestro día a día: ¡el sexo!

Depende de cómo se haga, puede convertirse en la mejor manera de quemar esos caprichos de tanta serie en el sofá (¿el último en mi caso? Una tarta de queso).

A los fans del perrito, les sugiero que le den un descanso si su idea es subir el neat. La clave es buscar posturas en las que moverse, esas de sudar que terminas jadeando como si acabaras de participar en una carrera.

¿Mi sugerencia? Las que imitan la sentadilla, o, más en general, todas aquellas que necesitan la fuerza de las piernas para hacer el movimiento ascendente y descendente.

En el caso de ellos, una buena opción sería la de hacerlo de pie sujetando a la otra persona alrededor de la cintura, es decir, trabajando brazos y piernas.

También podría valer el misionero, aunque al final son posturas que implican que, quien no trabaja, no hace prácticamente gasto calórico.

La clave es ir turnándose. Que primero se canse uno y luego otro para hacer una especie de juego de relevos sexual en el que solo se cambia de pose cuando se empieza a agotar el aliento.

Vale, no es la visión más romántica del acto. Pero después de tantos días encerrados juntos, ¿qué tiene de malo probar algo un poco distinto y que solo sea físico? Las endorfinas lo agradecerán.

Duquesa Doslabios.

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¿Deseo en la distancia? Siempre nos quedará el sexo virtual

Cuando digo que me gusta mantener cierta distancia en mis relaciones, definitivamente no me esperaba que sería por una cuarentena.

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Coincidirás conmigo en que, al principio, estaba bien lo de poder dedicarnos tiempo, ese que se nos niega en el día a día con tantas obligaciones.

Pero muchas estamos ya hasta el gorro de la mascarilla y preferiríamos cambiar la enésima rutina de belleza por un abrazo o un buen meneo.

Una vez declarado el estado de alarma, no queda otra que luchar para que nuestra vida sentimental no termine desapareciendo.

Y sí, admito que los que vivimos en pareja, lo tenemos relativamente fácil. Es casi imposible que no se dé el roce (aunque no siempre sea sinónimo de sexo y sí de discusiones).

Sin embargo, ¿cuántos casos conocemos de esa amiga dramáticamente separada de su crush? Yo tengo ya unas cuantas.

Quienes están distanciados de su pareja ya tienen claro que el sexo por videollamada es la alternativa que les queda. Son los nuevos expertos en striptease y masturbación frente al objetivo.

Pero ¿y si todavía no hay confianza como para compartir la intimidad a través de la cámara porque estamos en la fase de conocernos?

Lo primero, quiero tranquilizarte. No significa que tu vida sexual vaya a quedar relegada al succionador de clítoris o a tu mano (si no tuviste la previsión de hacerte con uno antes de que cerraran los sex shops). O, al menos, no si no quieres.

Mi sugerencia es que empieces por el sexting. No solo es divertido, sino que te obliga a darle a la imaginación y a calentar el terreno pensando en cuando os veáis, un momento que será espectacular si se ha mantenido la química.

Incluso, si te ves capaz, puedes mandar alguna foto para completar la fantasía. Aunque asegúrate de que envías correctamente la imagen, nadie quiere que termine en tu grupo de spinning.

Un paso más allá sería el sexo telefónico, que además es una gran forma de conectar si el teclado se te queda corto.

Puedes empezar relatando dónde te tocas, dónde te gustaría que te tocaran, cómo te hace sentir… Incluso puedes jugar a mandar sobre la otra persona y luego cambiar los papeles. Cuantos más detalles, susurros, jadeos y, ¿por qué no?, gemidos, será mejor la experiencia.

Los nervios son los únicos enemigos, así que antes de ponerte a ello, tranquilízate y busca el momento. Ya no tienes la excusa del tiempo, así que planificar la llamada será la primera ayuda a la hora de mentalizarse.

También conseguirá que esperes ese rato con muchas ganas y plena dedicación por tu parte. Y, por supuesto, atrévete a experimentar o a improvisar.

Al final, la distancia no tiene nada que hacer con la separación física si se tienen ganas y medios alternativos.

Duquesa Doslabios.

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Hablemos de la cuarentena asexual: ¿y si no me apetece hacerlo?

¿Soy la única que siente presión por la cuarentena? Directos constantes a todas horas con clases de cocina, manualidades para niños, conciertos en casa o rutinas de ejercicio. Casi que empieza a estar mal visto que te quedes en casa sin hacer nada productivo.

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Pero lo cierto es que no nos han entrado a todos esas ganas locas por aprender un idioma por nuestra cuenta usando vídeos de Youtube o pasarnos el día preparando los retos gimnásticos de los famosos.

De hecho, poco se habla de la sensación de bajón, de la ansiedad por lo que vaya a pasar en unas semanas, del miedo ante el futuro incierto… De una serie de cosas que hacen que, anímicamente, no siempre se pase por un buen momento.

El sexo no se escapa de esto. Y eso que he sido la primera en ver en la cuarentena una oportunidad para reconectar con una misma y con la pareja.

La excusa perfecta para descubrir las apetencias sexuales más desconocidas y la ocasión de probar aquellas posturas, juegos o juguetes que estaban a la espera de que apareciera algo de tiempo libre.

Hay expertos en sociología que llegan a aventurar un baby boom a finales de año, fruto de las largas jornadas de confinamiento.

Pero, ¿y si se da el extremo contrario? ¿Y si no me apetece tener sexo? Esto es algo nuevo para todos, por lo que cualquier reacción es válida.

Tanto la de quienes quieran dar rienda suelta a su pasión cada noche, como los que busquen un poco de acercamiento vía sexting así como aquellos que no quieran nada.

Se sabe que el sexo es una vía de liberar estrés, pero también puede generarlo el hecho de no tener ganas de intimidad. En cualquier caso, esa falta de ganas -ya sean hacia la pareja o con uno mismo-, sería también una reacción típica.

Al final, no hay una manera correcta universal de enfrentarse a momentos nuevos como este. Y como no contamos con un manual de instrucciones, para esos casos, lo mejor es seguir el impulso y hablarlo abiertamente.

Duquesa Doslabios.

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El amor (y el sexo) en los tiempos del coronavirus

A estas alturas del mes, las noticias sobre el coronavirus -o Covid-19 para los amigos-, nos tienen la cabeza bastante hastiada. Vale, hay que lavarse muchas veces las manos, desinfectarlas con alcohol, si no tenemos jabón cerca, e intentar evitar las aglomeraciones para disminuir el riesgo de contagio.

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La teoría nos la sabemos tan bien, que la OMS podría estar orgullosa. Pero, ¿qué hay de nuestra vida sentimental en estos tiempos de virus?

Y es que mientras que en tu empresa ya están haciendo simulacros para ver cómo aplicar el teletrabajo, tú sigues dándole a las aplicaciones para conocer gente y teniendo una vida sentimental tan activa como la de Brooklyn Beckham.

Pero las precauciones también tienen que ponerse en práctica en el universo de las citas. Tinder ha sido una de las primeras en poner sobre aviso a los usuarios. Que claro que quieren que te lo pases bien, pero mejor si te ahorras un gripazo, ¿no?

Os lo dice quien ha aplazado una cita con un amigo para evitar coger el metro en una hora punta, así que si yo puedo buscar otro hueco, tú también.

Aunque podemos sacarle el lado bueno a la situación, puedes aprovechar para conocer a alguien la vieja usanza. No te digo que mandes cartas, pero ¿por qué no aprovechar para escribir un mail de esos largos que empiezan por un «Querida» o «Querido»?

En cuanto a la intimidad, todavía no se conoce lo suficiente del virus como para saber si a través de las secreciones sexuales hay riesgo de contagiarse.

Lo que sí se sabe es que viaja en las secreciones respiratorias, en otras palabras, todo lo que implique un acercamiento físico es probable que termine en contagio. En otras palabras: adiós, intensos besos con lengua.

¿Que teniendo sexo puedas terminar cogiéndolo? Pues a no ser que utilices alguna postura en la que las caras están totalmente alejadas (ideal para los amantes del perrito), es muy probable que te contagies.

Así que si tienes dudas de si tu pareja, ligue o follamistad ya ha caído, y prefieres evitarlo, sí, tendrás que posponer la sesión de sexo.

Duquesa Doslabios.

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De verdad que hay gente que se piensa que el sexo tiene que ser como el porno

¿Te acuerdas de cómo aprendiste cosas sobre el sexo? Yo te lo digo, no fueron las clases de educación sexual de una hora en todo el curso las encargadas de que descubrieras qué era eso de una felación.

Si no ha sido el listillo de la clase, el que sabía todo por su hermano mayor, me juego la coleta a que ha sido el porno.

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Y vale que la primera vez que viste un pene o una vulva en tu vida, aquello te recordó casi a una criatura de otro planeta (sobre todo porque te parecía que sobraba piel por todos los lados). Pero eso no significa que se convierta en la referencia de tu vida.

De hecho, incluso hay casos de chicos que pasan miedo la primera vez que ven un pubis con pelo. Casi tienes que decirle «Shhh, tranquilo. No muerde, puedes acercar la mano. ¿Ves como es sociable?». No me quiero imaginar si eso ya pasaba con los millennials, qué vendrá después con la Generación Z.

Parece que los vaticinios no son muy positivos, o al menos si analizo los resultados del último estudio de Durex, quienes entrevistaron a 1.000 personas entre 18 y 24 años para saber cuál era su nivel de satisfacción sexual respecto al porno.

Una tercera parte estaba «sorprendida» de lo que era aquello si se comparaba con lo que veían en la pantalla, ya que antes de intimar, eso era lo más parecido al sexo que habían tenido.

También una tercera parte declaró que había afectado en lo que encontraban atractivo en su pareja (tetas gigantes, pubis siempre perfectamente depilados…).

Por último, la cuarta parte afirmaba que aquello no era tan bueno como lo esperaban, lo que les había pasado factura a la autoestima.

Imaginad qué tristeza estar toda tu adolescencia más salida que el pico de una mesa, llegue tu primera experiencia y descubras que no es tan bonito como pensadas. ¿No os da pena?

Si es que lo malo del porno es que ha pasado de ser un producto ‘de mentira’ a algo que esculpe cómo es o cómo debería ser el sexo.

Pero pensar que tu vida sexual va a ser como el porno es como esperar que de los huevos de la nevera salgan dragones porque has visto hace poco Juego de Tronos. No confundas la realidad con la ficción.

Tenemos la suerte de que contamos con más libertad que nunca para hablar de todo y que no es necesario que la educación se quede en la pornografía.

Hay un montón de sexólogos con redes sociales (no tienes excusa para no seguirlos), centros donde te ofrecen información e incluso programas de salud sexual.

Duquesa Doslabios.

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Sí, el ‘polvo de la reconciliación’ tiene más sentido del que te imaginas

Han pasado siete días. Siete larguísimos días con sus siete interminables noches en las que lo único que has hecho con tu pareja ha sido discutir y aprovechar para retomar tu relación con el succionador de clítoris.

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Una semana en la que, como si de en tus tiempos de soltera se trataran, te has hecho cargo por completo de tu placer. Aunque eso no quitaba lo mucho que te atraía cuando se quitaba la camiseta para ponerse el pijama.

Vale que el enfado no es capaz de apagar la atracción, pero qué duro se hace mantener las distancias cuando hay una bronca de por medio.

Por suerte, la guerra llega a su fin. Uno de los dos dice las palabras mágicas («Lo siento»), y tu siguiente pensamiento es, lo admitas en alto o no, ‘follemos’.

Al final, el sexo es un lenguaje de la pareja. Se ha convertido en una forma de acercarnos entre nosotros, no ya solo de darle rienda suelta a las ganas.

Y es que ese tipo de polvo, en concreto, tiene un objetivo que los demás no comparten, volver a instaurar ese vínculo que se ha debilitado por la discusión.

«Tener sexo tras una discusión en pareja puede a veces ayudar a que nos volvamos a unir, a confirmarnos que la relación va bien y sigue adelante, y que damos el asunto que nos llevó a discutir como zanjado», afirma la sexóloga Ana Lombardía de Sexoenlapiel.com.

¿El resultado? Fuegos artificiales, deseo por las nubes (como para no después de una semana sin tocaros ni con un palo), todo tipo de peripecias en la cama, ilusión, manos entrelazadas, ojos incapaces de despegarse… Pero sobre todo la seguridad de que las cosas vuelven a funcionar.

Una vez pasado el momento de pasión, el resultado no podría ser mejor: los dos exhaustos, con subidón de endorfinas y el nexo intacto de nuevo, con la sensación de fortaleza después de haber superado otra prueba más para la relación.

Siempre y cuando sea la manera de ponerle el punto y final (por todo lo alto) a un desencuentro, claro.

«A veces se tiene sexo tras -o durante- una discusión porque alivia las tensiones y refuerza el vínculo, pero obviando resolver la desavenencia. Es decir, tras el sexo el enfado se nos pasa, pero el problema sigue ahí», recuerda Ana.

Duquesa Doslabios.

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Ya hay una copa menstrual que te permite tener sexo (y sin manchar nada)

Hace cinco años empecé a usar la copa menstrual y, desde entonces, hablo maravillas de ella. Es fácil, práctica, perfecta para disfrutar de un día de playa o de spa sin miedo y, sobre todo, respetuosa con el medio ambiente.

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En este tiempo han ido evolucionando. Ahora las encuentras con una especie de pitorro para poder vaciarlas sin tener que sacarlas de dentro, con aplicador y hasta con sistema antiderrames.

Aunque el modelo más sorprendente que he descubierto es aquel que te permite tener relaciones sexuales ¡con ella puesta!

Pero, en un mundo en el que el uso de la copa menstrual está cada vez más extendido, ¿por qué utilizar este modelo? Pilar Ruiz, responsable de Comunicación de Intimina, la marca responsable del Ziggy Cup, la copa pro sexo, nos lo cuenta.

Y es que por mucho que hayamos naturalizado tener relaciones sexuales durante esos días, y como la propia Pilar me confirma según datos del estudio que realizó la marca en 2019, ·todavía parece ser que no son compatibles: «Cerca del 70% de las mujeres considera que no es algo que le guste hacer especialmente durante esos días. De hecho, para los hombres la respuesta es muy similar.»

Que una copa menstrual se pueda llevar mientras se tienen relaciones, ¿es la forma de revertir esta situación?
Hemos lanzado al mercado esta copa menstrual para todas aquellas mujeres que quieren olvidarse de la regla en cualquier momento. De esta forma, las ayudamos a que se sientan más seguras, ofrece total libertad. Es extraplana y diseñada para proporcionar total comodidad, sin importar la actividad que se realice. Es muy suave y fina, y cuenta con un borde doble a prueba de fugas.

¿Por qué crear una copa en concreto que se puede dejar puesta con lo sencillo que es quitarla si se quieren tener relaciones?
Esta copa menstrual no bloquea el canal vaginal, ya que está apoyada contra el cuello uterino, muy similar a como lo hace un diafragma anticonceptivo. De todas formas, puede usarse también como una copa menstrual normal, no solo para mantener relaciones sexuales con la regla. De hecho, recoge el fluido protegiendo hasta 12 horas seguidas gracias a su gran capacidad, independiente de la cantidad de flujo. También está especialmente dirigida a mujeres que tienen el cérvix más alto para una total comodidad.

¿Puede llegar a proporcionar más placer a la mujer en el orgasmo?
Está diseñada para ofrecer un máximo confort sin tener fugas durante las relaciones sexuales. En este caso, no proporciona más placer, pero sí decimos que mantener relaciones sexuales con la regla es beneficioso. Al experimentar estimulación sexual, los niveles de oxitocina del cuerpo aumentan, haciendo que la glándula pituitaria bombee endorfinas que amortiguan cualquier dolor que puedas sentir por los cólicos. Mantener relaciones sexuales durante la menstruación puede aliviar en gran medida las molestias.

¿Es solo para utilizar durante el acto sexual o se puede llevar más horas puesta como es el caso de las copas convencionales?
Puede llevarse hasta 12 horas seguidas. Al igual que las copas menstruales convencionales, ofrece las mismas ventajas: se adapta al cuerpo y no se nota, es ultrasuave, hipoalergénica, se puede guardar en su funda higiénica y es reutilizable hasta dos años.

¿Dónde tenemos que colocarla para que no se note durante el sexo?
Se recomienda tener experiencia previa en el uso de otros modelos de copas menstruales. Si ya tienes práctica con ellas, estos son los pasos que recomendamos:

· Localiza la parte trasera de la copa (o más profunda) y asegúrate que esta parte queda apuntando hacia ti. Aprieta los bordes laterales hasta formar un 8.

· Siéntate cómodamente en el inodoro y relaja tus músculos vaginales. Inserta la parte trasera empujándola con el dedo hacia el coxis. Una vez el borde trasero haya pasado tu cérvix, empuja el borde delantero hacia arriba hasta colocarlo detrás de tu hueso púbico. La copa rodeará tu cérvix y recogerá tu flujo menstrual.

A la hora de introducirla, entiendo que se pliega como una copa cualquiera, pero ¿es sencillo sacarla?
Para extraerla, primero recomendamos lavarse las manos con agua y jabón. Tras ello, la usuaria debe sentarse cómodamente en el inodoro y relajar los músculos vaginales. Después, se tiene que insertar un dedo para enganchar la parte delantera. Posteriormente, hay que deslizar la copa suavemente y paralela al suelo para evitar derrames.

Duquesa Doslabios.

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Así es como puedes usar (más) el clítoris mientras tienes sexo

La teoría nos la sabemos: el clítoris es el órgano del placer, el botón mágico que se traduce en una sola cosa: orgasmo.

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Por eso en casa –tranquilas, tumbadas en la cama y despatarradas, con un libro en una mano abierto por la página de ese capítulo y la entrepierna en la otra-, conseguirlo es bastante sencillo.

Estando en compañía la cosa cambia. Ya hemos superado (por suerte) lo de tocarnos mientras tenemos sexo en pareja, pero llegar al clímax es a veces una odisea.

Dependiendo de cómo estés colocada, la mano se te cansa, lo que te corta totalmente el rollo cuando estás a punto de correrte.

Hay posturas en las que poder acariciarte parece más difícil que una prueba de Humor Amarillo. Entre sus movimientos y su pubis, se te machacan los dedos y tienes menos control que si tuvieras un guante entre las piernas.

Así que, si hace unos días os comentaba que cambiar de posición durante el sexo es un básico para hacer la vida íntima más variada, en este caso es fundamental si no te alcanzas el clítoris.

Algunas posturas, como el perrito o la amazona, te dan vía libre a la vulva, aunque tampoco significa que tengas que estar tocándote desde el primer minuto.

Mi recomendación es que, para retrasar al máximo el cansancio de los dedos, empieces pasando de la mano. A cambio, usa la fricción natural de tu acompañante o apriétate tú (no infravalores el petting).

Otra recomendación es que intentes estimular el clítoris internamente (recuerda que de él solo vemos la puntita).

Contrae tus músculos vaginales hacia dentro y hacia arriba, como si quisieras sorber por una pajita imaginaria, y notarás cómo las sensaciones son mucho más intensas.

Y por supuesto, si ni con esas consigues alcanzarte el clítoris o estimularlo correctamente, déjate ayudar por los juguetes. Un succionador o una bala vibratoria en la zona solucionarán el problema.

Duquesa Doslabios.

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Las grandes ventajas de cambiar de postura en la cama durante el sexo

En la cama me he encontrado con gente muy fiel a sus posturas predilectas y otra con el culo inquieto, de esa que parece que cambian de posición cada dos por tres como si quisieran sellar una tarjeta con todas las poses del Kamasutra.

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Soy una gran partidaria de darle un giro a las cosas de vez en cuando, pero ¿en serio era necesario que justo cuando estaba a punto de correrme le diera por girar de nuevo?

Pequeñas anécdotas aparte, ir cambiando no solo es una cuestión de hacer más variada la experiencia. Es también una necesidad por cuestiones físicas (aguantar 20 minutos con la pierna posando como Victoria Beckham solo está al alcance de la ex Spice Girl).

El dato también lo confirma el último estudio de JOYclub -una comunidad basada en la sexualidad liberal-, que ha preguntado a más 5.000 miembros acerca de sus comportamientos en la cama.

La mayoría, un 62% cambia de postura dos o tres veces en cada acto sexual. El motivo más repetido es que, «sin cambios regulares, el sexo sería aburrido».

Una afirmación que secunda el 87% de los encuestados. Solo un 13% está a favor de empezar y acabar de la misma forma.

Más allá de la variedad en la vida sexual, el cambio de posición permite compensar posibles incompatibilidades como la altura, así como estimular diferentes zonas.

En mi caso, tengo muy presente cuáles son las que me permiten alcanzar más fácilmente el orgasmo, por lo que suelen aparecer en mi repertorio.

Además de las diferentes sensaciones, experimentar nuevos puntos de vista es otra de las ventajas de ir transformando las posiciones (y si queréis saber de lo que hablo, cambiar el orden más común del 69 te descubre partes de tu pareja sorprendentes).

Así que, ¿a qué esperas para cambiar?

Duquesa Doslabios.

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Lo que deberías hacer (y lo que no) si quieres tener más sexo con tu pareja

De entre todas las verdades universales, mi favorita es la de que, a la mayoría, nos gustaría tener más sexo con nuestra pareja, aunque no vayamos proclamándolo en alto.

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De hecho, si le sacamos el tema en la relación, es muy probable que nos encontremos el mismo pensamiento por su parte. Entonces, si estamos de acuerdo en que queremos hacerlo con más frecuencia, ¿por qué no lo ponemos en práctica?

La rutina, el cansancio, Netflix, el teléfono móvil… Una serie de factores juegan en nuestra contra en cuanto a intimar se refiere.

Aunque la buena noticia es que podemos conseguirlo cambiando un poco nuestra manera de hacer las cosas.

Si no surge, no es mala idea programarlo. Vale que no hace especial ilusión pensar en ello como en una tarea más del día, pero es como quedar con un amigo. Si no pones fecha en la agenda, lo más fácil es que, un día por otro, termine pasando el tiempo.

Planificarse es importante (lo siento amantes de la procrastinación) ya que si dejamos la intimidad para última hora del día, cuando nos hemos liberado de todo lo demás, el cansancio nos ponga en fuera de juego antes de tiempo.

Sin embargo, si te pones a ello antes de hacer la cena, recoger el tendedero o contestar ese mail tan urgente, te aseguras de hacer esas cosas con un estado anímico muy favorable. Y disminuyes las probabilidades de que termine por no suceder.

Eso no significa que no haya cabida para la espontaneidad, todo lo contrario. Dentro de la planificación, hay espacio de sobra para improvisar.

Juegos, lugares diferentes, roles, objetos, ropa especial, música… Todo lo que se pase por la cabeza, hasta el detalle más pequeño, puede ser una buena idea.

Y es que las cosas que nos excitan tienen un papel muy importante, ya que funcionan como mechero encendiendo la llama.

Algo tan sencillo como acordar con tu pareja una prenda de ropa que sienta especialmente bien o un perfume que excita, también consiguen servir de ayuda para que se dé la situación.

Al final, después de un tiempo, es normal que la pasión del principio -esa urgencia de echar un polvo delante de la puerta de entrada porque no da ni tiempo de llegar a la habitación-, termine desapareciendo.

Por eso hay que proponerse que el sexo no se vea influido en la nueva etapa con estas claves para que no termine desapareciendo.

Duquesa Doslabios.

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