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Candados para penes, nuevos modelos para juegos eróticos

No, no es broma. Es el producto estrella de la empresa CB-X: un candado para penes. Tal cual. La primera aplicación de la que hablan sus creadores es para prevenir infidelidades, en plan cinturón de castidad del siglo XXI, aunque sinceramente creo que lo dicen de coña. Cuando describen sus otros usos, en cambio, ya vas entendiendo mejor de qué va el rollo.

Se trata de una especie de funda de plástico resistente e hipoalergénica, con diferentes tamaños y acabados. En la parte más cercana a la base del miembro tiene un dispositivo para colocar el candado, de manera que solo podrá ser retirado por la persona que posea la llave. Y ahí es, según dicen, donde reside la gracia.

candado pene

Cb-x.com

“Lo están comprando hombre y mujeres por igual”, afirma la empresa, que divide en dos grandes grupos a sus compradores. Por un lado, fetichistas; por otro, parejas que quieren explorar su sexualidad y disfrutan practicando juegos sexuales. En este caso, se trataría del juego de la llamada “castidad forzada”.

Es decir, el responsable de las llaves tiene el poder, un control absoluto sobre el placer del usuario del candado, que tendrá a su vez que complacer a su “carcelero” para poder recibir la satisfacción que ansía. Algo en plan sufre mamón, devuélveme mi orgasmo. Aseguran, además, que también lo están empezando a usar sexólogos en terapias de pareja y en tratamientos personales de disfunción eréctil.

Pues nada oye, los más aventureros ya tenéis una idea más para regalar en estas entrañables fiestas. Yo, por mi parte, pecaré de tradicional. No es que quiera joderles el negocio, pero la verdad, gastarte 110 euros (sí, eso cuesta) en un trozo de plástico para que el muchacho en cuestión no pueda empalmarse a gusto y que pase las de Caín para orinar, pues no me pone mucho, la verdad. Eso o que me imagino a cualquier hombre desnudo con el cacharro metido en una funda de acabado madera o camuflaje al más puro estilo terminator y lo que me da son ganas de salir corriendo.

En fin.

Masajes y orgasmos

Me lo había contado varias veces, pero nunca la creí del todo. Ni yo ni ninguna de nuestras amigas comunes. Pero anoche volví a verla, después de casi un año, y nada más mirar su cara reluciente y brillante supe que había vuelto a pasar. Resulta que la tipa, que ahora vive en París y por eso nos vemos poco, afirma que cada vez que va a un centro de estética a que le hagan una limpieza facial tiene un orgasmo como la copa de un pino.

Siempre ocurre en la parte final, cuando le hacen el masaje y ella se relaja. La primera vez no podía creérselo; pensó que sería algo excepcional. Pero no, sucedió todas y cada una de las veces. Al principio lo pasaba mal, pensaba que acabarían por notarlo y se moría de la vergüenza. Luego lo asumió y se dijo: “Qué narices, a relajarme y a disfrutar”. Se lo contó a sus parejas cuando las tuvo y a ellos les pareció superexcitante. Entusiasmados, enseguida intentaron hacer ellos de masajista, pero nunca lo consiguieron. “Se pensaban que era tocar y listos, como si hubiera un botón mágico”, solía decir.

masaje facialNi que decir tiene que todas nos lanzamos en tromba a pedir cita en uno de estos centros… pero nada. Ni uno. Ella está ahora felizmente emparejada y a punto de casarse, pero sigue disfrutando de sus ocasionales sesiones de belleza. El funcionamiento de estos orgasmos, no obstante, le siguen resultando un misterio. Porque ocurre cuando le masajean la cara, concretamente la zona de la frente, pero lo que es sentirlos, los siente entre las mismas piernas. Después asegura que le recorre todo el cuerpo.

Rebuscando por ahí leo que los procesos biológicos requeridos para entrar en este tipo de estado incluyen la estimulación y elevación progresiva y equilibrada de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. Por otro lado, la sexóloga Pilar Cristóbal explicaba hace años en 20minutos que es posible experimentar un orgasmo estimulando cualquier parte del cuerpo.

“El mapa erótico humano, que es esa parte del cerebro que codifica los estímulos como sexuales, es muy complejo y está relacionado con experiencias infantiles, con aprendizajes sociales y con lo que cada uno fantasea como erótico. Físicamente cualquier zona del cuerpo que tenga terminaciones nerviosas puede desencadenar un orgasmo, aunque estos, que son una respuesta que se desencadena en la médula espinal, se sientan siempre en el mismo sitio”.

La evidencia más clara la proporciona el informe del doctor Kinsey, cuenta Cristóbal. Este profesor de entomología de la Universidad de Indiana recogió datos de más de 18.000 personas de toda condición que podían conseguir orgasmos con caricias en los labios, con pequeños golpecillos en los dientes y hasta con roces de la pestañas en las mejillas. Un 27% de las mujeres encuestadas podían conseguir un orgasmo solo con caricias en los pezones.

Madre mía. Lo que tiene una que aprender…

¿Aumentan el riesgo y lo prohibido el placer sexual?

Varios medios de comunicación informaron el pasado lunes sobre la muerte de una mujer mientras hacía el amor con su pareja en las vías del tren en Ucrania. Ambos fueron arrollados. El suceso ocurrió de madrugada, cuando volvían de pasar la noche bebiendo en casa de unos amigos y quisieron probar algo nuevo y “sentir algo extremo”.  Al menos eso es lo que cuenta el novio, que se recupera en un hospital de la amputación de ambas piernas a la altura de la rodilla. Ella tuvo peor suerte. Murió en el acto.

No es la primera vez que ocurre algo así. En 2008 un tren de carga arrolló a una pareja de veinteañeros que practicaba sexo en las vías en Sudádrica. El chico murió en el acto y ella, horas después en el hospital. El conductor del convoy explicó en su día que tocó la bocina y les hizo señales porque no le daba tiempo a frenar,  pero que ellos “siguieron a lo suyo”.

crashEl trágico incidente, aunque salvando las distancias, por supuesto, me llevó irremediablemente a pensar en Crash, aquella polémica película de David Cronenberg, basada en la novela homónima de J.G.Ballard, en la que los protagonistas encontraban en los accidentes de coche un motivo de excitación sexual in extremis. Sangre, lujuria, peligro, muerte. Un cóctel explosivo y retorcido, un mundo oscuro y prohibido al que un grupo de fetichistas o parafílicos, como quiera llamárseles, se entregaban con pasión autodestructiva.

Y dandole vueltas a esto me acordé, como no, de nuestro querido Walter White cuando, ya avanzada la primera temporada de Breaking Bad, le empieza a meter mano a su mujer por debajo de la mesa en una sala abarrotada de agentes de la DEA  siguiéndole la pista. Cuando más tarde le echa un polvo salvaje en el interior del coche, en plena vía pública, y ella pregunta que por qué de repente el sexo es tan bueno, la respuesta de él no puede ser más clara: «Porque es ilegal», contesta.

La cuestión es, ¿aporta lo ilegal, lo prohibido, lo arriesgado, etc, una dosis extra de morbo y placer al sexo en sí? Supongo que la respuesta dependerá de la persona, pero pienso en mi propia experiencia y en lo que me cuentan mis conocidos, y algo de eso hay. La rutina, la vorágine cotidiana, la montaña de obligaciones… a veces vamos como autómatas por el mundo y buscamos, casi sin saberlo, un catalizador que nos saque de nuestra ataraxia, de nuestro marasmo. Algo que nos vuelva perturbables y, en definitva, nos haga sentir vivos.

Pero claro, como todo en la vida, siempre hay una línea. Y como siempre, esta es difusa. Porque una cosa es que te ponga follar en sitios públicos y otra muy distinta que solo puedas excitarte mientras te estrellas a 120 por hora en la autopista. ¿Dónde acaba el morbo y dónde empieza lo enfermizo?