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Hacerlo por detrás: cómo puedes mejorar los preliminares

¿Sabes qué pasa? Que por mucho que el sexo es algo que no nacemos sabiendo, no dedicamos casi tiempo a aprender cómo hacerlo.

Y el anal es un ejemplo perfecto. Según Esperanza Gil (que además de sexóloga y divulgadora en su Instagram @sexperanza, dio un taller sobre sexo anal buenísimo) «el sexo anal debería ser el postre, dejarlo para el final cuando hay mucha excitación».

pareja sexo anal

PEXELS

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Fue ella también quien nos dio una serie de ideas sobre cómo evitar que lo sigamos haciendo a lo loco, con un «aquí te pillo, aquí te mato» sin que la zona esté preparada o a nivel deseo estemos en el punto de realmente quererlo.

Uno de los primeros conceptos que nos explica es el de la recarga erótica, dejar a la otra persona con ganas de más, lo que podemos hacer acariciando la zona -hasta el punto de que quieran que avancemos- y parar con perspectiva de retomarlo en un futuro y que lo esperen con deseo.

Conectar con la zona y erotizarla es algo que tenemos pendiente, ya que cuando hablamos del ano, siempre está relacionado con una práctica sexual en compañía en vez de empezar a descubrirlo por nuestra cuenta.

Duchas o masajes ayudan a relajarnos, pero también a conectar, por lo que aumentan la excitación.

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Divertirse es jugar y para el sexo anal, los glúteos son la mejor vía de entrada -literalmente-. Se pueden acariciar, apretar, estirar… Todo estímulo exterior también tiene su terminación nerviosa en el ano.

Después de una buena base de estímulos externos, es el momento de entrar.

Para ello, empezar por meter la punta del dedo y, progresivamente, más. También apostar por juguetes de vibración continua, que son relajantes y ayudan a que el esfínter no se contraiga.

De cara a complementos, la sexóloga recomendaba también que, de apostar por lubricantes con efecto (siempre de base acuosa), mejor los que dan sensación de calor, ya que es vasodilatador y favorece la penetración.

Eso sí, al terminar nada de subirse la ropa interior corriendo. Es momento de hacer un chequeo de si hay sangre -en cuyo caso, tienes este artículo– y hacer una buena limpieza externa con agua y jabón.

Mara Mariño

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Vamos a normalizar que los hombres giman durante el sexo

Miércoles 5 de enero. 10 de la mañana. Pongo una película porno conectando los cascos al ordenador para inspirarme.

(Cada una empieza el día como quiere)

Una pareja está teniendo sexo en el sofá al estilo perrito. Ella gime a tal volumen que me asusto de que alguien de mi familia haya podido oír el sonido.

PEXELS

Me quito un auricular y compruebo que todo sigue en orden.

Cuando devuelvo la vista a la pantalla han cambiado de postura. Pero hay algo que sigue igual.

Ella continúa expresando el placer a voces mientras él solo suelta algún que otro resoplido. Nada más.

La escena es habitual -la de ellos callados mientras practican sexo- y es algo que se ha repetido durante años en mi vida sexual.

Raras han sido las veces que me he encontrado con alguien capaz de soltarse y gemir.

Cuando papá porno enseña que soltar esos sonidos agudos y con deje casi lastimero es algo femenino, ¿qué hombre se atrevería a replicarlos?

Sorprendentemente, estamos rodeadas de gemidos masculinos en nuestro día a día.

Son los que suelta Nadal cuando juega al tenis, dándole un raquetazo a la pelota con todas sus fuerzas.

Son también los que oyes a los musculosos del gimnasio cuando cogen las mancuernas y hacen press de pecho.

A más peso, más esfuerzo y más alto es el quejido. En ese contexto liberar el sonido no les avergüenza.

Está bien visto gemir si es para probar que estás llevando al límite tu cuerpo, con una demostración de fuerza digna de competición de culturismo.

Pero no para estimular o gozar más con tu pareja. Según la ciencia, ese grito irrefrenable facilita la ventilación pulmonar lo que ayuda a la relajación.

También la comunicación no verbal durante el sexo significa disfrutar más del momento y por tanto, una mayor satisfacción íntima.

Así que dejar salir los gemidos tienen tantísimas ventajas, que es demasiado bueno como para no hacerlo.

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Como una guía sonora, a nosotras nos sirven de indicativo. Sabemos que él lo está disfrutando y eso nos motiva a seguir adelante.

A chupar más hondo, morder más fuerte, lamer más seguido o movernos más rápido.

Como buenas voyeurs, nos gusta verle rendido a lo que está sintiendo. Y no hay nada como el chute de autoestima por ese placer que entregamos -y a la vez nos pertenece por generarlo-.

Que nos pone cachondas, vamos.

Duquesa Doslabios.
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¿Por qué tenemos que parar después de tener un orgasmo ?

Da igual si estás con la persona que más te atrae del mundo, si llevas meses sin tener sexo y sientes que se te han acumulado las ganas o si tu apetito sexual estás por las nubes.

Siempre vas a necesitar parar después de llegar al orgasmo.

UNSPLASH

Y la ‘culpa’ la tiene nuestro propio cuerpo por algo que se llama periodo refractario.

Esa fase corresponde al momento que sigue al clímax, cuando las pulsaciones vuelven a bajar el ritmo y la respiración se estabiliza.

Justo después de llegar al orgasmo necesitamos, tanto mujeres como hombres, un periodo de recuperación en el que la excitación baja.

Pero no del todo. También es perfecto para, instantes después, volver a la carga. Tú eliges si tu periodo refractario es el fin de la experiencia o un ‘calienta, que sales’.

Conocer tu periodo refractario es fundamental, porque depende por completo de la persona o incluso ese momento.

Las mujeres solemos tener la capacidad de recuperarnos antes.

Por eso para nosotras es posible volver a la carga al poco tiempo e incluso tener orgasmos casi seguidos (amiga, anímate a conocer tus tiempos).

Para ellos es algo más largo, aunque hacer pis justo después y masajear los testículos de forma suave, son dos consejos que ayudan a que el periodo refractario sea menor.

Ya que se trata de algo natural, lo mejor que podemos hacer es familiarizarnos con nuestra respuesta personal y escuchar al propio cuerpo.

Aun con todo, habrá factores externos -que si el estrés, el cansancio, las prisas o incluso la excitación de nuevo por un fetiche- que pueden modificar estos minutos.

Así que lo mejor que se puede hacer es no agobiarse si se quiere repetir y dejarse guiar por las sensaciones.

Duquesa Doslabios.

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Necesitamos más lencería erótica masculina (y hombres que se atrevan a llevarla)

Cuando me compré lencería exclusivamente para el sexo fue para mi primera vez.

Y no pude haber elegido peor el diseño: un espantoso culotte con volantes en rosa y gris.

En aquel momento me parecía la mezcla perfecta entre atrevido y naíf, pero a la hora de la verdad ni era cómodo para llevar por debajo de la ropa y encima daba un calor increíble.

MACHOUNDERWEAR

Con los años mis gustos se fueron puliendo. Ya no buscaba tanto el estilo de fantasía, sino transparencias y máxima comodidad, por lo que los tangas de encaje cogieron el relevo.

Hubo incluso una vez que, animada por la perspectiva de ampliar horizontes, me hice con uno de esos diseños tipo body que se podían enganchar con las medias.

He de admitir que, por mucho que tuviera que dedicarle un buen rato a descifrar dónde iba cada extremo, verlo en acción merecía mucho la pena.

Sujetadores con tiras cruzadas, picardías, medias altas… En todos estos años en los que pasaba por mi cajón de ropa interior una variedad de diseños digna de desfile de Victoria’s Secret, lo que lucían mis acompañantes masculinos para esas situaciones era casi lo mismo.

El clásico boxer de algodón tipo pantalón corto ajustado con la cintura elástica que lleva el logo de la firma.

Vale que el color no era siempre el mismo. Además de negro podía darse la ocasión de toparme con un calzoncillo en azul o en rojo, pero no pasaba de ahí la variedad de ropa interior.

Estando en pareja, recuerdo que le dejé caer a mi novio lo mucho que me gustaría verle con lencería erótica.

Fantaseaba con él luciendo unos calzoncillos de cuero, algo tipo arnés rodeándole el pecho o incluso un tanga,

¿El único problema? Que a la hora de la verdad, de ir a buscar esos diseños que rondaban mi cabeza, no era ni tan fácil dar con ellos ni había tanta variedad.

Para empezar, si la lencería masculina de esas características no es sencilla de encontrar.

Que tengas que ir exclusivamente a una tienda erótica a encontrar variedad en lencería masculina (mientras que nosotras podemos dar con diseños atrevidos en casi cualquier tienda de ropa interior) deja claro que, para la sociedad, solo es el cuerpo de la mujer el que debe potenciar su sexualidad.

Además, lo que sueles encontrar yendo a los sex shops suele estar entre los diseños de broma al más puro estilo despedida de soltero o conjuntos más centrados en el BDSM.

Entre uno y otro extremo no hay tanta opción.

Así que lanzo un llamamiento no solo a las marcas, sino a los propios consumidores. Sí, el cuerpo masculino es igual de bonito que el femenino.

Y sí, a las mujeres también nos gusta que nuestra pareja se ponga sexy para nosotras.

El erotismo es una carretera de doble sentido.

Duquesa Doslabios.

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Cosas que hacer durante la cuarentena: encontrar tu gatillo y freno sexual

Si el catálogo de las plataformas de streaming ha dejado de parecerte interesante a estas alturas del aislamiento, es hora de encontrar otras actividades.

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Supongo que si fuera bloguera de estilo de vida, te recomendaría los ejercicios que puedes hacer con cualquier objeto de tu casa, pero como mi materia es el sexo, lo que te voy a proponer tiene que ver con trabajar otras zonas del cuerpo.

Personalmente, el aislamiento me está sirviendo para conocerme todavía más. Y unos conceptos en los que últimamente estoy pensando mucho son el gatillo y el freno sexual.

Sirven para lo mismo que te imaginas: uno despierta el deseo en segundos y el otro detiene las ganas.

Lo curioso es que estos dos elementos son únicos, ya que a cada persona le excitan o le cortan el rollo cosas muy diferentes, esas que te animo a descubrir aprovechando estos días.

Al final, puede ser algo como un gesto, un olor, una prenda de ropa… Por ejemplo, la mayoría coincidiremos en que dejarse los calcetines de lana puestos son un freno sexual, sin embargo hay quien puede encontrarlos excitantes (los woolies son los que sienten atracción por este tejido).

Pero, ¿por qué es importante dar con los tuyos propios? Porque puedes usarlos a tu favor.

Si tú y tu pareja sabéis que las camisas blancas mojadas, el sudor o el olor a cuero de algunos desodorantes son tus gatillos, que cualquiera de ellos entre en acción, va a encender el apetito por sí solo (una buena manera de caldear el ambiente para esos momentos en los que no se sabe muy bien cómo buscarlo).

Es el mismo caso con los frenos. Mejor evitar cortarse las uñas de los pies en la mesa del salón o usar el baño con la puerta abierta si sabemos que son obstáculos para la pasión de la otra persona.

Duquesa Doslabios.

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Para jugar a este juego erótico, da igual tu orientación sexual o tu edad

El sexo siempre es una maravilla, siempre. Mi succionador de clítoris da fe de que es un terreno en el que nunca dejo de sorprenderme. Pero como toda actividad, tiene un enemigo común: la monotonía.

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Por muy bien que lo pasemos poniendo en práctica el placer, si no hacemos de la experiencia algo variado, termina por aburrirnos y ser igual de apasionante que ir a hacer la compra al supermercado del barrio o el café de las nueve en la oficina, algo rutinario.

Salir de la costumbre va más allá de experimentar con posturas acrobáticas, una colección de lencería digna de una tienda de Victoria’s Secret o el sexo en los lugares más aleatorios de la casa (¿en serio era necesario incluir en la lista el váter?).

Una de las opciones de la que os quiero hablar hoy son los juegos eróticos. Para ello, he hablado con Víctor P., que es el creador de Coupletition, un sexgame pensado para avivar la llama.

Es él quien me confirma que este tipo de complementos son una herramienta muy recomendable. «Sus resultados sorprenden cuando se incluyen en la vida diaria, ya que está demostrado que ayudan a combatir ese aburrimiento y monotonía que a veces parecen inevitables».

¿El momento para empezar según Víctor? Cualquiera: «El error que se comete en muchas ocasiones es esperar a caer en la rutina para buscar cosas que nos emocionen. En nuestra opinión es mucho más efectivo anticiparse y prevenir estas situaciones, ya sea con juegos eróticos, detalles para nuestra pareja, sorpresas de todo tipo… Nuestra relación se volverá mucho más fuerte si cada día nos esforzamos en mantener la ilusión».

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Uno de los aspectos más curiosos es que el juego va más allá de los clásicos dados que indican en qué zona besar o quién tiene que quitarse una prenda. «Hemos introducido juegos que van mucho más allá de lo que se entiende esencialmente como el acto sexual. Además, el factor competición que rodea la experiencia es algo que ayuda a reafirmar la confianza y complicidad con tu pareja, pero siempre desde un enfoque erótico y sexual, que es lo divertido», afirma Víctor.

La principal característica es su estructura en forma de competición. «Pretende mezclarse con las rutinas del día a día durante un mínimo de 15 días, ofreciendo una experiencia larga y completa. En cuanto a las pruebas, hemos querido incluir un poco de todo para que la experiencia sea totalmente innovadora, heterogénea y que, quizás, ayude a descubrir nuevos juegos y prácticas a aquellos que no las hayan probado», declara el diseñador del juego.

Si hablamos de sexualidad, es obvio que la diversidad tiene que salir en algún momento. Y es que el problema es que, cuando se piensa en juegos eróticos, generalmente encontramos opciones heterosexuales, ¿no deberíamos tener una variedad de productos de este tipo de ocio más inclusiva? Víctor lo tiene claro.

«Cuando diseñas un juego como Coupletition, lo fácil sería centrarse en parejas heterosexuales (ya que, estadísticamente, suponen un público mayor para el producto). No obstante, nosotros quisimos darle una vuelta y adaptar todas las pruebas de forma que no se excluyese a ningún tipo de pareja. El juego es perfecto para cualquier persona que tenga una pareja para jugarlo, independientemente de su orientación sexual».

Las ventajas de incluir juegos en la vida sexual, son muchas, no solo la variedad como me aclara Víctor. «Las personas tendemos a sentirnos atraídas por la novedad, lo misterioso, lo arriesgado… Sin embargo, nos solemos acomodar a aquello que nos proporciona equilibrio y seguridad; nos acostumbramos y generamos una dependencia que nos hace sentir bien», declara el diseñador.

«No obstante, en ocasiones es incompatible el hecho de querer descubrir aquello novedoso y, a la vez, estar atado a aquello a lo que estás acostumbrado. Creemos que la gran ventaja de complementar la vida sexual y de pareja con juegos es que permite descubrir juntos nuevos gustos y prácticas que motiven ese lado curioso que todos tenemos; y lo más importante: lo hace desde la diversión y el placer que el sexo aporta, y la confianza de hacerlo con tu pareja«, afirma.

Duquesa Doslabios.

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Audios sexuales, la tendencia que tienes que probar antes de que acabe 2019

Si algo he empezado a notar en 2019 es que la crisis del porno ha dado comienzo.

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Entre que representa una sexualidad muy limitada, la estructura y estimulación es la misma, los protagonistas siguen los mismos cánones estéticos -entre ellos depilaciones extremas e implantes en todas partes- y que es un producto dirigido para un sector muy concreto de la población (sí, hombres, hablo de vosotros), las alternativas a la que era la reina del erotismo por excelencia crecen como la espuma.

Hace unos meses ya os hablé de Quinn, un proyecto erótico alternativo que buscaba alejarse de las películas X o incluso de los cómics sexuales, aunque al final siguieran la línea marcada por el porno.

Así que como la sexualidad nos está invitando a alejarnos un poco del concepto ojo-mano, antes de que termine el año, quiero lanzar una nueva sugerencia y convencerte de que pruebes algo diferente.

Puede que te suenen familiares los mensajes de texto subidos de tono -que se lo digan al emoticono del melocotón o de la llama de fuego-, o incluso las videollamadas que terminaban con ropa por el suelo (Skype, gracias por tantos buenos momentos).

Mi reto es convencerte de que pruebes el que quiere ser el nuevo canal aliado del erotismo, el mensaje auditivo. Si hasta ahora los usabas simplemente para contarle a tu amiga de turno lo que pasó después de que se fuera a casa o para responderle a tu padre el mensaje de cómo reiniciar el router, te recomiendo que pruebes esta utilidad.

Y es que los audios eróticos consiguen alejarse del estímulo visual. Y, como bien dicen los expertos en materia, nuestro mayor órgano sexual es el cerebro. También lo bueno de tirar de imaginación es que no hay comparación con otros cuerpos. Se trata de pornografía personalizada y hecha a medida.

Pero, ¿cómo llevarla a cabo? Busca el momento y el lugar, el baño de la oficina o el Paseo de la Castellana a las cinco de la tarde no son las mejores situaciones para hacerlo. Relájate, respira, pon tu voz más insinuante y habla.

Sin prisa, con un ritmo agitado, con descripciones o con sonidos entrecortados.

Puedes narrar lo que te gustaría que te hicieran, una historia inventada de otras personas, una descripción exhaustiva de lo que llevas puesto (o no) e incluso empezar a tocarte, grabando solo tu respiración acelerada y tu orgasmo.

No solo consigues que la otra persona disfrute del factor sorpresa, preparas el terreno y varías en tu rutina sexual. Te garantizo que, desde ese momento, esperarás los audios con mucha más expectación.

Eso sí, asegúrate de que se lo estás mandando a la persona correcta. Tu tía no tiene por qué oírte describir esa fantasía sexual que merece una calificación por edades de ‘+18’ cuando solo te preguntó si ibas a su fiesta de cumpleaños del fin de semana.

Duquesa Doslabios.

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¿Y si solo llego al orgasmo pensando en porno?

Para mí, llegar al orgasmo es tan fácil como pensar en porno. Aprieto los ojos y buceo por los rincones de mi cerebro hasta dar con la carpeta de erotismo, esa llena de todo tipo de imágenes y vídeos.

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Busco el que suele funcionar para estos casos, uno que vi hace años de una pareja en un vestuario, y el resto es historia. O, en este caso, orgasmo.

Pero, como a mí me pasa, me consta que no soy la única en recurrir a alguna imagen erótica cuando quiero ‘acelerar(me)’.

Para empezar, no tiene nada de malo. Si cada persona es un mundo con su sexualidad, y somos miles de millones, la cantidad de sexualidades diferentes es inmensa.

Además, tener algo que funciona como gatillo, nunca lo he visto como una desventaja, en todo caso como un superpoder sobre mi excitación.

Esto no significa que lo use siempre. Si fuera imprescindible que mi mente proyectara este tipo de pensamientos cada vez que intimo, significaría que no soy capaz de disfrutar plenamente del momento.

Pero para ciertas ocasiones, cuando me falta un plus o, simplemente, me apetece, lo reproduzco mentalmente.

En el veneno está la dosis y en la pornografía también. Si lo usamos a modo de píldora, como un simple aderezo, es equivalente a sazonar la vida sexual y hacerla también, a nuestra manera, variada.

Pero, ¿qué hay de los casos en los que es imprescindible para llegar? Como decía unas líneas más arriba, vamos a sexualidad por persona, por lo que ni es una enfermedad ni algo de lo que haya que sentirse culpable.

Partamos del punto de que no hay una manera correcta, no hay unas normas de estilo, ni un modelo definitivo sobre cómo tener sexo, cada individuo lo hace a su manera.

Y si se ha encontrado una manera de disparar el orgasmo, mediante la fantasía, ya sabemos que aquello funciona.

Aunque, para quienes estén todavía preocupados porque es su única forma de alcanzar el clímax, hay maneras de llegar sin tener que poner la película mental.

El punto de partida sería relajarse y limitarse a aplicar los conceptos de mindfulness al terreno sexual.

Convertir el placer en el centro de todo, el momento erótico en el aquí y el ahora, disfrutando plenamente sin la presión del orgasmo.

De esta forma se consigue conectar realmente y, poco a poco, conseguir que la situación, y la imagen de la vida real, es tanto o más efectiva que la que tenemos en el archivo.

Duquesa Doslabios.

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En la cama no siempre tiene que haber fuegos artificiales

Hace poco, en una de esas conversaciones entre amigas, hablábamos de lo que era el sexo cuando es con alguien con quien llevas mucho tiempo.

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Ambas estábamos en algo de acuerdo, los fuegos artificiales de los anuncios de condones no son la imagen más realista para describirlo.

Que no siempre nos corremos, no. De hecho, si echamos cuentas, si tenemos sexo con penetración es aún más complicado.

Luego están esos días en los que estás pensando en que tienes una reunión a las 9 y que deberías poner el despertador media hora antes de lo habitual, para pasar las imágenes a un USB y lavarte el pelo antes de salir de casa.

Toda una película mental que se proyecta en tu cerebro mientras tu pareja está esmeradísima manejándote el clítoris con una habilidad digna de la microcirugía.

También está el día en el que, después de ver esa serie, solo puedes pensar en arrancarle la ropa a tu pareja y luego nada, se te van las ganas.

O, simplemente, cuando, por mucho que te apetezca, está a punto de bajarte la regla y tu nivel de humedad vaginal roza la desertificación.

Hay días que te apetece, pero tienes mucho sueño, días que tu cuerpo quiere mambo y tu cabeza está en otra parte (o apagada en su totalidad). Hay días y polvos de todos los tipos y colores.

Y no, no siempre están garantizados los fuegos artificiales, aunque no significa que haya de qué preocuparse.

Las hormonas, el ánimo, lo que nos ha pasado a lo largo de la jornada… Hay un sinfín de acontecimientos que no podemos controlar y pasan factura a la excitación o al cuerpo.

En esos casos, cabe recordar que el sexo va más allá de un rato de placer. Es conexión, es comunicación, es, por qué no, distracción, es “ven aquí que llevo un día de mierda y quiero arreglarlo antes de que acabe”, es necesitar sentir a tu pareja desnuda. Es mucho más que meter, sacar, meter, sacar y terminar.

Por eso no siempre hay un show de luces en el techo de la habitación. Pero cuando las hay, que, afortunadamente, suele ser la mayor parte de las veces, el espectáculo merece la pena.

Duquesa Doslabios.

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6 cuentas de Instagram más excitantes que el porno para subir la temperatura

Las redes sociales son un poco como el mundo, tiene que haber de todo. Algo que pude comprobar cuando descubrí el perfil de Stephanie Sarley, quien se dedica a crear vídeos de alta carga erótica con fruta (puedes leer el artículo aquí si no sabes de qué hablo).

Marius Sperlich Facebook

Entre tanta cuenta de modelos, influencers, recetas de cocina sencillas o animales, se esconden, a la vista, los perfiles que forman la cara B de Instagram. Stephanie no es la única que ha hecho de la red social un sitio más caliente.

Artistas del pincel, de la edición digital, fotógrafos… La comunidad más X, dispuesta a disparar nuestra imaginación, también se encuentra al alcance del dedo.

Hoy quiero descubriros algunas de las cuentas expertas en subirle la temperatura a la fantasía.

Glamda Party

El universo de la erótica masculina se abre en este perfil, donde se recopilan imágenes de todo tipo de cuentas en las que, la sensualidad del cuerpo de los hombres sale a la luz en cada fotografía. Además de ropa interior y desnudos artísticos, las capturas pasan por planos de sumisión y hasta por tomas de deportes de contacto, la prueba de que no solo la piel es capaz de estimularnos mediante la vista.

 

Marius Sperlich

Siendo fotógrafo de la revista Playboy, si de algo sabe Marius Perlich es de erotismo. ¿La magia de sus fotografías? Que no salen solo las modelos sino que se combinan con elementos de la cultura actual. Una mezcla que busca, en su opinión, reflejar la sociedad contemporánea y crear controversia sobre los temas que nos rodean. De ahí que los pezones se conviertan en ojos que lloran, grupos de manifestantes o incluso bombas de relojería.

 

Watercolor Porn

Las películas no tienen la exclusiva en cuanto a mostrar imágenes con todo lujo de detalles. La prueba de ello son las acuarelas explícitas de Noomi Roomi son una ventana al mundo del erotismo a través de la pintura. Ojo, su trabajo no solo sirve para alegrarse la vista (también los amantes de las técnicas pictóricas encontrarán en esta cuenta algo de su agrado), sino para coger ideas que podemos poner en práctica en casa.

 

Brydie Mack

La fotógrafa detrás del perfil de @wolfcubwolfcub hace del cuerpo femenino el lienzo para transmitir su arte a través de la fotografía. Torsos llenos de mariposas o arena son algunas de las imágenes más importantes que podemos encontrar en su cuenta. Pero hay más. Las modelos con actitud inocente, capturadas en escenas cotidianas, recuerdan a diferentes mitos eróticos, como es el caso de Lolita.

 

Lana Prins

También es experta en sensualidad femenina, con la diferencia de que e imposible no sentirse empoderada cuando se navega entre sus fotografías. Si hace unos días os hablaba de la dendrofilia, la artista es experta en captarla a través de frutas maduras o flores que se cuelan por todos los sitios del cuerpo. Marcas de la ropa interior en la piel o pezones que se revelan a través de prendas mojadas son otros elementos que su objetivo capta.

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Im gonna take my time…

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Regard Coupables

Con apenas unos trazos, la fantasía se dispara hasta límites insospechados, algo que confirman los dibujos de un artista que se mantiene en el anonimato. ¿Su magia? Que sus escenas se centran en la relación que se establecen entre los cuerpos, en el momento específico en el que una lengua entra en contacto con una vulva o con un pene, por lo que es imposible no sentir que algo se enciende al mirar sus minimalistas obras.

Duquesa Doslabios.

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