Archivo de agosto, 2023

Rosalía, Ariana Grande, Sofía Vergara… ¿Por qué nos entra miedo cuando rompen las famosas?

Ni el tema de los extraterrestres ha conseguido competir contra las rupturas sentimentales del mes de julio.

«Ya no sé si creer en el amor», «No lo acepto» o «Engañaron a Rosalía, qué nos espera a las simples mortales» son algunos de los tuits que se pueden leer sobre la cantante, pero también de los divorcios de Ariana Grande y Sofía Vergara.

mujer triste

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

No las conocemos personalmente, pero el fin de sus historias de amor nos afectan como si nos hubieran pasado a nosotras. Pero, ¿por qué?

Hace unos años, esta cercanía con las estrellas a las que admiramos, era impensable.

Ahora, gracias a las redes sociales, conocemos toda su vida: a dónde van de vacaciones, qué se compran, su comida favorita…

Las vemos enamorarse, dedicarse mensajes de amor a través de comentarios o fotos e incluso prometerse y casarse.

Cuando se rompen sus relaciones, pasan dos cosas que nos revolucionan a nivel emocional: por un lado la sensación de peligro de que nuestra pareja puede ser la siguiente en terminar.

Te puede interesar leer: Así cambia la relación con tu autoestima después de una ruptura

No hay nada más humano que sufrir por amor, así que cuando ves que tu ídola está pasando por una ruptura, el famoso refrán de «cuando a tu vecino veas las barbas cortar, pon las tuyas a remojar» resuena en el fondo de tu mente.

Hacen las separaciones tan cercanas, convirtiéndose en el tema de esos días en redes o en los círculos de amigas, que sientes que puede pasarle incluso a quienes veías más enamorados. Incluso a ti.

Por otro lado, aunque nuestra vida y la vida de la celebridad nuevamente soltera estén a años luz, mantenemos la manía de comparar.

«Si a ella, que es guapa, exitosa, le pasa esto, ¿cómo no va a pasarme a mí?»

En el caso de Shakira lo vimos muy claro, la cantidad de comentarios y tuits diciendo que si esto le ocurría a la colombiana, ninguna mujer estaba a salvo, promovía un ambiente de competitividad muy insano.

Sobre todo si tenemos en cuenta que mirar a esas mujeres a las que adoramos por su trabajo solo nos va a devolver el sentimiento de inferioridad, ya que no tenemos su estatus, trayectoria laboral, dinero o aspecto físico.

Y es algo de lo que deberíamos desprendernos, porque cada una es única y segundo, ninguna de esas cosas son la clave para que una relación funcione muchos años, de eso se encargan el amor, el respeto y las ganas de seguir trabajando en equipo.

Soltera no equivale a desgraciada

Los mitos del amor romántico nos empujan a creer que solo formando parte de una relación de pareja alcanzaremos la felicidad plena.

Y nos empeñamos a buscar esa infelicidad en la mirada de ellas ya estén de viaje, con familia o arrancando nuevos proyectos. «Se la veía más feliz con él», «Tiene los ojos tristes»

Estar en pareja o soltera puede ser igual de satisfactorio y es algo que tenemos que empezar a ver también en ellas.

Que no funcione una relación no significa que la vida de esa persona termine («Se acaba Edmundo, pero no se acaba el mundo», que dijo María Teresa Campos en un alarde de sabiduría).

Quizás el problema está en que desplegamos tanta empatía que sentimos que dejar de creer en el amor.

Una parte de nosotras se desencanta porque idealizamos lo que vemos en las redes de las celebridades, el derroche constante de sus demostraciones de amor, una intensidad de romanticismo sin fin.

Pero nos toca recordar que el amor no es solo que te suba a un escenario a cantarte una canción, está en pequeñas cosas como un café y un beso por la mañana, en que te prepare la comida porque vas hasta arriba o en que te mande un vídeo de gatitos porque os ve reflejados.

Y sobre todo recordar que si el amor entre dos personas se acaba, el que tienes por ti nunca va a terminar.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

¿Vamos a funcionar si el sexo es aburrido?

Nunca vas a encontrar a nadie que en la cama tenga el mismo gusto que tú.

Habrá personas con quien tengas mucha química, otras con quien las preferencias sean muy parecidas, pero dar con una ‘media naranja sexual’ es tan irreal como esperar encontrarla en la vida real.

pareja sexo cama

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Y es una de las cosas que más nos cuesta entender y posteriormente negociar, ya que lo tomamos como motivo de incompatibilidad y señal inequívoca de que no puede funcionar.

Pero vamos por partes: ahora que ya has identificado que vuestros gustos no parecen aproximarse lo más mínimo o que la insatisfacción empieza a abrirse camino, el primer paso es sacar el tema (y preferiblemente en un contexto que no sea sexual).

Tener la conversación al respecto no es fácil, porque es un tema privado muy personal que no sabes cómo lleva tu acompañante.

Te puede interesar leer: Estar en relaciones de parejas largas me han enseñado que el sexo…

Además puede despertar vergüenza, timidez y otro tipo de reacciones que hagan que se cierre en banda.

Una aproximación asertiva puede ir desde «Me gusta cuando hacemos esto, pero querría probar esto o esto», «No quiero que hagas cosas que no quieres, pero me gustaría que nuestra vida sexual fuera más dinámica y estas son mis ideas» o «Necesito que hablemos de esto y que mejoremos en este aspecto porque siento que desde hace un tiempo el sexo es algo aburrido/estoy insatisfecha/o con nuestra vida íntima y es algo que valoro en la relación».

El segundo punto es escuchar, saber en qué situación está tu pareja y cómo se siente sobre el sexo y sobre lo que le comentas. De esta manera, identificarás en qué punto está y qué puedes aportar que le ayude a abrirse íntimamente.

Puede ir desde que necesita seguridad emocional o quizás un erotismo a vuestra medida (y no el que ves en las películas).

Porque el tercer punto es llegar a la conversación de lo que os excita y cómo podéis trasladar eso a la relación física, teniendo en cuenta las preferencias del otro.

Un trabajo en equipo

Todos tenemos límites y aprovechar que se ha puesto el tema sobre la mesa, es una buena ocasión para marcarlos.

Pero si los límites son no tener la conversación o no tomarse en serio las emociones por la insatisfacción en la cama, el problema ya no es solo el sexo.

Sí, se puede cambiar una visa íntima monótona en el momento en el que las dos personas están dispuestas a trabajar por ello.

Para hacerlo, hay que ir con calma, pasito a pasito, de la mano, dejando claro que el ritmo lo marcará quien necesite más margen de maniobra y haciendo saber que se puede parar o reconducir si hace falta en cualquier momento.

Decir en alto que se tienen nervios o incluso contar por qué aterra el cambio son otras buenas estrategias. A veces decirlo basta sacarlo del pecho para que se pase el miedo.

Mi recomendación es ‘desde abajo’, por lo que gusta a ambas personas y luego, poco a poco, probar un juguete, una práctica nueva, ver una película excitante…

Es clave comprender que la curiosidad sexual no tiene que ser un deber, algo que se hace por otra persona, sino descubrir sus beneficios.

En el sexo podemos explorar sin prejuicios, alejarnos de lo que somos en el día a día y reinventarnos, ir a por nuestro placer y hacernos sentir bien.

Como cierre, recordar que el sexo tiene que ser divertido para todos los participantes, si solo lo es para una persona, tan buen sexo no es.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).