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¿Vamos a funcionar si el sexo es aburrido?

Nunca vas a encontrar a nadie que en la cama tenga el mismo gusto que tú.

Habrá personas con quien tengas mucha química, otras con quien las preferencias sean muy parecidas, pero dar con una ‘media naranja sexual’ es tan irreal como esperar encontrarla en la vida real.

pareja sexo cama

PEXELS

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Y es una de las cosas que más nos cuesta entender y posteriormente negociar, ya que lo tomamos como motivo de incompatibilidad y señal inequívoca de que no puede funcionar.

Pero vamos por partes: ahora que ya has identificado que vuestros gustos no parecen aproximarse lo más mínimo o que la insatisfacción empieza a abrirse camino, el primer paso es sacar el tema (y preferiblemente en un contexto que no sea sexual).

Tener la conversación al respecto no es fácil, porque es un tema privado muy personal que no sabes cómo lleva tu acompañante.

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Además puede despertar vergüenza, timidez y otro tipo de reacciones que hagan que se cierre en banda.

Una aproximación asertiva puede ir desde «Me gusta cuando hacemos esto, pero querría probar esto o esto», «No quiero que hagas cosas que no quieres, pero me gustaría que nuestra vida sexual fuera más dinámica y estas son mis ideas» o «Necesito que hablemos de esto y que mejoremos en este aspecto porque siento que desde hace un tiempo el sexo es algo aburrido/estoy insatisfecha/o con nuestra vida íntima y es algo que valoro en la relación».

El segundo punto es escuchar, saber en qué situación está tu pareja y cómo se siente sobre el sexo y sobre lo que le comentas. De esta manera, identificarás en qué punto está y qué puedes aportar que le ayude a abrirse íntimamente.

Puede ir desde que necesita seguridad emocional o quizás un erotismo a vuestra medida (y no el que ves en las películas).

Porque el tercer punto es llegar a la conversación de lo que os excita y cómo podéis trasladar eso a la relación física, teniendo en cuenta las preferencias del otro.

Un trabajo en equipo

Todos tenemos límites y aprovechar que se ha puesto el tema sobre la mesa, es una buena ocasión para marcarlos.

Pero si los límites son no tener la conversación o no tomarse en serio las emociones por la insatisfacción en la cama, el problema ya no es solo el sexo.

Sí, se puede cambiar una visa íntima monótona en el momento en el que las dos personas están dispuestas a trabajar por ello.

Para hacerlo, hay que ir con calma, pasito a pasito, de la mano, dejando claro que el ritmo lo marcará quien necesite más margen de maniobra y haciendo saber que se puede parar o reconducir si hace falta en cualquier momento.

Decir en alto que se tienen nervios o incluso contar por qué aterra el cambio son otras buenas estrategias. A veces decirlo basta sacarlo del pecho para que se pase el miedo.

Mi recomendación es ‘desde abajo’, por lo que gusta a ambas personas y luego, poco a poco, probar un juguete, una práctica nueva, ver una película excitante…

Es clave comprender que la curiosidad sexual no tiene que ser un deber, algo que se hace por otra persona, sino descubrir sus beneficios.

En el sexo podemos explorar sin prejuicios, alejarnos de lo que somos en el día a día y reinventarnos, ir a por nuestro placer y hacernos sentir bien.

Como cierre, recordar que el sexo tiene que ser divertido para todos los participantes, si solo lo es para una persona, tan buen sexo no es.

Mara Mariño

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Te quiero pero me aburres en la cama

Tenemos pornografía gratis al acceso de nuestro teléfono las 24 horas del día. Los sex shops cada vez están más aceptados y se han convertido, muchos de ellos, en elegantes boutiques en las que las vitrinas acristaladas exponen los juguetes sexuales como si de artículos de lujo se trataran.

GTRES

Es común encontrar cada día, en las principales revistas, artículos y reportajes con consejos sobre cómo aderezar nuestra intimidad. Y aún con todo eso, nos aburrimos en la cama.

¿Mi muestra estadística? Mis amigas de diferentes edades que se encuentran, cada una, en un estado laboral y civil diferente, a las que les une una misma situación: el sexo con sus parejas, tras un tiempo, les resulta aburrido.

Enamoradas hasta las trancas, con atracción física hacia su pareja y unos niveles de deseo sexual normales (es decir, no tienen alteraciones), hablamos de que el sexo termina por convertirse en algo monótono.

No me malinterpretéis, no me quejo de la monotonía. Os habla alguien que se está viendo por sexta vez la serie Friends y que siempre se pide el mismo tipo de pizza y hamburguesa. Disfruto como nadie del placer rutinario de despedirme con un beso de buenas noches o de desayunar todos los días una tostada con aceite y tomate. Creo en «De lo bueno se repite».

Y aunque soy un animal de costumbres, en la cama busco la excepción de mi propia norma. Es el único sitio en el que no estoy de acuerdo con hacer siempre lo mismo por mucho que me conozca (o me conozcan) de la cabeza a los pies.

Con el paso de los años, me he dado cuenta de que, en todas mis relaciones, he sido yo quien ha abierto un poco las miras por los dos, quien ha introducido juguetes, complementos, accesorios, lencería, prácticas, ideas, posturas…

Pero es que hablando con mi círculo cercano, se repite el mismo patrón una y otra vez siendo nosotras las más curiosas y ellos quienes se dejan llevar con lo que propongamos bajo las sábanas.

Es como si realmente muchos hombres no tuvieran el mismo interés en desarrollar el erotismo. ¿Será una cuestión de placer o es pura comodidad? Me pregunto con una amiga. A fin de cuentas, la metan como la metan, llueva o truene o echen Fast & Furious por la tele, les resulta más sencillo excitarse. No es el mismo caso de las mujeres.

En mi caso, cuando me compro un conjunto de encaje, no me limito a hacerme con una prenda de ropa interior. Ir a la tienda, mirar los diseños, escoger uno y fantasear con la reacción que pueda tener mi pareja, ya forma parte del juego horas antes.

Hablando claro y rápido, las mujeres necesitamos ese extra, ese algo más, estímulos que no sean únicamente repetir de manera sistemática las cinco posturas que ya sabemos que funcionan.

A todos nos gusta cuando el equipo marca gol, pero ¿qué hay del placer de jugar un buen partido?

Que experimentar, curiosear, innovar y explorar no recaigan siempre en la misma persona. En nuestra mano está salir de la rutina en todos los ámbitos de nuestra vida incluyendo el sexual.

Duquesa Doslabios.

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