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10 cosas que necesito para estrenar la soltería según mis amigos

Por si el tono deprimente de mis anteriores artículos ha sido demasiado sutil, lo confirmo por aquí. Comunicado oficial: vuelvo a estar soltera después de varios años fuera del mercado y cada vez más cerca de los temidos 30.

Y, como novata en el mundillo, una de las primeras cosas que hice fue preguntar qué venía a continuación.

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No es que no afronte que me toca escalar, una a una, las etapas del duelo hasta llegar a la esperada cima de la superación (prometo que estoy trabajando en ello y hago, día a día, mis progresos).

Es que estoy tan oxidada en esto de volver a planear sola que no sabía ni por dónde empezar. Así que, parafraseando al Cholo y su «Partido a partido», me planté en la casilla de salida a la espera de que me contaran qué artículos imprescindibles necesitaría en mi nueva vida.

Os comparto sus respuestas.

  1. Ropa interior nueva: me quedo con la duda de si se referían a lencería normal -de esa que usamos para el día a día- o a algún diseño fantasioso en vista de un horizonte futuro en el que pueden surgir nuevos encuentros sexuales. Desde la experiencia, y por lo pronto, me he centrado en las primeras aprovechando para hacer una buena limpieza. Sobre todo de los modelos que ya estaban machacados, esos que, ya con la confianza, no me daba vergüenza poner en nuestro extendedero.
  2. Condones: la protección es fundamental ya sea estando con una única pareja que manteniendo relaciones con varias, pero sí que es cierto que, en el caso de vivir una soltería en la que los encuentros se den con frecuencia, no pueden faltar los preservativos tan a mano como las mascarillas. No basta con dejarlos en el cajón de la mesilla. La persona soltera debe estar alerta, nunca sabe cuándo puede llegar la siguiente oportunidad.
  3. Plataformas de streaming/libros/videojuegos: la cosa es mantener la cabeza ocupada y, en el caso de tener cuentas conjuntas, negociar quién se la queda y quién tiene que darse de alta (o al menos si se quiere seguir disfrutando del plan Netflix & chill). Si bien me confieso incapaz de quedarme sola en casa viendo series, admito que está siendo un buen momento para recrearme en mi relación con los libros, que, además de distraer, ayudan a contraer el sueño por la noche (pantallas 0 – papel impreso 1).
  4. Apuntarse al gimnasio/cualquier disciplina deportiva: dice una página de Facebook que me apasiona que de las mayores rupturas amorosas nacen los auténticos culturistas. Y sí, el desengaño amoroso es fácil de combatir con una buena dosis de endorfinas. Además, haciendo actividades grupales aumentamos las probabilidades de conectar con nuevas personas (¡con las que encima compartimos gustos!).
  5. Algún capricho: este punto todavía me lo estoy pensando, pero me parece el más necesario. En mi caso, lo más seguro es que sea una limpieza facial profunda.
  6. Colonia nueva: según una amiga, se debe acompañar la vida nueva de un olor nuevo. Y aunque entiendo por dónde va la teoría, es el único punto al que me resisto. Soy de esas personas que se mantienen fieles a los aromas cuando dan con el que les encaja. Me gusta demasiado mi perfume del día a día como para cambiarlo, pero no descarto hacerme con uno más potente para las ocasiones especiales venideras.
  7. Satisfyer/succionador de clítoris: escribiendo un blog de sexo, este punto estaba más que cubierto. Pero es probable que, ahora que mi vida sexual es cero, comience una etapa de redescubrimiento de mí misma. Nunca es tarde para probar cosas nuevas o atreverme a pedir ese set de cuerdas que siempre me ha llamado la atención.
  8. Un viaje: cualquier destino es bien recibido en estos tiempos, pero en mi caso tengo claro que el primer desplazamiento fuera de Madrid va a ser para ver a una amiga. De forma que no solo disfruto de cambiar de ciudad, sino que me llevo de paso la mejor de las terapias, pasar tiempo juntas arreglando el mundo.
  9. Cambiar el corte de pelo: escribía en enero de 2019 (sin saberlo), sobre la relación entre una ruptura amorosa y un cambio de look. Estrenar peinado se puede traducir universalmente por el «Aquí estoy y sigo adelante», ya que nos sirve para mostrarnos a nosotras mismas -al menos de manera externa-, que damos comienzo a una nueva etapa de nuestra vida.
  10. Algo que tu ex odiara: voy a partir de la base de que no soy una persona vengativa, así que no me parece muy sano (para mí) comprarme algo a modo de revancha. Que, además, en mi caso, tendría que ser un kilo de azúcar para tomármelo a cucharadas. Pero puedo entender que haya quien encuentre sentido a esta última sugerencia. Quizás haciéndose por fin con ese cuadro que siempre le había gustado, pero que su ex no le dejaba colgar en la pared del piso.

Duquesa Doslabios.

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Los ligues de la cuarentena no son reales

Es lo que intentaba explicarle a una amiga cuando el chico con el que había empezado a quedar, antes del estado de alarma, le acababa de decir que no veía claro lo de volver a verse una vez el aislamiento terminara.

BERSHKA

Para mí, la cuarentena ha tenido dos fases (tres si contamos la sensación de irrealidad de las primeras semanas).

Una de ellas, la que corresponde marzo y todo el mes de abril, de bajonazo emocional en el que no veíamos que esto llegara a su fin. Es en esa fase donde, quien nunca ha tenido pareja se ha planteado por primera vez dar el paso de meterse en una relación seria.

Es también el periodo en el que han llegado los mensajes de los exnovios o profundas conversaciones hasta bien entrada la madrugada que te han dejado pensando que realmente tenías conexión con esa persona.

Durante ese periodo, la preocupación por lo que pudiera pasar en un futuro llevaba a buscar seguridad. Y, ¿qué hay más seguro que empezar a crear un vínculo emocional, ya que las relaciones esporádicas solo podían darse bajo peligro de multa e irresponsabilidad social?

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En esa fase, mi amiga y su crush estaban de maravilla. Seguían conociéndose, haciendo videollamadas constantes para sentirse acompañados y con el carrete de fotos de Whatsapp lleno de imágenes del otro.

Pero cuando la segunda etapa ha hecho acto de presencia, (una parte que vendría a ser la segunda mitad de mayo con el cambio de fase en ciertos territorios) ese miedo por lo desconocido se ha visto sustituido por la ilusión de quien empieza a ver la luz al final del túnel.

Además no cualquier luz, ¡la luz del verano! La estación de las rupturas por excelencia.

Y es que por mucho que hayas hablado, prometido, esperado o confiado, hay una verdad universal que tenemos que aceptar: parte de nuestro comportamiento en la cuarentena ha sido fruto del aburrimiento, lo que puede incluir la forma de ligar.

Las expectativas futuras son buenas: cambios de fase, vacaciones a la vuelta de la esquina y encima ¡ya podemos pasear por la calle! El momento más esperado del día en el que las hormonas van a 200 km por hora.

Con ese panorama, no es de extrañar que haya quien haya cambiado de idea dándose cuenta de que, en realidad, no tiene tanto interés en estar en una relación seria.

Duquesa Doslabios.

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La vida es demasiado corta como para no disfrutar la soltería

«La envidia que le das a tus amigos emparejados cuando ligas», «Ver lo que te da la gana en Netflix», «Ir, entrar, salir, viajar, trabajar full time sin tener que rendir cuentas a nadie», «Vivir a tu aire», y mi favorita de todas: «Calma».

FACEBOOK TOMORROWLAND

Esas son algunas de las respuestas que me da mi comunidad de seguidores cuando lanzo la pregunta de las ventajas de optar por la soltería.

Una situación que ha pasado de estar relacionada a pasarte tus días en un piso rodeada de gatos o jugando a los videojuegos, a vivir la vida de una manera increíblemente plena.

Si algo hemos conseguido los millennials, y doy gracias a películas como ‘Mejor solteras’ que se han encargado de ellas, es de romper con el estigma de que solo en pareja podemos alcanzar sentirnos completas como personas.

Soltería es independencia, es libertad, es disfrutar de una misma con un 100% de felicidad. Hay pequeños placeres que la convierten en una opción que hay quienes mantienen toda su vida.

Solo se vive una vez, y, entre tantas relaciones, es imprescindible que exista una de autoemparejamiento, como lo define Emma Watson.

Hay un extraño bienestar en poder tirarte en el sofá con tu pijama más sucio del armario comiendo espagueti y con un vaso de vino. Pero también lo hay en no responder un mensaje de texto por el simple motivo de que no te apetece, sin que haya consecuencias..

Aunque no basta con reivindicar la soltería, también desde fuera de ella hay que aprender a respetarla.

Querría una ley que prohibiera las frasecitas condescendientes de turno. En tu boda, por mucha ilusión que te haga que las solteras peleen por el ramo, puede que no todas queramos pasar por el altar.

Ya vale de que el monotema de las comidas familiares es que a ver cuándo te echas novio o que se te va a pasar el arroz.

Lo mismo con las amigas. Quedas para contarte qué tal van las cosas, no para que tu vida sexual o emocional sea diseccionada o puesta bajo la lupa en una placa de Petri. Un escrutinio del que solo te libras si has sentado cabeza con alguien.

Al final, hay que recordar que por mucho que coincidamos en que siempre es de agradecer «que no te quiten el postre,» lo cierto es que soltería «es felicidad».

Duquesa Doslabios.

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