Mensajes de tu ex, el efecto secundario de la cuarentena

Al principio empezó como algo aislado, casi anecdótico. Un mensaje de una amiga que te dice “Mira quién me ha escrito” y, acto seguido, te manda el pantallazo de la entrega de Star Wars que nunca escribió George Lucas: Episodio VI, El retorno del exnovio.

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Luego fueron los memes y los tuits, dándome a entender que igual lo de mi amiga no era tan raro como podía parecer en un principio.

Y, finalmente, me llegó el turno a mí. Un regreso del pasado tan inesperado que incluso me hizo dudar si el fin del mundo se encontraba más cerca de lo que imaginaba. No, no se me ocurría otra razón posible para que me escribiera de nuevo más allá del apocalipsis.

Es curioso que, hace unas semanas, os aconsejaba extremar la precaución de contacto con las exparejas. La crisis mundial parecía la excusa perfecta para mandar el deseo de «Cuídate mucho» o un «¿Qué tal ese confinamiento?» para tantear el terreno.

Pero, ¿qué pasa si soy quien ha sabido guardar las distancias y he recibido el mensaje?

Lo primero es mantener la calma. Porque, sinceramente, una de las últimas cosas que esperas es que, después de años, los fantasmas del pasado vuelvan a hacer acto de presencia.

Pero es uno de los síntomas, más que del virus, del estado de alarma. La cantidad de horas que pasamos desocupados al día nos llevan a poner en perspectiva toda nuestra vida, incluso la parte que parecía archivada en los capítulos cerrados.

Como me decía otra amiga, la culpabilidad y la cuarentena no son buenas amigas. Y puede parecer que este es el mejor momento para pensar largo y tendido en lo que hemos vivido y, ¿por qué no?, mirar con perspectiva los errores cometidos y tratar de disculparse por ellos.

En una nueva rutina en la que solo recibimos impactos negativos, es normal refugiarse en el amor que sentimos hacia nuestros familiares y amigos, lo que puede llegar a despertar incluso partes del corazón en las que se encontraban archivados los sentimientos más antiguos.

Esto no significa que quienes vuelvan tengan la misma motivación de querer redimirse por lo que pasó o de intentar echar un poco de arena al fuego -por si se da el caso de que algún día os crucéis por la calle, ninguno tenga que cambiarse de acera-.

Una rápida encuesta vía Instagram me confirma que el aburrimiento hace mella, así como las ganas de tener sexo (esas que no perdemos ni en cuarentena) o la necesidad de rodearnos de personas, aunque sea virtualmente, que vuelven a hacernos sentir a salvo.

Y aunque no es igual recibir un mensaje de aquella persona con la que hubo una historia de amor, que una relación tóxica, decidir si lo que se quiere hacer es responder o dejar en leído, es tan personal como lo ha sido para tu ex poner el mensaje.

La cuarentena es demasiado larga y la vida demasiado corta como para escoger aferrarnos al rencor de los corazones rotos cuando tenemos el poder de repararlos. Aunque eso implique escribir a alguien del pasado para conseguir estar en paz.

Duquesa Doslabios.

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