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Los errores que cometes (sin saberlo) cuando le haces un cunnilingus

Después del éxito que tuvo la publicación de Los errores que cometes (sin saberlo) cuando le haces una felación me ha parecido importante abordar la cuestión desde el otro lado.

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A la hora de encontrarte con desgustadores del pilón hay más de uno que más que practicarte sexo oral parece estar lamiendo la tapa del yogur como si fuera la vida en ello.

Después de hacer memoria de experiencias y exprimir a mis amigas para que compartieran conmigo sus secretos más oscuros, estas son las conclusiones a las que hemos llegado:

  1. No bajar. Era muy obvia pero había que sacarla, ya que el primer error que muchos cometen es no tener ni tan siquiera la predisposición para darse una vuelta por el piso de abajo. El sexo es una cosa maravillosa que solo disfrutamos plenamente con la mente abierta.
  2. Realizar la consulta ginecológica. Todos somos un poco torpes al principio pero esos que cogen los labios como si fueran pechuga de pavo, con dos dedillos, y los abren hasta el infinito y más allá, no solo nos resulta molesto, sino que nos hace recordar la última citología que nos hicieron en el ginecólogo. Los labios no son el rollo de chicle de Boomer.
  3. Hacer chupetones por la zona. Si quieres dejar un chupetón, algo que es un poco de quinceañero, pero allá cada cual, vete mejor al cuello, en el hombro, en el lateral del pecho, pero definitivamente NO ni en el clítoris, ni en un labio, ni en las ingles, ni en la cara interior de los muslos. No es que no nos ponga, es que directamente nos duele.
  4. No controlar los tiempos. No es necesario bajar a saco como si dependiera el futuro de los polos de ello, prepara el terreno recorriendo lo que hay alrededor. Besa, lame, juguetea… pero tampoco te pierdas por las inmediaciones. Recuerda cuál es el objetivo.
  5. Chupar sin ton ni son. Lo de usar la lengua como cuando mi perro bebe agua del bebedero o meter la lengua por la vagina como si fuera un intento de pene no tiene ni pies ni cabeza. Es raro, es incómodo y hasta puede cortar un poco el rollo. Mejor limítate a las zonas seguras.
  6. Mover la cabeza como si en vez de estar practicando sexo oral estuvieras imitando a Beyoncé en Run the world.
  7. Los cambios de ritmo cuando estás gozándolo. La lengua no debe comportarse como un globo desinflándose pasando de arriba a abajo a articular las letras del abecedario. El clítoris se debe mover de lado a lado. Contínuamente, con energía y sin parar, lo que puede hacer que más de uno tenga problemas y…
  8. No resista el ritmo. Sí, es cansado, sí, duele la lengua, pero no en vano se le llama «hacer un trabajito», como diría la gran Samantha Jones en Sexo en Nueva York.
  9. Mirar fijamente a los ojos de tu pareja es raro. Una cosa es lanzar alguna miradita para controlarle los gestos y ver si lo está disfrutando y otra muy diferente quedarte mirando sin parpadear. Nos hace sentir incómodas y cortadas.
  10. Cuidado con los dientes, déjalos a buen recaudo. Eso de ir en plan juguetón y pegar un bocado (aunque sea pequeñito) ahí abajo es un gran error.

Y ante la duda es tan sencillo como parar un segundo y preguntar si se está haciendo bien o si hay algo que se pueda hacer para mejorar la experiencia.

Duquesa Doslabios.

Los errores que cometes (sin saberlo) cuando le haces una felación

¿Recuerdas lo que te costó de pequeña aprender a comer un helado sin mancharte? Tenías que evaluar rápidamente la forma, dimensiones y textura del dulce para saber cuándo y dónde dar el estratégico lametazo y evitar la traicionera mancha que tendía a acabar en tu camiseta.

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Con el tiempo descubres que si bien una felación no es exactamente lo mismo, es parecido. Tiene su aquel mucho más allá de lo que nos parece en un primer momento tan sencillo como llevarnos algo a la boca.

Yo, que soy curiosa por naturaleza hice de la pornografía la maestra sexual que no había tenido en cuando a técnica de sexo oral se refiere. Y ante la duda, ni corta ni perezosa, preguntaba si aquella era la forma correcta o podía mejorar de alguna manera.

Como de preguntona también tengo bastante, he querido reunir los que son, según ellos, los errores que cometemos cuando bajamos.

  1. No mostrar una buena predisposición: tiene que entrarnos en la cabeza que una felación no es solo un preliminar al que dedicarle unos segundos y ya está. Al igual que le dedicamos su rato a confeccionar un currículum en el sexo oral también tenemos que entregarnos totalmente. Hay que darlo todo desde el minuto uno y recordar que las cosas no están bien por hechas sino por bien hechas. De modo que si no estás convencida es mejor que no bajes a que lo hagas con…
  2. Cara de asco. Eso de estar haciéndolo y que se te note a disgusto es algo que no pasa desapercibido (por mucho que pienses que estás disimulando divinamente). Es mejor que digas en un primer momento que es algo con lo que no te sientes cómoda. De todas formas, recuerda que el sexo (sea como sea) no tiene nada de vergonzoso y que se trata de pasarlo bien.
  3. Ir a saco. Vale que a veces el momento te pide aquí te pillo aquí te absorbo el pepinillo. Tómate tu tiempo y prepara el terreno para la que se avecina.
  4. No cubrir los dientes. Imagínate restregando tu brazo contra una lija. Cuando notan tus dientes deslizándose tienen una sensación parecida. Puedes evitarlo fácilmente si los escondes con los labios. Dientes no, lengua sí.
  5. No usar las manos que son un aliado excelente. Además de que te resultará más fácil manejarte puedes hacer las combinaciones que se te ocurran: con ambas, con dos dedos, entre el índice y el dedo medio… Aunque tampoco te motives con el tronco porque uno de los grandes errores es…
  6. Olvidarse de la punta. Y es que esa zona de carne rosada es la zona más sensible y a la que tendrás que dedicarte especialmente con mimo y paciencia. Recuerda que su sensibilidad puede hacer que moleste si…
  7. Frotas sin lubricar previamente. Puedes hacerlo elegantemente mientras chupas, de manera más atrevida si te chupas un par de dedos y luego bajas o escupiendo directamente si lo que os va es el rollo duro.
  8. No controlar los mofletes es otro de los errores que no controlamos al principio. Las mejillas no puedes dejarlas flácidas como cuando te las pellizca tu abuela. No es necesario que sorbas como si estuvieras tratando de terminar el granizado de limón en un día caluroso, pero sí que crees dentro de tu boca sensación de vacío, que es la clave para que la succión resulte placentera. Eso sí, debes hacerlo con conocimiento de causa ya que…
  9. Succionar los testículos es doloroso. Nada de querer hacerle un chupetón en esa zona. Limítate a lamerlos, acariciarlos o metértelos en la boca.
  10. Responder borde si te agarra de la cabeza para que te la metas hasta el fondo. Vale que igual no es la sensación más placentera del mundo, pero es mejor si le quitas la mano sutilmente y la apartas que si en medio de la felación le sueltas un «¿Pero qué narices haces?». Si no capta la indirecta de que te suelte le dices, amablemente, que quieres encargarte tú.

Recuerda que en la dieta, en el sexo, en el armario y en la vida en general está en la variedad el gusto.

Duquesa Doslabios.