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El futuro de las relaciones: sexo, citas y amor después del coronavirus

La sed y el hambre son dos de las cosas más difíciles de soportar. Y, estando aislados en casa, hemos llegado a la conclusión de que el contacto humano podría ir detrás de ellas.

DEREK ROSE FACEBOOK

Se habla de la vuelta a la ‘normalidad’, de cómo será salir a la calle, movernos en transporte público, viajar…

Pero, ¿qué va a pasar con la desescalada a nivel emocional?

Esta experiencia nos dejará marcados y no sabemos hasta cuando. Por lo pronto, habrá que despedirse del roce en una cita.

Y eso que, como comunidad, tocarnos es casi fundamental para relacionarnos. Nos hace sentir confiados, conectados como parte de algo y nos ayuda a despedirnos del estrés.

Estar cómodos en la intimidad podría cambiar. Por mucho que en un futuro haya una vacuna, después de las imágenes que hemos visto, los síntomas que conocemos de primera mano y familiares que hemos perdido en estas circunstancias, ¿quién no se lo pensará dos veces antes de cogerse de las manos? ¿Quién no dudaría antes de acercarse a dar un primer beso?

El amor no desaparecerá, pero nos lo pensaremos dos veces.

Aguantando semana tras semana en casa, el sexo ha quedado fuera de carta. En su lugar, hay barra libre de aplicaciones para ligar.

Incluso en estas circunstancias, se ha encontrado una vía de seguir avanzando: hablar. Las videollamadas, chats interminables o citas virtuales lanzan un alentador mensaje: el punto fuerte es tener una buena conversación.

Y si antes no había pie a una segunda oportunidad -teníamos tantas opciones que, ¿quién querría esforzarse en conocer más a fondo si había la mínima duda?-, ahora no nos atrevemos a descartar con tanta facilidad.

O incluso a la hora de volver a retomar contacto con esa antigua pareja a la que, obra de la cuarentena, hay quien se arrepiente de haber dejado escapar.

Duquesa Doslabios.

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Cuando Tinder hace crush, comienza el espectáculo

Querid@s,

Y en Tinder van apareciendo rostros como una baraja de naipes. Mira usted las fotos, las frases-avatar y con el dedo desliza a la izquierda si no le interesa (cruz roja) y a la derecha si le pica la curiosidad (corazón verde). Es un escaparate de gente que le acabará entrando o no por los ojos. Es un catálogo de personas. Selecciona usted a quién o no quiere consumir. Y en base a esta exageradísima cantidad de información, todos elegimos si nos gusta o no nos gusta a primera vista. No hay nada que temer, puede rechazar sin dar explicaciones. Pero, si ambas partes se gustan, hay crush. Se abre el telón y empieza el espectáculo.

Permítanme que insista que Tinder sólo muestra lo que se quiere enseñar, lo que se quiere compartir con los demás. No es oro todo lo que reluce y siempre llegará el momento en que debamos enfrentarnos a la realidad. Quedar. En vivo y en directo, en la vida real. Aquí es donde se cazan las mentirijillas o se descubren las verdades no reveladas. Hombres más bajitos de lo que pensábamos, mujeres no tan hermosas como nos hicieron creer, personas con cargas familiares que pensábamos que no existían. Porque nadie es perfecto (ni falta que hace), empezando por cada uno de nosotros.

E hice de Inspector Gadget

Nunca di información personal veraz; no sabía quién estaba al otro lado de la pantalla y viví el anonimato. Interpreté varios papeles para provocar distintas reacciones y poder indagar en amplio espectro. Con algunos me mostré interesada en el compromiso, con otros me mostré interesada sólo en encuentros físicos… A otros sólo les preguntaba por qué estaban ahí y con otros fui yo, simplemente. A la mayoría les sorprendió cuando me mostré sexualmente explícita. Algunos desaparecieron sin decir adiós cuando decía que buscaba una relación. De hecho, uno no quiso ni verme si no buscaba nada más que sexo. Otros intentaron calentar motores móvil en mano mientras con la otra jugaban y se masturbaban. A la mayoría no le importó que no tuviera una foto mía en el perfil. Esto fue gratamente positivo, a la gente aún le gusta imaginar.

Al final, todo ese centro comercial abierto y diverso se convirtió en algo tóxico (y eso que he estado pocos días en línea). Me resultó adictivo a veces, otras aburrido. Cabe la posibilidad de dedicarle más energía de la que me toca. Así que me dije a mí misma que sólo volvería a aparecer para buscar a alguien ya conocido. Espero cumplir mi promesa.

Charade

Antes de irme estuve tindereando con un tipo que me estimula mucho cerebralmente. Con él he sido yo, sin trampas ni cartón. Dice que le apetezco y lleva desde el primer día invitándome a cenar en su casa y catar los vinos de la bodega para la que es creativo. Ayer le dije que . Tenemos amigos en común y confío en que no será un asesino en serie. No sé si se me saldrá el tiro por la culata, si será un chasco o si habrá feeling. Qué sé yo. Lo que sí sé es que seremos como dos extraños que ya se conocen (qué extraño) y beberemos vino en su terraza, desde donde me dice que se ven las estrellas y de madrugada huele a tortitas recién hechas. Espero que en eso, al menos, no me haya mentido.

Que follen mucho y mejor.