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Ha llegado la aplicación para los swingers. Y no tiene nada que ver con Grinder

Querid@s,

¿Han practicado alguna vez intercambio de parejas? Si se siente fatigado de practicar sexo en su casa, con su pareja, una y otra vez, si estas experiencias grupales le apetecen, que sepa usted que existen. Orgías de 4 hasta 19 personas, todos con todos, en grupo…. Aunque las orgías siguen estando a la cabeza de las fantasías más ansiadas, muy pocos se atreven a dar el paso definitivo. Eso sí, nadie puede esgrimir como excusa la dificultad de este tipo de encuentros. Las convocatorias de sexo público son frecuentes en la red y si usted prefiere algo más convencional y relativamente normalito, existen numerosos locales de tipo liberal denominados club swinger, cuya especialidad es facilitar experiencias de sexo colectivo y realizar sus fantasías mas ocultas. Tomar una copa, participar o no, mirar, ser mirado, hacer un trio, coincidir con alguien inquietante en una orgía o en un intercambio de parejas… Una absoluta delicia.

El Jardín de las Delicias, El Bosco

El Jardín de las Delicias, El Bosco

Ya platicaremos de este asunto otro en otro momento. ¿Qué les parece que ahora existe una aplicación, que está a punto de caramelo, que puede servirle todas estas suculentas experiencias en bandeja de plata? Y sin que se entere casi nadie, por si le importa el que dirán.

Este mes de mayo, la virgen start-up barcelonesa y moderna, La Vida de Otro Color, tiene previsto el lanzamiento al mercado de dos aplicaciones móviles que aspiran a dominar el sector de las apps de contactos entre adultos en España. SwingerApp y ChillApp -así se llaman estas plataformas- son el fruto del proyecto empresarial en común entre Sergi Poch, que proviene del Derecho y Fran Duarte, con experiencia en marketing para grandes multinacionales.

Cada una de estas aplicaciones ofrece posibilidades que ninguna otra plataforma prevé, son únicas en su especie. Al menos, eso dicen

¿Qué es SwingerApp?

SwingerApp está ideado para parejas liberales (los llamados swingers), una comunidad creciente que muchos no entienden. “Actualmente, -comentan sus desarrolladores- existen webs de contactos para swingers pero esta es la única aplicación del mercado que ha sido desarrollada íntegramente en España”.

¿Cómo funciona SwingerApp?

Las parejas liberales pueden abrir su perfil fácilmente: solo han de cumplimentar un breve formulario con asuntos básicos como la edad, complexión o preferencias sexuales, y subir algunas fotos, mejor si son interesantes. A partir de ese momento, la aplicación geo localiza a la pareja e indica qué otros libertinos se encuentran en la vecindad. Una de las peculiaridades de SwingerApp es que a ambos miembros se les permite gestionar su perfil compartido desde sus respectivos smartphones y comprobar qué otros usuarios les resulta interesantes. ¿Para contactar con el que le gusta? Basta un mensaje a través de un chat privado.

¿Cuánto cuesta?

Por ser ustedes, nada. La descarga de la app es gratuita, pero SwingerApp contempla diferentes modalidades de suscripción (mensual, semestral o anual), que garantizan la confidencialidad y exclusividad inherentes al estilo de vida swinger.

¿Qué es ChillApp?

Pensada para el público más gay, ChillApp es una aplicación que permite a sus usuarios organizar fiestas en su casa o sumarse a la más cercana para ampliar su círculo de amistades. La perfecta solución para tener un montón de amigos, como cantaba al viento Roberto Carlos.

A cualquier hora del día, en cualquier punto de la ciudad, el usuario puede realizar su propia convocatoria o solicitar acudir a una. ChillApp es la herramienta más específica de su categoría y la única que permite organizar quedadas de tres o más chicos a la vez. Además, se pueden establecer filtros en función de los intereses de cada individuo para conectar con otros que busquen exactamente lo mismo, algo difícil de averiguar en estos tiempos que corren.

¿Qué diferencia a ChillApp de Grinder?

“Con el resto de apps o de redes sociales -explican Poch y Duarte- puedes tener citas y conocer chicos pero de uno en uno. ChillApp es la única herramienta que te permite directamente convocar a un grupo de chicos para entablar amistad con ellos y ampliar tu círculo o que posibilita que te sumes directamente a una fiesta: así es sencillo conectar con chicos que comparten tus intereses y tener una red de contactos mucho más extensa para quedar, salir, divertirse, etc”. “No es una red social más –añaden- es la herramienta definitiva para una nueva forma de relacionarse, haya o no haya sexo de por medio”.

Corra, no hay tiempo que perder. Apúntese y ya me contará.

Que follen mucho y mejor,

Grindr, todo un éxito

Querid@s,

Como les conté antes de que acabara el año, me encuentro en suelo escocés. He comprobado, de la mano de mi amigo Miki (el amigo gay del marido de mi amiga), que los descendientes de William Wallace son igual de valientes que su ancestro. Desde que hemos pisado territorio escocés, el Grindr de Miki echa chispas. Fue bajar del avión y en menos de 24 horas ya tiene al menos 15 hombres que quieren roce con él y “comérsela” literalmente, como ellos mismo le dicen. Para los que no sepan de lo que les estoy hablando, Grindr es una aplicación de lo más lúbrica que pone en contacto los intereses sexuales entre gays, definiéndose y mostrando la distancia a la que están para futuribles encuentros sexuales. Vamos, un geolocalizador de gays.

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La cosa se inicia con un Hola y se continúa indicando si se es activo o pasivo. Una vez identificados cada cual como sopla nucas, muerde almohadas o simplemente morbosos y/o mamadores, le sigue un intercambio de fotos bastante explícitas. Si cuadran los gustos y gusta la foto, la conversación se torna calentorra y no suele durar más de una hora. Los grinderianos se preguntan y se informan el uno al otro sobre el tamaño de sus vergas y las preguntas no van más allá. Como dice Miki, «como comprenderás chata, no se trata de saber si te gusta Dickens o Tolstoy, simplemente es follar». La conversación se da por finiquitada cuando se fija sitio y hora para el encuentro.

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Entonces se queda. E imagínense que no se gustan. O él no le gusta, o usted no le gusta a él. ¿Qué porcentaje de fracaso hay una vez se queda? Bajo. En general, “pasado el éxito inicial, el éxito está casi garantizado”. Cuando Miki sale un viernes o sábado de fiesta, sale “folladito de casa”. Ya ha tenido su sesión de sexo antes de salir, porque desde que tiene Grindr, se le amontona la faena. Y los polvos. Miki ya no liga en los bares, ni se va de cruising, ni a saunas ni a cuartos oscuros. Porque para eso, ya tiene Grindr. Le evolución de sus devaneos sexuales ha sido categórica (y meteórica) si comparamos los medios y soportes para conseguir satisfacer sus necesidades sexuales que empleaba antes y los que emplea ahora. Sus usos y costumbres tradicionales de antaño versus las nuevas tecnologías. Definitivamente, ahora folla más que antes. “Grindr es un chollo, el que folla es porque no quiere«.

Hablamos de a qué se debe esta rapidez con la que los gays sin prejuicios ni tabús quedan para follar y luego, si te he visto no me acuerdo. Yo opino que el motivo es que los dos son hombres. Miki opina lo mismo y dice que para él, «echar un polvo con alguien es como echarse una cerveza. Algo natural. Es sexo, única y exclusivamente. Yo sólo quiero pasar un rato. Pues eso, un rato».

Que follen mucho y mejor.

Cuando Tinder hace crush, comienza el espectáculo

Querid@s,

Y en Tinder van apareciendo rostros como una baraja de naipes. Mira usted las fotos, las frases-avatar y con el dedo desliza a la izquierda si no le interesa (cruz roja) y a la derecha si le pica la curiosidad (corazón verde). Es un escaparate de gente que le acabará entrando o no por los ojos. Es un catálogo de personas. Selecciona usted a quién o no quiere consumir. Y en base a esta exageradísima cantidad de información, todos elegimos si nos gusta o no nos gusta a primera vista. No hay nada que temer, puede rechazar sin dar explicaciones. Pero, si ambas partes se gustan, hay crush. Se abre el telón y empieza el espectáculo.

Permítanme que insista que Tinder sólo muestra lo que se quiere enseñar, lo que se quiere compartir con los demás. No es oro todo lo que reluce y siempre llegará el momento en que debamos enfrentarnos a la realidad. Quedar. En vivo y en directo, en la vida real. Aquí es donde se cazan las mentirijillas o se descubren las verdades no reveladas. Hombres más bajitos de lo que pensábamos, mujeres no tan hermosas como nos hicieron creer, personas con cargas familiares que pensábamos que no existían. Porque nadie es perfecto (ni falta que hace), empezando por cada uno de nosotros.

E hice de Inspector Gadget

Nunca di información personal veraz; no sabía quién estaba al otro lado de la pantalla y viví el anonimato. Interpreté varios papeles para provocar distintas reacciones y poder indagar en amplio espectro. Con algunos me mostré interesada en el compromiso, con otros me mostré interesada sólo en encuentros físicos… A otros sólo les preguntaba por qué estaban ahí y con otros fui yo, simplemente. A la mayoría les sorprendió cuando me mostré sexualmente explícita. Algunos desaparecieron sin decir adiós cuando decía que buscaba una relación. De hecho, uno no quiso ni verme si no buscaba nada más que sexo. Otros intentaron calentar motores móvil en mano mientras con la otra jugaban y se masturbaban. A la mayoría no le importó que no tuviera una foto mía en el perfil. Esto fue gratamente positivo, a la gente aún le gusta imaginar.

Al final, todo ese centro comercial abierto y diverso se convirtió en algo tóxico (y eso que he estado pocos días en línea). Me resultó adictivo a veces, otras aburrido. Cabe la posibilidad de dedicarle más energía de la que me toca. Así que me dije a mí misma que sólo volvería a aparecer para buscar a alguien ya conocido. Espero cumplir mi promesa.

Charade

Antes de irme estuve tindereando con un tipo que me estimula mucho cerebralmente. Con él he sido yo, sin trampas ni cartón. Dice que le apetezco y lleva desde el primer día invitándome a cenar en su casa y catar los vinos de la bodega para la que es creativo. Ayer le dije que . Tenemos amigos en común y confío en que no será un asesino en serie. No sé si se me saldrá el tiro por la culata, si será un chasco o si habrá feeling. Qué sé yo. Lo que sí sé es que seremos como dos extraños que ya se conocen (qué extraño) y beberemos vino en su terraza, desde donde me dice que se ven las estrellas y de madrugada huele a tortitas recién hechas. Espero que en eso, al menos, no me haya mentido.

Que follen mucho y mejor.