Los hombres no hablan de estas cosas

Cómo cambia todo con el tiempo. En el colegio eras los chicos quienes tenían carta blanca para hablar de sexo. Las pajas, los dedos, si esa o aquella era una guarra

Todas esas cosas parecían reservadas a ellos. A nosotras ni se nos ocurría mencionarlo, ¿qué iban a pensar nuestras compañeras?

hombres hablando

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De adultas, el giro ha sido de 180 grados. Raro es que en una conversación con tus amigas no salga el tema del sexo, que qué tal os va a nivel erótico, si habéis tenido algún incidente, la salud íntima…

Además de conectarnos entre nosotras, hablando de situaciones algo vulnerables, lo que siempre fortalece cualquier vínculo, también es la manera de tranquilizarnos: lo que sea que nos pasa no es tan raro.

Preguntar a otras mujeres nos puede dar la solución, ya que pueden haber pasado por lo mismo, o, si no, siempre conocen a una prima de una amiga que puede servirnos de referencia.

En caso de que la primera línea de apoyo no pueda ayudarnos, no dudamos en buscar un libro que pueda darnos la respuesta o incluso investigar a golpe de buscador un retiro o curso que nos permita reconectar o, simplemente, conocernos mejor.

Considerando ese bagaje de autoformación, siento que nosotras hemos llegado al punto de educarnos que podría ser considerado de posgrado si hubiera una equivalencia oficial.

Pero los hombres con los que nos emparejamos no.

La asimetría en las relaciones heterosexuales es más que evidente y solo crece pese a la facilidad de encontrar información al alcance de un click.

Nosotras nos formamos, aprendemos, nos preocupamos por saber, practicamos lo leído, apostamos por alternativas si lo anterior no funciona, buscamos soluciones…

En cambio, lo habitual es terminar con una pareja que no solo no ha tenido el mismo camino de autoconocimiento, sino que parece resistirse al más mínimo cuestionamiento.

La principal dificultad está en que ellos si hablan de sexo, debe ser -según la masculinidad hegemónica-, en un tono de conquista, presumiendo de hazañas y números como si fuera un debate político donde gana el que lleve las barras más altas.

Se da por hecho que los hombres deben ser sexualmente seguros, con experiencia y además dominantes en sus relaciones, lo que ejerce mucha presión para que oculten cualquier falta de conocimiento o inseguridades en torno a la educación afectivo sexual.

Todo lo que no sea una autoestima sexual digna de espartano se puede percibir como una amenaza a su masculinidad.

Otro ejemplo es que si se interesan por descubrir su cuerpo, no son lo bastante hombres por el estereotipo de que tienes que venir de serie con la virilidad por las nubes y un pene funcional 24/7 como único órgano importante de la anatomía.

Sí, muchos temen ser percibidos como «poco masculinos» si demuestran interés en aprender sobre el placer y las relaciones sexuales de una manera abierta y respetuosa.

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Pero si parten con la premisa de que como hombre ya lo saben todo de lo que has visto en el porno y la extensa práctica de estos años, ¿cómo vas a necesitar ir a un taller, leer un libro o hablar con una experta que les enseñe a nada?

A eso hay que añadirle que, en muchas sociedades, el tema de la educación afectivo sexual sigue siendo tabú. La incomodidad y desinformación está a la orden del día y hay quien todavía se atraganta con la aceituna del aperitivo si le preguntas qué opina de una buena comida de culo.

Esa carencia de no haber tenido la oportunidad de recibir una educación adecuada sobre las relaciones afectivas y sexuales en su juventud, puede llevar a una falta de interés o conocimiento en la adultez. Y somos nosotras quienes sufrimos las consecuencias (y a este vídeo me remito).

 

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Por último, la masculinidad hegemónica también promueve esta idea tan casposa de que los hombres no deben expresar emociones o mostrar su vulnerabilidad.

Ya que la educación afectivo sexual a menudo implica discutir emociones, intimidad y comunicación en las relaciones, nuestros compañeros lo encuentran desafiante debido a estas presiones sociales.

Sin embargo, hoy vengo a recordar que no esperamos dar con parejas que hayan nacido sabiendo todo, y que mucho menos vamos a juzgar quienes tengan interés en mejorar su esfera íntima. Al contrario.

Aprender sobre relaciones afectivas y sexuales es un acto de responsabilidad, respeto y cuidado tanto para uno mismo como para las parejas.

Y dar con un novio que se interesa por ello es una suerte.

Mara Mariño

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3 comentarios

  1. Dice ser En un mundo abierto no vale el seguir sumisos

    Se han abierto las puertas, las rejas, las verjas y las ventanas hacia el universo sexual humano. Las cosas no son como antes. Internet está plagado de manifestaciones sexuales de todo tipo. Si los medios de comunicación no lo quieren ver, ése es su problema. Y su problema lo aplican a la gente, porque no han sabido adaptarse a la realidad. Las cosas no son como antes, pero los medios siguen queriendo mantener el mundo como era antes gracias a la desgracia de ese extraño pensar de que las cosas no cambian, que no vienen para quedarse, y de que todo volverá a los cauces de los tiempos de antes. Así presentan, siguen presentando, al sexo como algo que censurar. Es ridículo, aparte de nefasto, para la educación sexual y la sexualidad en general. El desnudo sigue siendo tabú en algunos medios; un simple desnudo. ¿Cómo se pretende aclarar aspectos de la sexualidad si los medios continúan haciéndose los santurrones, los guías de la moral, censora, por supuesto, y demás chorradas?
    Que una chica pida que le hagan cosas diferentes al mete y saca es positivo, del mismo modo que lo es que hable sobre una deseada comida de culo. El sexo anal femenino sigue manteniendo el tabú. Meterse dedos, meterse juguetas, pepinos, plátanos… debería ser algo lúdico en lugar de terrorífico del tenebro.
    Es bueno que la chica diga lo que desee, que comparta sus gustos, que imagine y comparta su imaginación erótica, porque es muy triste saber de algunas que no habían sido dichosas con sus parejas, sometidas a la norma de siempre que las anulaba del todo en el juego sexual. La sexualidad es otra manifestación más de la naturaleza humana y no deberia censurarse tanto.

    26 octubre 2023 | 13:07

  2. Dice ser maggie

    Totalmente de acuerdo con todo el articulo. Lo «mejor» es cuando te toca con uno de estos tios a los que les dices, por ejemplo, «a mi no me da placer que me metan los dedos» y te dicen » bueno pero ya veras cuando te lo haga yo como si que te va a gustar» …. mira chico,,yo solita soy capaz de saber lo que me gusta y lo que no me gusta. Y si te lo digo es por algo.

    Chicos, dejad de invalidar nuestro autoconocimiento y de sobreestimar vuestras habilidades. Escuchadnos. Hablad. Hablemos. Reconozcamos que no lo sabemos todo, que cada persona es un mundo y que siempre hay algo mas que aprender.

    Si supieras lo ridiculos que sois y lo que nos reimos de vosotros cuando vais tan de sobrados, y no conseguis darnos ni medio orgasmo, seguro que no presumiriais tanto de vuestras virilidad.

    26 octubre 2023 | 18:42

  3. Dice ser alfred O

    Jo! Te compadezco, madre…vaya pedazo de mierdas de hombres te has cruzado!

    Salutten!

    27 octubre 2023 | 17:15

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