De las mujeres que intimidan a los hombres

La última vez que me abrí Tinder, me dieron dos plantones. Con el tercero pude quedar y tomarme algo y aproveché para preguntarle por qué pensaba que podía ser que no habían querido quedar conmigo.

PEXELS

En su opinión había dos cosas que podían echar para atrás a mis matches a la hora de conocerme.

(Inciso: ¿no me sigues en Instagram? ¡Pues corre!)

La primera, que hago pesas. No voy al gimnasio a la clase de yoga o spinning (que me parece perfecto). Voy al gimnasio a mover hierros.

La segunda, por supuesto, que escribía este blog.

En mi perfil no lo escondía. «Escribo un blog de sexo y pareja, puede que mi siguiente artículo vaya sobre ti«, era lo que aparecía más o menos.

Quizás era la idea de encontrarse leyendo mi experiencia en el espacio (siempre de manera anónima, claro), les hacía recular.

O a lo mejor el hecho de que, después de tantos años como la Lilih Blue de 20minutos, algo de sexo he aprendido.

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Fuera por lo que fuere, mi acompañante apostaba por esas dos cosas. Eran lo que, según él, me convertían en intimidante ante algunos ojos masculinos.

Porque sí, las mujeres intimidamos. O eso parece cuando otra de mis amigas me cuenta que, teniendo casa y viviendo sola, si conoce a un chico con el que quiere acostarse, este prefiere ir a su piso compartido antes que a donde vive ella.

O cuando otra conocida, centrada en su trabajo en el sector bancario, comenta que recibe un salario mensual muy por encima del de él.

Hasta el punto de sacarle un cero por la derecha.

Es curioso que ellos se sientan intimidados por nuestra fuerza, una vida sexual pasada, la situación de independencia o incluso por nuestro dinero.

Tanto que, lo que nuestras amigas pueden considerar éxitos, se convierten en factores que juegan en nuestra contra.

Mientras que, lo que a nosotras nos intimida, es que nos toquen sin consentimiento, puedan hacernos daño, forzarnos y destrozarnos.

Así de diferente es lo que puede echarnos para atrás a la hora de dejarnos llevar. De estar con él a solas.

Que hable de las mujeres de cierta manera, que sea un experto en artes marciales, que enseguida frecuente nuestro espacio y consiga que no lo sintamos más nuestro… En definitiva, que nos sintamos amenazadas, expuestas.

Al final va a ser verdad que lo que más les aterra a ellos es que una mujer ponga en peligro su ego.

Y lo que más nos aterra a nosotras es que nos ponga en peligro la vida.

Mara Mariño

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4 comentarios

  1. Dice ser a mí no me importa que me toquen

    A mí me tocan chicas y mujeres en tono de buen rollo y nunca pienso en cortarles sus emociones. Más bien lo veo positivo, contacto natural de persona a persona, cuerpo a cuerpo, que no todo va a ser intelectualismo.
    También es verdad que depende de cómo toquen y cuidadín, pero de resto como pienso que si me tocan pues me tocan la ropa, nada mío se llevan y no me pegan ninguna enfermedad, pues todos contentos. Lo malo que me toquen y se me lleven el reloj o la cartera.

    05 abril 2022 | 15:44

  2. Dice ser Pero si es de lo mejor...

    Mara, de veras que no entiendo la primera razón expuesta acerca de la intimidación que puede sufrir un hombre ante una mujer. Que esté fuerte, cachas, no creo que sea ningún motivo para asustar. Al contrario, es más bien un ejemplo de admiración y superación. Una chica potente, que se cuida y se motiva debería ser más bien un orgullo para quien le ponga atención.

    05 abril 2022 | 23:10

  3. Dice ser De Marte

    No puedo estar más en desacuerdo. Es más, incluso resulta molesto. Que por el mundo haya idiotas, y a montones, no quiere decir que todos los hombres lo sean. Y aquí es lo que parece. ¿Dónde están esas mujeres que aquí se describen? Personalmente adoraría a una mujer que levante más peso que yo (tampoco he puesto el listón muy alto). O esa chica independiente y segura de si misma, sexualmente liberada, que me quiera llevar a su piso donde vive sola con su perro, o que pueda rechazar un pizza. Y aún me resulta más molesto, incluso poco creible, que exista alguien capaz de rechazar una cita con Lilih.

    05 abril 2022 | 23:36

  4. Dice ser Alba

    No existe la intimidación en una cita, eso es el ego que te hace creer eso. Lo que sí hay son intereses por cada parte. Se trata de averiguarlo. ¿Qué quiere realmente la otra persona de ti?. Alba.

    06 abril 2022 | 20:13

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