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Sobre el ‘despiste’ de equivocarte de orificio durante la penetración

Hay momentos en los que, cuando tienes sexo con otra persona, te quedas pillada por alguna razón.

Puede ser la típica interrupción de repasar mentalmente dónde guardas los condones (la última vez los moviste para que tu gato dejara de jugar con ellos), pasar previamente por el baño para quitarte la copa o cuando notas que algo no está yendo como esperabas y no sabes cómo reaccionar.

La reflexión de hoy va de uno de esos casos.

mujer hombre cama

PEXELS

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Soy la primera consciente de que los genitales femeninos no son la estructura más fácil e intuitiva del mundo.

Me encantaría que resultaran tan mecánicos y fáciles de interpretar como un pene. Pero son más bien como la web de la Renfe.

O la conoces al dedillo porque la visitas a menudo o terminas sin saber dónde está cada cosa.

Tenemos pliegues, texturas, agujeros y todo está hacia abajo y muy cerca unas cosas de otras.

Es más, recuerdo que un amigo me contó que, lo que más les sorprendía a los hombres la primera vez que tienen, sexo era lo ‘abajo’ que está la vagina cuando se la esperan a la altura del pene, coronando nuestro pubis.

Así que soy bastante comprensiva cuando, como digo, un dedo, una lengua o cualquier otro apéndice, termina en el agujero que no esperaba: el ano.

Y es que a la hora de tener sexo con penetración con una persona, no parece necesario hablar para que quede claro que, el orificio en el que va a suceder la acción, es la vagina.

Por eso es muy habitual que, si por un casual notamos que la vagina queda atrás en el olvido y se va en la dirección equivocada, nos cerramos en banda y preguntamos si todo bien o si necesita ayuda con las indicaciones.

Sin embargo, ese error de dar con alguien que se ‘escurre’ o se equivoca, nos ha pasado si no a todas, a la mayoría. Como comento, teniendo en cuenta el diseño de nuestra anatomía, es algo bastante frecuente. 

Si recordamos que solemos tener sexo con la luz tenue (aunque yo recomiendo recrearse con las vistas), más todavía.

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Pero ¿qué hay de los casos en los que se usa como excusa para seguir adelante y conseguir una penetración por la otra vía?

Cuando eso nos sucede -porque solemos saber discernir cuando se trata de una confusión y no de algo intencionado- para nosotras es muy tenso y hasta preocupante.

Especialmente porque no se ha negociado previamente.

A diferencia de la vagina, que sí está preparada para la penetración, es una zona que necesita mucha más preparación y puede resultar, además de incómodo, muy doloroso.

Por eso creo que debe ser siempre puesto sobre la mesa antes de ponerlo en práctica.

Es más, precisamente como necesita un buen calentamiento y una charla previa (algo que en el porno nunca sucede y lleva a más de uno a pensar que en la vida real es así), hay quienes se refugian en que a nosotras nos puede dar demasiada vergüenza o quedar lo bastante asustadas como para que pidamos que se detenga la práctica.

Si quieres ahorrarnos la incomodidad, saca el tema primero.

Es tan fácil como «Oye, ¿te gustaría tener sexo anal?». Y por supuesto respetar la respuesta, ya sea afirmativa o negativa.

Porque aunque no lo hayamos hablado, si no queremos practicarlo, que lo hagas por error no te va a llevar a conseguirlo.

Es más, lo que vas a realizar es una práctica no consentida y se considera violación.

Mara Mariño

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Cómo evitar que te llamen «violador»

Me fascina la cantidad de hombres a los que les he oído decir, preocupados, que ahora tenían miedo de acercarse o decirle algo a una mujer por si eran tachados de «violadores».

GTRES

Pero no os hablo solamente de los que me leéis al otro lado de la pantalla, de gente de a pie, sino incluso de actores de Hollywood que han compartido públicamente esta angustia con la prensa.

«Si ahora hablo con una mujer, ¿quién sabe que va a pasar?» decía el actor Henry Cavill (Superman en La Liga de la Justicia) refiriéndose a que tenía miedo de que por ligar o silbar a una mujer fuera a terminar en la cárcel o etiquetado como «violador».

Os diré algo, últimas noticias, solo hay una cosa que hace que se llame a una persona «violador» y es que haya violado.

Por piropos indeseados, insistencias, exceso de toqueteo, intentar dar un beso sin consentimiento o demás comportamientos con los que no nos sentimos cómodas y que se hacen en contra de nuestros deseos por el hecho de que creáis que estáis en vuestro derecho de hacerlos, no van a hacer que os califiquemos de violadores, sí de  sobones, pesados, aprovechados, acosadores, cerdos o machistas, pero no de violadores.

Pero lo realmente preocupante es que haya hombres que realmente se planteen si sus comportamientos van a ser tachados de «violación» por dos motivos.

En primer lugar porque no mola que den a entender que, como de costumbre, estamos con la histeria propia de nuestras hormonas exagerando y sacando las cosas de quicio porque somos unas perturbadas que se aburren (todo comentarios que he leído aquí escritos, queridos lectores).

Las mujeres SABEMOS qué es una violación, qué es un abuso y qué es un acoso. Que no os haga gracia que ahora señalemos cosas que hacíais impunemente hasta hace relativamente poco, es otra cosa.

Pero no utilicéis lo de «es que si intento entrarle a una tía me va a llamar violador» para desprestigiar nuestra causa ni quitarle peso a la seriedad que tienen las violaciones.

En segundo lugar, si realmente no sabes por qué cosas te pueden llamar «violador», tenemos un problema más serio, y el problema es que no sabéis cuándo una mujer está accediendo a tener sexo.

Puede que las películas porno que veis en vuestras casas os hagan pensar que les encanta que la asfixiéis o que, por mucho que diga que no, quiere tener algo porque «mira cómo se lo goza la tía». Bueno, esa tía es actriz y cobra por gozar (o al menos fingirlo) delante de una cámara.

Todo lo demás es la película que os estáis montando en vuestra cabeza y por la que sí podemos llamaros «violadores».

Así que a todos esos hombres preocupados que se sienten «perseguidos y atosigados», les digo dos cosas, uno, bienvenidos a cómo nos sentimos nosotras con vuestros piropos, insistencias y toqueteos. Dos, no os preocupéis tanto por lo que os podamos llamar o no llamar y actuad de manera CORRECTA sabiendo que una mujer es una persona y solo eres un violador si abusas sexualmente de ella.

De nada.

Duquesa Doslabios.