Me fascina la cantidad de hombres a los que les he oído decir, preocupados, que ahora tenían miedo de acercarse o decirle algo a una mujer por si eran tachados de «violadores».
Pero no os hablo solamente de los que me leéis al otro lado de la pantalla, de gente de a pie, sino incluso de actores de Hollywood que han compartido públicamente esta angustia con la prensa.
«Si ahora hablo con una mujer, ¿quién sabe que va a pasar?» decía el actor Henry Cavill (Superman en La Liga de la Justicia) refiriéndose a que tenía miedo de que por ligar o silbar a una mujer fuera a terminar en la cárcel o etiquetado como «violador».
Os diré algo, últimas noticias, solo hay una cosa que hace que se llame a una persona «violador» y es que haya violado.
Por piropos indeseados, insistencias, exceso de toqueteo, intentar dar un beso sin consentimiento o demás comportamientos con los que no nos sentimos cómodas y que se hacen en contra de nuestros deseos por el hecho de que creáis que estáis en vuestro derecho de hacerlos, no van a hacer que os califiquemos de violadores, sí de sobones, pesados, aprovechados, acosadores, cerdos o machistas, pero no de violadores.
Pero lo realmente preocupante es que haya hombres que realmente se planteen si sus comportamientos van a ser tachados de «violación» por dos motivos.
En primer lugar porque no mola que den a entender que, como de costumbre, estamos con la histeria propia de nuestras hormonas exagerando y sacando las cosas de quicio porque somos unas perturbadas que se aburren (todo comentarios que he leído aquí escritos, queridos lectores).
Las mujeres SABEMOS qué es una violación, qué es un abuso y qué es un acoso. Que no os haga gracia que ahora señalemos cosas que hacíais impunemente hasta hace relativamente poco, es otra cosa.
Pero no utilicéis lo de «es que si intento entrarle a una tía me va a llamar violador» para desprestigiar nuestra causa ni quitarle peso a la seriedad que tienen las violaciones.
En segundo lugar, si realmente no sabes por qué cosas te pueden llamar «violador», tenemos un problema más serio, y el problema es que no sabéis cuándo una mujer está accediendo a tener sexo.
Puede que las películas porno que veis en vuestras casas os hagan pensar que les encanta que la asfixiéis o que, por mucho que diga que no, quiere tener algo porque «mira cómo se lo goza la tía». Bueno, esa tía es actriz y cobra por gozar (o al menos fingirlo) delante de una cámara.
Todo lo demás es la película que os estáis montando en vuestra cabeza y por la que sí podemos llamaros «violadores».
Así que a todos esos hombres preocupados que se sienten «perseguidos y atosigados», les digo dos cosas, uno, bienvenidos a cómo nos sentimos nosotras con vuestros piropos, insistencias y toqueteos. Dos, no os preocupéis tanto por lo que os podamos llamar o no llamar y actuad de manera CORRECTA sabiendo que una mujer es una persona y solo eres un violador si abusas sexualmente de ella.
De nada.
Duquesa Doslabios.