El mundo está cambiando. El desfile de Victoria’s Secret ha desaparecido en medio de la corriente del bodypositive y la aceptación corporal. Las tiendas con tallas grandes aumentan. Los anuncios de cremas depilatorias empiezan a poner el foco en los hombres de manera más regular e intentamos consumir menos plástico para no dañar el planeta.

ENBY, DE WILDFLOWERSEX.COM
En plena evolución buscando ser más conscientes, el sexo no se ha quedado tampoco atrás.
Hasta ahora, los juguetes sexuales se dividían en pocas categorías. Mientras que los artículos de placer femeninos más populares son los dildos o estimuladores de clítoris, los masculinos pertenecen a la sección de objetos con orificios.
Hasta ahí se reducían la mayoría de las posibilidades. Sin embargo, también la industria del sexo quiere avanzar en este mundo en el que cada vez las etiquetas son menos importantes.
La empresa Wildflower ha sido pionera en romper barreras con su nuevo producto estrella, Enby.
Con forma de manta raya (o de sillín de bicicleta para las mentes menos imaginativas como la mía), flexible y vibrador, sus posibilidades son infinitas y es capaz de estimularnos tanto a nosotras como a ellos.
No solo es una buena noticia saber que por fin tenemos una buena razón para dejar de considerar los anillos vibratorios un juguete para ambos (aún no conozco ninguna mujer que haya llegado al orgasmo con los toquecitos intermitentes de ese tipo de juguetes) sino que, además, supone un paso en la sexualidad.
Listo para frotar contra tu cuerpo, para agarrar alguna zona concreta en medio o para masajear, ofrece muchas más opciones al poder llevarse dentro de la ropa interior o pudiendo utilizarse entre dos personas.
Aunque sin duda, para mí, la novedad más excitante es que no tenga género y ponga el placer al alcance de todos. Y puede que alguien llegue a preguntarse si esto era realmente necesario. Si hacen falta productos alternativos a los que ya conocemos que funcionen para todo tipo de géneros y orientaciones sexuales.
La respuesta más obvia es que sí, que no solo hacen falta sino mucha falta. Llevamos toda la vida viendo el sexo en azul y rosa, en hombre y mujer, en pene y vagina y es mucho más variado que eso.
Es el momento de que se empiece a pensar en la sexualidad de quienes quieren escapar de categorías o dejar a un lado las diferencias para concebirla como un elemento único que pueda funcionar a toda la población.
Que, a fin de cuentas, si algo tenemos en común, es que disfrutamos de un buen rato entre sábanas.
Duquesa Doslabios.
Sinceramente, no le veo yo futuro, con lo bonita que es una habitacion repleta de juguetes por todos lados para el y ella, no creo que esta, cosa, lo pueda sustituir.
09 agosto 2019 | 06:36