Entradas etiquetadas como ‘consejos pasar página’

Sigue estos consejos para pasar página de tu historia de amor veraniega

Puede que tu última historia de amor haya caído en los meses de verano. Puede que sintieras aquellos momentos como si formaras parte de una película protagonizada por Blanca Suárez y Javier Rey.

Puede que pensaras que podría ser el comienzo de algo nuevo o que, en el fondo, sospecharas que llegaría a su fin, pero ahora es el momento de afrontarlo.

Tu romance veraniego es ya cosa del pasado.

UNSPLASH

Y aunque haya sido algo de unos días, unas semanas o incluso varios meses, lo más seguro es que lo estés pasando mal igualmente.

Si hace unos días, los expertos de TherapyChat, plataforma líder en psicología online, aconsejaban cómo afrontar el ghosting, hoy analizo qué consejos dan para que puedas pasar página.

  1. Tu rutina, tu foco de atención: o como diría Comando Tiburón: «Pasado pisado». No te quedes mirando con melancolía aquellos encuentros en la terracita, los paseos por la playa o las excursiones que terminaban con vosotros escondidos en cualquier rincón lejos de miradas indiscretas. Septiembre está aquí y viene cargadito, así que mejor centrarse en los proyectos del nuevo curso y volcarse en ellas, sintiéndote agradecida por lo que viviste pero con la vista al frente.
  2. Acepta que es el final y cómo te hace sentir. Si para ti ha sido un palo que esa relación no siquiera adelante, permítete pasarlo mal. Tus emociones no se equivocan, vívelas. No te machaques y mira el lado positivo, ahora puedes centrarte en ti.
  3. Habla con tu amiga, la de siempre, la que se escucha tus audios de WhatsApp sin subir la velocidad a 1.5x. No solo te ayuda el hecho de desahogarte sino que no hay mejor consejera que ella. Además de ordenarte emocionalmente, podrá darte su punto de vista (y seguramente proponerte algún plan interesante para que no te quedes en casa comiéndote las paredes).
  4. Ni siempre ni todo el mundo: no caigas en la generalización de meter a la gente en el mismo saco. Ha podido ser una experiencia puntual y tú no tienes el control de decidir cómo se sienten los demás. No pierdas la ilusión.
  5. Cuídate mucho y no solo a nivel físico con esa limpieza facial que tus poros parecían pedir a gritos. Retoma tus aficiones, haz planes con amigos, esos que te alegran el día y la vida, lee, abraza a tus seres queridos… Todo aquello que te haga sentir bien es más que bienvenido.
  6. Curso nuevo, vida nueva: ¿siempre habías querido jugar al voley playa, acudir a un intercambio de idiomas o aprender a bailar salsa? Pues ahora es el momento de experimentar y rodearte de gente nueva.

Y si por lo que sea, no consigues salir del bache por tu propia cuenta, recuerda que hay profesionales que te ayudarán si lo necesitas.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).

No es tan mala idea hablar con tu ex si es para pasar página

Soy de las pocas excepciones que, en ese año tan raro que fue 2020, no rompió su relación por causa de la cuarentena. Al revés. Estar confinada con mi -ahora ex- pareja no supuso ningún inconveniente ni añadió dificultad a nuestra relación.

Ya que la ruptura fue después (y por una causa nada relacionada con pasar tiempo juntos), me enfrenté a las nuevas restricciones con una mudanza, mucho tiempo libre, demasiada gente en común en redes sociales y pocas opciones de escapar de todo aquello haciendo un retiro espiritual en un pueblo cualquiera, lo que realmente me pedía el cuerpo.

Enfrentarse a una separación es complicado siempre. Lo ha sido para mí en la recta final de mi veintena y lo está siendo para un amigo de la familia que se ha divorciado al poco de cumplir 60 años.

PULL&BEAR

Asumir el cambio de vida, el fin de una etapa o las nuevas rutinas que tienes que empezar a crear de cero y por tu cuenta, son siempre parte del proceso.

Pero cuando viene acompañado de la sensación de soledad de no poder casi reunirte con las amigas o refugiarte en abrazos y besos de conocidos que viven tus penas como propias, ¿cómo seguir adelante?

Hay dos momentos de mi vida sentimental que me han enseñado sobre mí misma más que cualquier otro. El primero fue cuando me desenganché de una relación tóxica. El segundo ha sido este.

Y no las pongo al mismo nivel ni mucho menos. Pero si en la primera vez averigüé lo que no quería volver a encontrarme en mi vida, en la segunda lo puse en práctica sin dudar.

No hubo dudas, remordimientos ni miradas hacia el pasado. Solo la certeza de que había aprendido la lección y había tomado la vía correcta.

Al principio fue de todo menos sencillo. Durante el primer mes repasaba cada poco tiempo sus redes y recorría los lugares en los que habíamos construido recuerdos juntos durante los últimos los años con un nudo en el estómago.

Llegó el punto de inflexión cuando lo que más me exasperaba era sentir que yo era la única que estaba viviendo ese sufrimiento, que a la otra persona no le importaba nada.

Que pese a no haber sido yo quien había fallado en la relación, era quien peor lo estaba pasando, quien no conseguía dejar todo atrás y avanzar.

Así que hice algo que desaconsejan en todas las normas no escritas cuando atraviesas una ruptura: le escribí para preguntarle su secreto.

Quería saber cómo hacía para evitar saber sobre mí, cómo aguantaba las ganas de escribir, cómo había dado todo tan por perdido…

Y no fue hasta ese momento, en el que tuvimos una conversación por WhatsApp, que pude escribir el punto final.

Lo mejor es que de todas las preguntas que me formulaba en mi cabeza y que le expuse en aquel momento, solo pudo contestarme a una: no me buscaba para no hacerse daño. Tan sencillo y obvio como eso.

Entendí que el hecho de no saber todo lo que podía estar pasando por su cabeza, de no entender sus motivos de no volver a querer saber nada, era algo que debía aceptar y con lo que me tocaría vivir.

Tenía dos opciones: quedarme anclada dándole vueltas a las cosas sin llegar a ninguna respuesta, porque lo mismo ni siquiera él la tenía (y si la tenía, no iba a compartirla conmigo), o soltar y salir del bucle.

Desde ese momento no he vuelto a pasar por su perfil y tampoco he tenido ganas de hacerlo. Tantos conocidos en común hacen que de vez en cuando se cuele en el mío.

De fondo, en alguna historia, soy capaz de reconocerle. La diferencia es que puedo decir que esas intrusiones ya no me aprietan las entrañas.

No siento nada.

Consciente de que ha sido un cierre poco convencional, es el que me ha servido a mí y el que realmente me ha ayudado a la hora de avanzar.

Ha pasado de ser personaje principal a un extra, un figurante más que ya no es relevante en la trama donde he vuelto a ponerme en el puesto de protagonista.

Y solo yo escribo la siguiente página.

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Twitter y Facebook).