Miller’s Girl, ¿de verdad hacen falta más películas de ‘lolitas’?

No ha acabado el año, pero ya podemos empezar a fantasear con 2024. 365 días, 365 oportunidades, como nos gusta recordar a quienes aún usamos Twitter (o como se llame).

Es un año donde no falta, por mi parte, la esperanza de que el mundo avance, de que el feminismo continúe imparable, de lograr más y mejor en todo, menos en feminicidios.

Y sin embargo ya me he llevado la primera decepción.

Jenna ortega Martin freeman Miller's girl

YOUTUBE

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Acaba de salirme en Youtube el trailer de que durante el próximo año se estrenará Miller’s Girl, una película de mi amadísima Jenna Ortega y mi también querido Martin Freeman.

En ella, la actriz de Miércoles se encarga por activa y por pasiva de perseguir un único objetivo: conseguir que su profesor, mucho más mayor, se enamore de ella.

Una relación donde la que la palabra «truculenta» se queda corta, si tenemos en cuenta que la estudiante tiene tan solo 17 años en el guion original (aunque en la película mencionan 18), mientras que el actor ya ha pasado los 50.

Solo se necesitan unas pocas escenas para entender de qué pie cojea. Es una historia tan vieja como el sol: ella tan madura y decidida para su edad, él víctima de una alumna que puede terminar con su carrera.

Ella seductora y dueña de su sexualidad incluso a una edad tan temprana, él intentando resistir por todos los medios y poniendo -no sin mucha eficiencia, he de decir-, algunos pobres argumentos.

Los suficientes como para que nadie le tache de asaltacunas: lo ha intentado, es ella quien no le deja en paz, quien le quiere a toda costa.

«Soy la víctima», dice el profesor en el guion de la película. «¿Ah sí? ¿La víctima de una chica de 17 años?», le responde su esposa. Para que luego, al final, él comente muy apesadumbrado que al menos su estudiante le hizo sentir que él valía algo.

Se asegura la inocencia por partida doble al mostrar un hombre blanco de mediana edad que es perjudicado de su alumna y de su esposa, la responsable de que no le hacía sentir suficiente y le llevó a fijarse en la menor.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Mara Mariño (@meetingmara)

Cuando se estrene el film, habrán pasado 62 años desde que Stanley Kubrick estrenó en el cine Lolita, así que solo queda hacerse una pregunta: ¿Por qué siguen haciendo estas películas?

¿Por qué siguen apareciendo en el cine alumnas jóvenes y profesores mayores que terminan enamorándose, pero siempre son ellos quienes no tienen ningún tipo de mando sobre la situación y ellas, las femme fatale, que se aprovechan de su sexualidad para controlarles?

En mi opinión, por dos grandes motivos que no dejan de estar relacionados.

En primer lugar porque, siendo el cine cultura, es una manera de transmitir valores, creencias, tradiciones, costumbres y formas de vida que caracterizan a un grupo social.

Es decir, si aparecen este tipo de narrativas, es una forma de garantizar que estas historias se normalice más allá de la pantalla, o en otras palabras, que los hombres sigan teniendo acceso a cuerpos de mujeres jóvenes (y de lavarse las manos si lo hacen porque han intentado resistirse a su atracción, pero al final, solo son hombres).

Una manera de mantener el statu quo del que se benefician hombres como Risto Mejide o Kiko Matamoros, con sus novias cada vez más jóvenes, para que nos entendamos.

Sorprende que el hecho de que aparezca un hombre mayor asumiendo la responsabilidad de su situación de poder en un caso así, siga pareciendo de ciencia ficción.

Y ahí entra mi segundo motivo, que es aún más preocupante.

En la mayoría de casos de docentes despedidos de centros escolares, son hombres quienes llevan años valiéndose de su cercanía a las estudiantes y su posición para acosar o agredir impunemente.

Pero si lo que se convierte en la tónica habitual es el discurso de que una chica, independientemente de su edad, va buscando sexo con hombres más mayores, ¿cómo van a atreverse a hablar y denunciar esas situaciones, si han crecido con películas que las señalaban con el dedo?

¿Cómo van a esperar que las crean?

En el caso del machismo, no avanzar y seguir fomentando este tipo de discursos supone que las mujeres seguimos viviendo en un sistema que nos discrimina, así que en este caso, seguir con la misma cantinela seis décadas después, es retroceder.

Mara Mariño

(Y también puedes seguirme en TikTokTwitter y Facebook).

Los comentarios están cerrados.