Las puestas de sol tienen ese romanticismo atemporal. Lo mismo emocionan desde un sitio emblemático de la ciudad que a la orilla del mar.
Puede ser la magia de que cada día el despliegue de colores es algo único, la esperanza de que la noche pueda dar pie a nuevas emociones o lo mucho que favorece la golden light (capaz de hacer palidecer de envidia un filtro de Instagram).
Pero no es su único superpoder. Son capaces de hacer que tengamos más ganas de follar.
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Dicho así suena un poco a fantasmada. Si eso fuera verdad, ¿cómo es que los miradores no se han convertido en auténticas bacanales? ¿Por qué en la playa no encontramos montañas y montañas de condones en vez de alguno suelto?
Según el último estudio de la Universidad de Tel Aviv, hay una proteína en las células de la piel (se llama p53 por si tienes curiosidad biológica) que serían las responsables de aumentar la libido.
No es que la función de esta proteína sea la de despertarte el deseo, de hecho se encarga de proteger el ADN de las células del daño que produce la exposición al sol.
Así que, todo lo que signifique hacer planes al aire libre con un cielo despejado hará que tengamos una predisposición mayor a intimar que cualquier maratón de películas en el sofá.
Claro que, con el calor, pasar el día haciendo senderismo por el Valle de Liébana tampoco parece el mejor preámbulo a una sesión salvaje de sexo.
De ahí que ver juntos la puesta de sol sea la combinación perfecta para activar la proteína de tus células y no arriesgarte a padecer el golpe de calor.
Otro dato curioso es que el estudio de la universidad israelí no esperaba hallar información sobre nuestro apetito sexual relacionado con la meteorología.
Es más, se encontraban estudiando la evolución del cáncer de piel cuando descubrieron de manera accidental el despertar de la proteína que aumentaba la libido.
Así que, ahora que sabes que la exposición al sol se traduce en momentos de pasión, es el momento de untarte bien en crema con protector solar y salir de casa con tu crush.
Aún hay días de verano que podemos aprovechar.
Duquesa Doslabios.
A cuantos te ventilas cada verano? En la arena de la playa y en el agua se ya tu sabes, que da gusto.
27 agosto 2021 | 13:04
Creo que ya te lo he dicho Deberìas hacer un programa radiofónico o internetfónico (you tube) sobre lo que ecribes en este blog.
Alomejos hasta te conviertes en una youtuber de exito.
27 agosto 2021 | 20:07
A la orillita del mar, ese tanga desechado, tirado con furia sobre la arena, cabello alborotado pidiendo buena guerra, ardiendo en las pupilas el deseo dilatado reflejando el ardor del sol centelleante sobre la piel marina, ola que viene, ola que va, que golpea a cuatro patas y armoniza el cabalgar, agua salada entra, sale, con lo que ha de salir y entrar.
Y ese tomar el sol sudando, mente ya enloquedica, dedos, labios, palma de manos quemando piel en caricias, esa lengua lamiendo el aire seco que da por querer más vitamina. Y ese pasear por veredas, sudando al sol, y yacer desnudos entre hierbas, retozando suaves y violentos como el matorral al compás de brisa, oliendo cuerpo, calor, sudor, naturaleza pura… No olvidar la cantimplora o botellita de agua, que luego el calor abrasa y pasa lo que pasa. que de aquí a la farmacia.
27 agosto 2021 | 22:17