Por qué no creo en el «efecto goma elástica» masculino

Hace unos años, cuando era una tierna adolescente que no sabía nada de la vida ni del género masculino (ahora tampoco, pero disimulo estupendamente) leí un libro que prometía darme las respuestas que, por mi corta experiencia, desconocía: Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus.

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No recuerdo casi nada del libro pero sí que comentaba algo relativo al «efecto goma de pelo» en lo que a afectividad masculina se refería. Años más tarde, una amiga me comentó la historia de un ligue que volvió después de un tiempo sin dar señales y se me vino a la cabeza la teoría del libro.

Para explicarle la teoría correctamente le copié el texto que encontré en varias páginas web:  «Una banda elástica constituye una metáfora perfecta para comprender el ciclo de la intimidad masculina. Dicho ciclo constituye el acercamiento, el alejamiento y luego un nuevo acercamiento«.

La cosa es que después de contárselo, y de reflexionar al respecto, me pareció una tontería monumental. Solo podía pensar en que lo único que estaba haciendo el amigo John Gray, el autor del libro, era cubrirse las espaldas, las suyas y las de sus compañeros varones, para que las mujeres les demos libertad plena de desaparecer cuando les plazca y no pedirles ninguna explicación ni agobiarles al respecto por el efecto «goma elástica».

Luego me puse a pensar en mi experiencia cuando he estado con hombres que realmente tenían interés por mí (incluyendo a mi querido marido, el buen duque) y nunca he vivido ese fenómeno tan paranormal para mí y tan cotidiano según Gray.

Cuando empezaba a nacer el cariño, la relación se intensificaba por parte de ambos. Nadie hacía bomba de humo, y ni se me pasa por la cabeza que si se desaparece, luego no se dé algún tipo de razón lógica por haberlo hecho. La sinceridad no es solo la base, sino el raíl del camino.

Pero en cambio lo he vivido en numerosas ocasiones con ligues que, de repente y sin venir a cuento, te escriben. Sin embargo no lo llamo «efecto goma de pelo», lo llamo «Antes no me interesabas pero ahora que vuelvo a estar libre estoy tirando de agenda, me he encontrado con tu número y voy a volver a probar contigo por lo que pueda pasar».

Claro, como teoría no queda tan bonita ni tan poética como la del libro, pero, como mujer (de la tierra, no de Venus) os aseguro que es una explicación mucho más realista.

Duquesa Doslabios.

10 comentarios

  1. Dice ser F.Ángel

    De «Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus» y otros libros similares como «Por qué él nunca preguna y ella no entiende los mapas» tan solo me he leído las viñetas, básicamente por que son graciosas, el resto es más ideología que otra cosa, y la ideología no es ciencia…

    Yo el efecto ese nunca lo he tenido, aunque sí que lo he sufrido, dos veces. Aunque tal vez no sea exactamente el mismo fenómeno:

    La primera fue con una pareja que volvió con su ex por malos motivos (pena y presión familiar) y muy poco tiempo después volvió conmigo para volver a romper, y ya de mala manera.

    La segunda, por suerte, fue bastante menos traumática, ya que rompieron conmigo por unas horas, y al rato volvió llorosa y arrepentida, y de ahí, pues hasta ahora…

    16 marzo 2018 | 09:13

  2. Dice ser Clarinete

    A cualquier comportamiento se le puede dar un nombre, y comentarlo. Lo desacertado es considerarlo inherente o frecuente al género masculino, porque de forma personal lo hayamos vivido dos veces.

    Y como consecuencia, mucha gente ya no se para a tomar en cuenta los motivos concretos porque como han leído que esto forma parte del comportamiento masculino, poco les importará los motivos: lo haces porque eres hombre. Y no hay más que hablar.

    En general, no nos gusta tener que reconocer que, cuando no se cumplen nuestros deseos o aspiraciones, es culpa de los demás por no cumplirlas y no nuestra, por hacérnoslas.

    16 marzo 2018 | 09:25

  3. Dice ser Dupont63

    ¿Y solo le pasa al género masculino? :-DDD

    16 marzo 2018 | 09:49

  4. Dice ser El Peluquero

    El efecto goma de pelo no es cuando te sitúas detrás y sujetas del pelo mientras se la clavas hasta el fondo?

    16 marzo 2018 | 10:25

  5. Dice ser ana

    Es más bien el efecto»tenía mi juguete favorito, me aburrí de él, jugué con otros, y ahora vuelvo a por él» y algunos juguetes, como son tontos, van y vuelven a picar…

    16 marzo 2018 | 10:46

  6. Dice ser ana

    También es cierto que algunos juguetes se ponen muy pesados y los niños y niñas salen huyendo, pero esa es ya otra historia..

    16 marzo 2018 | 10:48

  7. Dice ser sg

    tranquila que no todos son iguales, es solo que eliges mal

    16 marzo 2018 | 11:53

  8. Dice ser Luismi

    Me imagino que este blog irá dirigido al público femenino tirando a casposillo, eso de encasillar un comportamiento a un -género-……….en fin, si nos ponemos a soltar clichés seguramente todos acabemos ofendidos.

    Volviendo al texto, una novia que tuve hace ya unos años, no sólo tenía efecto chicle sino más bien que rebotaba una y otra vez cada cierto tiempo y era un verdadero incordio… hasta dónde yo recuerdo no era de género masculino.

    16 marzo 2018 | 12:21

  9. Duquesa Doslabios

    A los ofendidos, solo recordaros que la teoría acerca de los hombres la desarrolló John Gray en su libro, no es que lo diga yo 🙂

    16 marzo 2018 | 12:26

  10. Dice ser Luismi

    Si lo dice por mí no se preocupe que no tengo la piel tan fina. Por otro lado no veo al sr. Gray firmando este blog, debo empezar a tener problemas de dislexia.

    16 marzo 2018 | 13:19

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