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La teoría del teléfono sexual

Hoy quiero compartiros una de mis teorías. Es una hipótesis de la que no tengo ninguna prueba, pero tampoco ninguna duda.

El tema del banquillo nos resulta muy familiar, eso de estar esperando a que la persona que nos gusta nos dé alguna señal de que podemos salir al campo a jugar es una posición que la mayoría hemos ocupado en algún momento.

BERSHKA

Relacionado con eso, el otro día le comentaba a un amigo que, en el caso de tener ganas, cualquiera puede echar un polvo.

Bueno, no voy a firmar al 100% el todos porque siempre puede haber un incel enfadado con las mujeres con el que realmente ninguna quiera acostarse.

Pero quitando ese caso, tener sexo es tan fácil como desbloquear el teléfono.

El banquillo es el encargado de que tengamos claro qué número buscar en la agenda para mandarle un Whatsapp si lo que queremos es compañía.

Lo bueno de esta teoría es que es escalable. De la misma manera que se nos viene (al menos) un nombre a la cabeza, también seríamos el número de alguien.

Mi amigo me confirmaba que, si él fuera el teléfono sexual de Scarlett Johansson, iría volando a donde estuviera.

Y le entiendo a la perfección. Tengo claro que, si Zac Efron descubriera que ahora estoy soltera, sería capaz de cruzarme el Atlántico en la tabla en la que estuvo flotando Rose tras el hundimiento del Titanic.

¿Significa que, más allá de los famosos por los que sentimos un amor platónico, rozamos el umbral de la desesperación por ciertas personas? Pues quizás en algunos casos, en otros puede significar que simplemente tenemos la espinita clavada.

De todas formas (y por suerte) en nuestra mano está si tomamos la decisión de marcar o contestar.

Duquesa Doslabios.

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«Orbitar», la nueva tendencia para (no) ligar en las redes sociales

¿Te acuerdas de aquella persona que conociste hace poco? Sí, esa en la que estás pensando, ya sabes a quién me refiero.

GTRES

Teníais química, te encantaba su manera de echarse el pelo hacia atrás, su sonrisa, su estado de WhatsApp… Y de repente, desapareció de tu vida sin darte ningún tipo de explicación.

Sufriste «ghosting», que es el nombre que se le da a este fenómeno de desvanecerse sin dar razones al respecto, lo que en español podríamos definir como «Ya no me interesas, pero como me da mazo palo decirte nada, mejor me marco una Cuerda Huida a lo Pokémon y si te he visto no me acuerdo».

Del ghosting nos toca aprender que no siempre las relaciones son correspondidas (ojalá), pero que el rechazo forma parte de nuestra vida (aunque sea un rechazo así de cobarde) y debemos aceptarlo y vivir con ello.

Sin embargo, con las redes sociales, el ghosting ha evolucionado y ha dado lugar a una nueva manera de relacionarse (por llamarlo de alguna manera) que Anna Iovine, autora de Man Repeller, ha bautizado como «orbiting».

Orbitar es la acción que realiza una persona sobre ti con la que, independientemente de vuestro pasado (solo amigos o salidos de una relación/noche de pasión/X), quieres tener algo más.

Pero por mucho que uno de los dos quiera dar el siguiente paso, la otra persona se muestra distante, sí, pero en órbita, ya que está al tanto de lo que acontece en tu vida gracias a las redes sociales.

En resumen: tienes en órbita a esa persona que nunca te manda un mensaje (no, ni aunque fuera el Armagedón) pero es la primera en ver las historias de Instagram o en darte «Me gusta» a una publicación.

Se dice que se la tiene orbitando porque, aunque la persona no está dispuesta a mantener algo contigo, quiere que sepas que en cierto punto tiene interés en ti. Y tú que pensabas que lo de Estados Unidos y la URSS era una Guerra Fría… Te doy la bienvenida al siglo XXI.

Lo de tener una persona que nos gusta en órbita se nos va de las manos cuando cambiamos el contenido que publicamos solo para comprobar si tenemos algún tipo de reacción por su parte al respecto.

«Entonces ¿qué hago? ¿Cómo huyo de la órbita?» Houston, no tenemos un problema. Es tan fácil como hacer clic en el botón «Bloquear» para que no vivas en la angustia constante de revisar tus redes a ver si te ha dejado un like.

«Pero, ¿y si de verdad un día quiere algo conmigo y yo le estoy cerrando la puerta definitivamente» Tesoro, quítate la venda que te has puesto y abre los ojos. Esa persona te mantiene con un «enganche» emocional de manera egoísta porque no es capaz de lanzarse por ti. Y tú te mereces a alguien que se tire a la piscina, incluso si con esa cabeza tuya se te ha olvidado poner el agua.

Si hay muchos peces en el mar, imagínate cuántos cuerpos celestes vas a encontrar en el espacio.

Duquesa Doslabios.