‘Lovebombing’, ‘gaslighting’… Los términos que tienes que saber identificar si tienes citas

Si de algo han servido las redes sociales es para poder reconocer y, sobre todo, ponerle nombre a comportamientos que dejan bastante que desear en el terreno sentimental.

De hecho, gracias a quienes han compartido en TikTok o Instagram cómo las personas a las que estaban conociendo, desaparecieron de la nada (así como especialistas en psicología exponiendo estas maniobras), palabras como ghosting se han incorporado a nuestro vocabulario.

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(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Incluso series de televisión -como es el caso del reciente estreno de Netflix, Thank you next-, beben de estos términos que empleamos habitualmente para etiquetar, de alguna forma, comportamientos en el ámbito sentimental a los que tenemos que prestar atención.

Aunque no significa que, hace unos años, eso de desaparecer de repente sin dejar rastro, no sucediera. La diferencia es que la exposición online nos ha permitido estar más al tanto que nunca de estas prácticas tóxicas.

Y, por desgracia, es raro que revisando el glosario de palabras, no reconozcamos el significado de alguna porque la hemos vivido en carne propia.

Una que sí tiene equivalente en el castellano es el benching, que hace alusión a la conducta de mantener el interés de alguien para que, cuando nos apetezca quedar, haya predisposición por su parte.

Lo que viene a ser tener a alguien en el banquillo de toda la vida. Aunque si esa otra persona está dispuesta a establecer una relación, en ese caso hablaríamos de cushioning.

A diferencia del benching, el cushioning hace más referencia a esa otra posible pareja de reserva en caso de que no funcione nuestra relación actual.

Tener a alguien ‘calentando’ para salir se consigue también a través de una atención esporádica, lo que recibe el nombre de breadcrumbing o echar migajas de atención en forma de interacciones puntuales en redes.

Es algo que alienta el interés de esa persona, sin tener que hacer una gran inversión de tiempo ni esfuerzo, cuando lo suyo sería que ambas personas dedicaran estas variables de una manera más o menos compensada.

También esto de comunicarse en un lenguaje que solo existe en perfiles sociales es algo de lo que se nutre el orbiting.

Esa persona no forma parte de tu vida real sin embargo está muy activa en el plano online contestando a tus historias, posts, dando me gusta… Lo que, de cierta manera, te da a entender que sigue cerca, mirándote porque le interesas.

Tienen en común estas estrategias que el objetivo es mantenerse o más bien mantener a la otra persona en el ‘anzuelo’ emocional, a mano por si las circunstancias cambian.

Y, en caso de haber estado fuera del radar mucho tiempo, está la estrategia del submarining, que, a diferencia del ghosting, después de haber desaparecido sin dar explicaciones, la persona vuelve a aparecer como si nada hubiera sucedido.

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Esto provoca una sensación de emoción, ya que el retorno produce ilusión ante las nuevas perspectivas de futuro (y si nos gusta mucho, ese sentimiento puede superar la decepción o confusión de la bomba de humo que hizo que se esfumara).

Aunque no solo del factor sorpresa vive esa conquista. A la hora de seducir, no es raro haber oído hablar del negging como táctica un tanto cuestionable, pero efectiva según los pick-up artists o gurús sentimentales.

Estos coaches como Neil Strauss, autor del libro El Método, hablaba de esta práctica como el «arte» de hacer piropos seminsultantes para las mujeres con un doble objetivo: distinguirte del tipo de hombres de los que puede recibir muestras de interés normalmente.

El segundo sería atacar su autoestima para que, tras el piropo envenenado, quiera ganarse la aprobación y sea «más vulnerable a tus avances».

En el extremo contrario, estaría el lovebombing, una manera de conquistar basada en hacer sentir a la otra persona muy abrumada por tantos afectos románticos, para luego cambiar el chip por completo.

Se diferencia entre el interés romántico real en que este es sostenido en el tiempo y gradual, mientras que quien es víctima del ‘bombardeo’ de amor, lo vive como algo apresurado, precipitado y que apenas le da tiempo a pensar en si quiere o no tanta atención.

Cuando los esfuerzos de son para hacerte sentir tan especial, en un periodo de tiempo muy corto, se puede caer más fácilmente al llegar a pensar que quizás no se va a encontrar a nadie que lo intente tanto (esfuerzo que desaparece en cuanto la relación comienza).

Tácticas tóxicas cuando ya sois pareja

¿Estamos a salvo dentro de la relación? Podría parecer que la mayoría de estas estrategias están únicamente pensadas para conseguir una conquista rápida.

Sin embargo, cuando el vínculo ya se ha establecido, hay otros métodos que pueden hacer acto de presencia, y, en el caso del roaching, en una etapa muy temprana de la relación.

Con este nombre se define las personas que se escudan en comentarios efusivos o términos inexactos para mantener la historia de amor sin que sea del todo exclusiva, aunque la otra persona crea que sí lo es.

Con ese lenguaje, se tiene la excusa perfecta para justificar haber tenido otros líos de por medio porque nunca se dijo que fuerais pareja.

Aunque también puedes llegar al punto de caer en que, pese a llevar un tiempo saliendo, no conoces a nadie de su entorno, ni a familia, amigos, compañeros…

Si a eso se le suma que te oculta en redes sociales y, en general, de cualquier persona de su vida a la vez que pone pegas cuando se trata de que le introduzcas a personas de tu círculo, estás siendo víctima de lo que se conoce como stashing.

Puede ser por una infinidad de razones: no ve la relación como algo serio, tiene otra relación, quiere dejar la puerta abierta a otras historias… Más allá de los motivos, el denominador común es el ocultamiento deliberado.

Esto además puede verse acompañado de tácticas de gaslighting o luz de gas para hacerte creer que son sensaciones tuyas, que no está pasando nada de eso o, en definitiva, que estás perdiendo la cabeza.

Una estrategia de manipulación que pasa por invalidar y así seguir sin asumir ninguna consecuencia por no tomar en serio las necesidades o deseos de la pareja.

Y, para terminar, dentro de las rupturas más crueles que hay, está el slow fade, cuando ha decidido ponerle fin a la relación, pero no lo comunica.

Sin embargo, la relación cambia la dinámica y comienzan las señales confusas. Por un lado te dice que quiere estar contigo, pero nunca está disponible, ya no quiere quedar, te dispensa un trato frío

Lo que pretende este plan es que la otra persona se canse y tome la decisión de romper. Al no tener que hacerlo, se libera de asumir ninguna responsabilidad en ser quien ha puesto punto y final.

Más allá de que los anglicismos parecen haber tomado el absoluto control a la hora de ponerle nombre a estas conductas, que se hable de ellas en redes sociales con un alcance mundial, nos da una ventaja considerable respecto a las relaciones que podían tener nuestras madres o abuelas.

Y es que conocer esto e identificarlo nos permite comprender las dinámicas que se están utilizando actualmente.

Gracias a eso podemos ser más conscientes de nuestras acciones y de las de los demás, por lo que es una forma de empoderarnos emocionalmente.

Somos capaces de reconocer qué señales son alarmas y evitar caer en abuso emocional, manipulación o mentiras, poniendo límites claros o tomando decisiones beneficiosas.

Como estamos en constante evolución, tener esta información es seguir aprendiendo y pudiendo comunicarnos con amigos, familiares o profesionales en caso de necesitar apoyo por no saber cómo enfrentarnos a estas situaciones.

2 comentarios

  1. Dice ser Asunto de parejas elitistas debe ser

    O sea, quien no entienda el inglés está perdido…

    16 mayo 2024 | 12:05

  2. Dice ser Leyendo me he perdido, No tengo cerebro para tanto.

    A veces pienso que no es justo por mi parte pensar que el universo en el que se introducen las relaciones de pareja no tenga demasiado sentido y no provoque otra cosa que mayor complejidad que genere más equivoco con los sentimientos básicos. No sé si es por suerte de haber encontrado una pareja tan bien acoplada a mi manera de ser, por la poca cantidad de parejas que he tenido hasta ahora, que a lo mejor es otra suerte, o no, tal vez, pero entender la cantidad de ondas que parecen vibrar en ese universo me superan. Elogio a las mentes que puedan entender, experimentar, todas ellas, pero me parece que no nací para esos mundos. Con el sencillo que he vivido me doy por satisfecho. ¿Que aparece algo diferente y me introduce en un mundo más complicado? Pues vale, pero a mí las complicaciones no me van. Soy más de mecanismo de boli y botijo. Que mejor una tacha que un tornillo si por complicación en las cosas fuera, no digo más.
    He intentado leer y me he dado cuenta de que tu cerebro rinde mucho más que el mío. Muy buena capacidad y elasticidad mental tienes.

    16 mayo 2024 | 12:21

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