Archivo de julio, 2024

Hay una app que te enseña a mejorar las discusiones con tu novia

De las primeras cosas que digo como terapeuta de pareja es que las discusiones son inevitables. Es imposible que en una relación no haya desencuentros, malos entendidos o tensiones de algún tipo.

Además es algo que, hay novios con los que he estado que les horrorizaba. La idea de tener un conflicto les congelaba y preferían ocultar sus sentimientos y no decir nada.

Sí, aunque tuvieran toda la razón del mundo en hacerme una recriminación porque siempre dejo ropa por el suelo antes de salir de casa.

novia enfadada

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

Por eso, aprender a discutir y a resolver conflictos es una de las habilidades para las que más se suele necesitar ayuda profesional.

Aunque ahora hay una aplicación que enseña a trabajar estas habilidades de una manera sana: AngryGF.

En castellano se podría traducir como «Novia enfadada» y es justo lo que promete: una ‘novia’ virtual en tu teléfono móvil con la que discutir.

La app te plantea varios escenarios de situaciones ‘comunes’ y en función del que pinches (al más puro estilo elige tu propia aventura) se abre una ventana de chat.

Desde ese momento, tienes hasta 10 intentos de mensaje para disculparte con la novia, que además va diciéndote qué tiene de buena la disculpa que le vas poniendo (y que necesitaría por tu parte).

Que al igual que entrenamos los idiomas con una aplicación móvil, podamos trabajar las habilidades comunicativas, es algo de lo que soy partidaria.

Por sacarle una pega, que caiga en estereotipos como que siempre es la novia la enfadada y el novio el responsable del enfado (cuando tenemos que empezar a salir del marco heterosexual) o algunos de los temas de ese enfado, me da algo más de pereza.

Una idea buena, muchos estereotipos

Sobre todo cuando algunos escenarios («No dejas de mirar a una chica guapa y tu novia se enfada», «Alabas a una amiga diciendo que es guapa y talentosa» o «Tu novia se enfada sin razón») mantienen esa idea de competitividad entre las mujeres.

Pero también de la búsqueda de la admiración de nuestra belleza por encima de todo o que nos gusta estar enfadadas porque sí.

Por lo que yo he visto, cuando mis amigas se enfadan con sus parejas, siempre hay una razón detrás, otra cosa es que él no se haya dado cuenta aún.

Otras situaciones, en cambio, sí que pueden ser un buen ejemplo de cómo a veces cosas sin mala intención pueden molestar, como «Tu novia tiene que ir al baño, pero no le dejas y tiene un accidente manchándose la ropa» o «Le has dado like a los vídeos de su mejor amiga, pero no a los de ella» (aquí voy a pensar bien y echarle un capote a ese hipotético novio que se le habría despistado en el feed el post de su novia y no es que vaya buscando el perfil de la amiga porque secretamente le gusta).

O, por ejemplo, la de «Le pides que pierda peso», que es un tema que, de una manera o de otra, muchas hemos vivido en pareja.

Te puede interesar leer: Estuve con un entrenador y mi relación con la comida se volvió tóxica

Además de estas escenas, hay un asistente de IA con el que puedes chatear (fuera del role play de la novia) y te hace asesoría sentimental respondiendo preguntas como «cómo puedo hacer que mi novia deje de estar enfadada por WhatsApp» o «que puedo decirle a mi novia que le haga sentir mejor después de una pelea».

La propuesta me gusta, si manejas el inglés y quieres poner a prueba tus habilidades de resolver conflictos o mejorar en las discusiones de pareja, te lo recomiendo.

Y no desesperes, piensa que yo estoy especializada en el campo sentimental y arreglar las cosas con mi novia de la app me llevó… ¡6 intentos!

(Y también puedes seguirme en TikTok y Twitter).

La Iglesia, el placer y la censura

Recuerdo que, hace unos años, un conocido me dijo que lo mejor que había hecho la Iglesia con el sexo era prohibirlo, de no ser por eso, no resultaría tan divertido.

Y aunque discrepaba con él -en mi opinión el sexo sería divertido igualmente-, sí que siento cómo haber nacido en un país donde predominan los católicos (y haber estudiado en un colegio de monjas) han sido factores que han moldeado parte de mis creencias acerca de la sexualidad.

mujer beso cama

PEXELS

(¿Cómo que aún no me sigues en Instagram? Pues venga…)

En las catequesis recuerdo que la máxima absoluta era la del celibato para esperar a nuestro futuro marido. Un mensaje que, para el puñado de adolescentes que éramos, era algo complicado de seguir.

Me di cuenta de que se lo tomaban en serio cuando mi catequista me llamó la atención al verme de la mano con uno de los del grupo.

En ese momento hice oídos sordos, pero ahora, como sexóloga, me pregunto de dónde viene este afán de la religión de rechazo de la pasión y del deseo, de censurar el erotismo y el placer sexual.

La Biblia no parece oponerse al respecto, algunos versículos incluso lo alaban: «El sexo fue parte de la buena creación de Dios», Génesis 1:31 o «El sexo está diseñado para proveer placer y satisfacción», Cantares 4:10.

Cuando surge el conflicto es en el momento que entran las reinterpretaciones de las escrituras que establecen la moral sexual del cristianismo y que corrieron a cargo de teólogos de hace siglos.

Tengo que remontarme al siglo XIII, cuando las ideas de Tomás de Aquino o Pedro Damián defienden un discurso antropológico que menosprecia la materia, lo carnal, al considerarla inferior al espíritu.

Desde el desprecio al cuerpo y a la sexualidad, esta queda reducida a su finalidad reproductiva dentro del matrimonio, por supuesto.

@meetingmara Esta pregunta me la hago hoy especialmente, pero es válida para cualquier día del año 🤔 #iglesia #religión #amoresamor #loveislove #orgullolgbt #orgulloentiktok #religion #pulsera #fyp #foryoupage #parati #foryou ♬ sonido original – Mara Mariño

Confesionarios y penitencias

Para que estas ideas ‘calaran’ entre todos los practicantes, los párrocos de ciudades y pueblos tuvieron un papel fundamental.

Y es que en torno a los años 1860 y 1870 la Iglesia se dio cuenta de que en Francia los matrimonios habían encontrado alguna forma de controlar la concepción, puesto que no nacían tantos niños como antes.

Lo que llamaban «secretos malignos» (el coitus interruptus) era algo inaceptable para Roma, desde donde se pidió a los sacerdotes que recordaran su deber para con la Iglesia.

Así que a través de la confesión, el medio principal, se formulaban una serie de preguntas sobre sus prácticas íntimas y, si descubrían que estaban faltando la doctrina, se les recordaba e imponía penitencias.

Aunque en la actualidad estamos lejos de los tiempos en los que las familias católicas tenían muchos hijos para que el catolicismo tuviera más influencia socialmente y en el mundo, es difícil desprenderse de siglos del mismo discurso.

Las consecuencias que a día de hoy nos pasan factura porque hablan de la que es una dimensión más del ser humano que al vivirla de una manera represiva o con connotaciones negativas impide un desarrollo normal.

La sexualidad que queda relegada al ámbito del matrimonio heterosexual y su función reproductiva, condenando el placer sexual y el amor entre personas del mismo sexo puede derivar en una serie de problemas a la hora de vivirla.

Y estos van desde el propio sufrimiento por la vergüenza, miedo o culpabilidad hasta la estigmatización hacia colectivos (en 2023 Benedicto XVI autorizó que se bendiciera la unión entre parejas homosexuales, pero se reafirmó en que no es algo comparable al matrimonio).

(Y también puedes seguirme en TikTok y Twitter).