Asumimos -mejor o peor- las rupturas, las separaciones, el punto final de la relación y el cierre de una historia de amor, la lista de ensayos sentimentales que, por un tiempo, fueron acierto.
Pero hay algo peor que amar y haber fracasado a medio camino del intento, no haberle dado una oportunidad.
PEXELS
Hoy, 16 de febrero, es el día en el que toca homenajearlas a ellas, a las historias que nunca se pusieron de acuerdo en el bucle espacio-tiempo, en la franja horaria, en el país o en el momento.
Las historias que, aún no sucediendo, dolieron, porque tenían todo el potencial de hacerlo: la química, las ganas y los protagonistas, pero les faltaron el resto de elementos que las ponen en marcha.
Somos nuestros fracasos amorosos porque hablan de nosotros y lo que hemos vivido. Nos recuerdan cómo y cuánto hemos querido.
Pero somos también las veces que nacieron sentimientos sin que llegaran a materializarse sobre la piel de otra persona.
Hablo de aquel amor platónico del gimnasio al que siempre mirabas de lejos, la compañera de clase a la que sigues la pista en redes y nunca supiste cómo romper el hielo para invitarla a salir.
La persona eternamente emparejada que parece no estar soltera nunca, pese a que te has prometido varias veces que, la próxima vez que no esté con nadie, te la llevarás a una cita.
O a quién siempre habías querido conocer, pero eras tú quien siempre tenía pareja y tampoco llegó a darse la ocasión de que coincidierais.
Hablo del amor de verano que caducó el 31 de agosto del que no has podido olvidarte años después (quién sabe por qué).
O de ese flechazo en el metro de Madrid cuando, antes de bajarse, te sonrió con los ojos. También del que parece tener siempre inaccesibilidad emocional y no se permitió abrir la puerta a lo que pudiera pasar.
Es la historia del amigo de tu ex por el que siempre tuviste curiosidad secretamente y queda vetado por una cuestión de principios.
De quien resulta incorrecto a secas. Es la madre de José del Canto del Loco y Carolina de M-Clan, porque es menor de edad.
O de quien siempre te da un «no» porque no te corresponde, que solo pasó en tu cabeza, porque nunca se interesó por ti en ese sentido. Quien te dejó en leído y no volvió a escribir nunca.
La historia de quien te hizo el match en Tinder, te robó las noches llenándolas de conversación y luego te dio plantón. Quien tenía otra orientación sexual.
Es ese chico que descubriste en Instagram. Quien no se quiso mojar porque decía que era demasiado complicado por ser compañeros de trabajo (y quizás sí que lo era).
Son todas las historias que llevamos clavadas, las que soñamos que fueran realidad -porque desde nuestro corazón lo fueron- y las vivimos como tal.
Las «yo quiero» que recibieron un «no puedo».
O, al menos, que no pueden ser de momento.
Mara Mariño.
(Y, si quieres, puedes seguirme en Instagram, Twitter y Facebook).
«es el día en el que toca homenajearlos a ellas»
HomenajearLOS a ELLAS.
Aquí he dejado de leer.
16 febrero 2022 | 18:49
Ups! Vaya errata 😅 Gracias por avisar, acabo de corregirlo
16 febrero 2022 | 19:55
Eso nos pasa a todos los humanitos.
Tenemos cerebro, razón, sinrazón, desmemoria y memoria. La imaginación y el misterio, el consuelo de pensar sobre alguien o algo creyendo que lo que pensamos sea cierto, sin tener por qué serlo, el deseo de soñar que mantiene despiertas las neuronas…
¿Has escuchado la canción You Are Beautiful, de James Blunt? La letra es un ejemplo clarísimo de ese juego necesario del cerebro de alimentar quimeras y nutrirse de ellas. Un flechazo que se nos clava con fuerza en un determinado momento y no queremos que desaparezca jamás por lo hermoso que nos golpeó en ese momento, incluso en subconsciente deseando dejarlo así para que no pierda esa belleza, digamos por miedo a que no rompa la realidad ese sueño por equis motivo.
Yo sentí algo poderosamente hermoso con dos chicas que se dedicaban a masturbarse en directo. Imagínate, cuando la explícita presentación del sexo era publica para miles, ellas se fijaron en mí por un par de cosas que les dije. El pulso fue mutuo. Me dedicaron algo que… sentimos era único. Sé que nunca nos olvidaremos, que aquel momentito jamás morirá. En apenas 5 o 10 minutos amaneció algo hermosamente brutal y allí donde las convenciones tradicionales sobre amor o preciosos sentimientos no aconsejan, censuran o directamente prohíben.
De amores no materializados, todos los humanitos los tenemos en la mochila del corazoncito. Es bueno vivirlos, intentarlos, y también dejarlos donde no queremos que se rompa el sueñecito.
17 febrero 2022 | 14:34
Es esa persona que siempre será el amor de tu vida, y que por tener planes distintos de vida en aquel momento la historia no pudo continuar. Desgraciadamente algunos errores no son subsanables, snifff 🙁
17 febrero 2022 | 17:04
No tienen por qué ser amores imposibles.
saber que alguien piensa en ti de manera furtiva en sueños inconfesables muy primitivos que pondrían los colores en las más atrevidas mejillas ya es una muestra de amor confortable posible. A veces el roce da el cariño y otras las chispas del cabreo, así que mejor no conocerse a veces a quienes tenemos en nuestros más guapos sueños.
Siempre hay momentos para recalar al recuerdo-sueño de esa persona e imaginar que nos queremos hasta más allá del tic tac del humano tiempo.
17 febrero 2022 | 21:37
Está súper bien tu pensamiento en el Insta, aunque no todos los autónomos son sadomasoquistas.
Los hay oportunistas que no sienten dolor ni siquiera por sacar beneficios para alimentar su ego incluso de artículos esenciales de salud tras conseguir acuerdos entre amistades amigas del dinero público y ajenas y enemigas del dolor que provoca el no tenerlo, léase mascarillas. Más bien tienden a ser psicópatas narcicistas quienes tienen en la avaricia su única Ley y que, lejos de ser apartados de gobiernos o entidades de la Administración son loados y venerados por verdaderos sadomorbocronicomasoquistas como artistas de elite simpáticos. Y nadie parece ver nada, porque a lo mejor les pone, les apasiona.
18 febrero 2022 | 00:08