‘Atlantas’, de Iván Tubau (1937)

Son suyas las praderas de Ripoll

y de Setcases y de Sant Joan

y el mar de Bellaterra y las montañas

más altas de la sierra del Montsant.

Algunos llaman patria a los paisajes

y a las lenguas e incluso al indumento

de los antepasados y a su historia

y a la muerte de antiguos enemigos.

Piensan ellos que son suyas las patrias

porque las llevan en el pasaporte

o que son suyas todas las mujeres

que ante el juez han firmado unos papeles.

Pero él sabe que es suya aquella playa

de Sausalito que pisó una tarde

y el tranvía de cable y la bahía

de San Francisco y la Jack London Place.

Son suyas esta lengua que aquí escribe

y aquella con la cual dice Je t´aime

o Help Ich liebe dich Ti voglio bene

Ves-te´n a fer punyetes Obrigado.

Él sabe que son suyas para nunca

todas las calles por las que pasó

y que su matria son las cien mujeres

que aún habitan su cuerpo y su memoria.

El mundo está preñado todavía

de Atlantas que le esperan, de praderas

abiertas como libros que desean

ser leídos un día con los pies.

A Iván Tubau le llaman “incómodo” (poeta incómodo, periodista incómodo, caricaturista incómodo) para no tener que reconocer que es libre. Libre cuando escribe sobre los lingüistas normalizadores del pasado franquista (y del presente autonomista) o libre cuando dice que su pretensión es que le paguen por decir la verdad y no su verdad.

Libre en cualquier caso para escribir una autobiografía que es todo lo contrario de la corrección política y del puritanismo; la vida de un hombre que sabe que cualquier tiempo pasado fue peor y que no se disculpa por haber sido bello, seguir siendo inteligente y querer morir tarde, “cuanto más tarde mejor”.

En Atlantas, incluido en su libro La quijada del Orce, tan sólo pone en verso lo que ya dejó dicho en prosa en Nada por la patria (… ni por la tradición, que como él mismo recuerda valiéndose de Chesterton, significa sólo dar derecho de voto a los muertos).

Seleccionado y comentado por Nacho Segurado.



3 comentarios

  1. Dice ser ani

    «Él sabe que son suyas para nunca / todas las calles por las que pasó».Precioso.

    13 septiembre 2009 | 15:33

  2. Dice ser Azur

    Simplemente precioso.

    13 septiembre 2009 | 15:44

  3. Dice ser ivan Tubau

    Gracias.Escribo y mando –naturalmente por mail– mi artículo de mañana, me pereparo una zanahoria cruda rallada con pasas y piñones y una sepia guisada con guisantes (o viceversa), vuelvo al macbook y me encuentro con esto de Martha (?), el estupendo texto de Nacho y los sucintos y emocionantes comentarios de Ani y Azur: lo bueno si breve mejor)Breve pues (aunque menos): Merece la pena seguir vivo aunque se haya alcanzado una edad venerable (horrible palabro).

    13 septiembre 2009 | 16:17

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