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‘Cuatro’, de E. E. Cummings (1894 – 1962)

como el sentimiento es lo primero

quien presta atención

a la sintaxis de las cosas

nunca te besará completamente;

ser un completo estúpido

mientras la Primavera está en el mundo

mi sangre consciente,

y los besos son un destino mejor

que la sabiduría

señora lo juro por todas las flores. No llores

-el mejor gesto de mi cerebro es menos que

el aleteo de tus párpados que dice

que estamos hechos el uno para el otro: así pues

ríe, recostándote en mis brazos

porque la vida no es un párrafo

Y creo que la muerte no es un paréntesis

A mí su poesía me parece más lírica que insolente, más seria que imaginativa, más clásica que vanguardista. Es verdad que E. E. Cummings fue insolente, imaginativo y vanguardista, pero también que han pasado las décadas y que lo que entonces parecía una osadía hoy es compañía habitual y hasta repetitiva (misterios del presentismo).

La poesía de Cummings abarca desde sonetos impecables (o más o menos impecables) a estrofas verticales llenas de paréntesis y comas imposibles. Un abanico formal muy amplio -mejor dicho, incatalogable- que tiene la naturaleza, la guerra y el amor como preocupaciones de cabecera.

Cuatro es un poema de amor no demasiado exuberante (para lo que es él) y una atinada clave para comprender su poética: la subordinación de la sintaxis, otros dirían su desprecio, a la emoción y el desconcierto. El otro poema, el publicado a continuación, es un ejemplo extremo de su experimentación y búsqueda del sentido a través de lo mínimo.

s (una

ho

ja

ca

e)

ole

d

dad

NOTA: Traducido del inglés por José Casas

Seleccionados y comentados por Nacho Segurado