Archivo de la categoría ‘Henrik Ibsen’

‘Planes de edificación’, de Henrik Ibsen

Tan vivo lo recuerdo cual si hoy pasado hubiese,
El día en que en un periódico vi mi primer poema.
En mi cuarto alquilado, yo fumaba tranquilo
Cigarro en mano, en sueños de placidez sumido.
“Haré un castillo aéreo que en todo el norte reluzca,
Dos alas tendrá: grande la una, pequeña la otra.
Habitará la grande un poeta inmortal;
Y en la otra una doncella me servirá la mesa”.
Yo encontraba en mi plan una hermosa armonía;
Lástima que surgieran luego en él contratiempos.
Al madurar su dueño, vio el castillo ridículo:
Chica era el ala grande; la pequeña hizo ruina.

Aunque soñé con labrarme una biografía elegante como enemigo del pueblo, nunca pasé de Henrik Ibsen (me falta, como mínimo, algo de carácter para llegar a ser un Thomas Stockmann). Y de él, de Ibsen, poco más. Uno que no es muy aficionado al teatro y que a veces, sólo a veces, se flagela por ello.

Quizá muchos de vosotros que admiráis las obras del noruego no supierais que, además de dramaturgo, fue un (tímido) poeta. Un poeta como muchos de los que por aquí han pasado: circunstancial, leve, cotidiano. En definitiva, poeta a tiempo parcial. La poesía como un acompañamiento sincero del yo, como un explicarse la vida por escrito, tasándola milemétricamente en versos.

Ibsen sólo publicó un libro de poesía, Digte (Poemas), que fue traducido al castellano por la editorial Losada hace pocos años. Dicho libro, su obra en suma, es una especie de cajón de sastre que alterna composiciones de tono elevado, casi místico, y composiciones -como La muerte de Abraham Lincoln– que dan cuenta de la realidad social y política de su tiempo. Además del poema que encabeza el post, de un pesimismo introspectivo brutal, os dejo para cerrar este otro, breve y genial, titulado Estrofa

Vivir es pelear con brujas
En la cordial y mental bóveda.
Crear es: conservar la espada
De Damocles sobre uno mismo.

TRADUCCIÓN: Jesús Pardo

Puedes seguirme en Twitter: @nemosegu