En su libro Homenaje y profanaciones (1960) Octavio Paz Lozano (Ciudad de México, 1914-1998) se confiesa admirador de Quevedo. Hasta el punto de reproducir al incio de la publicación, como seña inequívoca de identidad, ese soneto maravilloso ‘Amor constante más allá de la muerte’ que todos conocemos; el que concluye con:
su cuerpo dejará no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Parecía imposible superar al maestro Quevedo, pero Paz lo logró en esta ‘Lauda 2’ admirable, donde el poeta existencial se nos descubre con un lirismo insuperable, mágico, también surrealista.
Entre la vida inmortal de la vida
y la muerte inmortal de la historia
hoy es cualquier día
en un cuarto cualquiera
Festín de dos cuerpos a solas
fiesta de ignorancia saber de presencia
Hoy (conjunción señalada
y abrazo precario)
esculpimos un Dios instantáneo
tallamos el vértigo
Fuera de mi cuerpo
en tu cuerpo fuera de tu cuerpo
en otro cuerpo
cuerpo a cuerpo creado
por tu cuerpo y mi cuerpo
nos buscamos perdidos
dentro de ese cuerpo instantáneo
nos perdemos buscando
todo un Dios todo un cuerpo y sentido
otro cuerpo perdido
Olfato gusto vista oído tacto
el sentido anegado en lo sentido
los cuerpos abolidos en el cuerpo
memorias desmemorias de haber sido
antes después ahora nunca siempre
Seleccionado y comentado por César-Javier Palacios.