Sí, no tenemos ninguna decisión
No tenemos ninguna decisión hoy.
Nuestra Sociedad de Naciones existe sobre cimientos
De artimañas, debates y retrasos.
Así que con Europa disolviéndose
Nos sentamos a resolver.
Sí, no tenemos ninguna decisión
No tenemos a ninguna decisión hoy.Yes, we have no decisions,
We´ll have no decisions today
Our League of Nations Exists on foundations
Of dodging, debates and delay.
So with Europe dissolving
We sit resolving
That yes, We’ll have no decisions
We’ll have no decisions today.
Una de las servidumbres de escribir un blog es el tiempo escasísimo del que se dispone para madurar una idea antes de -con fortuna- acabar haciendo de ella un post. La escritura pública diaria, o casi diaria, es una selección apresurada de destellos útiles. Como el de hoy.
Esta canción satírica la leí hace unos días en un artículo sobre la Europa de entreguerras. Fue escrita en 1923 por el corresponsal en París del diario The New York World. Aparte de su nombre y una breve reseña sobre Vicente Blasco Ibáñez, no he logrado rescatar muchos más datos. (Segunda servidumbre: yo lo quisiera saber ahora mismo todo de ese tío).
Ferdinand Tuohy, así se llamaba el periodista, cambió la letra del ya por entonces conocidísimo Yes! We have no bananas para reírse en cuatro líneas de la parálisis burocrática de una institución, la Sociedad de Naciones, creada con el fin de armonizar el orden internacional tras la Primera Guerra Mundial.
La Sociedad de Naciones, decía el gran historiador Mark Mazower en La europa negra, fue un experimento fallido de la democracia liberal que terminó defraudando tanto a idealistas como a realistas. Pero, como en casi todo, hay un puente hacia el presente. Los males que aquejaban a dicha institución y los males que aquejan a su heredera son tan similares que haríamos bien en seguir tarareando en alta voz el estribillo de la cancioncilla de aquel periodista olvidado.
IMAGEN: www.nps.gov/archive/elro/glossary/league-of-nations.htm
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