La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Pasea este verano por el bosque milagro de Canarias

Visitantes por el bosque de Garajonay.

De la mano del guía del parque nacional de Garajonay Jacinto Leralta, nos unimos a un grupo de visitantes para recorrer (y reconocer) un auténtico prodigio de la naturaleza, el bosque milagro de La Gomera, en Canarias.

Gracias a los consejos de este experto aprendemos a valorarlo y a catarlo con los cinco sentidos, que para eso los tenemos y es como mejor se disfruta de los sitios y de la vida.

Además Jacinto nos va a desvelar un preciado secreto: ¿Cuándo es la mejor hora para pasear por la laurisilva gomera?

Descúbrelo en este nuevo vídeo de mi canal en YouTube [¿Ya te has suscrito?]

Y no lo dudes, pocos destinos hay en el mundo más espectaculares que este viejo bosque donde se respira pura tranquilidad, el ritmo pausado de la naturaleza.

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¿Sabías que los árboles también lloran?

Gota de resina sobre la corteza de un pino. Foto: Pixabay

Llorar no es de débiles, es de personas vivas. Somos el único primate que lo hace por aflicción. Aunque después de cientos de miles de años de patriarcado, se supone que es síntoma de debilidad y está mal visto llorar en público; especialmente los hombres, herederos de un miedo inconsciente a derramar lágrimas.

Según ciertos expertos, también existiría una razón puramente biológica basada en esa testosterona que con altos niveles en la sangre nos haría menos proclives al llanto.

Pero todos lloramos. Incluso los árboles. Estos últimos en sentido figurado, claro. Ellos lloran resina.

Te lo cuento en este vídeo subido en mi canal de YouTube Por cierto, ¿ya te has suscrito?

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Conoce La Camarga en bici, el Doñana francés todavía no amenazado (de momento)

Paseando por La Camarga en bicicleta, una experiencia inolvidable.

Estos días he tenido la inmensa suerte de recorrer en bicicleta el parque natural regional de La Camarga (o La Camargue en francés) uno de los humedales más grandes e importantes de Europa, un Doñana galo de impresionante belleza y que, al contrario que su homónimo andaluz, de momento no está amenazado.

¿No has oído hablar de La Camarga? Pues toma nota, porque es uno de esos sitios que hay que conocer sí o sí.

Te resumo mi experiencia en este vídeo. Y te doy más datos a continuación.

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El secreto burgalés más espectacular, un desfiladero de película que huele a historia

Antiguas cuevas eremíticas de Los Castros. Foto: Ayuntamiento de Revilla del Campo

La provincia de Burgos atesora mil y un lugares increíbles. Pero pocos son tan secretos y hermosos como el desfiladero de Los Castros, entre QuintanalaraRevilla del Campo. Está escondido en medio de un casi impenetrable bosque de encinas. Así que no lo ves hasta que no estás ya prácticamente dentro.

Pero qué maravilla. Sus altas paredes están horadadas por cuevas de lo que fue un pequeño pueblo troglodita altomedieval. Porque, aunque ahora nos parezca mentira, hace más de 1.000 años la gente vivía en sitios así, totalmente enriscados. Ahora los que viven en este desfiladero, muy cómodos, por cierto, son los buitres leonados.

A continuación te invito a conocerlo. Y a catarlo con los cinco sentidos.

Tienes también un resumen en este vídeo que he subido a mi canal en YouTube ¿Ya te has suscrito?

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La senda del oso, puro disfrute (sin sustos) por la Montaña Palentina

Bosque en la Senda del Oso. Al fondo, el Pico Tres Mares nevado. Foto: C.J. Palacios

¿Puede haber algo más disfrutón que un oso relamiendo un dulce panal de miel?

Lo hay. Se llama «La Senda del Oso«, en Cervera de Pisuega. Porque gozar este sendero que atraviesa el corazón boscoso y salvaje del Parque Natural Montaña Palentina es lo más parecido a hacer el oso goloso con un paisaje espectacular.

Fui allí a catar un paisaje maravilloso. A catarlo y a pasearlo, claro. Tuve la suerte de poder degustarlo como mejor se puede disfrutar el campo: acompañado por buenos amigos. Javier Valenzuela, director de Comunicación de la Fundación Patrimonio Natural. Y Minerva Archaga, guía ecoturística y monitora de la Casa del Parque Montaña Palentina.

Este vídeo que acabo de grabar allí y he subido a mi canal de YouTube seguro que te va a abrir todas las papilas gustativas. ¿Te vienes de pateo? Vamos a conocer muchas cosas de los osos, de los lobos y hasta de los gatos monteses palentinos. ¡Y sin sustos!

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Pasea con tu perro (y con cabeza) por los parques nacionales

Paseando con perro por un pinar. Foto: Pixabay

Disfruta con tu perro de los parques nacionales de España, pero con cabeza y responsabilidad. Está claro que si sales a pasear por el campo no lo vas a dejar en casa, pero nunca serás uno esos incívicos que los llevan sueltos, ajenos al daño que pueden provocar en una naturaleza tan frágil. O que no piensan en sus necesidades vitales ni en su seguridad.

Como para todo hay que saber, el Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha programado una serie de excursiones didácticas bajo el sugerente nombre de “Paseando con perro por la naturaleza”.

La primera se realizará este domingo 16 de mayo en los montes de Valsaín y la vertiente norte del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Lee el resto de la entrada »

¿Lo sabías? El ser vivo más viejo de Madrid es un árbol

Tejo de la Senda, uno de los seres vivos más viejos de la Sierra de Madrid

Caminar por caminar es hermoso, pero lo es aún más cuando la meta consiste en ir al encuentro de un ser formidable, único, tan viejo que pudo haber nacido hace cientos e incluso miles de años.

Caminar por las montañas de Madrid, por espacios naturales tan asombrosos como el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, es la mejor vacuna contra el estrés y la tristeza, pero lo es aún más cuando la meta consiste en encontrarte con uno de sus seres vivos más sorprendentes de la naturaleza ibérica: el tejo (Taxus baccata).

En el espacio protegido hay catalogados siete ejemplares de esta especie arbórea con más de 500 años. Son auténticos monumentos naturales, los seres vivos más ancianos de la Comunidad de Madrid. Darse baños de bosque a su lado es una de las experiencias más increíbles que podrás disfrutar.

Este invierno visité uno de ellos, el conocido como Tejo de la Senda, en el Puerto de Canencia. Te lo cuento en este vídeo [¿ya te has suscrito a mi canal de YouTube?], fascinado por la espectacularidad del espacio nevado y la fortaleza del singular abuelo vegetal.

Mucho cuidado con el abuelo

Como veis en el vídeo, no os voy a contar cómo llegar a este árbol. Porque a sus 500 años más que cumplidos, el mayor peligro para este tejo centenario y otros como él somos nosotros. El exceso de personas acercándose a él pueden matarlo. Así como lo oyes, no sería el primero.

Quizá tú te comportarás cívicamente ante él, con respeto, sin subirte a sus ramas ni pisotear sus raíces. Pero el turismo masificado no tiene tantos miramientos. Siempre habrá algún que otro salvaje entre tantas miles de personas dispuesto a destrozar esta maravilla, a dejar basuras, a tratar de escribir su estúpido nombre en la dura corteza. Por eso es preferible que sólo lo visiten aquellas personas sensibles y con ganas de invertir tiempo en su localización.

El árbol que cambió de sexo

Ya os lo he contado antes aquí. El tejo de Fortingall, en las Tierras Altas de Escocia, cambió de sexo de repente. El gran tejo escocés era macho, muy macho. Así lo había sido durante miles de años y lo era al menos desde 1769, cuando los primeros y asombrados naturalistas se acercaron a estudiarlo.

Pero de repente cambió de sexo. Una de sus ramas es ahora hembra mientras el resto de ellas se mantienen de momento masculinas. Un sorprendente caso de transexualismo.

En Italia hay bosquetes enteros de tejos modificando su identidad, quizá influenciados por el cambio climático. Uno de esos extraordinarios misterios de la naturaleza.

¿De dónde viene eso de tirar los tejos?

Según la definición del DRAE, «tirar los tejos» significa insinuarle a alguien el interés que se tiene puesto en él. Que nos gusta.

Como bien explica mi compañero en la blogosfera de 20 Minutos Alfred López «Ya está el listo que todo lo sabe«, el tejo es un juego tradicional callejero que consiste en lanzar trozos de teja para tratar de derribar un palo, que el novio potencial solía tirar cerca de la chica elegida para insinuarse frente a ella.

Pero algunos defienden que ese juego nació en el norte de España a la sombra de los viejos tejos que suele haber plantados a las puertas de las iglesias. Y consistía en tirar ramas del árbol del tejo lanzando sus propias frutos como muestra de amor.

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Recorre Lanzarote guiado por la voz de Saramago

Hoy te propongo algo diferente. Un viaje hacia el interior, tu interior, desde el exterior de un paisaje increíble, mágico, tan solitario como muchos de nosotros anhelamos. Pasear en soledad por los paisajes volcánicos de Lanzarote de la mano amiga de José Saramago, el llorado Premio Nobel que vino a vivir y a morir a esta isla telúrica.

El viaje no te costará nada. O quizá mucho, quién sabe. El único requisito indispensable es tener tiempo; dejarte llevar por la ensoñación y el movimiento algodonoso de las nubes.

Yo he elegido un volcán cercano a la entrada de acceso con coches al Parque Nacional de Timanfaya. Lo siento por César Manrique, pero su intervención en el Islote de Hilario, sus aulagas incandescentes, sus géiseres de agua hirviendo, su ruta en guagua escuchando el relato minucioso de las primeras explosiones volcánicas recogidas en 1730 por el cura de Yaiza don Andrés Lorenzo Curbelo, sus pollos asados al volcán y sus cientos de turistas haciendo cola en los retretes para aliviarse no va conmigo. En mi volcán no hay nadie. Estoy yo solo. La idea del paseo es sencilla: rodear esta montaña si se puede. Pero a lo mejor ni lo hago; me paro antes y disfruto.

Primer consejo de Saramago:

[Disfrutar] el placer profundo, inefable, que es andar por estos campos desiertos y barridos por el viento.

(Cuadernos de Lanzarote)

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Confirmado el valor terapéutico de los bosques maduros

bosques

Los árboles no hacen bosque, un complejo ecosistema donde se entrecruzan infinidad de seres vivos en difícil equilibrio dinámico, pues eso es la vida, frenética actividad por la supervivencia.

Las plantaciones de eucaliptos o de pinos o de chopos bien alineados, todos de la misma especie, sin apenas arbustos ni otras plantas como obligadas compañeras, son lo más parecido a un desierto verde. Paseas por ellos y, qué quieres que te diga, a mí no me saben a nada. Ocurre todo lo contrario cuando te adentras en una foresta sana, biodiversa.

Pero si el bosque elegido es una de esas pocas agrupaciones forestales maduras que aún nos quedan en España, reductos de viejos árboles centenarios e ilustre cementerio de colosos vegetales, el sentimiento experimentado al caminar bajo su dosel resulta extraordinario. Huele diferente. Se camina diferente. Te sientes mejor.

¿Exagerado? La ciencia acaba de confirmar lo que muchos sabíamos por experiencia propia: los bosques con árboles viejos son medicinales. Profesionales sanitarios e investigadores de la Universidad de Girona han demostrado estos beneficios entre enfermos de fibromialgia que realizan un ejercicio moderado en este tipo de bosques terapéuticos.

Su curioso y novedoso estudio médico demuestra que los paseos entre árboles centenarios mejoran el dolor y combaten el insomnio de los pacientes.

Para que no hubiera dudas, seleccionaron a 30 mujeres con esta enfermedad que, separadas en dos grupos, pasearon unas por un bosque joven y otras por uno con árboles centenarios. Las segundas fueron las que experimentaron un mayor grado de mejoría en sus dolencias. Y sin necesidad de medicinas.

Según parece, los árboles vetustos emiten al aire ciertas sustancias beneficiosas para nuestra salud. Una razón más para protegerlos.

Foto: Tres pacientes pasean por un bosque cerca de Olot como parte de la terapia contra la fibromialgia. EFE/Robin Townsend

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Los baños de bosque alivian las depresiones otoñales

Decía Pablo Neruda que en otoño la tierra se extiende y respira, mientras al mes y a los árboles se les caen las hojas. Manuel Machado se sentía “triste como una tarde del otoño viejo”. Yo prefiero la visión de Ángel González, maravillado por esas luces doradas que son fuego, o vida.

Todo esto me lo cuento durante mis baños de bosque, de naturaleza. Porque no sólo es posible darse baños de árboles. Es absolutamente necesario, especialmente en estas fechas donde, por culpa de la reducción de las horas de sol, el 30 por ciento de los españoles sufre la “depresión de otoño”. Será porque no conocen los baños de bosque, el mejor antidepresivo natural.

Los japoneses lo llaman Shinrin-yoku, tan famoso que hasta lo recomienda la Agencia Forestal nipona como saludable actividad anti estrés ligada a la aromaterapia.

La receta es sencilla y muy sabrosa. Madruga en fin de semana. Cálzate unas botas, elije el viejo jersey de lana, una buena cazadora y echa a andar por un bosque como quien se zambulle en las cálidas aguas del Mediterráneo. En silencio. Respirando plácidamente al ritmo del canto de las aves. Dejando que el viento se lleve los pensamientos, que el murmullo de tus pasos sea la mejor música. Agudiza el oído para disfrutar con el sonido único de pisar las hojarascas, los charcos, escuchar a las ramas susurrar secretos y agitar conciencias, recuerdos. Después de unas horas de paseo busca la compañía de un viejo árbol. Sentado junto a él saca el bocadillo o, mejor aún, una pieza de fruta, y disfruta del momento.  Olfatea. Tras las abundantes lluvias de esta semana, el olor a bosque, hojas, setas, castañas, barro nos reconcilia con nuestro pasado más natural. Y nos relaja infinitamente.

No hay duda. Los mejores paseos del año son ahora. Y si no tienes un bosque cerca, elije parques y jardines. ¿O eres de los que prefieren pasear por el centro comercial?

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