En mi reciente viaje a Islandia me ha sorprendido lo abundante que es en verano una planta muy olorosa, la angélica (Angelica archangelica). Indagando sobre ella, he descubierto que tan general presencia no es casual. Aunque la veamos asilvestrada por todas partes, durante siglos se ha favorecido su crecimiento en detrimento de otras especies menos interesantes.
Y es que se trata de una planta fundamental en la cultura gastronómica, pero también etnográfica, de Islandia y de todo el norte europeo.
En este vídeo grabado en la maravillosa isla de Hrísey te explico qué le hace tan especial.
¿Qué tiene que ver con los ángeles?
Angélica es un nombre femenino latino que significa «parecido a un ángel». De ahí que hablemos de caras angelicales, de ángel. Probablemente se bautizó así a esta planta por su agradable aroma, que se supone recordaría al siempre maravilloso de los ángeles.
Para disipar dudas respecto a sus bondades, su denominación científica ratifica tales virtudes. Género Angelica y especie Archangelica, que deriva de arcángel, el nombre que se da al más importante de todos los ángeles de la jerarquía celestial.
Su nombre procede de la creencia popular de que la planta es un regalo que el arcángel Gabriel hizo a la humanidad debido a sus propiedades medicinales. El médico y alquimista Paracelso la llamaba «raíz de los ángeles» debido a los excelentes propiedades curativas que lograba añadiendo extracto de la raíz de angélica al vino que daba a los enfermos.
Medicinal y deliciosa
La angélica se utiliza para dar sabor a las ginebras (es uno de esos ingredientes que los destiladores denominan «botánicos»), pero también a licores tan famosos como el Chartreuse o el Bénédictine. Con los largos tallos son igualmente comestibles y con ellos se hacen ricas mermeladas.
Aunque atención. Muchas especies umbelíferas (ahora denominadas apiáceas) son comestibles, como la zanahoria, el apio, el perejil, el anís o el hinojo. Pero otras son muy tóxicas, como la cicuta, por lo que no debe consumirse a menos que haya sido identificada con absoluta certeza.
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